sábado, 16 de marzo de 2013

LA VIDA EN JUPITER



Conversaciones familiares del Más Allá
Bernard Palissy (9 de marzo de 1858) 
DESCRIPCIÓN DE JÚPITER 
NOTA – Por evocaciones anteriores sabíamos que Bernard 
Palissy, el célebre alfarero del siglo XVI, habita en Júpiter. Sus 
respuestas siguientes confirman en todos los puntos lo que nos ha 
sido dicho sobre este planeta en diversas épocas, por otros Espíritus 
y por intermedio de diferentes médiums. Pensamos que han de ser 
leídas con interés, como complemento del cuadro que hemos trazado 
en nuestro último número. La identidad que las mismas presentan 
con las descripciones anteriores es un hecho notable que, al menos, 
presumen una exactitud. 
1. ¿Dónde te has encontrado al dejar la Tierra? –Resp. Aún en la 
misma. 
2. ¿En qué condición estabas aquí? –Resp. Bajo los rasgos de una 
mujer amorosa y abnegada; no era sino una misión. 
3. ¿Ha durado mucho tiempo esa misión? –Resp. Treinta años. 
4. ¿Recuerdas el nombre de esta mujer? –Resp. Es desconocido. 
5. ¿Te satisface la estima que se tiene por tus obras? Y esto, ¿te 
compensa los sufrimientos que has soportado? –Resp. ¡Qué me 
importan las obras materiales de mis manos! Lo que me importa es 
el sufrimiento que me ha elevado.

6. ¿Con qué objetivo has trazado, por la mano del Sr. Victorien 
Sardou, los admirables dibujos  que nos has dado sobre el planeta 
Júpiter que habitas? –Resp. Con el objetivo de inspiraros el deseo de 
volveros mejores. 
7. Ya que vuelves a menudo a la Tierra que has habitado diversas 
veces, debes conocer bastante el estado físico y moral para 
establecer una comparación entre ésta y Júpiter; te rogamos, pues, 
que consientas en esclarecernos sobre varios puntos. –Resp. En 
vuestro globo, no vengo sino en Espíritu; el Espíritu no tiene 
sensaciones materiales. 
ESTADO FÍSICO DEL GLOBO 
8. ¿Se puede comparar la temperatura de Júpiter a la de una de 
nuestras latitudes? –Resp. No; ella es suave y templada; es siempre 
igual, y la vuestra varía. Acordaos de los Campos Elíseos que se os 
ha descrito. 
9. El cuadro que los Antiguos nos han dado de los Campos 
Elíseos, ¿sería el resultado del conocimiento intuitivo que ellos 
tenían de un mundo superior, tal como Júpiter, por ejemplo? –Resp.
Del conocimiento positivo; la evocación permanecía en las manos 
de los sacerdotes. 
10. ¿Varía la temperatura según las latitudes, como aquí? –Resp.
No. 
11. Según nuestros cálculos el Sol debe aparecer a los habitantes 
de Júpiter desde un ángulo muy pequeño, y darles, por 
consecuencia, poca luz. ¿Puedes decirnos si la intensidad de la luz es 
allí igual a la de la Tierra, o si es menos fuerte? –Resp. Júpiter está 
rodeado de una especie de luz espiritual en relación con la esencia 
de sus habitantes. La luz grosera de vuestro Sol no ha sido hecha 
para ellos. 
12. ¿Hay una atmósfera? –Resp. Sí. 
13. ¿Está la atmósfera formada por los mismos elementos que 
la atmósfera terrestre? –Resp. No; los hombres no son los mismos; 
sus necesidades han cambiado. 
14. ¿Hay allí agua y mares? –Resp. Sí. 
15. ¿Está el agua formada con los mismos elementos que la 
nuestra? –Resp. Más etérea. 
16. ¿Hay volcanes? –Resp. No; nuestro globo no es atormentado 
como el vuestro; la Naturaleza no ha tenido sus grandes crisis; es la 
morada de los bienaventurados. En él, la materia apenas se toca. 
17. ¿Tienen las plantas analogía con las nuestras? –Resp. Sí, pero 
más bellas. 
ESTADO FÍSICO DE LOS HABITANTES 
18. La conformación del cuerpo de los habitantes ¿tiene relación 
con la nuestra? –Resp. Sí; es la misma. 
19. ¿Puedes darnos una idea de su talla comparada con la de los 
habitantes de la Tierra? –Resp. Grandes y bien proporcionados. 
Mayores que vuestros hombres mayores. El cuerpo del hombre es 
como la marca de su Espíritu: bello donde él es bueno; la envoltura 
es digna de él; no es más una prisión. 
20. ¿Son allí los cuerpos opacos, diáfanos o translúcidos? –Resp.
Los hay de unos y otros. Unos tienen tal propiedad, otros tienen tal 
otra, según su destinación.
21. Concebimos esto para los cuerpos inertes, pero nuestra 
pregunta es relativa a los cuerpos humanos. –Resp. El cuerpo 
envuelve al Espíritu sin esconderlo, como un tenue velo arrojado 
sobre una estatua. En los mundos inferiores la envoltura grosera 
oculta el Espíritu a sus semejantes; pero los buenos no tienen nada a 
esconder: pueden leer en el corazón de unos y de otros. ¡Qué sería si 
fuera así en la Tierra! 
22. ¿Hay sexos diferentes? –Resp. Sí; los hay por todas partes 
donde la materia existe; es una ley de la materia. 
23. ¿Cuál es la base de la alimentación de los habitantes? ¿Es 
animal y vegetal como aquí? –Resp. Puramente vegetal; el hombre 
es el protector de los animales. 
24. Se nos ha dicho que una parte de su alimentación es extraída 
del medio ambiente del cual aspiran las emanaciones; ¿esto es 
exacto? –Resp. Sí. 
25. La duración de su existencia, comparada con la nuestra, ¿es 
más larga o más corta? –Resp. Más larga. 
26. ¿De cuánto tiempo es el promedio de vida? –Resp. ¿Cómo 
medir el tiempo? 
27. ¿No puedes tomar uno de nuestros siglos como punto de 
comparación? –Resp. Creo que alrededor de cinco siglos. 
28. ¿Es el desarrollo de la infancia proporcionalmente más rápido 
que entre nosotros? –Resp. El hombre conserva su superioridad; la 
infancia no comprime su inteligencia, ni la vejez la extingue. 
29. ¿Están los hombres sujetos a las enfermedades? –Resp. No 
están sujetos a vuestros males. 
30. ¿Se divide la existencia entre la vigilia y el sueño? –Resp.
Entre la acción y el reposo. 
31. ¿Podrías darnos una idea de las diversas ocupaciones de los 
hombres? –Resp. Sería preciso decir mucho. Su principal ocupación 
es la de dar aliento a los Espíritus que habitan en los mundos 
inferiores para que perseveren en la buena senda. Al no haber 
infortunios que aliviar entre ellos, van en busca de los que sufren: 
son los Espíritus buenos que os sostienen y os atraen a la buena 
senda. 
32. ¿Se cultivan allí nuestras artes? –Resp. Éstas son inútiles allí. 
Vuestras artes son juguetes que distraen vuestros dolores. 
33. La densidad específica del cuerpo del hombre, ¿le permite 
transportarse de un lugar a otro sin permanecer, como aquí, atado al 
suelo? –Resp. Sí. 
34. ¿Se siente allí el fastidio y el disgusto de la vida? –Resp. No; 
el disgusto de la vida sólo viene del desprecio de sí mismo. 
35. Al ser menos densos que los nuestros los cuerpos de los 
habitantes de Júpiter, ¿son formados de materia compacta y 
condensada o vaporosa? –Resp. Compacta para nosotros; pero, para 
vosotros, no lo sería; es menos condensada.
36. El cuerpo, considerado como formado de materia, ¿es 
impenetrable? –Resp. Sí. 
37. ¿Tienen los habitantes un lenguaje articulado como nosotros? 
–Resp. No; existe entre ellos comunicación por el pensamiento. 
38. ¿Es la segunda vista, como se nos ha dicho, una facultad 
normal y permanente entre vosotros? –Resp. Sí, el Espíritu no tiene 
obstáculos; nada está oculto para él. 
39. Si nada está oculto para el Espíritu, ¿conoce entonces el 
futuro? (Queremos hablar de los Espíritus encarnados en Júpiter.) –
Resp. El conocimiento del futuro depende de la perfección del 
Espíritu; tiene menos inconvenientes para nosotros que para 
vosotros; incluso nos es necesario, hasta un cierto punto, para el 
cumplimiento de misiones que tenemos que efectuar; pero decir que 
conocemos el futuro sin restricciones sería colocarnos en el mismo 
nivel que Dios. 
40. ¿Podéis revelar todo lo que sabéis del futuro? –Resp. No; 
esperad saberlo cuando lo hayáis merecido. 
41. ¿Os comunicáis más fácilmente que nosotros con los otros 
Espíritus? –Resp. ¡Sí! Siempre: la materia no está más entre ellos y 
nosotros. 
42. ¿Inspira la muerte el horror y el espanto que causa entre 
nosotros? –Resp. ¿Por qué habría de ser espantosa? El mal no está 
más entre nosotros. Sólo el malo ve su último momento con espanto; 
él teme su juicio. 
43. ¿Qué sucede con los habitantes de Júpiter después de la 
muerte? –Resp. Crecen siempre en perfección sin sufrir más 
pruebas. 
44. ¿No hay Espíritus, en Júpiter, que se someten a pruebas para 
cumplir una misión? –Resp. Sí, pero eso no es más una prueba; sólo 
el amor al bien los lleva a sufrir. 
45. ¿Pueden ellos fallar en su misión? –Resp. No, porque son 
buenos; sólo hay debilidad donde hay defectos. 
46. ¿Podrías nombrarnos algunos Espíritus que habitan en Júpiter, 
que han cumplido una gran misión en la Tierra? –Resp. San Luis. 
47. ¿Podrías nombrar otros? –Resp. ¡Esto no es importante! Hay 
misiones desconocidas que tienen como objetivo la felicidad de uno 
solo; a veces, ésas son las mayores y las más dolorosas. 
LOS ANIMALES 
48. ¿Es el cuerpo de los animales más material que el de los 
hombres? –Resp. Sí; el hombre es el rey, el dios terrestre. 
49. ¿Existen animales carnívoros? –Resp. Los animales no se 
destrozan entre sí; todos viven sometidos al hombre y se aman 
mutuamente. 
50. ¿Pero no hay animales que escapan a la acción del hombre, 
como los insectos, los peces, los pájaros? –Resp. No; todos le son 
útiles. 
51. Se nos ha dicho que los animales son los servidores y los 
peones que ejecutan los trabajos materiales, construyendo viviendas, 
etc. ¿Esto es verdad? –Resp. Sí; el hombre no se rebaja más siendo 
sirviente de sus semejantes. 
52. ¿Son los animales servidores vinculados a una persona o a una 
familia, o bien son tomados y cambiados a voluntad como aquí? –
Resp. Todos se vinculan a una familia particular: vosotros cambiáis 
para encontrar otro mejor. 
53. ¿Están los animales servidores en el estado de esclavitud o de 
libertad? ¿Son ellos una propiedad o pueden cambiar de dueño a 
voluntad? –Resp. Se encuentran en el estado de sumisión. 
54. ¿Reciben los animales trabajadores alguna remuneración por 
sus esfuerzos? –Resp. No. 
55. Las facultades de los animales, ¿se desarrollan por una especie 
de educación? –Resp. Ellos lo hacen por sí mismos. 
56. ¿Tienen los animales un lenguaje más preciso y más 
caracterizado que el de los animales terrestres? –Resp. Ciertamente. 
ESTADO MORAL DE LOS HABITANTES 
57. Las viviendas de las cuales nos has dado una muestra a través 
de tus dibujos, ¿están reunidas en ciudades como aquí? –Resp. Sí; 
los que se aman se reúnen; sólo las pasiones dejan al hombre en 
soledad. Si hasta el hombre malo busca a su semejante, que no es 
para él sino un instrumento de dolor, ¿por qué el hombre puro y 
virtuoso huiría de su hermano? 
58. ¿Los Espíritus son iguales o de diferentes grados? –Resp. De 
diferentes grados, pero del mismo orden. 
59. Te pedimos que consientas en remitirte a la Escala espírita
que hemos dado en el segundo número de la Revista, y decirnos a 
qué orden pertenecen los Espíritus encarnados en Júpiter. –Resp.
Todos buenos, todos superiores; algunas veces el bien desciende al 
mal; pero nunca el mal se mezcla con el bien. 
60. ¿Los habitantes forman diferentes pueblos como en la Tierra? 
–Resp. Sí; pero todos unidos entre sí por los lazos del amor. 
61. ¿Por eso las guerras son allí desconocidas? –Resp. Pregunta 
inútil. 
62. ¿Podrá llegar el hombre en la Tierra a un grado bastante alto 
de perfección como para abstenerse de las guerras? –Resp.
Seguramente ha de llegar; la guerra desaparecerá con el egoísmo de 
los pueblos y a medida que ellos comprendan mejor la fraternidad. 
63. ¿Son los pueblos gobernados por jefes? –Resp. Sí. 
64. ¿En qué consiste la autoridad de los jefes? –Resp. En el grado 
superior de perfección. 
65. ¿En qué consiste la superioridad y la inferioridad de los 
Espíritus en Júpiter, ya que son todos buenos? –Resp. Ellos 
tienen más o menos conocimientos y experiencia; se depuran al 
esclarecerse. 
66. ¿Existen pueblos más o menos adelantados que los otros como 
en la Tierra? –Resp. No; pero en los pueblos hay diferentes grados. 
67. Si el pueblo más avanzado de la Tierra fuese transportado a 
Júpiter, ¿qué rango ocuparía allí? –Resp. El rango de los monos 
entre vosotros. 
68. ¿Están los pueblos gobernados por leyes? –Resp. Sí. 
69. ¿Existen leyes penales? –Resp. No hay más crímenes. 
70. ¿Quién hace las leyes? –Resp. Dios las ha hecho. 
71. ¿Hay ricos y pobres, es decir, hombres que están en la 
abundancia y en lo superfluo, mientras que a otros les falta lo 
necesario? –Resp. No; todos son hermanos; si uno tuviera más que 
el otro, habría de repartir; no disfrutaría en cuanto su hermano 
sufriese carencias. 
72. Según esto, ¿serían las fortunas iguales para todos? –Resp. Yo 
no he dicho que todos eran ricos en el mismo grado; me habéis 
preguntado si existen los que tienen lo superfluo, mientras que a 
otros les falta lo necesario. 
73. Estas dos respuestas nos parecen contradictorias; te rogamos 
que las aclares. –Resp. A nadie le falta lo necesario; nadie tiene lo 
superfluo, es decir, que la fortuna de cada uno está en relación con 
su condición. ¿Estáis satisfecho? 
74. Ahora comprendemos; pero preguntaremos todavía si el que 
tiene menos no es desdichado con relación al que tiene más. –Resp.
No puede ser desdichado desde el momento que él no es envidioso 
ni celoso. La envidia y los celos producen más desdichados que la 
miseria. 
75. ¿En qué consiste la riqueza en Júpiter? –Resp. ¡Qué interés 
puede tener esto! 
76. ¿Hay desigualdades de posición social? –Resp. Sí. 
77. ¿En qué están fundadas? –Resp. En las leyes de la sociedad. 
Unos son más o menos adelantados en la perfección. Los que son 
superiores tienen sobre los otros una especie de autoridad, como un 
padre sobre sus hijos. 
78. ¿Se desarrollan las facultades del hombre a través de la 
educación? –Resp. Sí. 
79. ¿Puede el hombre adquirir bastante perfección en la Tierra 
para merecer pasar inmediatamente a Júpiter? –Resp. Sí, pero el 
hombre, en la Tierra, está sometido a las imperfecciones para que 
esté en relación con sus semejantes. 
80. Cuando un Espíritu que deja la Tierra debe reencarnarse en 
Júpiter, ¿permanece errante durante algún tiempo antes de haber 
encontrado el cuerpo a que debe unirse? –Resp. Él queda en ese 
estado durante un cierto tiempo, hasta que se haya liberado de sus 
imperfecciones terrestres. 
81. ¿Existen varias religiones? –Resp. No; todos profesan el bien 
y todos adoran a un solo Dios. 
82. ¿Hay templos y cultos? –Resp. Por templo, el corazón del 
hombre; por culto, el bien que hace

CONVERSACION CON EL MAS ALLA



La Srta. Clary D... - Evocación
Nota – La señorita Clary D..., interesante niña fallecida en 1850 a 
la edad de 13 años, ha permanecido desde entonces como el genio 
de su familia, donde frecuentemente es evocada y a la cual ha dado 
un gran número de comunicaciones del más alto interés. La 
conversación que relataremos a continuación ha tenido lugar entre 
ella y nosotros el 12 de enero de 1857, por intermedio de su 
hermano médium. 
1. –Preg. ¿Tenéis un recuerdo preciso de vuestra existencia 
corporal? –Resp. El Espíritu ve el presente, el pasado y un poco el 
futuro, según su perfección y su proximidad a Dios. 
2. –Preg. Esta condición de la perfección, ¿es solamente relativa 
al futuro, o también se relaciona con el presente y el pasado? –Resp. 
El Espíritu ve el futuro más claramente a medida que se acerca a 
Dios. Después de la muerte, el alma ve y abarca de un vistazo todas 
sus emigraciones pasadas, pero no puede ver lo que Dios le prepara; 
para ello es necesario estar por entero en Dios, después de muchas 
existencias. 
3. –Preg. ¿Sabéis en qué época habréis de reencarnar? –Resp. En 
10 ó 100 años. 
4. –Preg. ¿Será en la Tierra o en otro mundo? –Resp. En otro 
mundo. 
5. –Preg. Con relación a la Tierra, el mundo en que estaréis ¿se 
encuentra en condiciones mejores, iguales o inferiores? –Resp.
Mucho mejores que las de la Tierra; allá uno es feliz. 
6. –Preg. Puesto que estáis aquí entre nosotros, os encontráis en 
un lugar determinado, ¿en cuál? –Resp. Estoy con una apariencia 
etérea; puedo decir que mi Espíritu propiamente dicho se extiende 
mucho más lejos; veo muchas cosas y me transporto bien lejos de 
aquí con la velocidad del pensamiento; mi apariencia está a la 
derecha de mi hermano y dirige su brazo. 
7. –Preg. Ese cuerpo etéreo del que estáis revestida, ¿os permite 
experimentar las sensaciones físicas, como por ejemplo las del calor 
o del frío? –Resp. Cuando me acuerdo mucho de mi cuerpo, siento 
una especie de impresión como cuando uno se quita una capa y se 
cree que todavía la lleva por algún tiempo después. 
8. –Preg. Acabáis de decir que podéis transportaros con la rapidez 
del pensamiento; ¿no es el pensamiento la propia alma que se 
desprende de su envoltura? –Resp. Sí. 
9. –Preg. Cuando vuestro pensamiento se traslada hacia alguna 
parte, ¿cómo se produce la separación de vuestra alma? –Resp. La 
apariencia se disipa; el pensamiento sigue solo. 
10. –Preg. Por lo tanto, es una facultad que se separa; ¿el ser 
permanece donde está? –Resp. La forma no es el ser. 
11. –Preg. ¿Pero cómo obra este pensamiento? ¿No obra siempre 
por intermedio de la materia? –Resp. No. 
12. –Preg. Cuando vuestra facultad de pensar se separa, ¿no 
obráis entonces por intermedio de la materia? –Resp. La sombra se 
disipa, y se reproduce donde el pensamiento la guía. 
13. –Preg. Puesto que sólo teníais 13 años cuando vuestro cuerpo 
murió, ¿cómo es que podéis darnos, sobre cuestiones abstractas, 
respuestas que están fuera del alcance de una niña de vuestra edad? 
–Resp. ¡Mi alma es tan antigua! 
14. –Preg. Entre vuestras existencias anteriores, ¿podéis citarnos 
una de las que más han elevado vuestros conocimientos? –Resp.
Estuve en el cuerpo de un hombre al que transformé en virtuoso; 
después de su muerte he estado en el cuerpo de una jovencita, cuyo 
rostro era el reflejo del alma; Dios me ha recompensado. 
15. –Preg. ¿Podríamos veros aquí tal como estáis actualmente? –
Resp. Sí, podríais. 
16. –Preg. ¿Cómo podríamos? ¿Depende de nosotros, de vos o de 
personas más íntimas? –Resp. De vosotros. 
17. –Preg. ¿Qué condiciones deberíamos cumplir para ello? –
Resp. Concentraos durante algún tiempo, con fe y fervor; sed menos 
numerosos, aislaos un poco y haced venir a un médium del género 
de Home. 
_______ 
E

EVOCACIÓN PARTICULAR



¡Mamá, estoy aquí! 
Hace algunos meses atrás la señora ... había visto desencarnar a su 
única hija de catorce años, objeto de toda su ternura y muy digna de 
sus lamentos por las cualidades que prometían hacer de ella una 
mujer cabal. Esta joven había sucumbido a una larga y dolorosa 
enfermedad. La madre, inconsolable ante esta pérdida, veía que su 
salud se alteraba a cada día y repetía sin cesar que pronto ella iría a 
reunirse con su hija. Informada de la posibilidad de comunicarse con 
los seres del Más Allá, la señora ... resolvió buscar, en una 
conversación con su hija, un alivio a su pena. Una dama de su 
conocimiento era médium; pero al ser una y otra poco 
experimentadas para semejantes evocaciones, sobre todo en una 
circunstancia tan solemne, me pidieron para que yo asistiera a la 
misma. Éramos tres: la madre, la médium y yo. He aquí el 
resultado de esta primera sesión. 
LA MADRE –En el nombre de Dios Todopoderoso, Espíritu Julie 
..., mi hija querida, te ruego que vengas si Dios lo permite. 
JULIE –¡Mamá, estoy aquí! 
LA MADRE –¿Sos realmente vos, hija mía, que me responde? 
¿Cómo puedo saber que sos vos? 
JULIE –Lili. 
(Era un sobrenombre familiar dado a la joven en su infancia; no 
era conocido ni por la médium ni por mí, puesto que desde varios 
años sólo se la llamaba por su nombre de Julie. Ante esta señal, la 
identidad era evidente; la madre no pudo dominar su emoción y 
estalló en sollozos.) 
JULIE –¡Mamá! ¿Por qué te afligís? Soy feliz, muy feliz; no sufro 
más y te veo siempre. 
LA MADRE –Pero yo no te veo. ¿Dónde estás? 
JULIE –Aquí, a tu lado, mi mano está sobre la señora ... (la 
médium) para hacerla escribir lo que te digo. Mirá mi escritura. (En 
efecto, la escritura era la de su hija.)
LA MADRE –Vos decís: mi mano; ¿Entonces tenés un cuerpo? 
JULIE –No tengo más ese cuerpo que me hacía sufrir tanto; pero 
tengo su apariencia. ¿No estás contenta de que yo no sufra más, ya 
que puedo conversar con vos? 
LA MADRE –Entonces, ¿si te viera, te reconocería? 
JULIE –Sí, sin duda, y a menudo ya me viste en tus sueños. 
LA MADRE –Realmente, te vi en mis sueños, pero creí que era un 
efecto de mi imaginación, un recuerdo. 
JULIE –No; era yo la que siempre estaba con vos, buscando 
consolarte; fui yo que te inspiré la idea de evocarme. Tengo muchas 
cosas para decirte. Desconfiá del señor ...; él no es sincero. 
(Ese señor, conocido únicamente por la madre y nombrado tan 
espontáneamente, era una nueva prueba de la identidad del Espíritu 
que se manifestaba.) 
LA MADRE –¿Qué puede, pues, hacer contra mí el señor ...? 
JULIE –No puedo decírtelo; esto me está vedado. Solamente 
puedo advertirte que desconfíes de él. 
LA MADRE –¿Estás entre los ángeles? 
JULIE –¡Oh, todavía no! No soy lo bastante perfecta. 
LA MADRE –Sin embargo, no te conocí ningún defecto; eras 
buena, dulce, amorosa y benévola para con todo el mundo; ¿esto no 
es suficiente? 
JULIE –Para vos, mamá querida, yo no tenía ningún defecto; ¡y 
me lo creía, porque frecuentemente me lo decías! Pero ahora veo lo 
que me falta para ser perfecta. 
LA MADRE –¿Cómo vas a adquirir las cualidades que te faltan? 
JULIE –En nuevas existencias que serán cada vez más felices. 
LA MADRE –¿Será en la Tierra que tendrás esas nuevas 
existencias? 
JULIE –No lo sé. 
LA MADRE –Puesto que no habías hecho mal alguno durante tu 
vida, ¿por qué sufriste tanto? 
JULIE –¡Pruebas! ¡Pruebas! Las he soportado con paciencia por 
mi confianza en Dios; soy muy feliz hoy. ¡Hasta pronto, mamá 
querida! 
En presencia de semejantes hechos, ¿quién osaría hablar de la 
nada después de la tumba, cuando la vida futura se nos revela –por 
así decirlo– tan palpable? Esta madre, minada por la tristeza, siente 
hoy una felicidad inefable al poder conversar con su hija; entre ellas 
no existe más la separación; sus almas se entrelazan y se expanden 
en el seno de una y de otra por el intercambio de sus pensamientos. 
A pesar del velo con el cual hemos rodeado este relato, no nos 
hubiéramos permitido publicarlo, si no estuviésemos formalmente 
autorizados para ello.
Nos decía esta madre: ¡Si todos los que han visto partir de la Tierra a 
sus afectos, pudiesen sentir el mismo consuelo que yo! 
Por nuestra parte, solamente agregaremos una palabra dirigida a 
los que niegan la existencia de los buenos Espíritus: les 
preguntaremos cómo podrían probar que esta joven, en Espíritu, era 
un demonio maléfico.

UN CASO DE IDENTIDAD



Existen otras manifestaciones, que por el hecho de no tener un carácter físico, material, no son menos convincentes para aquel que las comprueba. El caso siguiente es muy instructivo a este respecto:
(1)M. Al. Delanne se encontraba en Cimiez, junto a Niza; allí encontró a M. Fleurot(2) profesor, y a su mujer, cuyo conocimiento había entablado en un viaje anterior. La conversación recayó sobre Espiritismo, y he aquí lo que refirió Mme. Fleurot: “Poco tiempo después de vuestro paso por la ciudad, mi marido y yo, todavía bajo la impresión de los relatos que usted nos hizo a propósito de las manifestaciones espíritas de que usted fue testigo, compramos los libros de Allan Kardec. Ardía en deseos de hacerme médium, pero mi convicción se estableció fuera de los procedimientos habituales de la mesa o de la escritura. “Hace seis meses aproximadamente, vi en sueños a diferentes personajes de renombre; discutían sobre cuestiones de alto alcance filosófico. Me acerqué temerosa y emocionada, y me dirigí a aquél que me parecía más simpático.
“-Ilústreme usted —le dije—, acerca de un asunto importante, cuya solución me es desconocida: ¿qué es del alma después de la muerte? “Él, sonriendo con bondad, me contestó:
“-El alma es inmortal, no puede aniquilarse jamás; la tuya está en este momento en el espacio, liberada momentáneamente de las trabas de la materia; goza anticipadamente de su libertad. Así estará definitivamente cuando abandone para siempre su cuerpo carnal para vivir de su propia vida espiritual. “
-Me cuesta trabajo creeros —le dije yo—, pues si fueseis habitantes de la erraticidad, no tendríais el tipo humano y no estaríais cubiertos de vestidos semejantes a los de los hombres.
“Él me respondió:
“-Si nos hubiésemos presentado a ti bajo una forma enteramente espiritualizada, no nos hubieras visto y menos reconocido.
“-¿Reconoceros, decís? Nada me recuerda vuestras facciones, y no recuerdo haberos visto jamás.
“-¿Está bien segura?
“Entonces, cosa maravillosa, la persona que me respondía fue súbitamente iluminada por un intenso rayo fluídico, y se formó con perlas eléctricas un nombre encima de su cabeza, y leí deslumbrada y encantada el nombre venerado de Blas Pascal. “Su figura está de tal modo grabada en mí, que jamás se borrará de mi memoria. Y como no había visto en ninguna parte la imagen del ilustre sabio, al despertar me apresuré, acompañada de mi marido, al que había puesto al corriente de mi singular sueño, a visitar la tienda de un comerciante de retratos. Fuimos a casa de Visconti, el más renombrado de los libreros de Niza, para comprarle el retrato de Pascal; nos enseñó varios grabados del gran hombre, pero ninguno representaba enteramente los rasgos de mi desconocido.
(1) Al. Delanne, Revue scientifique et morale du Spiritisme, núm. 11, mayo de 1897.
(2) Este nombre es un seudónimo.
Era, sí, su noble figura, sus grandes ojos, su nariz aguileña, pero no encontraba en ninguna parte la pequeña deformidad del labio que había particularmente llamado mi atención durante la visión. El labio estaba remangado sensiblemente, como si el defecto hubiera sido producido a consecuencia de algún accidente durante su juventud. “El librero, muy experto, nos afirmó que había visto a menudo grabados de la fisonomía de Pascal, así como retratos pinta dos al óleo o a la acuarela, y que ninguno reproducía el defecto que señalaba con insistencia. “Al volver a casa vi reaparecer la sonrisilla escéptica de M. Fleurot; tenía vivos deseos de hacerle compartir mi convicción, aportándole una prueba de la identidad del personaje visto en mi sueño.
“Muchas veces volví a ver a mi protector durante el sueño; me prometió velar por mí durante mi cautividad terrestre, y que más tarde me explicaría las causas de su afecto por mi familia. Me atreví a hablarle de la pequeña deformidad de su labio, y le pregunté si había sido reproducida durante su vida en algunos de sus retratos.
“-Sí —me respondió—. En las primeras reproducciones que se hicieron después de mi muerte.
“-¿Existe aún? Decídmelo, os lo suplico.
“-Busca y hallarás...”
Mme. Fleurot relata que, aprovechando las vacaciones de su marido, escudriñaron todas las tiendas de Marsella y de Lyón, sin encontrar el retrato revelador. Iban a abandonar sus pesquisas, cuando Mme. Fleurot tuvo la inspiración de ir a Clermont Ferrand. Su perseverancia coronó el éxito: en casa de un anticuario hallaron al fin el verdadero retrato de su ilustre amigo, con la real deformación del labio inferior, tal como la Sra. Fleurot le había visto en sueños. Esta relación es instructiva por varias razones. En primer lugar, establece la identidad del espíritu, ya que ninguno de los retratos que existían en la ciudad de Niza, tenían el signo característico que se encontraba en el original hallado en el país del autor de las Provinciales. En segundo lugar, una frase del espíritu es digna de consignar: la que hemos subrayado intencionadamente: Si nos hubiésemos presentado a ti bajo una forma entera mente espiritualizada, no nos hubieras visto y aún menos reconocido. Se observa que el periespíritu es tanto más sutil y etéreo, cuanto el alma está más purificada.
Allan Kardec dice, en efecto, que los espíritus avanzados son invisibles para aquéllos cuyo estado moral les es muy inferior; pero que esta elevación no impide al espíritu tomar de nuevo el aspecto que tenía sobre la Tierra, y que puede reproducir, con una fidelidad perfecta, hasta en sus más pequeños detalles. La forma antigua está contenida en el periespíritu; basta al alma ejercer su voluntad, para dar de nuevo a esta apariencia una existencia momentánea. Lo mismo que nada se pierde en el dominio intelectual, nada puede desaparecer de lo que ha constituido la forma plástica, el tipo, de un espíritu. He aquí todavía un ejemplo de este notable fenómeno.

MANIFESTACIONES MULTIPLES Y SIMULTANEAS



M. Oxley y M. Reimers son dos hábiles experimentadores, de posición independiente y muy familiarizados con las materializaciones, que dieron el resultado de observaciones de gran valor. M. Reimers, en su casa, pudo obtener el molde de la mano derecha de una aparición que vio un instante al lado de la médium. Para saber si aquel molde no era producido por la médium, le suplicó que metiese la mano en el cubo que contenía parafina a fin de obtener un molde. La mano del espíritu difiere completamente por su forma, su finura y sus dimensiones de la de la médium, Mme. Firman, que era una mujer de edad, perteneciente a la clase obrera.
Se puede ver al final del libro Animisme et Spiritisme, de Aksakoff, las fototipias que reproducen estos moldes y permiten la comparación. En otra sesión, en presencia de M. Oxley, se expresó el deseo de obtener la mano izquierda del mismo espíritu, como así se hizo. Este segundo yeso es completamente igual al de la mano derecha obtenida anteriormente.
La aparición se llamaba Bertie: hasta el momento no había nada que no fuese corriente. He aquí donde el fenómeno se vuelve interesante: En una sesión posterior y por mediación de un médium del sexo masculino, el Dr. Monck, se obtuvieron los moldes de las manos de Bertie y de uno de sus pies; los tres yesos tienen exactamente las líneas y rasgos característicos de las manos y del pie de Bertie, iguales a las que se observaron cuando se hicieron los moldes durante las sesiones con Mme. Firman. (Psychische Studien, 1877)
La sustitución de un hombre por una mujer, como médium, es muy importante; pues prácticamente no se puede explicar por medio del desdoblamiento la producción de una imagen idéntica por dos médiums diferentes, mientras que se concibe muy bien que un espíritu pueda sacar tanto de un organismo femenino como de uno masculino los principios necesarios para su materialización, puesto que son los mismos en ambos. Además, cuando en lugar de una aparición se muestran varias simultáneamente, se hace imposible atribuirlas a un desdoblamiento o a una transformación del médium. Citemos, según Aksakoff, uno de esos notables relatos (Sesión de 11 de abril de 1876)1.
1 Aksakoff, Animisme et Spiritisme.
“La imagen reproduce exactamente el yeso de la mano de un espíritu materializado que se llamaba Lily 2; es un espíritu distinto de Bertie, del que difiere mucho físicamente; su imagen se ha tomado del molde dejado por este espíritu en la sesión del 11 de abril de 1876, en condiciones que hacían imposibles toda superchería. Como médium teníamos al Dr. Monck; después de haberle registrado, a petición propia, fue colocado en un gabinete improvisado, poniendo una cortina a través del alféizar de una ventana; el cuarto permaneció alumbrado durante toda la sesión.
2 El espíritu de Lily dio también la mascarilla de su rostro. Véase Revue Spirite, 1880, y el grabado que reproduce aquella hermosa cabeza.
Aproximamos una mesa redonda a la cortina y tomamos asiento a su alrededor los siete asistentes a la sesión. “Muy pronto aparecieron dos figuras de mujer, que conocíamos bajo los nombres de «Bertie» y «Lily», en el sitio en que las dos partes de la cortina se tocaban, y cuando el Dr. Monck pasó su cabeza a través de la abertura, estas dos figuras aparecieron encima de la cortina, mientras que dos figuras de hombres («Milke» y «Richard») apartaban la tela por los dos extremos y se dejaban ver también. Vimos, pues, simultáneamente al médium y cuatro figuras materializadas, cada una de las cuales tenía rasgos particulares que la distinguía de las otras, como ocurre entre las personas vivas. “No hay que decir que todas las medidas de precaución habían sido tomadas para impedir cualquier superchería, y que nosotros nos habríamos dado cuenta de toda tentativa de fraude.” En este caso ya no se comprende la duda, puesto que se ve al médium y a las formas materializadas simultáneamente. Si el desdoblamiento del médium es posible —y esto no lo dudamos de ninguna manera—, la idea de una división en cuatro partes, dos de un sexo y dos del otro, es absurda. Estamos obligados a admitir como única explicación lógica, la existencia de espíritus, a pesar de todas las prevenciones y todos los prejuicios. No hay por qué creer que el caso citado por M. Reimers y M. Oxley sea único; es, por el contrario, bastante usual.
Eglinton ha servido con frecuencia de médium para apariciones colectivas materializadas. Miss Glyn afirma que, en su casa, su madre y su hermano se han materializado, y que al ver aquellas dos formas al mismo tiempo que al médium, que estaba junto a ella y al que sujetaba las manos, era imposible dudar de la realidad del fenómeno. El pintor Tissot ha visto simultáneamente, con bastante claridad, y durante el tiempo suficiente para hacer un hermoso cuadro, dos formas, una masculina y la otra femenina; ésta última la reconoció perfectamente; y al mismo tiempo vio la forma desdoblada de Eglinton, cuyo cuerpo físico estaba sentado en un sillón cerca del pintor. 1 Creemos inútil insistir más largamente sobre estos hechos que el lector encontrará en gran número en las obras citadas.
1 Enry, Le Psychisme expérimentale.
Resumen
Aunque es cierto que ha habido fraudes por parte de charlatanes que pretendían hacerse pasar por médiums; es incontestable que cuando los experimentos han sido efectuados por sabios, las precauciones tomadas fueron suficientes para apartar totalmente esa causa de error. Los relatos recibidos de fuentes tan diversas, y que, sin embargo, se confirman unos a otros, son prueba de que los hechos han sido bien observados y de que estas relaciones son totalmente verídicas. Es preciso desterrar totalmente la hipótesis de que el médium dormido tenga un gran poder magnetizador que infunde su pensamiento, por sugestión, a los experimentadores, sumidos por él en un sonambulismo inconsciente —hipnotismo vigilia—, pues tal poder no ha sido jamás observado. Ningún experimento ha establecido que individuos cualesquiera, reunidos en la misma estancia —no habiendo jamás sido magnetizados o hipnotizados—, hayan podido ser alucinados de manera que vean y toquen un objeto o una persona imaginaria. Tenemos numerosas pruebas de que los asistentes están en su estado normal; conversan entre sí, toman notas, discuten los fenómenos, dudan, actitudes que establecen que están perfectamente despiertos. No olvidemos tampoco que las fotografías, los moldes, los objetos que se conservan cuando la aparición se ha desvanecido, las pruebas escritas que quedan luego que el ser ha desaparecido, son pruebas absolutas de que no ha habido ni ilusión ni alucinación. Véase, pues, en suma, todos los casos que pueden presentarse. En primer lugar, es posible que se compruebe una transfiguración del médium mismo; pero estos hechos, excesivamente raros, son siempre un poco sospechosos, a menos que no se produzcan espontáneamente y a plena luz.
La transfiguración del doble del médium es más frecuente, aunque ese fenómeno sea aún una excepción. Hemos visto, por hechos positivos, que la hipótesis de modificaciones plásticas del periespíritu del médium, no explica en modo alguno el empleo, por la materialización, de una lengua extraña que ese médium ignora; como tampoco explica el caso de Visiones simultáneas de varios espíritus, así como no puede dar cuenta de las sucesivas apariciones de fantasmas idénticos con diferentes médiums. Si se une a estas observaciones la de que el sujeto conversa con la aparición, como es el caso entre Katie King y miss Cook, o aquéllas en las cuales se comprueba la presencia simultánea del doble del médium y de espíritus materializados, es preciso, pues, admitir que la teoría del desdoblamiento no es general y no puede aplicarse en la mayoría de los fenómenos. La hipótesis de que las apariciones son imágenes tomadas del astral, y proyectadas físicamente por la conciencia sonambúlica del médium, no es aceptable pues, sería preciso explicar cómo esas efigies se convierten en seres vivientes y manifiestan una vida psíquica cuyos elementos no existen en el médium; dicha explicación jamás ha sido intentada. La única teoría que explica todos los hechos, sin excepción, es la del Espiritismo. El alma, inseparable de su envoltura periespiritual, puede materializarse temporalmente; bien sea transformando el doble del médium, o más exactamente cubriéndolo bajo su propia apariencia, bien sea tomando de ese médium materia y energía para acumularla a su forma fluídica, que aparece entonces como cuando estaba, en otro tiempo, encarnado sobre la Tierra. Vamos a insistir acerca de los caracteres anatómicos de las materializaciones para establecer con aún más claridad la individualidad de los seres que se manifiestan en esas maravillosas sesiones. Pero, primeramente, no es inútil discutir el grado de certeza que comporta la prueba de la identidad de los espíritus.

MANIFESTACIONES FISICAS



Los casos de apariciones de dobles de personas vivas o de espíritus manifestándose después de su muerte terrestre, referidos y comprobados por la Société de Recherches Psychiques, son manifestaciones aisladas, reales, pero relativamente bastante son manifestaciones aisladas, reales, pero relativamente bastante raras, produciéndose en circunstancias tan excepcionales que es difícil hacer de ellas otro análisis que no sea el resultante del relato verídico del acontecimiento.Los espíritas, que están familiarizados desde largo tiempo con estos fenómenos, han hecho un estudio minucioso de todos los géneros posibles de comunicación de los espíritus con nosotros. Entre los más notables se pueden citar las diversas huellas dejadas, por los seres del espacio, durante las sesiones en que se les evoca en sustancias blandas o fáciles de desmenuzar.
Resumamos brevemente esos experimentos tan probatorios, sobre los cuales volveremos a insistir en el próximo capítulo. Los escépticos pretenden que no se puede estar seguro de no haber estado alucinado al comprobar la presencia de una aparición, a menos que la forma deje una huella de su paso que subsista después de la desaparición de la imagen.  Los hechos siguientes responden a ese desiderátum.
Zoellner, el eminente astrónomo alemán, obtuvo sobre hojas de papel ennegrecidas y colocadas entre pizarras puestas sobre sus rodillas, dos impresiones: una de un pie derecho; la otra de un pie izquierdo, sin que el médium hubiese tocado las pizarras. En otra circunstancia, el papel ennegrecido fue colocado sobre una plancheta, la mano que se imprimió en ella tenía cuatro centímetros menos que la de Slade. (1)
(1) Slade era el médium; es el que prestó más tarde su concurso al Dr. Gibier. Véase Le Spiritisme ou Fakirisme occidental, en donde sus experimentos están relatados.
En un jarro lleno de harina, fue encontrada la impresión de una mano, con todas las sinuosidades de la epidermis claramente visibles. Hemos hecho observar que siempre las apariciones se parecen rasgo por rasgo a las personas de las que se desdoblan; haremos observar que los espíritus que se materializan tienen momentáneamente todas las apariencias de un cuerpo físico, idéntico a un cuerpo material real, pues las impresiones que dejan, ofrecen una similitud perfecta con las que producirían las mismas partes de un cuerpo vivo. El profesor Chiaïa, de Nápoles, con ayuda de Eusapia Palladino, tuvo la idea de proveerse del barro de los escultores, y el espíritu grabó su rostro sobre aquella materia plástica.
Echando yeso en el molde así obtenido, estuvo en posesión de una hermosa cabeza de hombre, de expresión melancólica.
En América se comprobaron resultados del mismo orden, y hasta se encontró un medio de obtener reproducciones fieles de apariciones: Al fundir parafina en agua caliente, ésta sube a la superficie; entonces, se ruega repetidamente a la aparición que introduzca, en la parafina fundida, la parte del cuerpo que se desee conservar, y que se desmaterialice cuando aquella envoltura esté seca, la aparición deja un molde perfecto. Sólo hay que echar yeso en el interior para tener un recuerdo duradero de esas sesiones. Lo reproducimos según M. Aksakoff, el bien conocido sabio ruso. Para completar los experimentos de M. Reimers, añadiré el acta de una sesión que tuvo lugar en Manchester el 17 de abril de 1876, de la que dio cuenta The Spiritualist el 12 de mayo; ha aparecido una traducción alemana en Psychische Studien, 1877.
Entre los cinco testigos los Sres. Marthéze, Oxley y Reimers, me son personalmente conocidos y los considero dignos de crédito: “Los abajo firmantes, certificamos por la presente, que los hechos siguientes se produjeron en nuestra presencia, en la habitación de M. Reimers el 17 de abril de 1876. Pesamos cuidadosamente tres cuartos de libra de parafina, la pusimos en una cubeta y metimos en ella agua hirviendo, que la fundió enseguida. Si una mano es sumergida varias veces en aquel líquido, la parafina, enfriada, forma un molde perfecto. Aquel recipiente, así como otro con agua fría, fue colocado en un extremo de la habitación. Dos cortinas de seis pies de altura y cuatro de longitud, suspendidas con varillas, formaban una especie de gabinete cuadrado con aberturas en cada extremo de quince pulgadas de anchura; la pared estaba separada de la casa contigua, y el gabinete casi lleno de muebles; la idea de trampa no podía ser concebida; el suelo también estaba cubierto de jarrones, macetas, sillas, etc.
“Una señora, amiga nuestra, dotada de ese misterioso poder llamado mediumnidad, fue envuelta en una red que le cubría la cabeza, los brazos, las manos y la cintura, pasando por las correderas una cuerda, atada tan fuertemente como es posible; añadiéndose al nudo además, un pedazo de papel que hubiera caído si éste hubiese sido deshecho. Todos los testigos estuvieron de acuerdo en que le era imposible a la médium por sí sola librarse de sus ligaduras sin hacerse traición. De aquella forma fue conducida a un rincón del gabinete en el que, aparte de la silla, recipientes y librería, totalmente vacía, no había nada visible cerca de esos objetos que habíamos examinado a plena luz.
“Cerramos la habitación y bajamos el gas, pero aun así era posible distinguir algo en la habitación, y nos sentamos a una distancia de cuatro o seis pies de la cortina. Después de algún tiempo empleado en cantar y tocar el piano, apareció una figura en una de las aberturas y luego se corrió hasta la otra. Su bella y brillante corona, su blanca toca, y alrededor del cuello su cinta negra de la cual pendía una cruz de oro, fueron vistas claramente por todos los asistentes. Muy pronto otra figura femenina apareció, también con una corona visible, dejándose ver al mismo tiempo que la primera, y elevándose por el gabinete hacia el techo, saludó graciosamente a todos los asistentes. Una voz muy fuerte de hombre, saliendo del rincón, anunció su deseo de ensayar los moldes.
“Entonces, la primera figura apareció de nuevo en la abertura haciendo signos a M. Marthéze de que se aproximara para estrecharle la mano; cogió el anillo de su dedo, y M. Marthéze vio al mismo tiempo a la médium en el rincón opuesto, envuelta en la red. La figura, no obstante, se desvaneció rápidamente en dirección a la médium. “Entre tanto, M. Marthéze se había sentado, y la voz del gabinete preguntó qué mano deseábamos; poco después, M. Marthéze fue requerido de nuevo para ir a la abertura para recibir el molde de una mano izquierda; inspeccionándolo se descubrió la sortija en uno de los dedos del molde. M. Reimers fue entonces llamado y recibió de la misma manera la mano derecha destinada a sus sabios amigos de Leipzig, según el deseo que éstos habían expresado formalmente. Seguidamente se oyó toser a la médium; su tos había inspirado temores de fracaso, tan violentos eran los accesos en el gabinete al inicio de la sesión; pero esa tos había sido suprimida todo el tiempo que duró el experimento (más de una hora).
Cuando la sacamos del gabinete, examinamos los nudos, y... vimos que todo estaba igual que antes. Sacamos toda la parafina sobrante y la pesamos junto a los dos moldes obtenidos, encontrando un poco más de tres cuartos de libra, siendo debido aquel pequeño exceso de peso al agua adherida a la parafina, como se comprobó al sacudirla. La proporción de agua de los moldes daba exactamente ese exceso; así terminó nuestro experimento. “Las manos obtenidas difieren considerablemente bajo todos los aspectos de las de la médium; todas muestran las más detalladas particularidades (muy manifiestas mirándolas con una lupa) de una El alma pequeña mano, de la misma individualidad que más de una vez nos ha dado moldes en las mismas condiciones experimentales.”
Se observará que todas las precauciones han sido tomadas por los experimentadores espíritas para ponerse al abrigo de cualquier causa de error proveniente de ellos o del médium. Estos experimentos u otros análogos, frecuentemente repetidos, han permitido tener centenares de moldes reproduciendo diversas partes de las materializaciones de espíritus de cualquier sexo y edad. En todos los experimentos son miembros semejantes a los que, practicando la misma operación, se obtendrían sobre seres vivos. M. de Bodisco, chambelán del zar, ha publicado curiosos experimentos de materialización, hechos con una médium, Mlle. K. “No vacilo —dice—, en declarar que el cuerpo astral (o psíquico) es el más importante de todos los cuerpos de la naturaleza, no obstante la resistencia de las ciencias experimentales en reconocerlo. Este cuerpo está gobernado por leyes cuyo estudio llevará la luz a no pocos errores en los que se cae al buscar ser consolados por una prueba real de la vida humana. Este cuerpo constituye la única parte del cuerpo humano que es imperecedera, es el zoo-éter, o materia primordial, o fuerza vital.”
Cuatro fotografías han sido tomadas por M. de Bodisco; en las que se muestran diversos estados de materializaciones, desde la aparición astral o psíquica que rodea el cuerpo del médium hasta la condensación de una forma de la cual sólo se ve la cabeza, el resto del cuerpo parece envuelto en una especie de gasa. Al lado de la forma se distingue el cuerpo del médium caído sobre un sillón en estado letárgico.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES PARTE 2


¿Puede creerse en un “dios” que permite tanta desigualdad, como por ejemplo: que un niño nazca ciego y otro no?, ¿uno feo y deformado y otro bello? A una misma hora están dando a luz dos mujeres, una trae a su hijo al mundo bajo la escoria, el abandono y la miseria, ese hijo será despreciado por la sociedad, incluso perseguido por la justicia debido al ambiente en el que va a nacer. Al mismo tiempo otra mujer, dará a luz otro niño, en un hermoso palacio, y por ley de los hombres viene al mundo destinado a ser rey de una nación. ¿Siendo los dos hijos de Dios, por que esta desigualdad que para muchos es injusticia intolerable?
¿Se puede concebir que asesinos, gente de perversos instintos, o seres que supuestamente tranquilos han firmado cientos de penas de muertes, vivan toda su vida rodeados de riquezas y placeres y les llegue la hora de “partir”, rodeados de buenos médicos y máximas atenciones? ¿Puede creerse en un “dios” que según los pobres ignorantes “permite” todo esto?
Es de alabar a la criatura que a pesar de todo tiene fe, aun sin tener quien le aclare nada. Por lo tanto, sin más rodeo, busquemos la Luz de esa Buena Nueva que nos legó el Divino Maestro, y que nos descorrerá el velo, dándonos una cierta y justa respuesta a todas nuestras preguntas y dudas.
Despejemos nuestra mente, y con gran dosis de humildad Razonemos nuestra Fe, creamos en Dios pero con fundamento y sin vacilaciones.
Última y necesaria reflexión:
En la actualidad, en este siglo de progreso, el hombre nada sabe a un del porvenir, nada de la suerte que le espera al final de su etapa terrestre. Muy débil es la fe en la inmortalidad en muchos de los que se llaman discípulos de Cristo; a veces sus esperanzas vacilan bajo el soplo helado del esceptismo.
Los fieles tienen a sus muertos en los ataúdes, y al paso que los cierran, la pesadumbre de la duda cae sobre sus almas oprimiéndolas.
El buen sacerdote conoce su debilidad, sabe que es frágil y que esta sometido a error, lo mismo que aquellos a quienes tiene la pretensión de dirigir, y si no fuese por no comprometer su situación material y su dignidad, reconocería su insuficiencia y dejaría de ser “un ciego guiando a otros ciegos”, por aquel que, no sabiendo nada de la vida futura ni sus verdaderas leyes, se erige en conductor de los demás, es el ciego del que hablan los Evangelios, “ Y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (San Mateo 15:14)
Las tinieblas han invadido el santuario. No hay un Obispo que demuestre saber al respecto de las condiciones de la vida de ultratumba, es decir, de lo que sabía en último iniciado de los tiempos antiguos, el más humilde diacono de la Iglesia primitiva.
Por fuera reina la duda, la indiferencia el ateismo.
El ideal Cristiano ha perdido su influencia sobre el pueblo; la vida moral se ha debilitado. La sociedad, ignorante, del elevado fin de la existencia, se arroja con frenesí a la conquista de los goces materiales.
Ha empezado un periodo de desorden y de descomposición, periodo que conducirá al abismo y la ruina, si ya un nuevo ideal no empezase a despuntar con evidencia, y a iluminar las inteligencias.
Ensanchemos nuestros horizontes, procuremos los que reúnen a las almas y no los que las alejan.
No lancéis anatemas sobre lo que no piensan como vosotros, pues os prepararíais crueles decepciones  en el más allá… No sea vuestra fe exclusiva e intolerante. Aprended a discernir a separar las cosas imaginarias de las reales. Absteneos de combatir a la ciencia y de renegar de la razón, por que la razón es Dios en nosotros, y la conciencia su santuario.
No busquéis más el lazo moral y religioso en doctrinas y sectas paganas,  de opresión y terror.
Dejad al espíritu humano libre su vuelo hacia la Luz y el espacio.
Todo rayo de lo alto es una emanación de Dios, que es el eterno Sol de las almas.
Cuando la humanidad se halle libre de las supersticiones y de los fantasmas del pasado, entonces veréis florecer los gérmenes del amor y del bien que la mano divina ha depositado en ella y conoceréis la Verdadera Religión, la que se eleva por encima de la diversidad de creencias y no maldicen a ninguna.

“La Verdadera Doctrina Espiritual” que es el legado que Nuestro Maestro Jesús de Nazareth nos dejo.

Descorramos el velo…
Comenzaremos por desmenuzar la Parte del Evangelio que mas interesa a la humanidad.
Todas las religiones tienen por cabecera a Dios, lógico; si tienen alguna duda, es lo bastante para no captar Su Mensaje, y si fuese así, pues entonces “apaga y vamonos”.
En los tiempos del Señor existían muchas sectas, casi como ahora, pero si repasamos la historia, la que mas me impacta es la de los Fariseos, me recuerdan muchos movimientos de hoy.
(Fariseos: del hebreo Pharasch: división, separación.)
La tradición formaba una parte importante de la Teología judaica; consistía en la colección de las interpretaciones sucesivas dadas sobre el sentido de las Escrituras y que habían venido a ser artículos de dogma. Entre los doctores, este asunto era objeto de interminables discusiones, y las mas de las veces sobre simples cuestiones de palabras o de formas, por el estilo de las disputas teológicas y de las sutilezas ecolásticas de la edad media; de ahí nacieron diferentes sectas que pretendían tener cada una monopolio de la verdad y como acontece casi siempre, se detestaban “cordialmente” las unas a las otras.
Entre estas sectas, la más influyente era de los Fariseos, que tubo como jefe a Hillel doctor judío que nació en Babilonia, fundador de una escuela celebre, en la que enseñaba que la fe solo se debía a las Escrituras. Su origen se remonta al año 180 a 200
Antes de J.C. Los Fariseos fueron perseguidos en diversas épocas, notablemente bajo el mando de Hirtano, soberano pontífice y rey de los judíos, de Aristóbulo y de Alejandro rey de Siria, sin embargo, este ultimo habiéndoles vuelto sus honores y sus bienes, afianzaron su poder, que conservaron hasta las ruinas de Jerusalén; el año 70 de la era Cristiana, época en que desapareció su nombre a consecuencia de la dispersión de los judíos.
Los Fariseos tomaban una parte activa en las contraversias religiosas; serviles observadores de las prácticas exteriores del culto y de las ceremonias, lleno de un celo ardiente de proselitismo, enemigos de los innovadores afectaban gran severidad de principios; pero bajo las apariencias de una devoción meticulosa, ocultaban costumbres disolutas, mucho orgullo y sobre todo, un amor excesivo de mando.
La religión era para ellos antes un medio de medrar que objeto de fe sincera. Solo tenían el exterior y la ostentación de la virtud; mas así ejercían una gran influencia sobre el pueblo, a cuyos ojos pasaban por “santos” y por esto eran tan poderosos en Jerusalén.
Creían, o al menos hacia ver que creían, en la Providencia, en la inmortalidad del alma, en la eternidad de las penas y “en la resurrección de los muertos”.
Jesús, que apreciaba ante todo la sencillez y las cualidades del corazón, que prefería en la ley el espíritu que vivifica a la letra que mata, se dedico, durante su misión a desenmascarar la hipocresía de aquellos y por consiguiente, tubo en ellos enemigos encarnizados; por esto se unieron con los príncipes de los sacerdotes para amotinar al pueblo contra El y hacerlo perecer.
Por mi cuenta, añado: si Jesús se presentase ahora, lo volverían a tachar de loco, y en los momentos que atravesamos, le harían volar por los aires en su primera charla o sermón; ya que el negocio de las sectas se vendrían a bajo, se acabaría el hablar en metáforas, en confundir a la gente humilde y sencilla, no tendrían mas remedio que volver a oír la clara voz del Mesías en todo su esplendor,  Es decir, El Evangelio con toda su pureza y Verdad.
El nos habla del Espíritu y no del cuerpo que es perecedero;  El nos dijo:
“Nadie puede ver el Reino de Dios, si no aquel que renaciere de nuevo”
Ahora tranquilamente veamos como el propio Maestro nos lo explica, insistiendo una y otra vez en los mismos, leamos con humildad, recogimiento y verdadero amor.
Su palabra es rotunda clara y sencilla, no confunde a nadie.
1) “Y vino Jesús a las partes de Cesarea de Filipo pregunto a sus discípulos: “¿Quien dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos dijeron: Unos que Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas. “El les dijo: Vosotros ¿quien decís que soy yo?” Tomando la palabra Simón dijo: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, por que no te lo ha relevado la carne ni la sangre, sino mi Padre que esta en los cielos”
(San Mateo capitulo 16 v 13 a 17) (San Marcos, capitulo 8 v 27 a 30)
2) “Y llego a noticia de Herodes el tretarca todo lo que hacia Jesús, y quedo como suspenso, por que decían algunos: “que Juan a “Resucitado” de entre los muertos”; y otros: “Que Elías hacia aparecido; “y otros: “Que un profeta de los antiguos havia “resucitado”. Y dijo Herodes: “Yo degollé a Juan; ¿quien, pues,  es este de quien oigo tales cosas? Y procuraba verlo”
(San Marcos capitulo 6 v 14 y 15), (San Lucas, capitulo 9 v 7, 8 y 9)
Después de la transfiguración.
3) “Y sus discípulos le preguntaron, y le dijeron: ¿Pues por que dicen los escribas que Elías debe venir primero? Y El les respondió: “Elías, en verdad, ha de venir, y restablecerá todas las cosas” – “Pero os digo que ya vino Elías” y no le conocieron, antes hicieron con el cuanto quisieron. Así también ellos aran padecer al Hijo del hombre. “Entonces entendieron los discípulos que de Juan el Bautista les havia hablado”
(San Mateo capitulo 17 v10 al 13), (San Marcos, capitulo 9 v10, 11, 12)
La reencarnación formaba parte de los dogmas Judaicos, bajo el nombre de “Resurrección”; solo los saduceos, que pensaban que todo concluía con la muerte, no creían en ellas.
(Lo mismo les ocurre hoy a un elevado número de los que se sienten cristianos).
Claro, la culpa no es de ellos,…volvemos a los mismo, “El ciego que guía a otros ciegos”…
Las ideas de los judíos en este punto, como en muchos otros, no estaban claramente definidas, por que solo tenían nociones vagas e incompletas sobre el alma y sus lazos con el cuerpo.
Creían que un hombre que havia vivido podía volver a vivir, sin explicarse con precisión la manera como esto podía suceder; designaban con la palabra “resurrección”, lo que la verdadera doctrina Espiritual, la que en verdad Cristo predicaba, llama mas juiciosamente “Reencarnación”.
En efecto, la “Resurrección”, supone la vuelta a la vida del cuerpo que esta muerto, lo que la ciencia, (repetimos) demuestra materialmente imposible; la reencarnación es la vuelta del alma o del espíritu a la vida corporal, pero en otro cuerpo nuevamente formado para el y que nada tiene de común con el antiguo.
La palabra “Resurrección” podía de este modo aplicarse a Lázaro, pero no a Elías ni a los otros profetas. Si, pues según sus creencias, Juan el Bautista era Elías, el cuerpo de Juan no podía ser el de Elías, puesto que se havia visto a Juan niño y se conocía a su Padre y a su madre.
Juan podía, pues, ser Elías, reencarnado, pero no “Resucitado”.
“Hermanos: Observad, que el Divino Maestro, nos aclara las ideas y conceptos, como dirigiéndose a chiquillos, y como dice un conocido sacerdote, (no olvidemos que todos llevamos dentro el chiquillo que fuimos y no hemos dejado de ser) y lo hace sin doble fondo, con luminosidad, insistiendo en su contenido, ese fue su grato mensaje: “la muerte no existe”.
¿Quien gana confundiendo a las masas?, no lo entiendo.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES PARTE 1



Por muchas vueltas que doy a mi cabeza, no acabo de entender esas palabras del sacerdote en una misa de difuntos cuando dice: “Resurrección de los muertos” o más aún “Resurrección de la carne”…Observo el rostro de los dolientes y me pregunto: ¿que estarán pensando estas pobres criaturas?
Lo más chocante del asunto es, que es verdad, pero ocurren dos cosas: o lo ignoran o le prohíben decir toda la verdad, en este último caso, ¿Que ganan con ello?..., o si ganan…
Si dijesen la verdad no habría templos los suficientemente amplios para acoger a tantas criaturas, deseosas de luz para poder razonar su fe.
Es increíble a estas alturas del siglo XXI, decirle a una pobre madre, ignorante del asunto, que solo conoce la materia que le rodea, que el cadáver de su hijo allí presente, va a “resucitar”, ¿porqué no le explica cómo y cuando?. “El ciego que guía a otro ciego, los dos caerán al precipicio” ¿Qué inocente criatura que ignora el Verdadero sentido de las palabras del Maestro puede creer esto? Dicen también: “Dios lo resucitará en el último día”. ¿Cómo resucitar un cuerpo después de un tiempo corrupto y putrefacto?, arrollado por un tren, incinerado, destrozado por un proyectil, etc.… ¿el ultimo día?, ¿qué día?
Alguien me responderá: “Ahí esta la fe del cristiano”.
¿Cómo tener fe en algo que no se cree, en algo irrazonable e imposible? La ciencia demuestra que esto es irrealizable, desde el punto de vista material.
Toda fe que no se razona, se entiende o comprende, es una “fe farisea”, es adoptar una posición acomodativa y sin compromisos.
Por lo tanto, donde no existe una Fe razonada, no hay creencias ni amor en el corazón.
Se  estaréis preguntando: ¿tiene lógica explicación el dogma de la “Resurrección”?, por supuesto, tan sencilla y transparente, como severa y rotunda.
En los Sagrados Evangelios, nos lo explica con total nitidez el Supremo Maestro de Nazareth, nos lo aclara con palabra fácil y sencilla, hasta para ser entendida por los niños, al alcance de todas las mentalidades; pero ocurre la desgracia, que cada religión o secta lo amolda a sus propios intereses sin ninguna clase de escrúpulos; y si a esta insana intención añadimos la postura cómoda de aquellos que se dicen “creyentes” pues tenemos el resultado de lo que vemos a diario; “Ande yo caliente y ríanse la gente”.
Dicen unos: “A mi me dejas de complicaciones, con mi fe, me basta y me sobra”, otros, muy serios responden: “Confesando mis pecados al sacerdote, éste me absuelve y ya estoy nuevamente limpio”, es decir, se pasa toda la vida pecando y el cura absolviéndolo, después, aquí paz y allí gloria” increíble, pero cierto.
Debido a esa infantil creencia, la cual no acato pero respeto, la criatura vive una falsa felicidad que le hace estancarse en el error y las tinieblas.
Me insisten alegando: ¡es que Jesús perdono sus pecados a Magdalena!, también dio potestad a sus discípulos para que perdonasen, y no solo siete veces, sino setenta veces siete; Él diría más, se ha de perdonar siempre, pero ¡ojo!, ¿cuál fueron las palabras del Maestro a la mujer?: ¿ninguno de esos te ha condenado?, yo tampoco te condeno, mujer, vete en paz y “no vuelvas a pecar”.
Dios es mucho mas que un simple dogma impuesto por los hombres, Él rige el Universo bajo  la justa y exacta Ley de Causa y Efecto arropada por su misericordia e inmenso Amor a su Creación, donde el ser humano es su máxima expresión, todo aquel que infringe la Ley comete errores y ha de compensar su falta, por ello nos da miles de oportunidades.
No, no me estoy refiriendo a ningún misterio, nada que se refiera a Dios encierra misterio, con Su ayuda, y la de las fuentes donde encontré la luz, intentare dar una explicación sencilla y lógica, descorreremos el tupido velo para que las criaturas humildes y buenas, “no tengan miedo a la muerte carnal, y así, asimilen lo que nos quiere decir el sacerdote con las palabras “Resurrección”.
Los soberbios y orgullosos ellos mismos se condenan, pero, lo quieran o no, al final de su obtusa tozudez, también verán La Luz, tardarán y sufrirán mas, pero la verán, Dios no deshereda a ninguno de sus hijos; cuando cansados y agotados de arrastrarse por este planeta de expiación y pruebas, se aparten del fatal materialismo que no les deja ver un palmo ante sus ojos; “¡Que tiempo perdí tan absurdamente!”, dirán en sus lamentaciones.
Insisto, la piedad del Señor continuará dándonos otra oportunidad más, y otra, y otra…
Si la Luz se hizo en mí y en millones de hermanos, ¿por qué no en toda la faz de la Tierra y el mundo sería un auténtico paraíso?
En mi mente, como en la mente de cualquier persona de facultades mentales normales, jamás tendría cabida la idea de la “resurrección de la carne”, como ya he dicho, imposible matemáticamente probado por la ciencia. Entonces, aquellos que hablan en el nombre de Dios, ¿qué quiere decir con: “Dios los resucitará en el último día”?
¿Se estarán refiriendo al “último día de vida carnal, cuando el espíritu o alma, en verdad, vuelve a la vida, a su vida espiritual?, ¿o se están refiriendo a nacer otra vez?”
¿Por qué no se aclaran?, ¿Por qué no explican el asunto?
Repito siempre con amor y respeto, ¿lo ignoran, o se les prohíben?
Veamos, relajémonos, con la fe puesta en Dios, empezaremos siempre con humildad, a buscar la Luz que nos hará Razonar la Fe.
No nos adelantemos a los acontecimientos juzgando algo que aún desconocemos; leamos siempre en dulce calma.
Existe un sublime y grandioso Libro espiritual, el cual, consulté, (aunque todo mi trabajo está apoyado en el evangelio), y una de las primeras indagaciones que hice fue referente a la “reencarnación”, (¡No, no amigo lector, no dejes de leer, te lo suplico, continua y darás gracias a Dios!), esto es lo que leí: (Pregunta: “El dogma de la “resurrección de la carne” , ¿es la consagración de el “de la reencarnación”?)
(Respuesta:) ¿Cómo queréis que no sea así? Sucede con esa palabra lo que con muchos otros, y es que sólo parecen absurdas a ciertas personas, por que se las toman literalmente, y por semejante razón engendran la incredulidad. Pero dadles una interpretación lógica, y aquellos a quien llamáis libres pensadores las admitirán sin dificultad, por lo mismo que reflexionan: por que no lo dudéis,esos libres pensadores no desean otra cosa que creer.  Tienen como los demás, acaso más, sed del porvenir, pero no pueden admitir lo que la ciencia rechaza. La doctrina de la pluralidad de existencias es conforme a la Justicia de Dios; solo ella puede explicar lo que es inexplicable sin ella. ¿Cómo queréis, pues, que ese principio no esté consignado en la misma religión?
(Pregunta): ¿Así, pues la misma iglesia con el dogma de la “resurrección” de la carne enseña la doctrina de la “reencarnación”?
(Respuesta): Evidentemente. Por otra parte, esa doctrina es consecuencia de muchas cosas que han pasado desapercibidas, y que dentro de poco serán comprendidas en este sentido. No tardara mucho en reconocerse que la esencia Espiritual de la cual, la iglesia poco, o nada se preocupa, es la llamada a devolver al Cristianismo sus verdaderos y auténticos valores”.
¡Cuanto dolor mitigarían, cuanta esperanza darían a esos pobres dolientes que creen haber perdido para siempre a ese ser amado!, si en vez de decir durante el responso: “Será resucitado en el ultimo día”, dijese: “Este hermano que yace ante nosotros, sigue vivo, pero en Espíritu. Lo único que ha muerto en él, es su materia que para nada le sirve ya; seguro que estará ya en presencia de otros que le precedieron; ahora de él depende el avanzar hacia la Luz, o continuar estancado en las tinieblas del pecado”.
Los dolientes entenderían con facilidad que se les habla directamente del espíritu, pero jamás de la carne como vulgarmente se quiere dar a entender, de esta manera, poco a poco la luz de la razón penetraría en sus apenados corazones destrozados por el dolor, el hablarles claro, seria como suave bálsamo de Amor.
Por eso sabemos decir: “La Verdad sobre la vida Espiritual, salta a cada paso del texto mismo de las Sagradas escrituras”.
El tener conciencia cierta y seguridad de la Vida Espiritual, no es motivo para creer que se va a destruir la religión, como pretenden algunos, por el contrario, esta creencia, viene a confirmarla, a sancionarla, con irrecusables pruebas.
Mas como ha llegado el tiempo de no usar ya el lenguaje fijado hay que expresarse sin alegorías, y dando a las cosas un sentido claro y preciso que no pueda ser objeto de ninguna falsa interpretación. He aquí por que dentro de poco tendremos gentes mássinceramente religiosas y creyentes que no tenemos hoy.
En efecto, ya he dicho que la ciencia demuestra la imposibilidad de la “Resurrección” según la idea vulgar. Si los restos del cuerpo humano continuasen siendo homogéneos, aunque fuesen dispersados y reducidos a polvo, aún se concebiría su reunión en el tiempo dado; pero no pasan así las cosas.
El cuerpo está formando de elementos diversos: oxígeno, hidrógeno, azóe, carbono, etc; por medio de la descomposición estos elementos se dispersan, pero para servir a la formación de nuevos cuerpos, de modo que la misma molécula de carbono, por ejemplo, habrá entrado en la composición de muchos miles de cuerpo diferentes. Siendo definida la cantidad de la materia, e indefinidas sus transformaciones, ¿cómo cada uno de esos cuerpos podría reconstituirse con los mismos elementos?
Esto envuelve una imposibilidad material. No puede, pues, admitirse racionalmente la “Resurrección de la carne”, mas que como una figura que simbolice el fenómeno de la reencarnación, y entonces nada en ella repugna a la razón, nada que esté en contradicción con los datos de la ciencia.
Verdad es que según el dogma la “Resurrección”, no ha de verificarse hasta el fin de los tiempos, mientras que según la Doctrina Espiritual, es decir, la primitiva, nos dice muy juiciosamente que tiene lugar cada día; pero ese cuadro del juicio final, ¿no es también una bella y gran figura que oculta, bajo el velo de la alegoría, una de esas verdades inmutables, para la que no existirá escéptico cuando sea explicada en su verdadero sentido? Medítese bien la teoría espiritual sobre el porvenir de las almas y sobre su suerte a consecuencia de las diferentes pruebas que han de sufrir y se verá que, exceptuando la simultaneidad, el juicio que las condena o absuelve no es una ficción como creen los incrédulos. Observemos también que es consecuencia natural de la pluralidad de mundos, hoy completamente admitida, al paso que según la doctrina del juicio final, la Tierra es el único mundo que se juzga habitado.
¡Otra barbaridad más!, cuando es el propio Maestro el que nos asegura: “La casa de mi Padre, vuestro Padre, tiene muchas moradas…”
Una culpa muy grande también la tiene los medios de información y difusión, de esta ceguera que padece gran parte del globo. ¡Qué tiempo tan vilmente perdido! ¡Cuanta programación absurda!... En televisión, ¡cuántas larguísimas series o novelas, todas basadas en lo mismo, la violencia, la histeria, prostitución, drogas!… ¡pobre juventud!
¡Cuantos artículos extensos y banales ocupan paginas de diarios y revistas! ¡Cuantos vicios y corrupción se ofrece a la inocente y hermosa juventud!... en fin, hermanos míos, con tanto como hay que decir…, la sociedad calla, y el que calla otorga… ¡Por Dios, hagamos algo, por que aun hay tiempo, no hay que perder la esperanza!
La televisión, ese monstruo que se cuela en todos los hogares con su brutal poder de convocatoria, ¡cuanto bien haría a la humanidad! ¡Donde dejamos ese infernal ruido al cual llaman “música” que junto al alcohol y demás drogas están eliminando a la linda juventud!; la arrastran a un abismo ciego y fatal, la violencia esta a flor de piel en muchos de ellos, todo esto acarrea la ruina de miles de hogares… A veces me pregunto, ¿Será esta una estrategia más de los gobiernos para así, tener distraída o algo más, eliminada, a la juventud y no darle opción a pensar?
Se estaréis preguntado: ¿Que tiene que ver todo esto con el tema de la “Resurrección” o reencarnación?
¡Claro que tiene que ver y muchísimo! Si hace tiempo se hubiese enseñado la Verdad, el freno al libertinaje, al vicio, a la guerra, entre religiones y otras guerras, a la locura, y al descontrolado materialismo, seria una realidad.
El hombre habría entendido quien es, de  donde viene y a donde va.
En concreto, viviríamos como verdaderos hermanos, sin guerras, sin odios,… y sobre todo, sin ningún temor a la muerte, por que entenderíamos a la perfección esas alentadoras palabras del Maestro, cuando nos dice: “Todo el que cree en mi, aunque haya muerto vivirá”
Lo, que estoy escribiendo no es una utopía, sino una aplastante realidad, cuando al final, la Luz se haya hecho en tan solo una persona, me sentiré el ser mas feliz del mundo, al sentirme útil de haber aportado mi granito de arena en bien de la humanidad.
Llevo escrito muchísimos folios, siempre con el mismo mensaje, con la misma noble y sana intención de intentar de hacer llegar a los demás esa gran Luz de verdad que el mismo Jesús de Nazareth nos trae con palabra clara y en toda su pureza, con su Mensaje de Salvación, sin inútiles comparaciones, supersticiones, etc.: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Mas adelante desmenuzaremos Su palabra tal y como El la sintió, en su puro y exacto contenido, como también las sintieron aquellos que con lagrimas en los ojos y cantando hosannas al Señor, caminaban hacia el circo para ser devorados por las fieras, ante el estupor de Nerón, que no entendía como podían cantar si iban a la muerte, ¡como aquellas criaturas después de muertas reflejaban en sus rostros, la paz y la serenidad, y no el horror como el esperaba, no entendía que aquellas inocentes criaturas a penas sintieron los primeros zarpazos, sus espíritus ya iban por el Camino de la Verdad y la Vida…es decir, sabían entonces lo que hoy sabemos un buen numero de personas y las grandes religiones se obstinan en ocultar.
No me explico por que desvirtúan sacrílegamente el noble y esperanzador sentido del Evangelio para confundir a tantas inocentes criaturas, que también, por que no decirlo una vez mas, se sienten satisfechas con la cómoda doctrina que les presentan.
Si estas líneas que escribo solo son leídos por amigos de mi entorno nada habré conseguido, por que ellos ya poseen la Luz; pero si al igual que ellos este escrito llegase a manos de seres afligidos, desengañados, a los que con mucha razón ya no creen en nada… me sentiría feliz de corazón.
Con todo el Amor y respeto que mana de mi alma, también dedico este humilde trabajo a ti, que sin maldad, pero si con ironía, te reirás al comenzar a ojear estos renglones que gracias al rayado me salen recto, pero apuesto algo a que al final cambiarás de opinión.
Con el pensamiento en todos vosotros he dado este paso. Quizás sea esto lo ultimo que escriba, siento escozor en los ojos, me lagrimean mucho, a veces se me borran las letras…,los años no pasan en balde!...
¡Que regalo del Señor si esto llegase a publicarse!
Para qué mayor recompensa que este humilde trabajo llegase a todas las escuelas del mundo, y los pequeñitos crecieran con esta Luz de amor, Verdad y esperanza.
Una generación de la Justicia y Paz moraría en la Tierra, donde  su insignia seria la  Moral Evangélica en el respeto a los demás.
Jesús nos habla hasta para ser entendido por los niños.
Sin más demora vuelvo a suplicar perdón por si alguien se sintiese molesto, algo imposible.
Cuando es el Amor de Dios el que te incita a escribir no puede existir otra razón que hacer el bien por mismo bien.