domingo, 23 de febrero de 2014

LOS VICIOS



VICIOS SOCIALES


El Tabaco. Motivos de este hábito dañino y algunas de sus consecuencias.
Alcoholismo y estupefacientes. Consecuencias sociales y espirituales de éstos.


Al igual que en todos los tiempos, cuando el ser humano alcanza cierto grado de desarrollo económico, tiende a buscar la felicidad en los placeres, con lo cual cae en la trampa de los hábitos viciosos. Y el vicio es un error de cálculo en la búsqueda de la
felicidad. Es un espejismo que atrae, pero que sólo atrapa a los débiles, y a los que se dejan llevar por el deseo, ejerciendo luego dominio sobre ellos. Bien sabido es ya que los vicios se pagan con pérdida de salud y de fortuna y se recuerdan con arrepentimiento.

Da pena ver a tanta gente camino del suicidio involuntario, conducida lentamente por los vicios. Porque, los vicios, tal como los conocemos hoy, son contrarios a las leyes naturales. Nuestro organismo solo exige la satisfacción de sus necesidades naturales, que son muy pocas y fáciles de satisfacer. Pero, cuando dejamos arraigar en nosotros hábitos viciosos, tales como las bebidas alcohólicas, el fumar, el sensualismo, el juego, los estupefacientes, etc., llamados deleites y goces; esos hábitos arraigan en la psiquis y llegan a exigir violentamente la satisfacción de los mismos.

Quien no tiene el vicio de las drogas, por ejemplo, no tan sólo no las desea, sino que tampoco piensa en ellas. Quien no tiene el hábito vicioso de tomar vinos y licores, no los apetece ni el cuerpo se los pide; aunque sí, por medio de esa sensación de sed le pide agua para atender al normal funcionamiento del organismo. Quien no tiene el hábito de fumar, el cuerpo no le pide la satisfacción de esa artificiosa necesidad; pero, en cambio le pide aire puro para oxigenar la sangre y limpiarla de los desgastes y desechos de la asimilación orgánica. Quien no sea esclavo del hábito de las golosinas de confitería, no siente la menor necesidad de ellas, en cambio, el cuerpo le pide imperiosamente alimento que lo mantenga, y al satisfacer esa necesidad señalada por la sensación de hambre, queda satisfecho.

Comencemos con un breve análisis del vicio que aparenta ser el más inofensivo: el hábito de fumar. El tabaco, base de ese hábito, es uno de los tantos enemigos del hombre y más aun de la mujer; enemigo que estos protegen y cuidan con esmero. Mejor dicho, la planta que produce la hoja del tabaco, no es enemiga de nadie; pues, como todo en la creación, ha de tener un objeto útil, como las aplicaciones que comienza a descubrir la medicina homeopática (detalle aparte al final de esta lección).

El tabaco, tal como se usa actualmente en el fumar, es un veneno. Si bien es verdad que el organismo moviliza los recursos necesarios para contrarrestar la acción tóxica de la nicotina y otros alcaloides dañinos contenidos en el tabaco, mediante la producción de antitoxinas defensivas, no es menos verdad que siempre queda en el organismo un residuo considerable. Para que tengáis una idea de su toxicidad, no tenéis más que probar haciendo que un adolescente fume un cigarrillo entero, y veréis que al terminar sentirá mareos y malestar. Análisis de laboratorio se han hecho de los sudores fríos que han seguido a esa condición, a ese ensayo, revelando tener varias substancias tóxicas peligrosas, que el organismo en su defensa expulsó por el sudor.
Además del alquitrán residual del cigarrillo que va acumulándose en las paredes de los bronquios y los bronquiolos y alvéolos pulmonares, la cantidad de nicotina y ácido prúsico que recibe cualquier fumador moderado, es suficiente para causar la muerte a una persona abstemia si es ingerida en una sola vez. Y 50 mg. de nicotina pueden matar a cualquier fumador moderado, si le son inyectados en una sola vez; sin embargo, un fumador muy viciado soporta hasta 100 mg. en el transcurso del día, sin consecuencias mortales. Y esto es debido al intenso trabajo que efectúa el organismo en permanente proceso de desintoxicación, carga ésta onerosa que requiere energías que el organismo ha de tomar de su economía. De aquí que, el fumador inveterado tenga debilitadas las defensas y menores reservas para resistir cualquier invasión microbiana y atender a otras necesidades orgánicas.

La mayoría de los cardíacos no resisten el tabaco. Los hepáticos, cuyo hígado funciona con dificultad hasta para filtrar substancias inofensivas, son otras tantas víctimas de la acción insidiosa del tabaco. Pues, el tabaco con su contenido de nicotina, ácido prúsico, amonia, extractos azoados, ácido málico, ácido tánico, etc., sobrecarga ese órgano ya enfermo, agravando la salud. Amén de otros trastornos como son irritaciones bronquiales, pulmonares y estomacales. Además, la inhalación de cierta cantidad de gas venenoso en forma de monóxido de carbono. Son muchos los casos de dispepsia por la ingestión de la saliva contaminada, la cual afecta la secreción de los jugos gástricos y enzimas, tan necesarios para una buena asimilación. Y algo bien curioso, es el hecho comprobado del poco paladar de los fumadores, debido a que la nicotina atrofia la sensibilidad de las papilas del paladar.

Las mujeres son las más sensibles a las toxinas del tabaco y afecta a sus órganos de reproducción. Entre otros males, les congestiona la garganta enronqueciendo la voz (voz masculina), lo cual le resta feminidad. A fuerza de sufrir los efectos constrictivos del tabaco sobre los vasos sanguíneos, la mujer que fuma pierde prematuramente el frescor del rostro y el brillo de los ojos (la conjuntiva se empaña). El cutis se marchita y arruga prematuramente, porque, afecta a las células de los tejidos, lo que hace que las arrugas comiencen antes de tiempo.

Otro de los enemigos del hombre, causante de muchas desdichas humanas, es el alcohol, especialmente en los hogares de la gente de menor cultura. No el alcohol propiamente, que tiene muchas aplicaciones útiles; sino el uso y abuso de las bebidas alcohólicas, que está tomando incremento en la clase trabajadora y siendo ya causa de muchos males, como la delincuencia, accidentes personales y de automóvil, y otros muchos que mantienen las cárceles llenas de infelices que directa o indirectamente hasta allí el alcohol los ha llevado.

No vamos a analizar los diversos aspectos de este vicio degradante, por demás conocido por vosotros, ni las consecuencias humanas, ya que resultaría muy extensa esta exposición. Pero sí, es necesario traer a vuestro conocimiento algo que es ignorado y que es causa principal de tanto vicio, especialmente alcohólico.

Como conocéis ya, todo ser humano al desencarnar, lleva consigo sus gustos, tendencias, sentimientos y vicios; pues, la muerte del cuerpo orgánico no destruye los deseos, ya que estos no son físicos sino psíquicos.

Después de la muerte física, cuando el vicioso se encuentra sin cuerpo carnal que le facilita el acceso a los medios de satisfacción del vicio, en este caso la bebida, su deseo se intensifica. Y aquellos que desencarnan víctimas de este vicio, al comienzo se desesperan al no poder saciar ese deseo. Y sufren angustias mayores que la privación en la vida de la carne, ya que ésta es un atenuante. Y en el caso del vicioso alcohólico, no puede elevarse y va a los lugares donde acostumbraba a beber, e intenta tomar el vaso de vino o licor de los que están tomando, lo que es causa de desesperación al no poder conseguirlo. Entonces, se acerca a los que están bebiendo y hace esfuerzos por absorber el olor que, aunque no le sacia le alivia un poco, ya que en los vapores del alcohol va contenida la parte etérica del alcohol. Y cuando el alcohol pasa a la sangre, comienza la volatización hasta alcanzar la forma etéreo astral que esos viciosos desencarnados succionan por el aura del bebedor. Prácticamente, es una acción de vampirismo, ya que además succionan la vitalidad de la víctima. Y en los casos de borrachos habituales, la obsesión llega a anular la voluntad del bebedor.

Si pudiéseis apreciar las escenas grotescas en los bares y locales donde expenden las bebidas alcohólicas, os asustarían, os causaría horror ver como entidades elementales desencarnadas, viciosas, se aglomeran y precipitan sobre los bebedores succionando y tratando de absorber los vapores del alcohol. Generalmente se apegan a una persona de voluntad débil a quien inducen (obsesionan) a beber, empujándolo (mentalmente) hacia bares, tascas, etc..

En toda clase de vicios acontece lo mismo. El individuo que ha comenzado en alguna de las modalidades viciosas, es asediado por desencarnados viciosos que tratan de inducirlo al vicio; y esos seres viciosos desencarnados se valen de todos los medios posibles para conseguir sus fines. Como están ociosos le siguen por todas partes para conocer sus puntos débiles. En el caso del bebedor, provocan con frecuencia disgustos en el hogar a fin de llevarlo a la bebida.

Pero esto no quiere decir que toda persona que tome un vaso de vino en las comidas vaya a caer víctima de esos obsesos. Recordad que, en todo, prima la ley de afinidad. Suele acontecer más frecuentemente en las personas de voluntad débil; pero no así en las de voluntad fuerte, capaces de resistir fácilmente las tentaciones. Mucho podríamos extendernos en este tema de los vicios sociales. Pero, recomendamos que, si no queréis caer víctimas de esos vicios repugnantes, si no queréis caer víctimas de esa clase de obsesos más repugnantes todavía, apartaos de las bebidas alcohólicas y de los lugares frecuentados por viciosos.

Tened presente que, cada vez que cedáis a los impulsos de un mal hábito, tales como el alcohol, tabaco, juego y otros, perderéis vuestra libertad, el don más preciado para el ser humano. Y si permitís que algún vicio os domine, os convertiréis en esclavos de ese vicio y con ello retrasaríais vuestra evolución.

Debido a que a nuestras conferencias asisten jóvenes y adolescentes, dado que en el momento actual una parte de la juventud y adolescencia está cayendo víctima de los estupefacientes, necesario es hacer algunas reflexiones sobre este tema.

Por desventura, existen ciertos individuos, irresponsables de baja ralea que, en su afán de lucro, no vacilan en valerse de medios ruines y criminales como son la propagación del uso de ciertas substancias o drogas alucinógenas que están penetrando ya hasta en los escolares.

El camino de perdición es muy seductor para la juventud. Oye embelesadores cantos de sirena que embargan sus sentidos. El dios del placer subyuga al joven y a la joven con su mágico hechizo, y le embriaga y extravía con los incentivos de placeres paradisíacos que excitan su imaginación. y solo un conocimiento de las consecuencias puede librarles de la caída, cuando circunstancias desafortunadas colocan ante él o ella, la oportunidad de “probar”. Y otros, ya mayorcitos, en su vida vacía ¡pobres criaturas! van buscando atolondradamente nuevos placeres, para caer en las garras del vicio o vicios degradantes y del dolor.

Los estupefacientes más comunes son: morfina, cocaína, opio, marihuana, hachis, grifa y otras drogas narcóticas que traficantes sin escrúpulos presentan en cigarrillos, caramelos y dosis inyectables, etc. Estos y otros estupefacientes, conocidos también como drogas narcóticas, comienzan produciendo una excitación en las células cerebrales y nerviosas, y con su parte etérica también en la psiquis, produciendo una euforia alucinatoria que transporta a sus víctimas a un “paraíso” artificial momentáneo, de corta duración,sumiendo luego al toxicómano en un estado de depresión de indecible tortura y desesperación, al desaparecer la acción de la droga.

Y a poco de su uso, quien haya caído en esa trampa, tiene que ir aumentando la dosis,pues la anterior ya no le hace el efecto deseado. Y el estado depresivo sigue en aumento, por lo que el toxicómano se desespera y todo lo sacrifica por la obtención de la droga que le saque de ese estado terrible de tortura. Ya no busca el placer como en el comienzo, busca salir de ese estado de tortura psicofísica, de alucinaciones horribles que, cual fantasma, le persiguen. Y en su tormento, busca desesperadamente la droga que le libere. Y en esa angustia, van pasando días y días, hasta que la obtención de la droga se le hace más difícil, y para cuyo objeto no vacila en valerse del robo, etc.; y entonces trata de huir de sí mismo, porque la vida ya no le ofrece sino sufrimiento, y comienzan a pensar en el suicidio como puerta de escape, que muchas veces ejecutan, pero las más de las veces les falta valor; y solo las clínicas especializadas pueden rehabilitarles.

La causa de la caída en el vicio de los estupefacientes está en la ignorancia, porque quien los conozca jamás caerá en el error. Y la puerta de entrada es, generalmente, la ociosidad perturbadora, carentes de un objetivo de vida y que falto de un ideal, cedieron a las insinuaciones de malas compañías. Y el remedio está en la educación, al comienzo de la adolescencia, exponiendo con claridad, el peligro a que conducen esos y otros vicios ocultos, a fin de que, cuando algún descarriado le hable de ellos, el adolescente esté ya en guardia y pueda dominar la curiosidad, evitando la caída.

Todo hábito vicioso es contrario a las leyes naturales, e impedimento de progreso espiritual (objeto único de las vidas humanas); y es un lastre que mantiene a las almas viciadas apegadas al plano físico al desencarnar y en las secciones tenebrosas del astral inferior o mundo psíquico de las almas.

SEBASTIAN DE ARAUCO

¿QUÉ ES Y QUÉ ESTUDIA EL ESPIRITISMO?



¿Qué es y qué estudia el espiritismo?

“Es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espí­ritus, y de sus relaciones con el mundo corporal”
(Allan Kardec)
El espiritismo es igualmente una doctrina de pensamiento y una filosofía de vida que se basa en todo lo concerniente al espíritu humano; desde su estancia en la Tierra formando parte de un cuerpo físico, como posteriormente, tras la muerte de este, en el más allá, explicando y estudiando las interrelaciones existentes entre ambos planos y los fenómenos a que estas dan lugar.
El espiritismo engloba dentro de sí mismo tres aspectos dife­renciados pero que se complementan entre sí: filosofía, ciencia y mo­ral.
Es filosofía pues se trata de una escuela de pensamiento enca­minada a dar explicación al origen, destino, evolución y aspectos del comportamiento humano; buscando la trascendencia de los hechos y su solución mediante razonamientos lógicos y sencillos, comprensi­bles para la gran mayoría de las personas.
Es ciencia porque promueve el estudio científico y exhaustivo de todos los fenómenos ( anímicos, psíquicos, espiríticos o mediúmni­cos) relacionados con el alma humana. Abarcando también la génesis, su estudio filosófico y las consecuencias ético-morales; siendo muchas de las veces corroborados como ciertos, dando carta de naturaleza a postulados y principios mantenidos por esta doctrina desde hace más de un siglo. Muchas de estas conclusiones vienen a ser confirmadas paralelamente al avance de la ciencia en campos como la psiquiatría, la neurología, la psicología, la genética, etc.
Es moral porque en ningún momento queda limitada la codifi­cación espírita a la simple elucidación filosófica, sino todo lo contrario; supone una auténtica filosofía de la vida, orientando al ser humano a llevar a la práctica aquello que estudia y comprueba; éste es el último fin y principal motor del espiritismo; llevar al hombre a una práctica encaminada hacia el perfeccionamiento íntimo, mediante unas reglas y normas basadas en el código moral más sublime y perfecto de la humanidad: el pensamiento de Jesús.
¿Para quién está dirigida la doctrina espírita?
Esta ciencia del espíritu conjuga perfectamente la simplicidad de sus postulados con la profundidad de los mismos. Sintetiza y expli­ca el sentido de la vida, certifica y prueba la inmortalidad del alma a través de la mediumnidad, nos aclara las desigualdades humanas, el porqué del dolor, cómo actúa la justicia divina, cuál es nuestro origen y destino, nuestra relación con la divinidad; y en general multitud de preguntas que nos realizamos los humanos.
Pero todo ello lo hace desde la sencillez; no se convierte en algo abstracto o difícil de entender únicamente apto para mentes ele­gidas; antes al contrario, está dirigida a todo aquel que quiera profun­dizar en las causas y el origen de la vida, sea cual sea su nivel social o cultural.
¿Cuáles son sus principales postulados?
                        Dios como causa primera e inteligencia suprema.
                        Inmortalidad del alma.
                        Comunicabilidad con los espíritus.
                        Pluralidad de Mundos Habitados.
                        La Reencarnación
                        El código ético-moral del evangelio de Jesús.
                         
¿Es el espiritismo una idea espiritual anquilosada?
En absoluto, es una filosofía reciente hasta cierto punto, ya que surge a mediados del siglo XIX, con apenas siglo y medio de exis­tencia. Pero ya ha demostrado dos cosas en este tiempo; la primera, haber superado el pesimismo filosófico del XIX (Schopenhauer, Niet­zsche, Comte, etc.) y al materialismo positivista del siglo XX (*) (cada vez más la ciencia progresa y confirma muchas de las premisas que el espiritismo avanzó en su momento).
Así pues, es una idea en permanente actualidad; baste detallar el pensamiento científico de su codificador, el científico y pedagogo Hippolyte León Denizart Rivail (Allan Kardec), que al respecto afirmó: “El espiritismo, marchando con el progreso, nunca se desbordará, por­que si nuevos descubrimientos le demuestran que está en el error sobre un punto, se modificará sobre ese punto; y, si una nueva verdad se re­velara, la aceptaría” O esta otra frase: “Prefiero rechazar noventa y nueve verdades antes que aceptar una sola mentira”
¿Qué relación tiene el espiritismo con la doctrina predicada por Jesús?
Total; es la base de su estructura ético-moral. El espiritismo propugna la vuelta a los postulados del cristianismo primitivo, en lo que al sentido profundo de las enseñanzas del maestro Jesús se refie­re; así pues los preceptos de ”ama al prójimo como a ti mismo”, “Per­dona a tus enemigos”, “Haz el bien sin mirar a quien”, los pone en pri­mer lugar junto a otros muchos. Pero además de su sentido necesario para la redención humana, el espiritismo hace algo más; les otorga la importancia que tienen no sólo como pauta de comportamiento sino como necesidad imperiosa del ser humano para conseguir el bienes­tar psico-físico y emocional que se precisa.
Para ello, detalla la importancia de los efectos que nuestra conducta suponen para nuestra felicidad futura y nuestra salud men­tal y emocional; aclarando mediante su investigación científica que Jesús, además del mayor referente moral de la humanidad, fue el más importante psicoterapeuta de la misma, al indicar cómo desde
nuestro interior podemos alcanzar el equilibrio y la armonía en fun­ción de nuestros patrones de conducta moral en el bien.
¿Qué transcendencia tiene el espiritismo?
Es muy importante, porque es la filosofía de vida del presente y del futuro; aclara lo que otras no hacen al probar la inmortalidad del alma humana, explica la coyuntura actual en la que se debate el pla­neta (bloque posterior sobre la transición planetaria); nos ayuda a en­tender nuestra posición en el universo, así como nuestra relación con humanidades de otros planetas (“En la casa de mi Padre hay muchas moradas”).
Responde de “tú a tú” a las preguntas que se le puedan plan­tear, dejando siempre en la mente de quién a él recurre, la libertad de pensamiento y de convencerse por el mismo; ya que no está dentro de la doctrina espírita hacer prosélitos para su causa, sino únicamente mostrar la realidad de la vida espiritual para que cada cual desde sus “creencias” pueda complementar sus conocimientos mediante una fe que pueda enfrentar cara a cara a la razón.
Así pues existen mahometanos, católicos, calvinistas, budis­tas, metodistas, luteranos, etc., que, sin renunciar a sus “creencias”, las complementan y amplían con las premisas que el espiritismo les presenta.
Al llegar directamente a lo íntimo de la persona, esta doctrina filosófica, científica y moral, satisface y aclara las cuestiones y proble­mas internos del alma humana; ofrece un camino de redención en la más pura ética del maestro Jesús, exento de ritos, dogmas y prejuicios religiosos; de aquí su trascendencia y su importancia como una filoso­fía de vida superior.
“No hay fe inquebrantable sino aquella que puede mirar a la razón cara a cara en todas las épocas de la humanidad”.
Allan Kardec
¿Es lo mismo espiritismo que mediumnismo? ¿Qué es la mediumnidad?
No. La mediumnidad ha existido desde siempre; mucho antes de que apareciera el espiritismo; y es una facultad del ser humano para poder comunicar con el plano espiritual, con los espíritus desencarnados. Las sibi­las, oráculos, profetas, sacerdotes y magos de la antigüedad eran personas con estas capacidades.
La mediumnidad, al ser una facultad de la psique; y que opera des­de el peri-espíritu es algo independiente de cualquier doctrina o filosofía. La mediumnidad es pues una facultad natural. Es el sexto sentido, como la definió Charles Richet, Premio Nobel de Medicina, en su obra “Tratado de Metapsíquica” . El mérito del espiritismo consiste en explicar su funcio­namiento; los perjuicios y beneficios de su buen o mal uso, el objeto de su existencia y para qué puede servir al hombre en su avance evolutivo.
Así pues podemos decir que sanadores, videntes, paranormales, etc., pueden ser médiums y ejercer su actividad mediúmnica sin tener co­nocimiento alguno de espiritismo. Es pues preciso aclarar que el espiritis­mo no tiene nada que ver con el mediumnismo; aunque el primero, es la única ciencia que detalla, desarrolla y explica los fenómenos mediúmnicos, su tipología, sus características y el por qué se producen, adelantando a su vez las normas y premisas responsables de un ejercicio de la mediumnidad coherente y altruista, además de beneficioso para el que la posee y para el prójimo.
¿Cuál es el objeto de las comunicaciones espíritas y de las facultades espirituales en general?
El más importante: probar la inmortalidad del alma. Demostrar la continuidad de la vida después de la muerte. La eternidad del espíritu crea­do por Dios a su imagen y semejanza. Además de ello, un ejercicio de las facultades mediúmnicas o espirituales al servicio del bien, de forma altruis­ta y desinteresada, permite, al que lo realiza, rescatar deudas del pasado y avanzar en su camino evolutivo.
Hay diferentes tipos de facultades mediúmnicas, pero por lo general aquel que la posee, ha pedido antes de encarnar una oportu
nidad para progresar espiritualmente más en menos tiempo, ya que se encuentra atrasado en el camino evolutivo; motivo por el cual se le concede la oportunidad de una facultad para que la ejerza correcta­mente en el bien dando testimonio de la inmortalidad, de humildad y de superación constante al servicio de los demás.
Cuando esto no se hace, el espíritu se endeuda todavía más; contrayendo nuevas responsabilidades ante la ley y perjudicando no­tablemente su adelanto evolutivo. Así pues, lejos de lo que muchos creen, una facultad medúmnica no es atributo de perfección o eleva­ción, no es un don de Dios, sino una importante oportunidad de pro­greso para el espíritu endeudado en el pasado.
Por supuesto existen excepciones; las de aquellos espíritus elevados que vienen a la tierra con grandes facultades mediúmnicas que se denominan como “mediumnidad natural”; cuyas capacidades se han desarrollado debido a la elevación moral y espiritual del espíri­tu que la ejerce. Son los grandes iniciados, los “famosos milagros” de los que hablan las religiones y que no tienen nada en contra de la ley natural; el espiritismo los explica con claridad y nitidez, al comprender las capacidades del alma humana y su desarrollo mediúmnico acorde perfectamente con las leyes del espíritu y la materia.
A continuación, abordaremos uno de los principios del espi­ritismo que esta doctrina aclara como ninguna otra, y que no puede estar de más permanente actualidad; nos referimos a la pluralidad de mundos habitados y la posible venida a la tierra de extraterrestres ac­tualmente, en un futuro o a lo largo de la historia de la humanidad.
(*)“Sostengo que el reduccionismo científico rebaja de manera in­creíble el misterio de lo humano con su prometedor materialismo, con la pretensión de poder explicar todo cuanto sucede en el mun­do espiritual por medio de patrones de actividad neuronal. Esta idea debe catalogarse como superstición. Debemos reconocer que somos criaturas espirituales, dotadas de almas que moran en el mundo espiritual, así como seres materiales cuyos cuerpos y cere­bros existen en un mundo material” .

Sir John C. Eccles (1903-1997) PREMIO NOBEL DE FISIOLOGIA

EXTRATERRESTRES Y PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS


¿Hay vida en otros planetas?

Como ya hemos comentado anteriormente, ante la inmensidad
e infinitud del universo que se nos presenta; ante los millones de soles, trillones de planetas y otras magnitudes inabarcables, ningún astrónomo, cosmólogo, biólogo, antropólogo o filósofo serio niega la existencia de vida en otros planetas.
Los modernos telescopios como el Hubble, que orbita en el exterior de la tierra, nos confirman nuevos planetas descubiertos con condiciones atmosféricas y biológicas similares a la tierra. Recientemente se ha descubierto, mediante sondas enviadas al espacio, un planeta gemelo de la tierra en masa y temperatura a 20 millones de años luz bautizado como Gliese 581 y fuera del sistema solar. Más cerca de nosotros existen planetas con agua y condiciones de albergar vida cerca de la tierra, incluso con posibilidad de vida no en superficie sino en el interior de los mismos, donde se dan las condiciones necesarias para el resurgimiento de la Vida. Todo esto estudia la exobiología, ciencia que analiza y estudia las condiciones de vida extra-terrestre.
El proyecto SETI de la NASA viene estudiando la búsqueda de vida inteligente fuera de la tierra desde hace décadas, invirtiendo cantidades astronómicas en el desarrollo de proyectos no sólo de búsqueda sino de comunicación y contacto con otras humanidades.
Año 610 A.C. Anaximandro de Mileto. Primer astrónomo conocido,
nos habla de la infinitud del Universo, de los cuerpos celestes y la pluralidad de mundos. Siendo estos últimos infinitos en número y naciendo y pereciendo en el cosmos.

¿Quiénes son y cómo son?

Existen, sin duda alguna, muchísimos planetas habitados en los que florecen civilizaciones con grados de adelanto muy diversos; superiores, análogos o inferiores al nuestro. Resulta ridículo pensar
que, un minúsculo planeta como la Tierra, sea el único del universo que tenga el privilegio de ser habitado. La grandeza y perfección de Dios contrastaría con la idea de crear un universo infinito, exclusivamente
para adornar nuestras noches estrelladas sin ninguna otra finalidad
y con una única humanidad inteligente.
Bajo la comprensión de la ley de evolución espiritual, los planetas
son las escuelas de aprendizaje para las humanidades; donde el espíritu reencarna y avanza en su progreso evolutivo. Y al igual que en la tierra existe vida diferente en diversos ámbitos, como la vida marina,
la microbiana, la bacteriana; en otros planetas la vida ha podido
desarrollarse de formas biológicas muy diferentes a las que aquí conocemos, en función de sus propias condiciones atmosféricas, de temperatura, etc.
Por ello las formas no son tan importantes; no obstante sabemos,
mediante informaciones del mundo espiritual, que el espíritu humano, con raciocinio, voluntad propia e inteligencia, presenta patrones
biológicos similares, no iguales, en diferentes mundos. A mayor
evolución, el cuerpo físico se vuelve más sutil, menos denso, y las condiciones biológicas cambian notablemente.
Las reencarnaciones en los planetas moralmente evolucionados
son extremadamente provechosas, ya que el espíritu controla perfectamente su materia a través de la mente; y sus emociones se dirigen
conscientemente al desarrollo de las potencialidades de ámbito superior como el amor.

¿Nos visitan? ¿Desde cuando?

Existen vestigios desde el principio de los tiempos. Prácticamente
todas las civilizaciones antiguas presentan leyendas y tradiciones,
algunas han llegado hasta hoy: los visitantes de las estrellas; los Dioses que vinieron a la tierra y además se mezclaron con las hijas de los hombres.
Tradiciones sobre los ángeles caídos, restos de tecnologías superiores,
de edificaciones imposibles sin la ayuda de una ciencia superior,
de inscripciones, pinturas, murales, que plasman naves interestelares,
astronautas con sus trajes espaciales, etc. Apareciendo también en los textos antiguos como la Biblia y otros, los “carros de fuego”, bolas luminosas, los arrebatamientos al espacio.

Año 1440. El Cardenal Nicolás de Cusa en su obra ”Docta ignorantia”
argumenta que: “en cada región celestial podemos encontrar
habitantes que, aun siendo distintos de nosotros en su naturaleza,
deben su origen al poder creador de la divinidad”.

¿Qué pretenden?

Si fueran enemigos o persiguieran planes de conquista, no habrían
esperado a que el hombre avanzara en el conocimiento de la tecnología y el armamento que ahora posee; sin duda nos hubieran invadido hace siglos. Las apariciones de ovnis auténticas, dejan bien a las claras su poder tecnológico. Sus pretensiones son sin duda amistosas,
y tienen mucho que ver con la etapa que actualmente vivimos en el planeta; y que desarrollaremos con mayor amplitud en el bloque temático siguiente al referirnos a la transición planetaria.
No obstante podemos avanzar que, por simple progreso y evolución,
las leyes del universo mantienen el libre albedrío en el hombre y también en las relaciones de las distintas humanidades que pueblan el cosmos, bajo unos parámetros de fraternidad universal. Nuestro planeta todavía es menor de edad en el avance moral, y por ello no le está permitido tomar contacto con otras civilizaciones exteriores; por el riesgo que representaríamos para ellas en nuestra inconsciencia y el egoísmo que todavía nos domina.
Es por ello que, en otras partes del universo, los intercambios interplanetarios entre mundos avanzados es una constante y una norma básica, donde los más adelantados ayudan solidariamente a los más retrasados. Esto mismo es lo que ellos hacen con nosotros; desde el anonimato, bajo las instrucciones del mundo espiritual superior, y siguiendo las directrices del gobernador espiritual del planeta, el maestro Jesús.
Desde ese mismo anonimato, y con su superior tecnología, actúan
desde la disuasión; están velando para que la inconsciencia del hombre no cometa un atentado contra sí mismo que ponga en peligro no sólo esta humanidad, sino el equilibrio cosmológico y cosmogónico
de nuestro sistema solar y de otros planetas habitados que se verían afectados por un acto de irresponsabilidad que pudiera destruir nuestro planeta (nuestra capacidad atómica actual lo hace posible).
Así pues, la visión más acertada que podemos tener de estos
seres es la de unos “hermanos mayores” que, bajo directrices totalmente
altruistas y espirituales, vienen a ayudar a nuestra humanidad. No desde ahora, sino desde hace milenios en los que han estado presentes
entre nosotros.
“Aunque no puedo estar seguro, los humanos no podemos estar solos, Dios es infinitamente Creativo”
Robert Collins, profesor de Filosofía - Pensilvania (USA)

¿Existen extraterrestres negativos?

Rotundamente, no. Son pues ilógicas, muchas de las teorías que circulan acerca de que existen extraterrestres de baja condición que propician intenciones perversas con nuestro planeta. Los que no tienen una condición moral superior no pueden venir a este planeta. Fuera, en el universo sí existen humanidades más atrasadas incluso que la tierra donde habitan seres primitivos a los que no les está permitido
entrar en contacto.
A veces se invoca el hecho de raptos, experiencias físicas de contacto con seres de otros planetas que realizan cirugías, trasplantes y que afectan a las personas. En estudios realizados a individuos que dicen haberlas sufrido se comprueba que, un porcentaje casi total de los mismos, presentan una alta sensibilidad psíquica, lo que nos induce a afirmar que esas experiencias, a pesar de parecer reales, son vividas por estas personas a nivel psíquico. Y el origen de las mismas, tiene su sentido en el trabajo desarrollado
por el mundo espiritual negativo; espíritus perversos, bien preparados intelectualmente que pretenden distraer, confundir y perturbar
a estas personas con esas experiencias, haciéndose pasar por seres de otros planetas, al tiempo que consiguen desprestigiar el auténtico
sentido de la presencia de los mismos.



Paul Davies, Físico de la Universidad de Arizona: “si la aparición de la vida y la mente es consecuencia de las leyes del universo, la primera estaría muy extendida; no sería un aspecto colateral al desarrollo del cosmos sino algo fundamental.”

viernes, 14 de febrero de 2014

EL ALMA SEGUN FLAMMARION


Los Espíritus y el Espiritismo”, que el gran astrónomo hizo
publicar en la Revista Francesa, de febrero/1863. La materia es una
exposición de la historia y de los principios del Espiritismo relatando las
primeras manifestaciones en América, su introducción en Europa y su
conversión en doctrina filosófica.
Reproducimos aquí, interesante artículo y a la vez entrevista del
afamado escritor E. Percy Noel, Publicado en el Diario Excélsior, del 3 de
septiembre de 1924 (México). Su título es: Cómo es el Alma, según
Flammarion.
“La más inesperada impresión que se recibe de Flammarion, es la de
su gran sinceridad y falta de pretensión. Siempre fue así. Nunca procuró
títulos, ni honores; no quiere que lo conozcan como sabio.
Hace algún tiempo le preguntó una señora en qué basaba ciertas
previsiones astronómicas.
–Fue una idea que se me ocurrió– dijo. Respuesta digna del profundo
filósofo que es.
Otro día, me decía, bajo la cúpula del Observatorio de Juvisy:
–Nunca encontré razones para que la ciencia se oculte bajo sombrío
manto. Siempre la amé por la belleza que nos revela. ¡Oh! ¡El estudio!
Jamás ambicioné otra cosa que poder estudiar.
El público juzga que sus libros acerca del cielo se leen con el placer
de una novela. No obstante, su exposición, es la de la más exacta de las
ciencias.
Se puede decir, que en ellos está basada el alma de este hombre
encantador, irradiando simpatía, con 80 años de edad, ojos llenos de
dulzura, modesto, con su enmarañada cabellera blanca, sobre todo en los
momentos en que muestra su tesoro.
En la cúpula del telescopio, se detuvo ante un mapa de la Luna y me
dijo con una sonrisa:
–Vea ahora mis propiedades– y marcó con el dedo un punto en el
mapa, cierta mancha de la Luna a la que los astrónomos dieron el nombre
de Flammarion.
–Pero– agregó con su inalterable sonrisa –, no es bueno hablar de
propiedades en estos días, cuando los impuestos son tan elevados.
El primer trabajo científico de Flammarion fue un tratado de
matemática sobre las dimensiones de las estrellas, escrito a los 20 años,
cuando estaba empleado en el Observatorio de Luxemburgo. Fue el primer
sabio que enunció la idea de saber si Marte está habitado, problema al que
consagró más de sesenta años de estudios científicos, que se tradujeron en
varios mapas del planeta, los cuales cada año se tornan más completos.
Sus estudios sobre la muerte y sus misterios datan también de
muchos años, pero no tienen el mismo carácter que sus trabajos sobre
astronomía. Es el resultado secundario de su concentración en el estudio
de los cuerpos celestes, de sus incansables esfuerzos para penetrar con la
vista el espacio y para aprender los secretos guardados por la distancia.
Después de llegar a ser un astrónomo competente, añadió al estudio
de lo visible en los cielos un profundo interés por el misterio de los espíritus
invisibles. Sólo en los últimos años consagró mucho de su tiempo a ese
asunto, seleccionando el mejor material que logró acumular en cincuenta
años, sacando sus conclusiones de las pruebas más indiscutibles:
“La Iglesia nos dice que el cielo, el infierno y el purgatorio son las
moradas de los Espíritus. Aunque aceptemos eso, nada impide que
busquemos más. Las investigaciones acerca de la naturaleza del alma
después de la muerte y su existencia deben hacerse siguiendo el mismo
método que se emplea en las demás investigaciones de carácter científico,
esto es, sin prejuicios, sin ideas preconcebidas y procurando colocarnos
fuera de toda influencia sentimental o religiosa.
Después de las investigaciones que practiqué, animado de ese estado
espiritual, declaro que existen las manifestaciones post mortem. Baso esta
aserción en hechos que desafío al más escéptico de mis contradictores a
explicar, sin admitir ninguna acción de parte de los muertos.
Muchos de los hechos que cito aquí, se hallan tan bien demostrados,
que están fuera de toda duda, y los que niegan o son ignorantes o carentes
de lógica.
No fue sin que yo lo provocase que él se expresó en términos tan
enérgicos. Procuré hacer que hablase con la mayor amplitud y logré
resumir así sus conclusiones.
El alma existe como ser real, independiente del cuerpo. Está dotada
de facultades que son, todavía, desconocidas para la ciencia humana.
Puede operar a distancia telepáticamente, sin la intervención de los sentidos.
Existe un elemento psíquico, activo de naturaleza que, nos es oculta.
Las observaciones más incontestables no dan lugar a dudas de que,
en ocasión de la muerte, el alma opera a una distancia de kilómetros sobre
la mente de los vivos, haciéndoles oír ruidos demostrativos y presentándoles
el espejismo de la persona moribunda.
Hay varias proposiciones que me siento autorizado a formular como
definitivamente establecidas:
Los seres humanos fallecidos y a los que se acostumbra llamar
muertos, continúan existiendo después de la disolución del organismo
material.
Existen en una substancia invisible e intangible, que nuestros ojos no
ven, que nuestras manos no pueden tocar y que nuestros sentidos no
pueden apreciar en las condiciones normales.
En general no se muestran ni se manifiestan. Su forma de existencia
es muy diferente de la nuestra. A veces actúan sobre nuestra mente, y en
ciertos casos, pueden demostrar su supervivencia. Cuando influyen sobre
nuestra mente y nuestro cerebro, los vemos como los conocimos, con sus
ropas, sus modos, su personalidad. Es una percepción de alma a alma. No
son alucinaciones, ni visiones imaginarias. Son realidades. Lo invisible se
hace visible.
En gran número de casos, las apariciones de los muertos no son
intencionales. La persona muerta parece continuar con sus hábitos, errando
alrededor de los lugares en que vivió, o no muy lejos de su tumba. Mas, la
distancia nada importa a los Espíritus. Las ondas etéreas emanan del alma
y se transforman en cuadros para el cerebro receptor que vibra en sintonía
con ellos.
Las apariciones y manifestaciones son relativamente frecuentes en
las horas que siguen al fallecimiento; su número disminuye con el
transcurso del tiempo.
Las almas separadas de los cuerpos conservan su mentalidad
terrestre durante largo tiempo. Los católicos, con frecuencia, piden
oraciones.
Verificamos que la muerte no existe. Es una evolución. Es la puerta
de la vida.
–¿Y dónde están las almas?– Pregunté. –¿Qué hacen? ¿Son felices?
“–Son de acuerdo con lo que hicieron en esta vida.
El karma de los teósofos es una realidad. Los seres que viven sólo
para lo que es material y sólo por la materia, no gozarán de los placeres del
Espíritu. Los sibaritas de la carne se sentirán desencantados. Los sensuales
pasarán a través de una evolución largo tiempo retardada. El progreso
espiritual no es el mismo para todos. Las reencarnaciones se relacionan con
los valores intelectuales y morales. La atmósfera está llena de nómadas
inconscientes y tal vez de la mayoría de los millares de seres humanos que
mueren diariamente.
Al abandonar la vida terrena el alma no se torna angélica. La muerte
no puede convertir al hombre en omnisciente. El alma, ya lo vimos, no se
transforma al día siguiente de la muerte. La guillotina es incapaz de
transformar un bandido en santo.
¿El cielo? Es el espacio universal, la vía láctea en la que nuestro
planeta es una aldea perdida. No hay alto ni bajo en el Universo, que es
inconmensurable. Con respecto a la leyenda de los eternos sufrimientos del
infierno, difícilmente vemos que pueda concebir eso, la razón humana.
Después el astrónomo nos mostró el camino del parque que rodea
el Observatorio. Había allí un pinar plantado por el emperador de Brasil.
Por fin se detuvo en un prado, en forma de estrella, donde yace
sepultada su esposa.
–Ésta es mi tumba– dijo en tono nostálgico. –¡Aquí, entre los
árboles, en esta soledad del silencio!
Cuando regresaba a París, leí la dedicatoria del libro que me
ofreciera: Después de la Muerte.

Decía: “De parte del perpetuo estudiante C. Flammarion”.”