viernes, 27 de junio de 2014

Ve hacía aquel


amar a los enemigosVe hacia aquel que llamas enemigo,
ve que te dí algo que él necesita.
Observa su ruina y llora por él,
olvida tu cima, camina con él.
Muéstrale la luz que yo te mostré,
siembra en él amor que yo en tí sembré.
Cuando aquel te hiera debes entender
la oportunidad que te viene hoy,
de hacer solo el bien al mirar a aquel
que mucho te odió; quien no lo hará más
cuando llegues hoy justo a su dolor
y lo cubras de un destino mejor.
Uno donde muerte y tiniebla serán
opacadas por una gran luz.
La luz de los hombres que siempre estará,
la buena semilla que vas a sembrar.
Te digo ve hacia aquel a quien amarás,
y dale hoy lo que te tienes por dar.
“…Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” Lucas 6:27-36