jueves, 29 de enero de 2015

Yo soy la persona que ella abortó

   Yo soy la persona que ella                        abortó

Gianna Jessen

“Soy adoptada. Tanto mi madre como mi padre biológicos tenían 17 años de edad. Ella tenía siete meses y medio de gestación cuando decidió acudir a la Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), que es la proveedora de abortos más grande del mundo, y allí le aconsejaron someterse a un aborto de término tardío de solución salina. Esta solución se inyecta en el vientre de la madre. El bebe traga la solución que le quema por dentro y por fuera. Entonces la madre da a luz a un bebé muerto en el plazo de 24 horas”.
“Pero para la sorpresa y el shock de todos, no nací muerta sino viva el 6 de abril de 1977, en una clínica abortista en el condado de Los Ángeles”.




“Lo fantástico de todo esto, del momento perfectamente oportuno de mi nacimiento, es que el abortista todavía no empezaba su tarea, así que ni siquiera tuvo la oportunidad de continuar con sus planes respecto a mi vida, es decir, la muerte.”
Son las palabras de Gianna Jessen, una joven norteamericana que sobrevivió a un aborto, en una conferencia testimonial que ofreció en Australia en el año 2008. 

sábado, 24 de enero de 2015

EL MAS ALLA DEL SUICIDA

                  Vivimos inmersos en un universo en el que no hay fronteras entre la dimensión física y la dimensión espiritual, donde estas co-existen y se ínterpenetran constantemente, produciéndose un intercambio permanente de energías, de vibraciones….en que la mente, tanto de encarnados como de desencarnados, genera constantemente pensamientos, atrayendo a otras entidades de acuerdo con la calidad moral de que se revisten los mismos y sintonizando con aquellas otras mentes que se mueven de la misma frecuencia y franja vibratoria, uniéndose dichos pensamientos, tanto si son buenos o malos, con aquellos otros pensamientos de las mismas características, que refuerzan y fortalecen,de esta forma, la psicoesfera mental, ya sea positiva o negativa, de cada uno de nosotros.



CONFERENCIA DE ALFREDO TABUEÑA





LA MUSICA EN EL MUNDO ESPIRITUAL


XXI Congreso Espírita Nacional “La música en el mundo espiritual; equilibrio para el alma” 

                    POR VICTOR RUANO


domingo, 11 de enero de 2015

DIARIO DE UN OBSESOR( Cap.1 y Cap2)



        ¡Tic-tic… tic-tic… tic-tic… tic-tic, tic-tic, tic-tic… tic, tic, tic, tic, tic!

        ¿Eh? ¿Cómo? Ah, sí, por fin sonó la alarma del reloj. Ya iba siendo hora, caramba, que me estaba aburriendo de tanta espera. Son las ocho en punto de la mañana. Por fin este desgraciado se despertará y podré retomar mi trabajo. ¡Maldito seas tú, Roberto y todos los de tu estirpe! Este es para mí el mejor momento del día, cuando te acabas de levantar, cuando tu mente está blanda como el barro fresco, moldeable. Es el instante ideal para depositar en ella mi mala huella a fin de que esta te acompañe a lo largo de toda la jornada. Pero ¡qué asco me das, examigo y excompañero! 

        Tantas fechas juntos disfrutando del trabajo en la oficina, compartiendo esfuerzos, consultándonos ambos las cuestiones más difíciles para sacar adelante nuestras respectivas tareas. Y cuando mejor iban las cosas, cuando todo parecía ir de maravilla, me apuñalaste por  detrás y me hiciste caer en la peor de las trampas que se puede tender a un amigo: la pérdida de la confianza, el golpe traicionero que no esperas, la falta de lealtad, la deshonestidad… No acabaría nunca si me pusiera a enumerarlas una a una. ¡Quién iba a decirlo! Pero estas cosas, aunque deploren la condición humana, ocurren y una vez que suceden, no cabe mirar hacia el otro lado sino que hay que responder rápido y con agresividad a la ofensa recibida, al bofetón que la indignidad y la cobardía de tu mejor colega te ha propinado en mitad del rostro. 

        ¡Dios, qué dolor, qué afrenta! Por si no lo sabes, yo no soy un estúpido y este Eusebio que te habla, que te observa y que te controla a cada segundo que transcurre, ha dejado de ser la persona tontorrona e inocente del pasado. Ya he espabilado lo suficiente y aunque no te lo creas, tú has sido el principal artífice del despertar de mi astucia, gracias a los palos que me diste por la espalda y que tanto sufrimiento me causaron. ¡Qué gran verdad es que se aprende tanto de los disgustos de la vida!

        Me obligaste a sentir pena de mí mismo, a compadecerme como una criatura indefensa y desdichada que lo perdió todo, pero mira bien que al final, la verdad siempre resplandece por más que la pretendieras esconder con tu infame actuación. Yo ya sospechaba algo, o quizá fuera el autoengaño lo que me mantenía a salvo de ahogarme en la propia laguna de mis pensamientos, o tal vez tuviera pánico a destapar un asunto al que no pretendía mirar ni de refilón. 

        ¡Ay, mi buena Carolina! Es cierto que yo fui el gran perjudicado por esta estafa emocional que me costó hasta la misma vida, pero mi amor, tú fuiste la gran damnificada por obra y gracia de este maldito embaucador de afectos. Él fue el que te dejó viuda y rota por dentro en mil pedazos. Llevábamos diez años felizmente casados como pareja ideal. Es verdad que no teníamos hijos pero no por imposición del destino sino simplemente porque no deseábamos que ninguna criatura interfiriera en nuestro idilio permanente. Cuando nos conocimos, nos sentíamos henchidos de ilusiones, esperanzados por un brillante futuro de pasiones amasadas que se estrechaban en el devenir de nuestros rumbos. 

        Bastaba tan solo una mirada entre nosotros para que tú me comprendieras a mí y yo te entendiera a ti. Eras una criatura celestial, tan vital, tan plena de los más blancos sentimientos que siempre había espacio en mis oraciones para dar gracias al cielo por haber permitido que te cruzaras en mi camino. Reconozco que en nuestra última etapa habíamos perdido un poco el encanto de esa magia que de continuo nos envolvía, pero por más indicios de los que yo pudiera sospechar, jamás me habría imaginado que ese traidor te iba a absorber tus más bellos pensamientos hasta introducirse en tus adentros y en el bosque de tus intimidades.

        Tú, mi flor que jamás se marchita, eras tan clara, tan transparente a las pupilas de mi alma, resplandecías tanto ante los ojos de la vida, que aunque ha pasado el tiempo aún confío en que puedas venir a mis brazos de nuevo, pues has de saber que te sigo queriendo como el primer día en el que trenzamos nuestras miradas y en el que supimos que estábamos hechos el uno para el otro.

        Mi dulce Carolina, tu nobleza ha resultado cercenada por las artimañas tejidas por la mente turbia de alguien que compartió conmigo sus secretos más recónditos. Y pensar que era él el que se mostraba tan sonriente y educado cuando el muy desgraciado ya te tenía entre sus brazos, él, que se mostraba tan atento y colaborador en la oficina ante mis requerimientos, cuando con una mano me ofrecía su amistad y con la otra clavaba una daga sobre mi garganta hasta romper mis venas.

        Debes perdonarme una y mil veces, mi amor. Quizás durante el último período no estuve lo suficientemente pendiente de ti; debería haber procedido con una mayor vigilancia, siendo más observador para darme cuenta de la taimada acción de ese bastardo que arruinó el curso de mi existencia sobre la tierra que pisábamos. Cuántas comidas de la empresa compartimos, cuántos momentos hablando de nuestros temas, de nuestras inquietudes. Y él tan complaciente, tan amable, y yo como un imbécil, sin saber que estaba urdiendo un plan que acabaría con mi matrimonio y hasta con mi aliento. Cuanto más lo pienso, más me maldigo, por mi estúpida irresponsabilidad que ahora, querida mía, ya ves, tan cara me ha costado.

        No te preocupes más, mi Carolina, que este ser tan perverso no va a escapar sin castigo. Yo sé cómo responder a su afrenta y sé cómo golpearle donde más le duele. He aprendido mucho en este período, he adelantado en conocimientos y ahora que estoy viendo  resultados gracias a mi persistente labor, no voy a desistir, no voy a abandonar mi tarea sino que le apretaré aún más hasta exprimirle todo el jugo de mala hiel que lleva dentro y  dejarle seco. Te prometo que no me detendré hasta destruirle, al igual que él hizo conmigo y con nuestra maravillosa relación. Ese es mi objetivo: quiero que sufra como yo, que pase por la angustia de sentirse traicionado, decepcionado, engañado. Eso es lo único que ocupa en la actualidad mi cabeza. No pararé hasta contemplar a este depravado arrodillarse ante mí pidiendo perdón por la infamia cometida.


        Todavía recuerdo el fatídico momento, aquel en el que se reflejó en mis pupilas la noche más oscura de mi alma, el instante supremo que me arrastró a mi propia aniquilación. Un buen amigo me avisó de que os había visto juntos en un hotel en las afueras de la ciudad. Quise evadirme de esa presión psicológica, la de no querer mirar al espejo de la realidad, pero debí entender que la advertencia tendría una buena razón de ser, porque el compañero que me pasó tal indicación era persona seria que jamás me había fallado y en la que tenía toda mi confianza.

        Finalmente, no pude resistirme al murmullo cada vez más creciente que en cuestión de minutos corroía mi pensamiento y decidí investigar por mi propia cuenta la terrible conjura denunciada. Con el miedo en el cuerpo y un nudo en mi garganta, me dirigí al lugar donde supuestamente os habíais reunido. Agazapado y sin descender del coche, te vislumbré, amada Carolina, en la lejanía de los cristales de la cafetería, sentada al lado de una mesa. Pero para mi sorpresa ¡estabas sola! Efectué un largo suspiro como dando gracias al cielo por si todo había resultado una bendita equivocación, pero de repente, acabada la fugaz ilusión, volví a agobiarme y me di cuenta de que no existía otro motivo para que tú permanecieras allí salvo porque hubieras concertado una cita con alguien.

         Pronto, mis peores presagios se vieron confirmados cuando logré entrever la larga silueta de ese infame hombre. Cuando al sentarse junto a ti te agarró la mano para a continuación darte un cálido beso en los labios, mi mundo se resquebrajó y un terremoto de magnitudes colosales provocó que la casa de mis sueños se hiciera añicos. Sentí la sangre circular por mis adentros a trompicones, como las aguas por una tubería que se inunda por primera vez.

        ¡Dios mío, cómo detesto mi cobardía! Ahora lo veo claro. ¿Por qué hay que llegar hasta estos extremos, incluso el de morir, para darte cuenta de ciertas cosas? No pudiendo resistir por más tiempo aquella denigrante escena que me  arañaba hasta hacer sangrar los pliegues de mi alma, decidí huir de la batalla y tomé la decisión más estúpida de mi existencia: escapar de allí.

        Tendría que haberme armado de valor, haber bajado del auto y acercarme al hotel, penetrar allí y aun dando el espectáculo, haberle propinado una soberana paliza y un brutal escarmiento a aquel falso amigo. Cómo hubiera cambiado el discurrir de mis días si en ese momento hubiera desenmascarado a la figura de ese judas. ¡Ay, qué desgraciada resultó mi actuación! Esfumarme entre las sombras en vez de intervenir con valentía, salir de allí en vez de enfrentarme al problema para acabar con él desde la raíz. Todos los días me sigo arrepintiendo por haber insertado la llave de contacto, encendido el vehículo y largarme sin dirección ni destino de aquel decorado tan perturbador.

        Ay, mi Carolina, tú solo conociste el resultado final de mi alocado proceder pero no los pormenores que me condujeron a un final tan nefasto. Al no poder soportar más la indignante película que desfilaba ante mi vista, me evadí y comencé a encadenar, en singular secuencia trágica, error tras error. Aquella espiral me trasladó en poco más de una hora a la otra orilla del mar donde ahora me encuentro.

        Atenazado por la herida mortal infligida a mi orgullo, no pasó ni un cuarto de hora cuando elegí parar en un motel al lado de la carretera. Ansiaba tomar algo para disipar la angustia que se arrastraba por mi cuerpo como una víbora que serpenteara por dentro de mí. Yo que solo había bebido en contadas ocasiones asociadas a fiestas o eventos extraordinarios, caí en la cuenta de que aquella era la ocasión perfecta para ingerir un trago que me aliviara, o dos, o tres… o los que hicieran falta. ¡Qué cruel fue mi reflexión para conmigo mismo! Cómo me acordaba de aquella tremenda frase atribuida a los borrachos: “beber para olvidar”. En aquella tarde, coloreada por los más oscuros nubarrones, pensé en que no me estaba embriagando para alejarme del recuerdo de lo que había presenciado sino para desaparecer de lo que más temía: mi propia conciencia. Cómo me odiab...continuará...a, cómo me despreciaba, cómo deseaba evaporarme de la vida allí mismo, sentado en el taburete de la barra y con mis codos apoyados sobre un frío mostrador… Por desgracia, se había activado el bucle infernal, esa espiral destructiva en la que te sientes traicionado por los demás y por el destino. Con la mirada perdida y el sonido del whisky cayendo por mi gaznate, se inició la cuenta atrás que te empuja a desertar de la misma existencia.

        No creo que permaneciera más de media hora en aquel establecimiento. Con el estómago vacío, pues salvo líquido nada sólido me entraba, sentí pronto los efectos del alcohol. Bajo una razón trastornada, un temporal de emociones se hizo cargo de mi entendimiento. Con ese valor inventado que te insuflan las copas, salí del bar cuando las sombras del crepúsculo se extendían ya por el cielo. Sin haber perdido aún la compostura, medio riendo, medio llorando, me dirigí a mi coche. Justo antes de abrir la puerta para introducirme en él, escuché a mis espaldas una voz intensa y melodiosa. Era un tono femenino y dulce que me interpeló como dándome una orden:

        - Espera, Eusebio. Escúchame solo un momento – dijo la desconocida.

        Me giré hacia atrás. Se trataba de una mujer hermosísima, envuelta en un vestido impecable y con gran equilibrio en todas sus facciones.

        - ¿Eh? ¿Quién eres tú? No te conozco y además ¿cómo sabes mi nombre? Jamás te había visto. ¿Qué quieres? Tengo prisa…

        - Solo pretendo consolarte, amigo, prevenirte ante lo que vas a hacer. Confía en mí, te he estado observando en la cafetería y me has dado la impresión de estar desesperado. Hablemos, volvamos a entrar y yo escucharé todo lo que tengas que contarme. Es mejor desahogarse ahora que no arrepentirse siempre. Dime una cosa ¿acaso prefieres conducir de noche y en tu estado?

        - ¿Cómo? Una desconocida no me va a decir a mí lo que tengo que hacer. ¿Quién te crees que eres? ¿Mi jefe? No estamos en la oficina, caramba, que ya soy un adulto, libre de tomar mis propias decisiones.






...continuará... con Cap 3.

domingo, 4 de enero de 2015

LOS ENEMIGOS DESENCARNADOS

    

LOS ENEMIGOS DESENCARNADOS
No siendo la muerte física el aniquilar de la vida, es natural que todos aquellos Espíritus que se transfieren de retorno para el mundo espiritual mantengan las características morales que  caracterizaban la individualidad.
Recuperando la lucidez después del deceso celular, vuelven  a la conciencia los mensajes que fueron  almacenados durante la trayectoria orgánica, auxiliándolos en la evocación de acontecimientos y hechos en los cuales participaron.
En algunas ocasiones no ocurre ese fenómeno en razón del estado de perturbación en el que se encuentran después del túmulo, manteniendo fijaciones enfermizas y conductas infelices.
Comprensiblemente, en el primer caso, resuenan con más facilidad  las impresiones vigorosas, aquellas que fuertemente herirán o dignificaran las emociones.
En ese capítulo, los sentimientos de animosidad que tipifican los Espíritus inferiores resurgen, llevándolos  a los procesos de angustia y resentimiento, que  procuran contornar mediante el esfuerzo a que se proponen contra aquellos que los afligieron y que permanecen en el viaje carnal.
Es comprensible que no poseyendo los tesoros morales de nobleza  ni de elevación, se dejan consumir por el odio, siendo llevados a las fuentes generadoras del sufrimiento que experimentan, en el caso, de las personas que se hicieron responsables por su desdicha.
Surgen, en esa fase, las vinculaciones psíquicas con los antiguos desafectos, aquellos que se tornaron motivo de su aflicción.
Reconociendo la razón del sufrimiento, sin, no en tanto, entender las causas profundas, aquellas que dicen respecto a la Justicia Divina, cara al conocimiento de la reencarnación y su  ley de Causa y Efecto, se convierten en inclementes cobradores de lo que suponen  ser deudas por ellos contraídas.
Disponiendo de movilidad y fijándose mentalmente al adversario mediante la afinidad moral, se inicia el doloroso proceso de obsesión, que tanto se presenta en forma de surto patológico, en el área de los disturbios psicológicos de conducta y de emoción, bien como en lenta y perversa inspiración enfermiza que termina por transformarse en trastorno más grave.
Cuando no se encuentran lucidos, son igualmente atraídos, en razón de la ley de sintonía existente entre deudor y cobrador, proveniente de la convivencia espiritual en las mismas fajas de inferioridad en el que se movimentan los encarnados y los desencarnados.
No sienta ninguna duda en cuanto a la influencia ejercida por los Espíritus en la convivencia con las criaturas humanas, especialmente con aquellas de naturaleza permisiva y vulgar, cruel e indiferente, en razón del estado moral en que aun se encuentran.
Pululan alrededor del planeta billones de seres espirituales en un estado primario de evolución, aguardando  la oportunidad de  reencarnar de nuevo, ya que se encuentran en un estado de penuria y de sufrimiento por la cual se transforma en parásitos dependientes de energías especificas,  que exploran y usurpan de los seres humanos que se les asemejan.
De ese modo, aquellos que se sienten perjudicados  de alguna forma, tiene mayor facilidad en inmiscuirse en la economía mental  y emocional de aquellos que consideran sus adversarios por los prejuicios que les han causado, persiguiéndolos  de manera consciente o no.
Los enemigos desencarnados constituyen un factor de desequilibrio en la sociedad terrestre que debe ser tomado en cuenta por los estudiosos del comportamiento y de las directrices sociológicas.
*****************
El mundo espiritual es preexistente al físico, real y fundamental de donde vienen las poblaciones humanas para donde retornan mediante el vehículo de la desencarnación.
El objetivo esencial de la desencarnación es propiciar el desenvolvimiento intelecto moral del Espíritu en su trayectoria evolutiva.
Poseyendo el psiquismo divino embrionario, en cada etapa del proceso de crecimiento se les desdoblan facultades y funciones adormecidas que se agigantaran a través de la eternidad, hasta que sea alcanzada la plenitud.
No obstante, los atavismos que permanecen como tendencias para repetir los gravámenes y conceptos erróneos a los que están acostumbrados, ejercen mayor predominancia  en la naturaleza de todos, aunque el Deotropismo que lo atrae  en la dirección fecunda y original de su casualidad.
La elección de conducta que define el rumbo de  la ascensión o de la caída, a fin de permanecer en el obscurantismo en relación a la verdad o en el esfuerzo dignificantes  del auto iluminación.
Cuando se esfuerza por el buen proceder, prosiguiendo en la vivencia de las reglas de la moral y del bien, liberándose de los grilletes de los vicios, más fácilmente alcanza  los niveles elevados de armonía  interior y los planos espirituales de felicidad, donde pasa a habitar.  Todavía, cuando se compromete en la acción del mal, es inducido a reescribir las paginas aflictivas que quedaron en la retaguardia, rescatando los delitos   practicados a través del sufrimiento o mediante las acciones de beneficencia que lo dignifican.
En razón de la comodidad moral y de pereza mental, se sitúa, no raro, en la incerteza, en la indiferencia en relación al engrandecimiento  o complaciéndose en las sensaciones nefastas, cuando podría elegir las emociones superiores para auxiliarse y para socorrer a aquellos a quien hay perjudicado, reparando los males  que fueron generados mediante los contribuciones  de amor educativo ofrecidos.
Los enemigos desencarnados, de ese modo, se vinculan a los seres humanos atraídos por las afinidades morales, por los sentimientos del mismo tenor, por las conductas extravagantes que se permiten.
*******
Nunca  desperdicies la oportunidad de ser aquel que cede en  contiendas inútiles  como perniciosas; de perder, en el campeonato de la insensatez, a fin de ganar en la paz interior; de servir con devoción, aunque otros se sirvan, explorando la bondad de su prójimo;  de ofrecer comprensión y compasión en toda y cualquier circunstancia que se te deparen; de edificar el bien donde te encuentres, en la alegría o en la tristeza, en la abundancia o en la escasez; de ofrecer esperanza, aun mismo cuando reine el pesimismo y la crueldad llevando a  al desanimo y a la indiferencia; de ser aquel que ama, a pesar de  las circunstancias perversas; de silenciar el mal, a fin de referirte aquello que contribuya a favor de la fraternidad; de perdonar, aun mismo aquello y a aquel que, aparentemente  no merezcan perdón; de enseñar correctamente aunque predomine la prepotencia, y por esa razón mismo…
Nunca te canses de confiar en Dios, sea cual sea la situación en la que te encuentres.
Vistiendo la coraza de la fe y esgrimiendo  el equipo del amor, tus enemigos desencarnados no encontraran campo emocional ni vibratorio en ti para instalar sus matrices obsesivas, permitiéndote seguir en paz, cantando  la alegría de vivir e iniciando la Era Nueva de felicidad en la Tierra.
Joanna de Ángelis

Página psicografiado por el  médium Divaldo P. Franco, en la sesión mediúmnica  la noche 28 de febrero del 2005, en el Centro Espirita Camino de Redención, en Salvador de Bahía.
Traducido al español por: M. C. R



            

jueves, 1 de enero de 2015

LA MEDIUM EUSAPIA PALADINO

En diversas épocas se constituyeron comités para investigar los fenómenos psíquicos. Los más importantes fueron la Sociedad Dialéctica británica, en 1869-70; la Comisión Seybert, norteamericana, en 1864, y la Sociedad francesa Institut Gènèral Psychologique, en 1905-08. Reunían los más reconocidos científicos y estudiosos de todas las ramas del conocimiento humano, con la finalidad de investigar escrupulosamente, con todos los medios al alcance, la legitimidad de las variadas experiencias con diferentes médiums.


Eusapia Palladino fue considerada por muchos como la médium más famosa y la más investigada de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, por la institución francesa, durante los años 1905, 1906 y 1907, en un total de 43 sesiones. No se posee la lista completa de los investigadores, pero figuraban entre ellos Charles Richet, Pierre y Marie Curie, Henri Bergson, Jean Baptiste Perrin, G. Charpentier y Debierne, rector de la Sorbona. Señala una etapa importante en la historia de la investigación, porque fue la primera médium utilizada en los fenómenos físicos por gran número de eminentes personalidades de la ciencia. Ningún médium ha sido más rígidamente tratado que ella, y la inmensa mayoría de los que la estudiaron, dijeron que su mediumnidad era realmente excepcional.


Las principales manifestaciones de Eusapia Palladino fueron el movimiento de objetos sin contacto, la levitación de mesas, de otros objetos y de la propia médium, la aparición de rostros y manos materializadas, la producción de luces, y la ejecución de trozos musicales con distintos instrumentos sin ningún contacto humano.


Eusapia nació en Bari el 31 de Enero de 1854 en el seno de una humilde familia y su madre murió al darla a luz; al año de edad sufrió una caída que le provocó una fractura de cráneo que hizo sospechar en consecuencias graves; a los 8 años asistió al asesinato de su padre y desde entonces la consideraron una niña con actitudes anormales. No podía concentrarse en nada, tenía alucinaciones y los amigos de su familia que la recogieron no sabían qué hacer. Sus facultades comenzaron a manifestarse a los 14 años, ante la sorpresa de todos, sin embargo, al conocer que era médium no mostró el más mínimo interés en desempeñar ese papel, aunque se prestó a participar en algunas sesiones para complacer a los suyos y evitar que la enviaran a un convento.


Vivió con su abuela un tiempo hasta que decidieron ubicarla como sirvienta en una casa de familia en Nápoles. El dueño de casa, aficionado a las reuniones mediúmnicas, observó enseguida que la presencia de Eusapia producía fenómenos físicos: movimientos de objetos, silbidos, ruidos de campanillas, instrumentos musicales sonando solos y manos invisibles rozando a los asistentes.


Resolvió consultar, y con la ayuda del Sr. Damiani, conocedor de técnicas aprendidas por él en Inglaterra, comenzaron la educación psíquica y el desarrollo de la mediumnidad de Eusapia cuando ésta tenía 22 años. El espíritu que se hacía llamar Juan King, vinculado con el espíritu Katie King, y presente en muchas de las sesiones mediúmnicas de aquellos tiempos, asumió el papel de su guía o director.


Adquirió fama por los fenómenos tan variados y asombrosos que se manifestaban por su intermedio, pero abandonó la actividad mediúmnica para aprender a bordar, casarse y abrir un taller de costura.


El médico napolitano Ercole Chiara, la convenció en 1886 para que iniciase nuevamente el ejercicio de su facultad y comenzó entonces la época durante la cual la estudiaron profundamente. Chiara invitó públicamente a Cesare Lombroso para que emprendiera una investigación, y en su carta da la siguiente descripción de Eusapia: “Se trata de una mujer casi inválida que pertenece a la clase más humilde de la sociedad. Tiene cerca de 30 años y es muy ignorante; su aspecto no tiene nada de fascinador, ni parece dotada del poder que los criminólogos modernos llaman irresistible, pero cuando así lo desea, lo mismo de día que de noche, puede tener cautivo a un auditorio una o dos horas con los más sorprendentes fenómenos”.


Hasta 1891 Lombroso no aceptó la invitación, pero al finalizar las sesiones con Eusapia, el afamado psiquiatra y criminalista declaró su arrepentimiento por haber sido escéptico, manifestando: “Me siento confundido y apenado por haber combatido tantas veces la posibilidad de los hechos espiritistas” . Esta declaración se debió además, a que Lombroso en esas sesiones pudo reencontrarse con el espíritu de su madre materializado.


Esta declaración, proveniente de un estudioso de tal prestigio, estimuló a importantes científicos de Europa a emprender diversos trabajos de investigación psíquica, y Eusapia quedó sometida por espacio de varios años a sesiones encaminadas a demostrar la realidad de los fenómenos.


En 1892 se realizó la célebre sesión de Milán con la presencia del propio C. Lombroso, acompañado de Schiaparelli, director del Observatorio de Milán; el profesor Gerosa, catedrático de física; Ermacora, doctor en filosofía; Ch. Richet, de la Universidad de París; Aksakoff, Consejero de Estado del emperador de Rusia; Charles Du Prel, doctor en filosofía y otros prestigiosos investigadores. La Comisión declaró: “Es imposibledecir o contar el número de veces que una mano aparecía o era tocada por nosotros. Basta decir que la duda ya no es posible, realmente era una mano viva que veíamos y tocábamos, en cuanto al mismo tiempo, el busto y los brazos de la médium estaban visibles y sus manos eran sostenidas y aseguradas por los que estaban a su lado”. 

En los años siguientes, en Francia e Inglaterra, Eusapia atrajo la atención de H. Bergson, los esposos Curie, Camilo Flammarion, F. Myers, Ochorowicz y De Rochas. El resultado obtenido no fue tan satisfactorio para la médium, pues aunque si bien Richet garantizó la realidad de sus facultades psíquicas, hubo extrañas maniobras de Eusapia que causaron un efecto lógico en aquellas personas para quienes esos fenómenos eran novedad, y dudaron de su legitimidad.

Con referencia a las sesiones efectuadas en la casa de Ch. Richet en 1894, Sir Oliver Lodge dice en comunicación dirigida a la Sociedad Inglesa de Investigaciones Psíquicas: “No hay en mi mente espacio para la duda. Toda persona exenta de prejuicios que los presencie, llegará a la misma conclusión, o sea que ciertas cosas que hasta ahora parecían imposibles, pueden ocurrir... . El resultado de mis experiencias ha sido convencerme de que ciertos fenómenos que habían pasado por anormales, pertenecen al orden natural, y como corolario de ello, que tales fenómenos deben ser investigados por las personas y las sociedades interesadas en el progreso de la ciencia”.

En la reunión en que fue leída esta comunicación, Sir William Crookes, llamó la atención del auditorio acerca de la semejanza de los fenómenos obtenidos por Eusapia Palladino con los de Daniel Douglas Home.

No obstante, la comunicación de Lodge fue duramente criticada por el médico Richard Hodgson, que en esos momentos estaba en los Estados Unidos. Con el objeto de disuadirlo fue invitado, junto con Eusapia, a una serie de sesiones en Inglaterra en la residencia de F.W.H. Myers, que se llevaron a efecto en 1895 y que se denominaron “Los Experimentos de Cambridge”. En su mayoría no tuvieron éxito, pretendiéndose que en varias oportunidades se sorprendió a la médium cometiendo fraude, lo que inició una agria controversia entre defensores y detractores. En una ocasión un periodista entrevistó a Eusapia y se atrevió a preguntarle si había sido sorprendida alguna vez haciendo trampas, a lo que la médium contestó francamente: “Muchas veces me he preguntado lo mismo. Hay personas que al sentarse alrededor de la mesa, aguardan siempre trampas, y en resumidas cuentas, las ansían. Yo me encuentro en trance, y como nada ocurre, los otros se muestran impacientes, pensando en las trampas, nada más que en las trampas, con todo el cerebro concentrado en esa idea. Yo, es claro, contesto automáticamente, pero no siempre. Los impacientes esperan que realice lo que desean, y de ahí su descontento. Eso es todo”.

Sin embargo, nunca admitió haber hecho fraude voluntariamente y sostuvo que los espíritus habían solicitado su ayuda para la producción del fenómeno porque tardaba en producirse.

En varias oportunidades, durante los experimentos se observaba lo que Lodge llamó “una apariencia de extremidad suplementaria” ectoplásmica, que surgía del cuerpo de Eusapia, fenómeno que fue confirmado por otros investigadores. Pero todos coincidían en reconocer que la variedad de formas que adoptaba su facultad, no permitía prever qué sucedería durante una sesión con ella.

La mediumnidad de Eusapia Palladino no fue más patente que la de otros médiums de la época, pero aventajó a todos en lo tocante a atraer la atención de científicos de responsabilidad moral y reconocimiento intelectual, cuyos testimonios escritos acerca de los fenómenos obtenidos tienen naturalmente, mayor fuerza de convicción que los relatos de personas menos autorizadas. Con ella quedó demostrada la realidad de muchos hechos que la ciencia ortodoxa de la época no aceptaba; pero generalmente es más fácil negar los fenómenos que explicarlos, de allí que muchos consideraron que la mediumnidad de Eusapia era tan sólo un fraude, consciente o inconsciente.

Durante los 10 años siguientes la estudiaron en Europa y USA en todas las instituciones interesadas, pero sus facultades comenzaron a decaer y entonces la sorprendieron en burdas trampas, finalizando su ejercicio mediúmnico en Nápoles, el 22 de abril de 1918 y falleciendo ese mismo año.

Cesare Lombroso, que tuvo la oportunidad de conocer la personalidad de Eusapia afirmó que “tenía una particular bondad de corazón que la impulsaba a gastar lo que ganaba con los pobres y los niños, y a sentir las desventuras de muchos desgraciados, al extremo de no dormir muchas noches pensando en ellos. La misma bondad de corazón hacía que amara y protegiera a los animales maltratados”.

Gustave Geley, médico y psiquiatra francés, se dedicó a investigar los fenómenos psíquicos producidos por varios médiums. Participó en las experiencias con Eusapia Palladino y opinó que “los experimentos constituyeron una valiosa contribución a favor de la materia”.

EUSAPIA EN TRANCE






SESIÓN MEDIÚMNICA








COROLARIO :

Resumen de la vida de Eusapia Palladino :


•  Comienza seriamente a ejercer la mediumnidad en 1891. Es examinada en Nápoles, con la asistencia de los profesores: Tamburini, Bianchi, Vizioli y por el criminólogo Lombroso que se convierte al Espiritismo.


•  1892. 17 sesiones en Milán, en el departamento de M. Finzi. Asistentes: Lombroso; el astrónomo Schiaparelli, Director del Observatorio de Milán; Gerosa, profesor en psicología; Ermacora, doctor en psicología; Aksakof, Consejero de Estado del Emperador de Rusia; Daniel Dunglas Home y Charles du Prel, doctor en filosofía. Desde Munich, el profesor Charles Richet y el profesor Buffern.


•  1893, Nápoles. Sesiones bajo la dirección de M. Wagner, profesor de zoología de la Universidad de San Petersburgo.


•  1893-94. Sesiones en Roma, bajo la dirección de M. de Siemiradski, correspondiente del Instituto Científico de Varsovia, junto al Dr. Ochorowicz.


•  1894. Es examinada por Oliver Lodge.


•  1894 a 1896. Sesiones en la isla Roubaud, de Carqueiranne, Paris, perteneciente a Charles Richet, junto al Coronel de Rochas, administrador de la Escuela Politécnica; el astrónomo Camille Flammarión; Ségard, el Conde de Gramont, doctor en Ciencia; el Dr. J. Maxwell, substituto del Procurador General de la Corte de Limoges, y P. Ochorowicz, de la Sociedad Inglesa de Investigaciones Psíquicas.


•  1895: sesiones en Cambridge, en el hogar de Myers. Del 20 al 29 de Septiembre, sesiones en la Villa de Agnélas, casa del Coronel de Rochas. Asistieron el Dr. Dariex, director de los Anales de Ciencias Psíquicas; el Conde de Gramont; el Dr. Maxwell; el profesor Sabatier, de la Facultad de Ciencias de Montpellier; el Barón de Wattevile, licenciado en ciencias.


•  Septiembre de 1896, sesiones en Tremezzo, sur del lago de Côme, en la Villa de la familla Blechqui. Luego sesiones en Auteuil, residencia de M. Marcel Mangin. Asistieron: el Dr. Dariex, Sully Prudhomme, Emile Desbeaux, A. Guerronnan y Mme. Boisseaux.


•  Diciembre de 1898. Nuevas sesiones en Paris, en la casa de Richet, a las cuales es invitado el inglés Myers.


•  Sesiones en el Círculo Científico Minerva, Génova, en 1901, bajo la dirección de los profesores Porro y Morselli. Se produce una bella serie de materializaciones.


•  Sesiones en Gênes, en 1901, bajo la dirección de H. Morselli, profesor de psicología de la Universidad de Gênes. Reporta: el astrónomo Porro, director del Observatorio de Gênes, luego de Turín.


•  A partir de 1905, cuarenta y tres sesiones en total en el Instituto General de Psicología de Paris; ahí no termina hasta 1908.


•  En 1906, sesiones en Turín, en el laboratorio de Psiquiatría de la Universidad, bajo la dirección de Lombroso. Asistieron los Dres. Herlitzka, Foa, Aggazotti, y el físico Mosso.


•  Sesiones en la Universidad de Nápoles, en 1907. Se contó con la presencia del profesor Bottazi y el General Josef Peter.


•  En 1908, Paris, sesiones en la Sociedad Francesa de Estudios de Fenómenos Psíquicos. Se tomaron muy buenas fotografías espíritas. Aquí se le pidió que añadiera más sesiones pero de carácter privado. En Montfort-Amaury, en el hogar de la familia Blech; en Paris, en la casa de Camille Flammarión; en Nápoles, con Barzini, del “Corriere della sera”; también en Nápoles con los ingleses Fielding, Bagally y Carrington, ilusionistas, representantes de la Sociedad de Investigaciones Psicológicas. Y varias sesiones en Rusia y diversas capitales Europeas.


•  En 1909, sesiones en Nápoles con Everard Feilding, Hereward Carrington y W.W Baggally, de la Sociedad de Investigaciones Psiquiátricas Americana.