domingo, 12 de abril de 2015

LA OBSESIÓN ESPIRITUAL

La tierra, por su actual estado evolutivo, es todavía un mundo de orden inferior, que denota la precariedad de las conquistas espirituales del hombre. Una gran mayoría de sus habitantes es de cuna condición moral baja que, al desencarnar, continua con los mismos gustos, vicios y pasiones que tenida en la vida física.

Por lo tanto, en las esferas mas próximas a la Tierra, así como deambulando y mezclándose entre los propios encarnados, existe una gran cantidad de espíritus atrasados y de escasa evolución moral que se acercan a los humanos, dejándose arrastrar por esa ley natural de afinidades que nos enseña que lo semejante atrae a lo semejante, lo que les lleva a buscar a aquellos seres que se encuentran en condiciones parecidas a las suyas, viviendo de la misma semejanza de ideas, emociones , deseos, y cuantas formas mentales y psíquicas les puedan unir.

Vivimos inmersos en un universo en el que no hay fronteras entre la dimensión física y la dimensión espiritual, donde estas co-existen y se ínterpenetran constantemente, produciéndose un intercambio permanente de energías, de vibraciones….en que la mente, tanto de encarnados como de desencarnados, genera constantemente pensamientos, atrayendo a otras entidades de acuerdo con la calidad moral de que se revisten los mismos y sintonizando con aquellas otras mentes que se mueven de la misma frecuencia y franja vibratoria, uniéndose dichos pensamientos, tanto si son buenos o malos, con aquellos otros pensamientos de las mismas características, que refuerzan y fortalecen,de esta forma, la psicoesfera mental, ya sea positiva o negativa, de cada uno de nosotros.

“Cuando nos estacionamos en el vicio o en la sombra, las fuerzas mentales que exteriorizamos, retornan a nuestro espíritu, reanimadas e intensificadas por los elementos que con ellas armonizan, convirtiéndonos el alma en un mundo cerrado en el que las voces y los cuadros de nuestros propios pensamientos, aumentados por las sugestiones de aquellos que sea ajustan a nosotros, nos imponen reiteradas alucinaciones. (Acción y reacción/Chico Javier- André Luiz)

Cualquier pensamiento, cualquier deseo, cualquier acción nuestra, por muy rápido que se produzca, siempre ha sido primero elaborado por nuestra mente. Es decir, cuando realizamos cualquier acto, no hacemos si no confirmar aquello que ya existementalmente en cada uno de nosotros, por lo que se puede afirmar que el pensamiento expresa la propia esencia de la persona.

En definitiva: somos lo que pensamos y respiramos el clima psíquico que nosotrosmismo vamos formando. Haciendo un paralelismo con el conocido refrán que dice: dime con quien andas y te diré quien eres”, lo podríamos transformar en “dime lo quepiensas y te diré que compañías espirituales tienes”.

Como consecuencia de todo lo expuesto hasta aquí, tenemos que ser concientes y asumir que los espíritus nos rodean por todas partes, influenciándonos de múltiples maneras. De modo que podemos encontrar en esta influencia, desde la actuación beneficiosa y saludable de los Buenos Espíritus que nos ayudan y aconsejan, hasta entidades espirituales que nos pueden hacer daño y perjudicar. Cuando estas influencias adquieren dicho carácter negativo, estamos hablando de la obsesión espiritual.

Por lo tanto, ya tenemos un punto de partida para, de una manera simple y general, poder definir la obsesión como “la influencia o acción negativa que un espíritu ejerce sobre otro”.