¿Es un error que se alimente el hombre con la carne de los irracionales?
R. La ingestión de las vísceras de los animales es un error de enormes consecuencias, de lo cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es de lamentar semejante situación, incluso, porque si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de los mataderos y frigoríficos.
Tenemos que considerar, sin embargo, la máquina económica del interés y de la armonía colectiva, en la cual tantos obreros fabrican su pan cotidiano. Sus piezas no pueden ser destituidas de un día para el otro, sin peligros graves. Consolemosno con la visión del porvenir, siendo justo trabajemos, dedicadamente, por el advenimiento de los tiempos nuevos en que los hombres terrestres podrán dispensar de la alimentación los despojos sangrientos de sus hermanos inferiores.”
Por lo tanto, Emmanuel afirma perentoriamente que “la ingestión de las vísceras de los animales es un error de enormes consecuencias”, pero admite que en aquel momento histórico en que la obra “El Consolador vio la luz (prefacio de 8 de marzo de 1940) no sería aconsejable y tampoco posible, en función de motivos socio-económicos y de las propias condiciones muy arraigadas, un cambio brusco de hábito alimenticio.
Muchos podrán argumentar que el propio Emmanuel recomendó a Chico Xavier que entre las opiniones de él y aquellas de Allan Kardec y de la codificación, que él escogiera la base doctrinaria del Espiritismo. Sin embargo, la problemática en cuestión no es tan trivial. Realmente, Emmanuel no está solo en este posicionamiento.
La frase “La carne nutre la carne” es una
sentencia interesante
André Luiz en “Los Mensajeros” (Capítulo 41, titulado “Entre Árboles” y Capítulo 42, denominado “Evangelio en el Ambiente Rural”) y “Misioneros de la Luz” (Capítulo 11, titulado “Intercesión”), así como Humberto de Campos en varias de sus obras dejan evidentes sus posiciones contrarios al uso de la carne como recurso alimentario. Para esos autores, el individuo consciente espiritualmente debería, como mínimo, disminuir el consumo de carne. Es interesante recordar que “Misioneros de la Luz” es considerado uno de los 10 libros más importantes espíritas del siglo XX, en una investigación recientemente divulgada que consideró la opinión de exponentes del movimiento doctrinario contemporáneo.
La obesidad tiene en las grasas de origen animal una
de sus principales causas
Ahora, con los actuales conocimientos oriundos de serias investigaciones desarrolladas por médicos, nutricionistas y profesionales de varias áreas interdisciplinarias, está bien establecido que la alimentación carnívora, especialmente tratándose de carne roja (carne de mamíferos), ha sido considerado uno de los principales factores responsables por un número incontable de dolencias y muertes, destacándose ahí las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares y diversos tipos de cáncer, tales como el cáncer de intestino. Eso sin mencionar la obesidad, muchas veces mórbida, que se volvió un gravísimo problema de salud pública en todo el mundo. De hecho, la obesidad tiene en las grasas de origen animal uno de sus principales factores causales. Siendo así, a la luz de los nuevos conocimientos de la ciencia, la carne no es tan saludable como podrían suponer las generaciones anteriores.
Luego, si la carne no es algo tan saludable, paradigma que se mantuvo durante mucho tiempo, pero que no sería tan correcto así, la comprensión de la respuesta “Todo aquello de lo que el hombre se pueda alimentar, sin perjuicio para su salud, está permitido…” sería completamente diferenciada. A título de ilustración es interesante recordar que algunas generaciones pasadas consideraban al individuo gordo, especialmente en la fase infantil, a alguien “fuerte”, saludable y la persona delgada, un ciudadano flaco y necesariamente desnutrido. En la década de los 80 fue famosa la canción infantil, cuyo refrán era “¡Comer, comer! ¡Comer, comer! ¡Es lo mejor para poder crecer!”. Ahora, habiendo visto los niveles alarmantes de la llamada “obesidad infantil”, a la luz de los nuevos conocimientos científicos, nosotros podemos afirmar que, en los días actuales, tal música sería científica y políticamente incorrecta, ¡como mínimo!
En este contexto, es fundamental citar un texto extraordinariamente claro y objetivo grabado en la Revista Espírita (Revue Spirite) de diciembre de 1863. Además, este artículo es exactamente el último texto de la referida publicación en el mes de diciembre del año de 1863. Este mensaje es titulado “Sobre la alimentación del hombre”, siendo “firmada” por el espíritu Lamennais que, como nosotros sabemos, desempeñó una función relevante en la codificación, contribuyendo con varios mensajes en la Codificación. En ella nos encontramos un párrafo que el referido Mentor afirma: “Los temperamentos naturalmente bastante fuertes para vivir como los anacoretas hacen bien, porque el olvido de la carne conduce más fácilmente a la meditación y a la oración. Pero para vivir así, sería preciso generalmente una naturaleza más espiritualizada que la vuestra…”.
Ahora, este texto tiene, obviamente, el sello de Allan Kardec. Por tanto, el “Codificador” estaba seguro de la opinión de los Mentores, pero ciertamente aquel que fue llamado por Camilla Flammarion como “El Buen sentido encarnado”, no ignoraba que, definitivamente, 1863 no representaba un momento adecuado para una discusión más efusiva sobre ese asunto, bajo pena de ser la divulgación doctrinaria como un todo ser comprometida por el ridículo a través de los ataques de los muchos adversarios del movimiento naciente.
Cada inteligencia, dice Clarencio, sólo recibe de la verdad la porción que puede retener
Además de eso, a título de ilustración vale registrar que la publicación de la primera edición de “El Libro de los Espíritus” (L.E.) ocurrió 31 años antes de la abolición de la esclavitud en Brasil ¡(El Corazón del Mundo y la Patria del Evangelio)! Si recordamos el Holocausto efectuado por los Nazis en el inicio de la década de los 40, del más reciente régimen denominado “Apartheid” en Sudáfrica o aún de los problemas raciales norteamericanos, sobre todo en la década de los 60, pero que permanecen hasta hoy, sería el caso de preguntarse: ¡¿El ser humano que hasta hoy discrimina y, a veces, esclaviza y tortura al propio ser humano aceptaría un mensaje de fraternidad que incluyera nuestros hermanos animales hace 151 años atrás?! ¡Infelizmente, la respuesta es no! ¡Y, obviamente, la “Falange del Espíritu de la Verdad” sabía de esa realidad!
Importante acordar que la propia L.Y. afirma que “luz demasiado ofusca en vez de iluminar”. El propio “El Libro de los Médiums” (L.M.) explica que muchas veces los Espíritus superiores intentan rodear nuestros prejuicios para suministrarnos informaciones válidas a nuestra evolución. Eso queda evidente, por ejemplo, cuando André Luiz, en la compañía de Hilario y del Ministro Clarencio, encuentra una monja en el capítulo 34 titulado “En Tarea de Socorro”, de la obra “Entre la Tierra y el Cielo”. André Luiz e Hilario se sorprendieron por el hecho de que ella continúe siendo católica en el mundo espiritual y el Ministro Clarencio esclarece que “cada inteligencia sólo recibe de la verdad la porción que puede retener”. Luego, una vez más, nos es enseñado que no hay violencia en el proceso educacional de la evolución del espíritu inmortal y lo que vale para los individuos, vale para las colectividades. Si la llamada “verdad” fuera más perturbadora que “liberadora”, los mentores sabios y amorosos prefieren esperar que maduremos un poco más, antes de suministrarnos informaciones adicionales. El propio Jesús “prometió el Consolador”, justificando que tenía mucho más para decir, pero que, en aquella ocasión “nosotros no podíamos soportar” más informaciones.
Este estudio nos recuerda que la “Codificación” no dice la primera y ni la última palabra. De hecho, la “Doctrina Espírita” comienza con “El Libro de los Espíritus”, pero, obviamente, no termina con él. El Espiritismo evoluciona y Kardec fue el primero en defender esa actitud de crítica y auto-crítica por parte de los espíritas para una verdadera búsqueda por el conocimiento de las Leyes de Dios. Además, los Espíritus Superiores no podrían contradecir en la Revista Espírita, que no deja de ser parte integrante de la Codificación, conforme nos enseña Divaldo Pereira Franco. El problema de la carne demuestra elocuentemente nuestra imperiosa necesidad de estudiar “El Libro de los Espíritus”, lo que es bien diferente que sólo decorar sus preguntas sin un mayor análisis.
Obras notables como “La Evolución Anímica” de Gabriel Delanne, “Génesis del Alma” de Cairbar Schutel, “El problema del Ser, del Destino y del Dolor” de León Denis, “Evolución en Dos Mundos” de André Luiz, entre otros, no dejan margen para dudas en lo que se refiere a la necesidad del sentimiento de fraternidad que debe incluir también a los animales, una vez que ellos son nuestros “hermanos pequeños”. Más allá de esas monumentales obras, no podemos olvidarnos de la extraordinaria obra de la Profesora Irvênia Prada “La Cuestión Espiritual de los Animales”, profundamente fundamentada en la obra de Allan Kardec. Realmente, estos ilustres autores espíritas de manera ninguna están en oposición al “Libro de los Espíritus” que presenta la bellísima y contundente enseñaza: “El átomo será ángel, así como el ángel ya fue átomo”.
El consumo de carne, en vez de disminuir, aumenta
el hambre en el mundo
Importa, igualmente citar la contribución del filósofo y ecologista australiano Peter Singe, que a pesar de ser materialista, afirma que así como hoy nos avergonzamos de los siglos y siglos de racismo y esclavitud humana, llegará el día en que tendremos remordimiento por nuestras actitudes típicas de un “Especismo”, esto es, una discriminación no más de raza, sino de especie. Singer afirma que maltratar a los animales bajo el subterfugio de ser la mayor inteligencia sería una forma de indirectamente justificar asesinatos de niños y adultos con problemas mentales, que fue un comportamiento ultrajante desarrollado por los nazis a finales de la primera mitad del siglo XX.
Además de eso, Peter Singer, así como un número incontable de investigadores y ecologistas han apuntado la creación de animales para la matanza, principalmente los bovinos, como una de las actividades de mayor impacto ambiental, destruyendo bosques, disminuyendo la fertilidad del suelo, liberando gas metano (lo que contribuye para el aumento del efecto estufa) y consumiendo una cantidad altísima de recursos vegetales (por media, para que un buey genere un kilo de carne el debe consumir 10 kilos de vegetales, lo que demuestra que el consumo de carne, especialmente roja, en vez de disminuir, aumenta el hambre en el mundo). Estas informaciones son extremadamente sugestivas si recordamos que las famosas Preguntas 722 y 723 del L.E., están incluidas en el capítulo titulado “Ley de Conservación”, ¡lo que claramente incluye la necesidad de conservación del planeta, que proporciona la vida de los cuerpos físicos! Además, vale la reflexión: Si hasta un autor materialista tiene tan gran consideración por los animales, ¡¿cómo debería ser la actitud de los discípulos de Jesús, vinculados al “Consolador” prometido por el maestro?!
Muchos espíritas que comen carne defienden ese hábito simplemente para desarrollar un falso intento de justificarse delante de la sociedad y, principalmente, frente a la propia conciencia, pues no consiguen dejar de practicar tal actitud. Ahora, esa postura no corresponde de manera ninguna la actitud de conciencia espírita, fundamentada en la fe razonada. Sería lo mismo que un asesino que se considerase cristiano comenzase a predicar el asesinato como una nueva “interpretación” evangélica solamente para justificar su procedimiento. ¡¿Un médico que fume o beba va a enseñar que tal hábito es bueno para la salud?! ¡¿Una madre que cometió un aborto va a predicar que eso es cierto según el Evangelio y el Espiritismo para intentar inútilmente engañarse?! ¡La concienciación de lo cierto y de lo equivocado es el primer paso, el arrepentimiento viene enseguida y una actitud dinámica de amor, “que cubre la multitud de pecados”, es la postura que se espera de aquel que “conoció la Verdad para que la Verdad lo libere” de los errores!.
Cada año, en EEUU se matan 10.000 millones de animales terrestres y 18.000 millones de animales marinos. Y no los matamos por necesidad, ni en defensa propia. Solamente hay cuatro motivos que nos llevan a comer animales: costumbre, tradición, comodidad y sabor.t-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; line-height: 150%"> No importa la religión que profeses, tu ideología política ni tu clase social. Si hay algo claro es que el mundo en que vivimos necesita paz y compasión entre los seres que lo habitan. Al contrario de lo que afirman los dogmas religiosos y políticos, los animales no nos pertenecen. No son bienes, ni propiedad, ni son cosas inanimadas sin capacidad de razonar ni de sentir. Esa forma de verlos como si fueran máquinas no solamente es un error garrafal, es una locura.
Todos sabemos que los animales utilizan los ojos para ver, las patas para caminar, las alas para volar, las aletas para nadar, la boca para comer… ¿Por qué nos empeñamos en afirmar que los animales no utilizan el cerebro para pensar, para ser conscientes de sí mismos, observar su medio y tener sentimientos? ¿Así que absolutamente todos sus órganos tienen utilidad excepto el cerebro? No nos dejemos engañar por la enorme propaganda de quienes abusan de animales. Todos los anuncios que nos indican que debemos comer carne, que debemos sazonarla con un montón de queso, que tenemos que beber más leche, etc. siempre van entrelazados por anuncios de clínicas contra el cáncer, bebidas energéticas, píldoras dietéticas. Y nosotros, con nuestra ceguera, no nos damos cuenta de la relación, no vemos que están matando a los animales, nos están matando a nosotros y al planeta. Mi objetivo hoy es, si abrís vuestra mente, quitaros esa ceguera y reconectaros con los animales, despertar las emociones, los sentimientos y la lógica que han sido reprimidos de forma intencionada por nuestra sociedad.
Todos los niños son amantes y defensores de los animales. Cuando somos pequeños, los animales nos hacen felices y nosotros hacemos todo lo posible para protegerlos. Porque los niños diferencian muy bien lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, con el tiempo se nos enseña a ignorar su sufrimiento, a excusar su dolor, a burlarnos de su existencia. ¿Dónde comienza el cambio? ¿Quién nos enseña a ser tan malvados, crueles e indiferentes hacia los animales, que antes eran nuestros amigos, hacia esos seres inofensivos que nunca nos han hecho nada? Pues bien, debemos saber que el odio es la forma más pura de un comportamiento adquirido.
El racismo, el sexiEl racismo, el sexismo, la pedofilia, la xenofobia... Todos son comportamientos adquiridos. A los niños pequeños no les importa el color ni la religión de sus compañeros de juegos en el parque. Lo mismo ocurre con el especismo, término que define el amoral convencimiento de que la especie humana tiene todo el derecho de explotar, esclavizar y asesinar a otras especies, solamente porque estamos convencidos de que somos más especiales, superiores a los demás. Este convencimiento es la base de todas las formas de discriminación, y la discriminación nunca es bondadosa: se ceba en quien es distinto.
Me gustaría que adoptarais una mentalidad empática, que intentarais ver la situación desde el punto de vista del animal. Cuando uno no es la víctima, resulta bastante sencillo racionalizar la crueldad, la injusticia, la desigualdad, la esclavitud, e incluso el asesinato”.r un vídeo de cuatro minutos en el que se muestran imágenes de lo que ocurre dentro de un matadero, el orador solicita a la audiencia que se cuestione “si no es bueno para mis ojos, ¿por qué es bueno para mi estómago?”
No me extraña que McDonalds, Burger King o Wendys no nos enseñen estas imágenes en sus anuncios, sino dibujos animados de animales sonrientes que bailan y juegan en los prados. Es todo una mentira, un lavado de cerebro, una programación de la mente para que no te importen las cosas por las que normalmente te preocuparías, cosas que solían importarte. En estos momentos, en las autopistas estadounidenses hay 5.000 camiones en los que vacas, gallinas, cerdos, seres inocentes aterrorizados, son transportados a los mataderos, donde se les obligará a bajar del camión, se les colgará cabeza abajo y de donde saldrán troceados. ¿Conocéis alguna locura más grande que esta? Los consumidores de carne caminan por la calle como si su estilo de vida no estuviera causando ningún daño, como si fuera normal y natural consumir violencia y muerte. Creo que este comportamiento no tiene ninguna excusa, y menos viniendo de una especie que afirma que sabe diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
Mi oferta es sencilla: ¿sabíais que, cuando salgáis por la puerta, podéis participar de forma activa en acabar con la masacre? Cada año doy unas 250 conferencias a unos 7.500 estudiantes y siempre encuentro frustrante que la gente venga a hablarme sobre la bondad y la compasión. Y no vengo aquí a venderos nada, ni a conseguir vuestras direcciones de email, ni a sacaros los cuartos. Vengo a hablaros sobre la terrible crueldad que está teniendo lugar en este planeta. Vengo a deciros que el veganismo es la forma de poner en práctica la compasión y la bondad de la que todo el mundo habla, vuestra opción de mostrar a los demás que de verdad sois pacifistas, vuestra oportunidad de formar parte de una auténtica revolución, de dejar una huella en el planeta causando el menor impacto posible.
Yo soy muy consciente de que los animales están sufriendo solamente porque nosotros, los seres humanos, nos encontramos en este planeta. Construimos nuestras casas en sus hábitats, contaminamos el medioambiente… ¿existe algún motivo por el que tengamos que maximizar su sufrimiento, la crueldad que sufren, simplemente para comérnoslos? El 98% de los animales que se maltratan y se matan en este planeta son víctimas de la industria de la carne, los huevos y los productos lácteos. En EEUU, una persona que consume carne se come durante toda su vida unos 3.000 animales terrestres y miles de animales marinos, según estadísticas de la propia USDA. Y lo hacemos porque siempre se nos ha dicho que el ser humano es omnívoro o carnívoro.
En realidad, el cuerpo humano es 100% herbívoro. Nuestros intestinos miden de 7 a 13 veces más que nuestro torso, al igual que los de todos los animales herbívoros del planeta. Sin embargo, la longitud del intestino de los verdaderos carnívoros tales como las hienas, los coyotes, los osos, tigres, leones, etc. es de 3 a 6 veces superior al de su torso. La razón de poseer un intestino corto es librarse de forma rápida de la carne en descomposición, de todas las proteínas, grasas saturadas, colesterol, triglicéridos… Por este motivo, los verdaderos carnívoros no tienen problemas de obstrucción en las arterias. ¿Y cuál es la enfermedad número uno de los seres humanos que escogen comer carne y productos lácteos? Fallo cardiaco debido a las arterias obstruidas. Ateroesclerosis. El ser humano, al igual que otros herbívoros, suda a través de los poros para refrigerarse. No jadeamos, como hacen los perros, los gatos o los leones para refrigerarse. Tampoco tenemos garras, la huella dactilar de los carnívoros y los omnívoros. Tenemos encimas digestivas de carbohidratos en la saliva, algo que solamente tienen los herbívoros, que se supone que tienen que comer toneladas de carbohidratos como frutas y hortalizas. Nuestros dientes son anchos, cortos y planos, como los de los demás herbívoros (los herbívoros cuentan con dientes caninos también, sin los que nos sería imposible comer ciertas frutas como manzanas, etc.) Nuestra mandíbula inferior puede moverse lateralmente, para mascar alimentos. (...)
El motivo de que, si a un niño de dos años lo sientas en una guardería con un conejo y una manzana se comerá la manzana y no al conejo es que el ser humano no tiene instintos carnívoros ni omnívoros. La necesidad de comer productos lácteos y cárnicos es un hábito adquirido, no un instinto. Así que yo os reto: comed los productos que provengan de la tierra. Todos los minerales, nutrientes y vitaminas, proteínas, calcio, hierro, potasio, todo está disponible en su fuente original, antes de que se las hayan comido los animales. ¿Os dais cuenta de que las personas que comen animales lo hacen después de que aquellos hayan comido los alimentos que les ofrece la tierra? Mi propuesta es que dejéis de filtrar vuestros nutrientes en el cuerpo de otros seres. Id directamente a la fuente: frutas, verduras, nueces, semillas, gramíneas, leguminosas… Ninguno de estos alimentos os hará daño, no os provocarán enfermedades y tampoco estaréis dañando a otros seres en el proceso.
Sin embargo, si consumimos algo que camina, vuela o nada, esto es anormal. ¿De dónde creéis que vienen las enfermedades, del brócoli? ¿De los melocotones, las fresas, las manzanas, los pepinos? Si estáis pensando en los raros brotes de e.coli o salmonelosis, tened en cuenta cuál es la única fuente de estas bacterias: la mierda humana y animal. El problema es que los comedores de carne quieren miles de millones de animales para comer, por lo que tenemos que producir a gran escala. Y por favor, tened en cuenta que la cría de miles de millones de animales no tiene nada que ver con dios, ni con la evolución, es solamente un negocio.
Lo que nos lleva al motivo de por qué tenemos cursos de ganadería en la universidad: porque cuando criamos miles de millones de animales, estos producen billones de toneladas de heces que se introducen en las capas freáticas y se filtran en los cultivos, acabando en el agua con que regamos nuestros alimentos.
Pero todas nuestras dolencias más graves, las enfermedades y paros cardíacos, la mayoría de los cánceres (cáncer de próstata, de colon, de mama, de páncreas, de ovarios…), las enfermedades renales, la diabetes, osteoporosis, hipertensión, obesidad, asma… Todas vienen provocadas por cuatro factores principalmente, que se encuentran en la leche, el queso, la carne y los huevos: colesterol, grasas saturadas, ácidos trans y proteína animal.
Cuando uno se hace vegano elimina de forma completa el colesterol de su dieta, ya que este proviene exclusivamente de los huevos, la carne, la leche y el queso. El cuerpo, por su parte, produce colesterol él mismo, el denominado “buen” colesterol. Cuando te haces vegano eliminas el 95% de las grasas saturadas de tu dieta, y puedes eliminar todos los ácidos trans naturales. La proteína animal es demasiado ácida para el ser humano, que no la procesa adecuadamente. Este es el motivo de que una de cada tres personas que se alimentan con productos cárnicos contraerá cáncer. También es uno de los mayores causantes de osteoporosis. Cuando la proteína de la carne entra en el cuerpo, hace que la sangre se vuelva ácida de forma instantánea. Para neutralizar esta acidez, el cuerpo tiene que recurrir al fosfato de los huesos. El calcio y el fosfato son los componentes del hueso: si uno desaparece el otro también. Cuando el cuerpo utiliza el fosfato, el calcio es eliminado a través de la orina. Por eso, todos los estudios epidemiológicos muestran que las sociedades que consumen gran cantidad de proteína animal tienen los peores índices de osteoporosis, fracturas óseas y cáncer. Sin embargo, las sociedades que consumen muy pocas o ninguna proteína animal, las culturas veganas o vegetarianas como la hindú, budista, rastafaris, etc. tienen muy bajos índices, si no cero, de osteoporosis, fracturas óseas y cáncer. (…)
He aquí las mentiras de la industria de los productos lácteos: según ellos, el motivo de su existencia es proveernos a todos de calcio. Gracias a su publicidad y al apoyo del USDA, EEUU tiene el mayor consumo de productos lácteos per cápita del mundo entero. Ni siquiera puedes comerte un sándwich sin queso o una ensalada a la que no le hayan puesto queso encima. En esta sociedad enganchada al queso, en la que no podemos pasar ni una sola comida, por no hablar de un día entero o una vida entera sin él, ¿cómo puede ser que en la actualidad haya tres anuncios distintos de suplementos de calcio? Si obtenemos todos los nutrientes que necesitamos de la carne, ¿cómo puede ser que todos los supermercados cuenten con una sección de complejos vitamínicos y suplementos de calcio? La respuesta es que la proteína animal no permite que asimilemos todos estos nutrientes y, al acidificar la sangre, nuestro cuerpo se desprende del calcio de los huesos. ¿Por qué tenemos que tomar fibra aparte de nuestra dieta? Si nos comiéramos una pera o una manzana de vez en cuando, todos nuestros problemas de estreñimiento se solucionarían.
Así que, resumiendo, solamente existen cuatro motivos para comer carne, queso, leche y huevos: costumbre, tradición, comodidad y sabor.
Por otro lado, las sociedades consumidoras de carne son la causa raíz del hambre en el mundo: el 65% de la producción anual de cereales de todo el mundo se destina a alimentar a los 53.000 millones de animales terrestres que se matan cada año en este planeta. Eso sin contar con las decenas de miles de millones de animales marinos de las actuales piscifactorías. ¿Por qué no utilizar esos cultivos para alimentar a los 6.500 millones de habitantes del planeta? Si, además, añadimos la contaminación de la tierra, las aguas, la deforestación, las emisiones de gas de efecto invernadero… la causa número uno es la ganadería.
Volviendo entonces al motivo del sabor para comer carne: a mí también me encantan el sabor de la carne, los huevos, la leche, el queso. Yo no dejé de consumirlos porque no me gustaran, sino por una cuestión moral. Por decencia, por compasión hacia los animales con los que comparto el planeta. Y he aquí lo bueno de ser vegano hoy en día: que puedes lograr el mismo olor, sabor y textura de la carne, el queso y los huevos. Existen un montón de empresas que producen la versión vegana de los alimentos que os gustan a partir de soja, trigo, arroz y cáñamo. Existen los alimentos étnicos: la comida india, mexicana, de oriente medio, italiana, asiática… lo único que hay que hacer es sustituir la carne por tofu y tenemos una increíble variedad de platos y sabores entre los que elegir. Ser vegano no quiere decir comer aburrido.
Entiendo que hasta ahora muchos de vosotros podíais no contar con esta información. Pero ahora todo ha cambiado. Después de esta conferencia, cuando salgáis por esa puerta, podéis escoger ser radicalmente bondadosos y nunca más dañar de forma premeditada a otro animal para vuestro desayuno, comida o cena. Esas criaturas nunca se han aprovechado de vosotros ni os han hecho ningún tipo de daño, así que lo menos que podéis hacer es tratarlas por igual. También podéis seguir siendo radicalmente crueles, mantener el estado de las cosas tal y como está, aseguraros de que los animales no tienen libertad, de que se les roban sus bebés, se les cortan los picos y los cuernos, que pasan toda su vida amenazados por el cuchillo. Solamente espero vuestra decisión sea la acertada.
Tened en cuenta que el veganismo no se practica por cuestiones de salud. Un vegano come lo que come por altruismo, liberándose de su egoísmo, haciendo algo generoso por otros sin esperar nada a cambio.
Todos los años, sólo en Estados Unidos se sacrifican más de 25 mil millones de animales para su consumo. La cría en granjas de producción resulta cruel y ecológicamente devastadora.