sábado, 16 de marzo de 2013

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES PARTE 1



Por muchas vueltas que doy a mi cabeza, no acabo de entender esas palabras del sacerdote en una misa de difuntos cuando dice: “Resurrección de los muertos” o más aún “Resurrección de la carne”…Observo el rostro de los dolientes y me pregunto: ¿que estarán pensando estas pobres criaturas?
Lo más chocante del asunto es, que es verdad, pero ocurren dos cosas: o lo ignoran o le prohíben decir toda la verdad, en este último caso, ¿Que ganan con ello?..., o si ganan…
Si dijesen la verdad no habría templos los suficientemente amplios para acoger a tantas criaturas, deseosas de luz para poder razonar su fe.
Es increíble a estas alturas del siglo XXI, decirle a una pobre madre, ignorante del asunto, que solo conoce la materia que le rodea, que el cadáver de su hijo allí presente, va a “resucitar”, ¿porqué no le explica cómo y cuando?. “El ciego que guía a otro ciego, los dos caerán al precipicio” ¿Qué inocente criatura que ignora el Verdadero sentido de las palabras del Maestro puede creer esto? Dicen también: “Dios lo resucitará en el último día”. ¿Cómo resucitar un cuerpo después de un tiempo corrupto y putrefacto?, arrollado por un tren, incinerado, destrozado por un proyectil, etc.… ¿el ultimo día?, ¿qué día?
Alguien me responderá: “Ahí esta la fe del cristiano”.
¿Cómo tener fe en algo que no se cree, en algo irrazonable e imposible? La ciencia demuestra que esto es irrealizable, desde el punto de vista material.
Toda fe que no se razona, se entiende o comprende, es una “fe farisea”, es adoptar una posición acomodativa y sin compromisos.
Por lo tanto, donde no existe una Fe razonada, no hay creencias ni amor en el corazón.
Se  estaréis preguntando: ¿tiene lógica explicación el dogma de la “Resurrección”?, por supuesto, tan sencilla y transparente, como severa y rotunda.
En los Sagrados Evangelios, nos lo explica con total nitidez el Supremo Maestro de Nazareth, nos lo aclara con palabra fácil y sencilla, hasta para ser entendida por los niños, al alcance de todas las mentalidades; pero ocurre la desgracia, que cada religión o secta lo amolda a sus propios intereses sin ninguna clase de escrúpulos; y si a esta insana intención añadimos la postura cómoda de aquellos que se dicen “creyentes” pues tenemos el resultado de lo que vemos a diario; “Ande yo caliente y ríanse la gente”.
Dicen unos: “A mi me dejas de complicaciones, con mi fe, me basta y me sobra”, otros, muy serios responden: “Confesando mis pecados al sacerdote, éste me absuelve y ya estoy nuevamente limpio”, es decir, se pasa toda la vida pecando y el cura absolviéndolo, después, aquí paz y allí gloria” increíble, pero cierto.
Debido a esa infantil creencia, la cual no acato pero respeto, la criatura vive una falsa felicidad que le hace estancarse en el error y las tinieblas.
Me insisten alegando: ¡es que Jesús perdono sus pecados a Magdalena!, también dio potestad a sus discípulos para que perdonasen, y no solo siete veces, sino setenta veces siete; Él diría más, se ha de perdonar siempre, pero ¡ojo!, ¿cuál fueron las palabras del Maestro a la mujer?: ¿ninguno de esos te ha condenado?, yo tampoco te condeno, mujer, vete en paz y “no vuelvas a pecar”.
Dios es mucho mas que un simple dogma impuesto por los hombres, Él rige el Universo bajo  la justa y exacta Ley de Causa y Efecto arropada por su misericordia e inmenso Amor a su Creación, donde el ser humano es su máxima expresión, todo aquel que infringe la Ley comete errores y ha de compensar su falta, por ello nos da miles de oportunidades.
No, no me estoy refiriendo a ningún misterio, nada que se refiera a Dios encierra misterio, con Su ayuda, y la de las fuentes donde encontré la luz, intentare dar una explicación sencilla y lógica, descorreremos el tupido velo para que las criaturas humildes y buenas, “no tengan miedo a la muerte carnal, y así, asimilen lo que nos quiere decir el sacerdote con las palabras “Resurrección”.
Los soberbios y orgullosos ellos mismos se condenan, pero, lo quieran o no, al final de su obtusa tozudez, también verán La Luz, tardarán y sufrirán mas, pero la verán, Dios no deshereda a ninguno de sus hijos; cuando cansados y agotados de arrastrarse por este planeta de expiación y pruebas, se aparten del fatal materialismo que no les deja ver un palmo ante sus ojos; “¡Que tiempo perdí tan absurdamente!”, dirán en sus lamentaciones.
Insisto, la piedad del Señor continuará dándonos otra oportunidad más, y otra, y otra…
Si la Luz se hizo en mí y en millones de hermanos, ¿por qué no en toda la faz de la Tierra y el mundo sería un auténtico paraíso?
En mi mente, como en la mente de cualquier persona de facultades mentales normales, jamás tendría cabida la idea de la “resurrección de la carne”, como ya he dicho, imposible matemáticamente probado por la ciencia. Entonces, aquellos que hablan en el nombre de Dios, ¿qué quiere decir con: “Dios los resucitará en el último día”?
¿Se estarán refiriendo al “último día de vida carnal, cuando el espíritu o alma, en verdad, vuelve a la vida, a su vida espiritual?, ¿o se están refiriendo a nacer otra vez?”
¿Por qué no se aclaran?, ¿Por qué no explican el asunto?
Repito siempre con amor y respeto, ¿lo ignoran, o se les prohíben?
Veamos, relajémonos, con la fe puesta en Dios, empezaremos siempre con humildad, a buscar la Luz que nos hará Razonar la Fe.
No nos adelantemos a los acontecimientos juzgando algo que aún desconocemos; leamos siempre en dulce calma.
Existe un sublime y grandioso Libro espiritual, el cual, consulté, (aunque todo mi trabajo está apoyado en el evangelio), y una de las primeras indagaciones que hice fue referente a la “reencarnación”, (¡No, no amigo lector, no dejes de leer, te lo suplico, continua y darás gracias a Dios!), esto es lo que leí: (Pregunta: “El dogma de la “resurrección de la carne” , ¿es la consagración de el “de la reencarnación”?)
(Respuesta:) ¿Cómo queréis que no sea así? Sucede con esa palabra lo que con muchos otros, y es que sólo parecen absurdas a ciertas personas, por que se las toman literalmente, y por semejante razón engendran la incredulidad. Pero dadles una interpretación lógica, y aquellos a quien llamáis libres pensadores las admitirán sin dificultad, por lo mismo que reflexionan: por que no lo dudéis,esos libres pensadores no desean otra cosa que creer.  Tienen como los demás, acaso más, sed del porvenir, pero no pueden admitir lo que la ciencia rechaza. La doctrina de la pluralidad de existencias es conforme a la Justicia de Dios; solo ella puede explicar lo que es inexplicable sin ella. ¿Cómo queréis, pues, que ese principio no esté consignado en la misma religión?
(Pregunta): ¿Así, pues la misma iglesia con el dogma de la “resurrección” de la carne enseña la doctrina de la “reencarnación”?
(Respuesta): Evidentemente. Por otra parte, esa doctrina es consecuencia de muchas cosas que han pasado desapercibidas, y que dentro de poco serán comprendidas en este sentido. No tardara mucho en reconocerse que la esencia Espiritual de la cual, la iglesia poco, o nada se preocupa, es la llamada a devolver al Cristianismo sus verdaderos y auténticos valores”.
¡Cuanto dolor mitigarían, cuanta esperanza darían a esos pobres dolientes que creen haber perdido para siempre a ese ser amado!, si en vez de decir durante el responso: “Será resucitado en el ultimo día”, dijese: “Este hermano que yace ante nosotros, sigue vivo, pero en Espíritu. Lo único que ha muerto en él, es su materia que para nada le sirve ya; seguro que estará ya en presencia de otros que le precedieron; ahora de él depende el avanzar hacia la Luz, o continuar estancado en las tinieblas del pecado”.
Los dolientes entenderían con facilidad que se les habla directamente del espíritu, pero jamás de la carne como vulgarmente se quiere dar a entender, de esta manera, poco a poco la luz de la razón penetraría en sus apenados corazones destrozados por el dolor, el hablarles claro, seria como suave bálsamo de Amor.
Por eso sabemos decir: “La Verdad sobre la vida Espiritual, salta a cada paso del texto mismo de las Sagradas escrituras”.
El tener conciencia cierta y seguridad de la Vida Espiritual, no es motivo para creer que se va a destruir la religión, como pretenden algunos, por el contrario, esta creencia, viene a confirmarla, a sancionarla, con irrecusables pruebas.
Mas como ha llegado el tiempo de no usar ya el lenguaje fijado hay que expresarse sin alegorías, y dando a las cosas un sentido claro y preciso que no pueda ser objeto de ninguna falsa interpretación. He aquí por que dentro de poco tendremos gentes mássinceramente religiosas y creyentes que no tenemos hoy.
En efecto, ya he dicho que la ciencia demuestra la imposibilidad de la “Resurrección” según la idea vulgar. Si los restos del cuerpo humano continuasen siendo homogéneos, aunque fuesen dispersados y reducidos a polvo, aún se concebiría su reunión en el tiempo dado; pero no pasan así las cosas.
El cuerpo está formando de elementos diversos: oxígeno, hidrógeno, azóe, carbono, etc; por medio de la descomposición estos elementos se dispersan, pero para servir a la formación de nuevos cuerpos, de modo que la misma molécula de carbono, por ejemplo, habrá entrado en la composición de muchos miles de cuerpo diferentes. Siendo definida la cantidad de la materia, e indefinidas sus transformaciones, ¿cómo cada uno de esos cuerpos podría reconstituirse con los mismos elementos?
Esto envuelve una imposibilidad material. No puede, pues, admitirse racionalmente la “Resurrección de la carne”, mas que como una figura que simbolice el fenómeno de la reencarnación, y entonces nada en ella repugna a la razón, nada que esté en contradicción con los datos de la ciencia.
Verdad es que según el dogma la “Resurrección”, no ha de verificarse hasta el fin de los tiempos, mientras que según la Doctrina Espiritual, es decir, la primitiva, nos dice muy juiciosamente que tiene lugar cada día; pero ese cuadro del juicio final, ¿no es también una bella y gran figura que oculta, bajo el velo de la alegoría, una de esas verdades inmutables, para la que no existirá escéptico cuando sea explicada en su verdadero sentido? Medítese bien la teoría espiritual sobre el porvenir de las almas y sobre su suerte a consecuencia de las diferentes pruebas que han de sufrir y se verá que, exceptuando la simultaneidad, el juicio que las condena o absuelve no es una ficción como creen los incrédulos. Observemos también que es consecuencia natural de la pluralidad de mundos, hoy completamente admitida, al paso que según la doctrina del juicio final, la Tierra es el único mundo que se juzga habitado.
¡Otra barbaridad más!, cuando es el propio Maestro el que nos asegura: “La casa de mi Padre, vuestro Padre, tiene muchas moradas…”
Una culpa muy grande también la tiene los medios de información y difusión, de esta ceguera que padece gran parte del globo. ¡Qué tiempo tan vilmente perdido! ¡Cuanta programación absurda!... En televisión, ¡cuántas larguísimas series o novelas, todas basadas en lo mismo, la violencia, la histeria, prostitución, drogas!… ¡pobre juventud!
¡Cuantos artículos extensos y banales ocupan paginas de diarios y revistas! ¡Cuantos vicios y corrupción se ofrece a la inocente y hermosa juventud!... en fin, hermanos míos, con tanto como hay que decir…, la sociedad calla, y el que calla otorga… ¡Por Dios, hagamos algo, por que aun hay tiempo, no hay que perder la esperanza!
La televisión, ese monstruo que se cuela en todos los hogares con su brutal poder de convocatoria, ¡cuanto bien haría a la humanidad! ¡Donde dejamos ese infernal ruido al cual llaman “música” que junto al alcohol y demás drogas están eliminando a la linda juventud!; la arrastran a un abismo ciego y fatal, la violencia esta a flor de piel en muchos de ellos, todo esto acarrea la ruina de miles de hogares… A veces me pregunto, ¿Será esta una estrategia más de los gobiernos para así, tener distraída o algo más, eliminada, a la juventud y no darle opción a pensar?
Se estaréis preguntado: ¿Que tiene que ver todo esto con el tema de la “Resurrección” o reencarnación?
¡Claro que tiene que ver y muchísimo! Si hace tiempo se hubiese enseñado la Verdad, el freno al libertinaje, al vicio, a la guerra, entre religiones y otras guerras, a la locura, y al descontrolado materialismo, seria una realidad.
El hombre habría entendido quien es, de  donde viene y a donde va.
En concreto, viviríamos como verdaderos hermanos, sin guerras, sin odios,… y sobre todo, sin ningún temor a la muerte, por que entenderíamos a la perfección esas alentadoras palabras del Maestro, cuando nos dice: “Todo el que cree en mi, aunque haya muerto vivirá”
Lo, que estoy escribiendo no es una utopía, sino una aplastante realidad, cuando al final, la Luz se haya hecho en tan solo una persona, me sentiré el ser mas feliz del mundo, al sentirme útil de haber aportado mi granito de arena en bien de la humanidad.
Llevo escrito muchísimos folios, siempre con el mismo mensaje, con la misma noble y sana intención de intentar de hacer llegar a los demás esa gran Luz de verdad que el mismo Jesús de Nazareth nos trae con palabra clara y en toda su pureza, con su Mensaje de Salvación, sin inútiles comparaciones, supersticiones, etc.: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Mas adelante desmenuzaremos Su palabra tal y como El la sintió, en su puro y exacto contenido, como también las sintieron aquellos que con lagrimas en los ojos y cantando hosannas al Señor, caminaban hacia el circo para ser devorados por las fieras, ante el estupor de Nerón, que no entendía como podían cantar si iban a la muerte, ¡como aquellas criaturas después de muertas reflejaban en sus rostros, la paz y la serenidad, y no el horror como el esperaba, no entendía que aquellas inocentes criaturas a penas sintieron los primeros zarpazos, sus espíritus ya iban por el Camino de la Verdad y la Vida…es decir, sabían entonces lo que hoy sabemos un buen numero de personas y las grandes religiones se obstinan en ocultar.
No me explico por que desvirtúan sacrílegamente el noble y esperanzador sentido del Evangelio para confundir a tantas inocentes criaturas, que también, por que no decirlo una vez mas, se sienten satisfechas con la cómoda doctrina que les presentan.
Si estas líneas que escribo solo son leídos por amigos de mi entorno nada habré conseguido, por que ellos ya poseen la Luz; pero si al igual que ellos este escrito llegase a manos de seres afligidos, desengañados, a los que con mucha razón ya no creen en nada… me sentiría feliz de corazón.
Con todo el Amor y respeto que mana de mi alma, también dedico este humilde trabajo a ti, que sin maldad, pero si con ironía, te reirás al comenzar a ojear estos renglones que gracias al rayado me salen recto, pero apuesto algo a que al final cambiarás de opinión.
Con el pensamiento en todos vosotros he dado este paso. Quizás sea esto lo ultimo que escriba, siento escozor en los ojos, me lagrimean mucho, a veces se me borran las letras…,los años no pasan en balde!...
¡Que regalo del Señor si esto llegase a publicarse!
Para qué mayor recompensa que este humilde trabajo llegase a todas las escuelas del mundo, y los pequeñitos crecieran con esta Luz de amor, Verdad y esperanza.
Una generación de la Justicia y Paz moraría en la Tierra, donde  su insignia seria la  Moral Evangélica en el respeto a los demás.
Jesús nos habla hasta para ser entendido por los niños.
Sin más demora vuelvo a suplicar perdón por si alguien se sintiese molesto, algo imposible.
Cuando es el Amor de Dios el que te incita a escribir no puede existir otra razón que hacer el bien por mismo bien.