sábado, 29 de agosto de 2015

COMUNICACION DE CAMILLE FLAMMARION


EL PROGRESO DEL ESPIRITU ES ETERNO

—La Luz del Todopoderoso nos acompañe, hermanos.
-¿Podrías, hermano, aclararnos una duda que tenemos en relación
con destino del espíritu?
 —No tengo inconveniente, si está a mi alcance poderos complacer.
—Se trata de lo siguiente: Llegado el espíritu a la cúspide de su
progreso, ¿se funde con la Divinidad?
—Es una pregunta incontestable completamente. Os diremos lo que
sabemos y lo que nos han adelantado entidades de rango mucho
más elevado: El espíritu es la parte infinitesimal e indivisible de luz
y de inteligencia de Dios. Tiene su desarrollo y proyección en
vuestro plano, pasando por todos los reinos (mineral, vegetal y
animal). Una vez superados estos períodos de evolución
constante, de progresión en progresión y ya con un acervo de
conocimientos latentes, adquiere la personalidad de espíritu
pensante con raciocinio, encarnando en la forma humana más
rudimentaria. En este período de adaptación y formación y después
de varias encarnaciones, elige ya encarnación en lugar donde la
vida, costumbres y clima esté en relación con las pruebas precisas a
desarrollar para acelerar su progreso. Sucesivamente, sigue
animando nuevos cuerpos en armonía con el progreso alcanzado, y
lo mismo que el maestro va enseñando por etapas al alumno, Dios
pone a su alcance las diferentes etapas que precisa para su progreso.
Alcanzada la elevación que corresponde a este planeta, pasa a
encarnar en otro, en el que tiene que aprender, estudiar y
comprender nuevas ciencias, formaciones, coloridos, floraciones,
etc., etc., así como examinar nuevas constelaciones, nuevos mundos
y nuevos cielos, y así, para abreviar la contestación, de mundos en
mundos, conquista nuevos grados de elevación. Dios le confía
menesteres y ocupaciones de alta potestad. Llega a conocer cómo se
constituyen las galaxias y los mundos, así como las humanidades
que después los habitan. De su conocimiento pasa a dirigirlos
(siempre cumpliendo las órdenes del Padre). Cuando ha dirigido
con positivo acierto tan elevados cometidos, de proyecciones
infinitas e incomprensibles para nosotros, pasa a otras escalas y con
ellas a otros mundos de mayor progreso, con otras luces, otros
estudios, y así, infinitamente sabio, en una carrera vertiginosa, ha
alcanzado alturas inconcebibles para nosotros y vosotros y, como
consecuencia, recibe más directamente las órdenes del
Todopoderoso, pero aún, hermanos, no ha terminado de andar por
el camino que tiene que recorrer. Luego el espíritu, que es ETERNO,
eterno es también su trajín en busca de la sabiduría y del progreso.
Jamás puede conocer a DIOS.
 Esta sucinta contestación se os podría dar en otros términos, para
vosotros muy difíciles de comprender todavía. En sucesivas sesiones
os iremos aclarando algunos puntos y os daréis cuenta del por qué
de muchas cosas y lo mucho que somos, mejor dicho, que sois,
cuando traéis arrastradas las muchas encarnaciones desde el
principio del espíritu hasta el estado actual en que os halláis. Es un
salto que comparativamente podemos poner el ejemplo de una flor
que pincha, no huele, no tiene colores, belleza ni tiene néctar en sus
pétalos; una flor casi sin vida en comparación a la humilde violeta, a
la bella rosa o al perfumado clavel, que diafanamente presentan sus
bellezas, sus coloridos y sus aromas. Así es el estado de progreso en
que os encontráis la mayoría en este planeta, aun cuando es de
expiación.

Quedaos con Dios.—Vuestro hermano: FLAMMARION.