sábado, 25 de marzo de 2017

EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE






Son los casos de los que habla el doctor Theillier, médico que ha estudiado los milagros de Lourdes

El doctor Patrick Theillier conoce bien los fenómenos sobrenaturales. Católico convencido y comprometido, ha trabajado durante 10 años como médico de la Oficina de Constataciones Médicas del Santuario de Lourdes. Junto a otros médicos, no necesariamente creyentes, se ha esforzado por verificar científicamente el carácter humanamente inexplicable de las curaciones obtenidas en Lourdes.
Y es precisamente a partir de las conclusiones elaboradas por esta oficina que le fue posible a la Iglesia llegar al reconocimiento de algunos milagros. Una curación inexplicable se declara milagro cuando la autoridad eclesiástica competente reconoce un signo del poder. 
En “Quando la mia anima uscì dal corpo” (ediciones San Pablo) – Cuando mi alma salió del cuerpo – el doctor Theillier estudia las experiencias de premuerte, o acaecidas “en los límites de la muerte” (conocidas con la sigla inglesa NDE, Near-Death Experience).

1 – “Hice un viaje al Cielo”

En 2010 Todd Burpo, un pastor de la iglesia metodista de Nebraska, en Estados Unidos, escribió un pequeño libro, Heaven Is for Real, (El Paraíso es real) en donde contó la NDE de su hijo Colton: “Hizo un viaje al Cielo” durante una operación de peritonitis en la que sobrevivió. La historia es particular porque Colton tenía sólo 4 años cuando sucedió, y les contó su experiencia a sus padres, quienes quedaron impactados, pues lo hizo de forma casual y fragmentada. La NDE de los niños son las más conmovedoras porque son las menos contaminadas, las más verdaderas; se podría decir: las más vírgenes.
Premuerte más auténtica en los niños
El pediatra Melvin Morse, director de un grupo de investigación de las experiencias de premuerte en la Universidad de Washington, dice:
“Las experiencias de premuerte de los niños son sencillas y puras, no están contaminadas por ningún elemento de carácter cultural o religioso. Los niños no quitan experiencias como hacen a menudo los adultos, y no tienen dificultad en integrar las implicaciones espirituales de la visión de espíritus superiores”.
“Ahí me cantaron los ángeles”
Este es el resumen de la historia de Colton como aparece en el libro Heaven Is for Real. Cuatro meses después de su operación, al pasar en coche cerca del hospital donde fue operado, su mamá le preguntó si se acordaba, Colton respondió con una voz neutra y sin excitación: “Sí, mamá, me acuerdo. Ahí me cantaron seres muy bellos”. Y con un tono serio añadió: “Jesús les dijo que cantaran porque yo tenía mucho miedo. Y luego estuve mejor”. Impresionado, su padre le preguntó: “¿Quieres decir que estaba también Jesús?” El niño haciendo ademán afirmativo con la cabeza, como si confirmara algo muy normal, dijo: “Sí, también estaba él”. El papá le preguntó: “Dime, ¿dónde estaba Jesús?”. El niño le respondió: “Yo estaba sentado en sus piernas”. Pudo ser Jesús o cualquier otro ser espiritual que el niño interpretó como Jesús.
La descripción de Dios
Es fácil imaginarse a los padres preguntarse si todo esto es verdad. Ahora, el pequeño Colton cuenta que dejó su cuerpo durante la operación, y lo demuestra describiendo con precisión lo que cada uno de los padres estaba haciendo en ese momento en otra parte del hospital.
Impactó a sus padres al describir el Cielo con particularidades inéditas, correspondientes a la Biblia. 
Ya no tiene miedo de la muerte. Lo dijo a su papá una vez que le dijo que corría el riesgo de morir si atravesaba la calle corriendo: “Que hermoso. Quiere decir que volveré al Cielo”.

2 – El “túnel” del neurocirujano

El doctor Eben Alexander, neurocirujano estadounidense, especialista del cerebro, no creía absolutamente en una vida después de la muerte. Era escéptico: para él, todas las historias de NDE eran delirios y estupideces. En 2008 tuvo una meningitis fulminante que le hizo cambiar de idea. Contó su experiencia de premuerte primero en un artículo del semanario estadounidense Newsweek, y luego en un libro. Un viaje que lo convenció de la existencia de una vida después de la muerte.
“Estaba en una dimensión más amplia del universo”
Hace cuatro años los médicos del hospital general de Lynchburg, en Virginia, donde él trabajaba, le diagnosticaron una rara forma de meningitis bacteriana, que normalmente ataca a los recién nacidos. Las probabilidades de salir sin entrar en un estado vegetal eran pocas, y se volvieron casi nulas en las urgencias.
“Pero mientras las neuronas de mi corteza se reducían a la inactividad completa, mi consciencia, liberada del cerebro, recorrió una dimensión más amplia del universo, una dimensión que no había soñado y que habría sido feliz de poder explicar científicamente antes de hundirme en el coma. Hice un viaje a un ambiente lleno de grandes nubes rosas y blancas… Muy por encima de estas nubes, en el cielo, giraban en círculo seres cambiantes que dejaban tras de sí largas estelas. ¿Pájaros? ¿Ángeles? Ninguno de estos términos describe bien a estos seres que eran distintos de todo lo que he visto en la Tierra. Eran más evolucionados que nosotros. Eran seres superiores”.
Un canto celestial
El doctor Eben Alexander se acuerda de haber oído un sonido en pleno desarrollo, como un canto celestial, que venía de arriba, y que le dio gran alegría
, y de ser acompañado en su aventura por una joven mujer.
Después de esta NDE, el doctor Alexander no tuvo más dudas: la consciencia no es ni producida ni limitada por el cerebro, como el pensamiento científico dominante sigue considerando, y se extiende más allá del cuerpo.
Nueva idea de consciencia
“Ahora, para mí es – dice Alexander – cierto que la idea materialista del cuerpo y el cerebro como productores, más que como vehículos, de la conciencia humana, ha sido superada. En su lugar ya está naciendo una nueva visión del cuerpo y del espíritu. Esta visión, a su vez científica y espiritual, dará lugar a la verdad, que es el valor que los más grandes científicos de la historia siempre han buscado”.

3 – El fusilamiento

He aquí una carta de don Jean Derobert. Es un testimonio certificado con ocasión de la canonización de Padre Pío.
“En aquel tiempo – explica don Jean – trabajaba en el Servicio Sanitario del ejército. El Padre Pío, que en 1955 me había aceptado como hijo espiritual, en los momentos cruciales de mi vida siempre me había hecho llegar una nota en donde me aseguraba su oración y su apoyo. Así fue antes de mi primer examen en la Universidad Gregoriana de Roma, así fue cuando entré en el ejército, así fue también cuando tuve que ir a combatir a Argelia”.
Una nota de Padre Pío
“Una noche, un comando F.L.N. (Frente de Liberación Nacional Argelino) atacó nuestra ciudad. Fui arrestado, me pusieron frente a una puerta junto a otros cinco militares, fuimos fusilados (…). Esa mañana había recibido una nota del Padre Pío con dos líneas escritas a mano: “La vida es una lucha pero conduce a la luz” (subrayando lucha y luz)”.
La subida al cielo
Inmediatamente don Jean vivió la experiencia de salir del cuerpo. “Vi mi cuerpo a mi lado, acostado y ensangrentado, en medio a mis compañeros asesinados también. Comencé una curiosa ascensión hacia lo alto dentro de una especie de túnel. De la nube que me rodeaba distinguía rostros conocidos y desconocidos. Al principio estos rostros eran tétricos: se trataba de gente poco recomendable, pecadores, poco virtuosos. Poco a poco, mientras subía los rostros que encontraba se volvían más luminosos”.
El encuentro con los padres
“De repente mi pensamiento se dirigió a mis padres. Me encontré cerca de ellos en mi casa, en Annecy, en su habitación, y vi que dormían. Intenté hablar con ellos sin éxito. Vi el departamento y observé que habían cambiado un mueble. Muchos días después, al escribir a mi mamá, le pregunté por qué había cambiado ese mueble. Ella me respondió: “¿Cómo lo sabes?”. Luego pensé en el papa Pio XII, que conocía bien porque fui estudiante en Roma, y enseguida me encontré en su habitación. Se había apenas acostado. Nos comunicamos intercambiando pensamientos: era un gran espiritual”.
“Chispa de luz”

De repente don Jean se encontró en un paisaje maravilloso, invadido por una luz azul y dulce. Habían cientos de personas, todas con treinta años aproximadamente. “Encontré a gente conocida (…). Dejé este “paraíso” lleno de flores extraordinarias y desconocidas para mí, y ascendí un poco más alto… Allá perdí mi naturaleza de hombre y me volví una “chispa de luz”. Vi muchas otras “chispas de luz” y sabía que eran san Pedro, san Pablo, san Juan, un apóstol, tal santo tal otro”.
La Virgen y Jesús
“Luego vi a santa María, bella más allá de lo increíble con su manto de luz. Me acogió con una sonrisa increíble. Detrás de ella estaba Jesús maravillosamente bello, y todavía más atrás había una zona de luz que sabía que era el Padre, y reconocí ahí la felicidad perfecta, como una cierta experiencia de la eternidad”.
La primera vez que vi al Padre Pío después de esta experiencia, el fraile le dijo: “¡Oh, el trabajo que me diste tú, pero lo que viste fue muy bello!”.

miércoles, 22 de marzo de 2017

MUNDOS REGENERADORES




Entre esas estrellas que resplandecen en la bóveda azulada del firmamento, ¡cuántos mundos habrá, como el vuestro, destinados por el Señor a la expiación y la prueba! Con todo, también los hay más miserables, y mejores, así como los hay transitorios, que podemos denominar regeneradores. Cada torbellino planetario, al desplazarse en el espacio alrededor de un centro común, lleva consigo sus mundos primitivos, de destierro, de prueba, de regeneración y de felicidad. Se os ha hablado de esos mundos en los que es situada el alma recién nacida, cuando aún ignora el bien y el mal, pero con la posibilidad de marchar hacia Dios, dueña de sí misma, en posesión de su libre albedrío. Se os ha dicho también cuán amplias son las facultades de que ha sido dotada el alma para practicar el bien. Sin embargo, por desgracia, hay almas que sucumben, y dado que Dios no quiere aniquilarlas, les permite ir a esos mundos en los que, de encarnación en encarnación, se purifican y se regeneran, para regresar dignas de la gloria a la que están destinadas.
Los mundos regeneradores sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices. El alma que se arrepiente encuentra en ellos la calma y el reposo, mientras concluye su purificación. No cabe duda de que en esos mundos el hombre aún se encuentra sujeto a las leyes que rigen la materia. La humanidad experimenta sensaciones y deseos como los vuestros, pero está liberada de las pasiones desordenadas de las que sois esclavos. En ella ya no existe el orgullo que hace callar al corazón, la envidia que lo tortura y el odio que lo ahoga. La palabra amor está escrita en todas las frentes. Una equidad plena rige las relaciones sociales. Todos reconocen a Dios y procuran dirigirse a Él mediante el cumplimiento de sus leyes.
Con todo, en esos mundos aún no existe la perfecta felicidad, sino la aurora de la
felicidad. El hombre todavía es de carne y, por eso mismo, está sujeto a vicisitudes de las cuales sólo están eximidos los seres completamente desmaterializados. Aún tiene que sufrir pruebas, pero sin las punzantes angustias de la expiación. Esos mundos, comparados con la Tierra, son muy felices, y muchos de vosotros estaríais satisfechos de quedaros allí, porque representan la calma después de la tempestad, la convalecencia después de una cruel enfermedad. En ellos, el hombre, menos absorbido por las cosas materiales, entrevé mejor que vosotros el porvenir; comprende que hay otros goces que el Señor promete a los que se hacen merecedores de ellos, cuando la muerte haya segado de nuevo sus cuerpos para darles la verdadera vida. Entonces, el alma libre sobrevolará todos los horizontes. Ya no tendrá sentidos materiales y groseros, sino los sentidos de un periespíritu puro y celestial, que aspira las emanaciones de Dios en los aromas del amor y la caridad que brotan de su seno.
No obstante, por desgracia, en esos mundos el hombre todavía es falible, y el espíritu del mal no ha perdido completamente su dominio. No avanzar equivale a retroceder, y si el hombre no se mantiene firme en el camino del bien, puede volver a caer en los mundos de expiación, donde lo esperan nuevas y más terribles pruebas.
Contemplad, pues, esa bóveda azulada, por la noche, a la hora del descanso y la oración. Entonces, ante esas innumerables esferas que brillan sobre vuestras cabezas, preguntaos cuáles son las que conducen a Dios, y rogadle que un mundo regenerado os abra su seno después de la expiación en la Tierra. (San Agustín. París, 1862.)

LA EVOLUCIÓN DE LAS MANIFESTACIONES MEDIÚMNICAS

LA EVOLUCIÓN EN LAS MANIFESTACIONES MEDIÚMNICAS

Uno de los primeros fenómenos mediúmnicos de efectos físicos más notorios  durante el siglo XIX fue el de las mesas giratorias. Este fenómeno despertó la curiosidad de muchas personas, que pasaron a practicarlo como un elemento de distracción y curiosidad. Sin embargo, con el tiempo, su uso y finalidad fue diferenciando a sus practicantes. Por un lado, aquellos que lo utilizaban como una moda, apenas un mero pasatiempo, y por otro, aquellos que trataron de encontrar lo que se escondía detrás de dichas manifestaciones y su razón de ser.
Como nos indica el Codificador Allan Kardec; es innegable que el fenómeno de las mesas giratorias supuso un punto de partida a lo que hoy conocemos como Espiritismo.

Cuando se pudo verificar que el comportamiento de las mesas; es decir, los movimientos, ruidos y golpes, obedecían a inteligencias externas, se decidió establecer un código rudimentario, bastante simple, para que dichas entidades contestaran a las preguntas que se les formularán; en principio, con un  o un no; para más tarde, perfeccionarlo con un nuevo código de golpes que identificara a cada letra del alfabeto y así, poder construir frases completas, permitiendo un verdadero diálogo, aunque lento y penoso.
Los sistemas fueron evolucionando, comenzando por adosar un lápiz a la pata de una mesa muy ligera, y en el suelo un papel en blanco. Con posterioridad se fue reduciendo, de forma progresiva, el tamaño del soporte del lápiz hasta sujetarlo finalmente en una simple tablilla. En el fondo no eran más que apéndices de la propia mano del médium. Más adelante, se decidió prescindir de los objetos intermedios y sujetar directamente el lápiz con la mano para recibir los mensajes venidos desde el otro plano. A resultas de estos cambios, surgió la psicografía, tal y como la conocemos hoy día.
Comenzaba una nueva era para la Humanidad en la que las manifestaciones mediúmnicas de todo tipo afloraron a lo largo de todo el planeta. El plano espiritual, o si lo preferimos, la otra dimensión, dejaba de ser algo extraño y alejado de la realidad material. Muchos sensitivos percibían de múltiples formas a aquellos que ya no pertenecían al ámbito físico.
El intercambio necesitaba, como hemos podido comprobar en la mediumnidad de efectos físicos, una maduración a través de la práctica y de la experiencia. Los métodos se simplificaban, se perfeccionaban, y han seguido así en constante progresión hasta nuestros días.
Sabemos que el Espiritismo es, ante todo, una ciencia experimental en constante renovación, y
como tal, requiere mucha observación y análisis para incorporar aquello que pueda mejorar la comunicación con el mundo espiritual, y al mismo tiempo, prescindir de prácticas que pudieran haber quedado obsoletas.
Del mismo modo que los precursores del pasado se esforzaron para que el trabajo con el plano espiritual fuese cada vez más efectivo, hoy día debemos seguir actuando de idéntica forma.
Antes de seguir adelante debemos recordar que, a través de las múltiples posibilidades que nos presenta la mediumnidad, se consiguen tres objetivos básicos: En primer lugar, la constatación de la vida espiritual y de la supervivencia del alma después de la muerte. En segundo lugar, recibir la formación, los testimonios y los conocimientos en los que beber y estudiar y, en tercer lugar, la práctica de la caridad para con los desencarnados sufrientes, mediante la oración colectiva y la orientación que se les transmite.
Es por tanto, tiempo ya de replantearse los viejos métodos de trabajo para sustituirlos por otros más dinámicos, más eficientes y acordes con la realidad espiritual de este momento; con aquellas exigencias que nos demandan las entidades benefactoras que colaboran con el plano material.
Quedan atrás ciertas prácticas obsoletas e ineficaces, como la de cogerse las manos para formar una cadena. Es totalmente innecesario, el propio Kardec hace mención a este asunto; la cadena que se pretende establecer es psíquica, no física.
Otro error muy habitual es el uso de movimientos de mano sobre el médium que ha incorporado al espíritu sufriente con la intención de “darle luz” y, que ha venido realizándose por parte del orientador. Es un procedimiento completamente estéril que se encuentra ya en desuso en la inmensa mayoría de grupos espiritas.
Otra práctica también innecesaria es la de situar las manos sobre el agua que se desea fluidificar, considerando imprescindible la intervención física y olvidando que son los espíritus colaboradores quienes realmente efectúan el trabajo. Cualquier persona podrá solicitar la fluidificación del agua a través de la oración, por tanto, nadie posee dones especiales.
Alcanza la ignorancia a algunos pseudo-médiums que pretenden hacer creer a los incautos que pueden “desarrollar” las facultades de otras personas, arrogándose así de atributos que en modo alguno poseen. Las facultades mediúmnicas son siempre desarrolladas por los especialistas espirituales en conjunción con los protectores de cada encarnado y, éste último será siempre responsable del uso conveniente de su facultad. Este es un atributo recibido de Dios; por tanto, nadie puede presumir de tener capacidad para ello.
Otra equivocación muy común entre los orientadores, es la pretensión de esclarecer a los espíritus sufrientes preguntando con exceso de detalle sobre su situación, incitándoles a revivir experiencias traumáticas y muy desagradables y, dejándose llevar a su vez por las emociones del perturbado. El orientador debe usar un dialogo breve y conciso, con mensajes claros y sencillos que ayuden al sufriente a reconocer la transitoriedad de su situación y que la ayuda continuará a través de los especialistas del plano espiritual.
Otro error también muy extendido es la costumbre de propiciar el testimonio de los participantes
para, después de la práctica mediúmnica, comentar impresiones y estimular la imaginación y la sugestión, olvidando los códigos de prudencia y dejando de lado el sentido real de los trabajos, que no es otro que la práctica de la caridad desde la humildad y la sencillez.
También el abusar del pase; considerarlo como una especie de asepsia espiritual rutinaria y obligatoria, tanto para entrar como para salir de las reuniones.
Como podemos ver, en casi todos los casos mencionados existe un denominador común, que no es otro que la vieja creencia de considerar necesaria la intervención personal y directa en los trabajos de índole mediúmnica. No caemos en la cuenta de que con dichas prácticas fomentamos el personalismo y el afán de notoriedad; justo todo lo contrario a su verdadero propósito. Recordemos al Evangelio: “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”.
Muchas veces se olvida un axioma fundamental, y es que: “EL PENSAMIENTO ES EL TODO”. El pensamiento es una vibración muy poderosa, que unida a la de otras personas con los mismos deseos e intenciones, se convierte en algo excepcional. Un recurso suficiente para que los mentores espirituales puedan hacer su trabajo con garantías.
Hemos de ser conscientes que “EL VERDADERO TRABAJO MEDIUMNICO LO HACEN LOS SERES ESPIRITUALES SUPERIORES”. La aportación de los humanos es ínfima. ¡¡No lo olvidemos nunca!!.
Para que un trabajo llegue a buen puerto, la reunión mediúmnica debe prepararse a lo largo de toda la semana, manteniendo una forma de vida saludable, unos pensamientos optimistas, apoyándose en todo momento en la oración, para así, mantener el equilibrio y la lucha contra nuestras malas inclinaciones y, cultivando la fraternidad, el compañerismo, la amistad, el diálogo constructivo, la lectura y el estudio en la medida de lo posible. Todos esos elementos de trabajo interior, de buena práctica moral y espiritual son los que nos capacitarán para un correcto desenvolvimiento mediúmnico, personal y colectivo, en el desarrollo los trabajos.

La evolución de las manifestaciones mediúmnicas por:     José Manuel Meseguer

lunes, 20 de marzo de 2017

DE REGRESO A LA VIDA


                                                       DE REGRESO A LA VIDA



El Dr. Mike Milligan entrevista al famoso cirujano cardíaco Dr. Lloyd Rudy sobre experiencias cercanas a la muerte de algunos de sus pacientes. 
Subtítulos en español.
 


Fotografía de Espíritus


RECORDANDO A  ALLAN KARDEC







¿Es posible fotografiar a un Espíritu?


Esta pregunta está siendo repetida con frecuencia en estos últimos días, sobre todo por lo que algunos periódicos publicaron y la televisión que mostró una interesante foto, en la cual, un cantante aparece envuelto por una masa brillante, con apariencia de un hombre sombrío, durante una representación artística en una ciudad del interior paulista.

Sucede que hubo un dúo de cantantes, llamados Joao Paulo y Daniel, que se deshizo hace algunos meses por la muerte de Joao Paulo, por causa de un accidente de automóvil. El sobreviviente continuó cantando solo y en el referido espectáculo, una joven lo fotografió. Revelada la fotografía, muchas personas dijeron que aquella masa envolviendo a Daniel sería el Espíritu de Joâo Paulo.

Esto fue suficiente para que surgiesen innumerables suposiciones. Llevaron a programas de televisión a parientes del fallecido, para su probable identificación, lo que no siempre sucedió. Además de eso, fotógrafos, técnicos, religiosos y líderes espiritistas dieron su opinión, algunos negando y otros admitiendo que fuera probable fotografiar a un Espíritu, o sea, el alma de una persona fallecida.

Así, delante del interés despertado por el episodio, decidimos investigar el asunto a la luz de la Doctrina Espírita, como seguidamente veremos.

La fotografía de los Espíritus --- El hombre viene buscando conservar imágenes desde la más lejana antigüedad, pero la fotografía tiene sus raíces asentadas en los trabajos de alquimistas y químicos en relación a la luz. Fue sobre el año 1826 cuando surgió la primera fotografía en el mundo, tomada por el inventor francés Joseph-Nicéphore Niepce desde su ventana, en Gras, en Francia, cuando fijó en una placa de metal una vista de aquella ciudad, que todavía permanece en la Colección Gernsheim, en la Universidad de Texas, Austin, Estados Unidos.

A partir de la experiencia positiva de Niepce, la técnica fotográfica fue desarrollada y perfeccionada sucesivamente, de modo que en tiempo de Allan Kardec (1804—1869) ya existían fotógrafos profesionales y muchos acontecimientos del Siglo XIX fueron registrados en innumerables fotografías de resolución y nitidez razonables para aquella época.

Por otro lado, todos los que estudian y conocen las características y propiedades del periespíritu saben que, en determinadas circunstancias, el Espíritu (o alma de una persona fallecida) puede aparecer en fotografías o películas. Para que ocurra ese típico efecto mediúmnico de efecto físico, es indispensable que uno o más médiums, consciente o inconscientemente, faciliten el ectoplasma necesario y que el Espíritu mientras tanto consiga impresionar la película, registrando la imagen a través de la cual podrá ser reconocido por las personas que lo conocieron antes de la muerte.

Además, no estará de más recordar que el mismo Espíritu de una persona encarnada (viva), estando dormido, también podrá, en las mismas circunstancias, ser fotografiado en un lugar más o menos distante de aquel donde se encuentra reposando su cuerpo físico, hecho que ya fue objeto de comprobación.
Mientras, es imperioso declarar que siempre
existirá la posibilidad del fraude,
sobretodo cuando algunos médiums, desviándose de su tarea mediúmnica, se dejan llevar por la ambición y pasan a cobrar por sus dones. Cuando esto ocurre, las consecuencias acostumbran a ser trágicas y acaban involucrando también a personas inocentes, como ocurrió en un ruidoso proceso instruido por la justicia francesa contra tres personas, apenas pasados unos años de la muerte de Allan Kardec, y uno de los acusados era precisamente su sucesor en la Revista Espírita.

Veamos un resumen de ese lamentable suceso.

Proceso de los espiritas --- En el año 1874, la Revista Espírita, ya bajo la dirección de Pierre-Gaëtan Leymarie, publicó fotografías con amplia materia envolviendo Espíritus, inclusive estampando, entre muchas otras, una foto en la que Allan Kardec, pasados cinco años de su desenlace, aparece ostentando un mensaje al lado de su viuda, que estaba encarnada.

Con referencia a todas las fotografías de las personas vivas teniendo a su lado imágenes de parientes o amigos fallecidos, habían sido hechas por obra del fotógrafo Édouard Buguet, establecido en su estudio de París. Leymarie, hombre honesto y afamado, adquirió varias fotos y las publicó en la Revista Espírita, no sin antes tomar diversos cuidados para comprobar el fenómeno, constatando inclusive que Buguet, además de un buen fotógrafo, era también un excelente médium de efectos físicos.

Con la publicidad y el rumor en torno al caso, un policía resolvió denunciarlo a un juez, que a su vez instauró un riguroso proceso criminal contra Buguet, Leymarie y Alfred Henry Firman, médium americano que estaba en París en la época de las fotos.

Presidiendo la corte con mano de hierro, el juez, había prejuzgado la causa porque antes de la producción de las pruebas estaba convencido de que todas aquellas fotografías de Espíritus eran fraudulentas, ya que habían sido montadas por Buguet con la conveniencia de Firman y Leymarie, condujo el proceso de modo injusto y parcial, culminando con la condena de los tres acusados, siendo así que Leymarie cumplió un año de prisión y pagó una pesada multa. Los otros dos dejaron Francia y después Buguet confesó que Lamiere era inocente, pero su confesión fue inútil, cayó en vacío, por que las autoridades no aceptaron el documento.
Más tarde la esposa de Pierre-Gaëtan Leymarie documentó el caso en un precioso libro, exactamente con el título de Proceso de los espíritas, donde relata el empeño de su compañero para intentar probar su inocencia y muestra la dureza del magistrado que presidió el hecho, el cual, entre otras acciones indecorosas, maltrató a la viuda de Allan Kardec, una respetable señora de 80 años de edad, faltándole al respeto y consideración durante la audiencia en la que fue escuchada como testimonio del caso.

El libro en cuestión debe ser leído por todos aquellos que se interesan por el asunto que envuelven las fotografías de Espíritus y con el peligro consiguiente, sobre todo por la facilidad de la práctica de actos fraudulentos. Es más, en su resumen en portugués publicado por la FEB, el Dr. Herminio C. Miranda asegura con mucha propiedad que, para absolver a los acusados, o por lo menos a Leymarie y Firman, era necesario que los responsables del Tribunal”estuviesen preparados para aceptar algunos hechos espíritas, que ellos bajo ningún concepto concordaban en admitir. Tales hechos eran básicamente los siguientes:

1) Que el Espíritu sobrevive a la muerte del cuerpo físico.
2) que después de desencarnado, puede emitir determinada energía que, siendo invisible a la mayoría de las criaturas, es suficiente para impresionar una lámina fotográfica sensibilizada:
3) que para la obtención de ese efecto energético, es necesária la presencia de personas dotadas de recursos especiales, dentro de la calificación genérica de médiums.
4) que Eduard Buguet disponía de tales recursos, como quedó ampliamente demostrado, por testimonios imparciales, vehementes, abundantes;
5) que los Espíritus encarnados pueden desdoblados, producir sobra la lámina el mismo efecto que los desencarnados mientras el cuerpo físico esté en reposo;
6) que las personas que reiteradamente demuestran facultades mediúmnicas notables, pueden, eventualmente, caer en una conducta lamentable del fraude, especialmente cuando se hacen pagar por sus dones.

La opinión de Allan Kardec --- Decimos arriba que en la época de Allan Kardec la técnica fotográfica ya estaba razonablemente desarrollada, de modo que incluso permitía el registro de imágenes de Espíritus. En efecto, tomando conocimiento de hechos de esa naturaleza, ella publicó una interesante materia en la Revista Espírita, exactamente con el título Fotografía de los Espíritus, donde estudia esa relevante cuestión, que ahora vamos a analizar con el, citando la parte que nos pareció necesaria para su estudio.

Kardec inicia su trabajo trascribiendo el siguiente artículo, publicado en el periódico Courrier du Bas-Rhin del sábado 3 de Enero de 1863 (parte alemán:), bajo el título Fotografía Espectral. `Los americanos que nos van por delante en muchas cosas, ciertamente nos sobrepasan en el arte de la fotografía y de la evolución de los Espíritus. En Boston, hoy en día, los difuntos no son apenas invocados por los médiums menos aún fotografiados. El descubrimiento maravilloso es debido al Sr. Wiliam Mumbler, de Boston. ´Es él mismo quien nos cuenta: Hace algún tiempo yo experimentaba en mi laboratorio un nuevo aparato fotográfico, haciendo mi propio retrato. De pronto sentí cierta presión en el brazo derecho y una lasitud en todo el cuerpo. ¿`Más cómo describiría mi espanto cuando vi mi retrato reproducido y a la derecha, la imagen de una segunda persona, que no era otra que la de mi prima muerta? El parecido del retrato, al que dicen los que conocieron a aquella señora, nada tiene que desear.

´Se dice que, desde entonces. El Sr. Mumbler no da sólo sesiones espíritas a los clientes, sino que todavía ejecuta retratos de los difuntos evocados. Son generalmente un poco pálidas y veladas y los trazos difíciles de reconocer, lo que no impide que los habitantes de Boston, esclarecidos, los declaren auténticos. ¡ Quien consideraría tan próximas las imágenes espectrales!

En este punto, Allan Kardec comenta que, “En caso de que fuera real, semejante descubrimiento, tendría por cierto inmensas consecuencias y sería uno de los hechos más notables de manifestaciones. Con todo, aconsejamos acogerla con prudente reserva. Los americanos que, al decir del articulista, nos sobrepasan en tantas cosas, nos enseñan que también nos distanciáramos de las patrañas.

“Para quien conozca las propiedades del periespíritu, a primera vista la cosa no parece materialmente imposible. Se ven surgir tantas cosas extraordinarias que de nada nos debemos admirar. Los Espíritus anunciaron manifestaciones de nuevo orden, todavía más sorprendentes que las conocidas. Esta estaría, por cierto, en este número. Una vez más, hasta una constatación más auténtica que el relato de un periódico, es prudente, es prudente ponerla en duda. Si la cosa fuera verdadera, sería vulgarizada; mientras se espera, es preciso evitar dar crédito a todas las historias maravillosas, que los enemigos del Espiritismo se complacen en respaldar para volver al ridículo, también como los que las aceptan muy fácilmente. También digo, que es preciso mirar más de una vez, antes de atribuir a los Espíritus todos los fenómenos insólitos que no se pueden explicar. Un examen atento muestra, en la mayoría de los casos, una causa enteramente material, que no se había notado. Es una recomendación expresa que hacemos en El Libro de los Médiums.

Conclusión --- Con la presente materia no estamos afirmando ni negando que la imagen que aparece detrás del cantante Daniel, en la foto referida al inicio, sea realmente el Espíritu de su compañero Joâo Paulo. Intentamos sólo explicar que, a la luz de la ciencia Espírita, el hecho analizado ---fotografiar a un Espíritu --- es perfectamente posible y está dentro de las leyes naturales, sin que sea necesario recurrir a teorías supuestamente psicológicas o parapsicológicas, que sólo traen más complicaciones en vez de solucionar el enigma.
De cualquier forma, el fenómeno debe ser estudiado minuciosamente, teniendo en consideración las condiciones morales de los envueltos --- fotógrafos, médiums y fotografiados ---, para que sea desechada cualquier señal de fraude, ilusión óptica o problemas de las cámaras fotográficas o filmadoras, evitando así sinsabores y hasta aun procedimientos policiales o judiciales.