sábado, 16 de marzo de 2013

MANIFESTACIONES MULTIPLES Y SIMULTANEAS



M. Oxley y M. Reimers son dos hábiles experimentadores, de posición independiente y muy familiarizados con las materializaciones, que dieron el resultado de observaciones de gran valor. M. Reimers, en su casa, pudo obtener el molde de la mano derecha de una aparición que vio un instante al lado de la médium. Para saber si aquel molde no era producido por la médium, le suplicó que metiese la mano en el cubo que contenía parafina a fin de obtener un molde. La mano del espíritu difiere completamente por su forma, su finura y sus dimensiones de la de la médium, Mme. Firman, que era una mujer de edad, perteneciente a la clase obrera.
Se puede ver al final del libro Animisme et Spiritisme, de Aksakoff, las fototipias que reproducen estos moldes y permiten la comparación. En otra sesión, en presencia de M. Oxley, se expresó el deseo de obtener la mano izquierda del mismo espíritu, como así se hizo. Este segundo yeso es completamente igual al de la mano derecha obtenida anteriormente.
La aparición se llamaba Bertie: hasta el momento no había nada que no fuese corriente. He aquí donde el fenómeno se vuelve interesante: En una sesión posterior y por mediación de un médium del sexo masculino, el Dr. Monck, se obtuvieron los moldes de las manos de Bertie y de uno de sus pies; los tres yesos tienen exactamente las líneas y rasgos característicos de las manos y del pie de Bertie, iguales a las que se observaron cuando se hicieron los moldes durante las sesiones con Mme. Firman. (Psychische Studien, 1877)
La sustitución de un hombre por una mujer, como médium, es muy importante; pues prácticamente no se puede explicar por medio del desdoblamiento la producción de una imagen idéntica por dos médiums diferentes, mientras que se concibe muy bien que un espíritu pueda sacar tanto de un organismo femenino como de uno masculino los principios necesarios para su materialización, puesto que son los mismos en ambos. Además, cuando en lugar de una aparición se muestran varias simultáneamente, se hace imposible atribuirlas a un desdoblamiento o a una transformación del médium. Citemos, según Aksakoff, uno de esos notables relatos (Sesión de 11 de abril de 1876)1.
1 Aksakoff, Animisme et Spiritisme.
“La imagen reproduce exactamente el yeso de la mano de un espíritu materializado que se llamaba Lily 2; es un espíritu distinto de Bertie, del que difiere mucho físicamente; su imagen se ha tomado del molde dejado por este espíritu en la sesión del 11 de abril de 1876, en condiciones que hacían imposibles toda superchería. Como médium teníamos al Dr. Monck; después de haberle registrado, a petición propia, fue colocado en un gabinete improvisado, poniendo una cortina a través del alféizar de una ventana; el cuarto permaneció alumbrado durante toda la sesión.
2 El espíritu de Lily dio también la mascarilla de su rostro. Véase Revue Spirite, 1880, y el grabado que reproduce aquella hermosa cabeza.
Aproximamos una mesa redonda a la cortina y tomamos asiento a su alrededor los siete asistentes a la sesión. “Muy pronto aparecieron dos figuras de mujer, que conocíamos bajo los nombres de «Bertie» y «Lily», en el sitio en que las dos partes de la cortina se tocaban, y cuando el Dr. Monck pasó su cabeza a través de la abertura, estas dos figuras aparecieron encima de la cortina, mientras que dos figuras de hombres («Milke» y «Richard») apartaban la tela por los dos extremos y se dejaban ver también. Vimos, pues, simultáneamente al médium y cuatro figuras materializadas, cada una de las cuales tenía rasgos particulares que la distinguía de las otras, como ocurre entre las personas vivas. “No hay que decir que todas las medidas de precaución habían sido tomadas para impedir cualquier superchería, y que nosotros nos habríamos dado cuenta de toda tentativa de fraude.” En este caso ya no se comprende la duda, puesto que se ve al médium y a las formas materializadas simultáneamente. Si el desdoblamiento del médium es posible —y esto no lo dudamos de ninguna manera—, la idea de una división en cuatro partes, dos de un sexo y dos del otro, es absurda. Estamos obligados a admitir como única explicación lógica, la existencia de espíritus, a pesar de todas las prevenciones y todos los prejuicios. No hay por qué creer que el caso citado por M. Reimers y M. Oxley sea único; es, por el contrario, bastante usual.
Eglinton ha servido con frecuencia de médium para apariciones colectivas materializadas. Miss Glyn afirma que, en su casa, su madre y su hermano se han materializado, y que al ver aquellas dos formas al mismo tiempo que al médium, que estaba junto a ella y al que sujetaba las manos, era imposible dudar de la realidad del fenómeno. El pintor Tissot ha visto simultáneamente, con bastante claridad, y durante el tiempo suficiente para hacer un hermoso cuadro, dos formas, una masculina y la otra femenina; ésta última la reconoció perfectamente; y al mismo tiempo vio la forma desdoblada de Eglinton, cuyo cuerpo físico estaba sentado en un sillón cerca del pintor. 1 Creemos inútil insistir más largamente sobre estos hechos que el lector encontrará en gran número en las obras citadas.
1 Enry, Le Psychisme expérimentale.
Resumen
Aunque es cierto que ha habido fraudes por parte de charlatanes que pretendían hacerse pasar por médiums; es incontestable que cuando los experimentos han sido efectuados por sabios, las precauciones tomadas fueron suficientes para apartar totalmente esa causa de error. Los relatos recibidos de fuentes tan diversas, y que, sin embargo, se confirman unos a otros, son prueba de que los hechos han sido bien observados y de que estas relaciones son totalmente verídicas. Es preciso desterrar totalmente la hipótesis de que el médium dormido tenga un gran poder magnetizador que infunde su pensamiento, por sugestión, a los experimentadores, sumidos por él en un sonambulismo inconsciente —hipnotismo vigilia—, pues tal poder no ha sido jamás observado. Ningún experimento ha establecido que individuos cualesquiera, reunidos en la misma estancia —no habiendo jamás sido magnetizados o hipnotizados—, hayan podido ser alucinados de manera que vean y toquen un objeto o una persona imaginaria. Tenemos numerosas pruebas de que los asistentes están en su estado normal; conversan entre sí, toman notas, discuten los fenómenos, dudan, actitudes que establecen que están perfectamente despiertos. No olvidemos tampoco que las fotografías, los moldes, los objetos que se conservan cuando la aparición se ha desvanecido, las pruebas escritas que quedan luego que el ser ha desaparecido, son pruebas absolutas de que no ha habido ni ilusión ni alucinación. Véase, pues, en suma, todos los casos que pueden presentarse. En primer lugar, es posible que se compruebe una transfiguración del médium mismo; pero estos hechos, excesivamente raros, son siempre un poco sospechosos, a menos que no se produzcan espontáneamente y a plena luz.
La transfiguración del doble del médium es más frecuente, aunque ese fenómeno sea aún una excepción. Hemos visto, por hechos positivos, que la hipótesis de modificaciones plásticas del periespíritu del médium, no explica en modo alguno el empleo, por la materialización, de una lengua extraña que ese médium ignora; como tampoco explica el caso de Visiones simultáneas de varios espíritus, así como no puede dar cuenta de las sucesivas apariciones de fantasmas idénticos con diferentes médiums. Si se une a estas observaciones la de que el sujeto conversa con la aparición, como es el caso entre Katie King y miss Cook, o aquéllas en las cuales se comprueba la presencia simultánea del doble del médium y de espíritus materializados, es preciso, pues, admitir que la teoría del desdoblamiento no es general y no puede aplicarse en la mayoría de los fenómenos. La hipótesis de que las apariciones son imágenes tomadas del astral, y proyectadas físicamente por la conciencia sonambúlica del médium, no es aceptable pues, sería preciso explicar cómo esas efigies se convierten en seres vivientes y manifiestan una vida psíquica cuyos elementos no existen en el médium; dicha explicación jamás ha sido intentada. La única teoría que explica todos los hechos, sin excepción, es la del Espiritismo. El alma, inseparable de su envoltura periespiritual, puede materializarse temporalmente; bien sea transformando el doble del médium, o más exactamente cubriéndolo bajo su propia apariencia, bien sea tomando de ese médium materia y energía para acumularla a su forma fluídica, que aparece entonces como cuando estaba, en otro tiempo, encarnado sobre la Tierra. Vamos a insistir acerca de los caracteres anatómicos de las materializaciones para establecer con aún más claridad la individualidad de los seres que se manifiestan en esas maravillosas sesiones. Pero, primeramente, no es inútil discutir el grado de certeza que comporta la prueba de la identidad de los espíritus.

MANIFESTACIONES FISICAS



Los casos de apariciones de dobles de personas vivas o de espíritus manifestándose después de su muerte terrestre, referidos y comprobados por la Société de Recherches Psychiques, son manifestaciones aisladas, reales, pero relativamente bastante son manifestaciones aisladas, reales, pero relativamente bastante raras, produciéndose en circunstancias tan excepcionales que es difícil hacer de ellas otro análisis que no sea el resultante del relato verídico del acontecimiento.Los espíritas, que están familiarizados desde largo tiempo con estos fenómenos, han hecho un estudio minucioso de todos los géneros posibles de comunicación de los espíritus con nosotros. Entre los más notables se pueden citar las diversas huellas dejadas, por los seres del espacio, durante las sesiones en que se les evoca en sustancias blandas o fáciles de desmenuzar.
Resumamos brevemente esos experimentos tan probatorios, sobre los cuales volveremos a insistir en el próximo capítulo. Los escépticos pretenden que no se puede estar seguro de no haber estado alucinado al comprobar la presencia de una aparición, a menos que la forma deje una huella de su paso que subsista después de la desaparición de la imagen.  Los hechos siguientes responden a ese desiderátum.
Zoellner, el eminente astrónomo alemán, obtuvo sobre hojas de papel ennegrecidas y colocadas entre pizarras puestas sobre sus rodillas, dos impresiones: una de un pie derecho; la otra de un pie izquierdo, sin que el médium hubiese tocado las pizarras. En otra circunstancia, el papel ennegrecido fue colocado sobre una plancheta, la mano que se imprimió en ella tenía cuatro centímetros menos que la de Slade. (1)
(1) Slade era el médium; es el que prestó más tarde su concurso al Dr. Gibier. Véase Le Spiritisme ou Fakirisme occidental, en donde sus experimentos están relatados.
En un jarro lleno de harina, fue encontrada la impresión de una mano, con todas las sinuosidades de la epidermis claramente visibles. Hemos hecho observar que siempre las apariciones se parecen rasgo por rasgo a las personas de las que se desdoblan; haremos observar que los espíritus que se materializan tienen momentáneamente todas las apariencias de un cuerpo físico, idéntico a un cuerpo material real, pues las impresiones que dejan, ofrecen una similitud perfecta con las que producirían las mismas partes de un cuerpo vivo. El profesor Chiaïa, de Nápoles, con ayuda de Eusapia Palladino, tuvo la idea de proveerse del barro de los escultores, y el espíritu grabó su rostro sobre aquella materia plástica.
Echando yeso en el molde así obtenido, estuvo en posesión de una hermosa cabeza de hombre, de expresión melancólica.
En América se comprobaron resultados del mismo orden, y hasta se encontró un medio de obtener reproducciones fieles de apariciones: Al fundir parafina en agua caliente, ésta sube a la superficie; entonces, se ruega repetidamente a la aparición que introduzca, en la parafina fundida, la parte del cuerpo que se desee conservar, y que se desmaterialice cuando aquella envoltura esté seca, la aparición deja un molde perfecto. Sólo hay que echar yeso en el interior para tener un recuerdo duradero de esas sesiones. Lo reproducimos según M. Aksakoff, el bien conocido sabio ruso. Para completar los experimentos de M. Reimers, añadiré el acta de una sesión que tuvo lugar en Manchester el 17 de abril de 1876, de la que dio cuenta The Spiritualist el 12 de mayo; ha aparecido una traducción alemana en Psychische Studien, 1877.
Entre los cinco testigos los Sres. Marthéze, Oxley y Reimers, me son personalmente conocidos y los considero dignos de crédito: “Los abajo firmantes, certificamos por la presente, que los hechos siguientes se produjeron en nuestra presencia, en la habitación de M. Reimers el 17 de abril de 1876. Pesamos cuidadosamente tres cuartos de libra de parafina, la pusimos en una cubeta y metimos en ella agua hirviendo, que la fundió enseguida. Si una mano es sumergida varias veces en aquel líquido, la parafina, enfriada, forma un molde perfecto. Aquel recipiente, así como otro con agua fría, fue colocado en un extremo de la habitación. Dos cortinas de seis pies de altura y cuatro de longitud, suspendidas con varillas, formaban una especie de gabinete cuadrado con aberturas en cada extremo de quince pulgadas de anchura; la pared estaba separada de la casa contigua, y el gabinete casi lleno de muebles; la idea de trampa no podía ser concebida; el suelo también estaba cubierto de jarrones, macetas, sillas, etc.
“Una señora, amiga nuestra, dotada de ese misterioso poder llamado mediumnidad, fue envuelta en una red que le cubría la cabeza, los brazos, las manos y la cintura, pasando por las correderas una cuerda, atada tan fuertemente como es posible; añadiéndose al nudo además, un pedazo de papel que hubiera caído si éste hubiese sido deshecho. Todos los testigos estuvieron de acuerdo en que le era imposible a la médium por sí sola librarse de sus ligaduras sin hacerse traición. De aquella forma fue conducida a un rincón del gabinete en el que, aparte de la silla, recipientes y librería, totalmente vacía, no había nada visible cerca de esos objetos que habíamos examinado a plena luz.
“Cerramos la habitación y bajamos el gas, pero aun así era posible distinguir algo en la habitación, y nos sentamos a una distancia de cuatro o seis pies de la cortina. Después de algún tiempo empleado en cantar y tocar el piano, apareció una figura en una de las aberturas y luego se corrió hasta la otra. Su bella y brillante corona, su blanca toca, y alrededor del cuello su cinta negra de la cual pendía una cruz de oro, fueron vistas claramente por todos los asistentes. Muy pronto otra figura femenina apareció, también con una corona visible, dejándose ver al mismo tiempo que la primera, y elevándose por el gabinete hacia el techo, saludó graciosamente a todos los asistentes. Una voz muy fuerte de hombre, saliendo del rincón, anunció su deseo de ensayar los moldes.
“Entonces, la primera figura apareció de nuevo en la abertura haciendo signos a M. Marthéze de que se aproximara para estrecharle la mano; cogió el anillo de su dedo, y M. Marthéze vio al mismo tiempo a la médium en el rincón opuesto, envuelta en la red. La figura, no obstante, se desvaneció rápidamente en dirección a la médium. “Entre tanto, M. Marthéze se había sentado, y la voz del gabinete preguntó qué mano deseábamos; poco después, M. Marthéze fue requerido de nuevo para ir a la abertura para recibir el molde de una mano izquierda; inspeccionándolo se descubrió la sortija en uno de los dedos del molde. M. Reimers fue entonces llamado y recibió de la misma manera la mano derecha destinada a sus sabios amigos de Leipzig, según el deseo que éstos habían expresado formalmente. Seguidamente se oyó toser a la médium; su tos había inspirado temores de fracaso, tan violentos eran los accesos en el gabinete al inicio de la sesión; pero esa tos había sido suprimida todo el tiempo que duró el experimento (más de una hora).
Cuando la sacamos del gabinete, examinamos los nudos, y... vimos que todo estaba igual que antes. Sacamos toda la parafina sobrante y la pesamos junto a los dos moldes obtenidos, encontrando un poco más de tres cuartos de libra, siendo debido aquel pequeño exceso de peso al agua adherida a la parafina, como se comprobó al sacudirla. La proporción de agua de los moldes daba exactamente ese exceso; así terminó nuestro experimento. “Las manos obtenidas difieren considerablemente bajo todos los aspectos de las de la médium; todas muestran las más detalladas particularidades (muy manifiestas mirándolas con una lupa) de una El alma pequeña mano, de la misma individualidad que más de una vez nos ha dado moldes en las mismas condiciones experimentales.”
Se observará que todas las precauciones han sido tomadas por los experimentadores espíritas para ponerse al abrigo de cualquier causa de error proveniente de ellos o del médium. Estos experimentos u otros análogos, frecuentemente repetidos, han permitido tener centenares de moldes reproduciendo diversas partes de las materializaciones de espíritus de cualquier sexo y edad. En todos los experimentos son miembros semejantes a los que, practicando la misma operación, se obtendrían sobre seres vivos. M. de Bodisco, chambelán del zar, ha publicado curiosos experimentos de materialización, hechos con una médium, Mlle. K. “No vacilo —dice—, en declarar que el cuerpo astral (o psíquico) es el más importante de todos los cuerpos de la naturaleza, no obstante la resistencia de las ciencias experimentales en reconocerlo. Este cuerpo está gobernado por leyes cuyo estudio llevará la luz a no pocos errores en los que se cae al buscar ser consolados por una prueba real de la vida humana. Este cuerpo constituye la única parte del cuerpo humano que es imperecedera, es el zoo-éter, o materia primordial, o fuerza vital.”
Cuatro fotografías han sido tomadas por M. de Bodisco; en las que se muestran diversos estados de materializaciones, desde la aparición astral o psíquica que rodea el cuerpo del médium hasta la condensación de una forma de la cual sólo se ve la cabeza, el resto del cuerpo parece envuelto en una especie de gasa. Al lado de la forma se distingue el cuerpo del médium caído sobre un sillón en estado letárgico.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES PARTE 2


¿Puede creerse en un “dios” que permite tanta desigualdad, como por ejemplo: que un niño nazca ciego y otro no?, ¿uno feo y deformado y otro bello? A una misma hora están dando a luz dos mujeres, una trae a su hijo al mundo bajo la escoria, el abandono y la miseria, ese hijo será despreciado por la sociedad, incluso perseguido por la justicia debido al ambiente en el que va a nacer. Al mismo tiempo otra mujer, dará a luz otro niño, en un hermoso palacio, y por ley de los hombres viene al mundo destinado a ser rey de una nación. ¿Siendo los dos hijos de Dios, por que esta desigualdad que para muchos es injusticia intolerable?
¿Se puede concebir que asesinos, gente de perversos instintos, o seres que supuestamente tranquilos han firmado cientos de penas de muertes, vivan toda su vida rodeados de riquezas y placeres y les llegue la hora de “partir”, rodeados de buenos médicos y máximas atenciones? ¿Puede creerse en un “dios” que según los pobres ignorantes “permite” todo esto?
Es de alabar a la criatura que a pesar de todo tiene fe, aun sin tener quien le aclare nada. Por lo tanto, sin más rodeo, busquemos la Luz de esa Buena Nueva que nos legó el Divino Maestro, y que nos descorrerá el velo, dándonos una cierta y justa respuesta a todas nuestras preguntas y dudas.
Despejemos nuestra mente, y con gran dosis de humildad Razonemos nuestra Fe, creamos en Dios pero con fundamento y sin vacilaciones.
Última y necesaria reflexión:
En la actualidad, en este siglo de progreso, el hombre nada sabe a un del porvenir, nada de la suerte que le espera al final de su etapa terrestre. Muy débil es la fe en la inmortalidad en muchos de los que se llaman discípulos de Cristo; a veces sus esperanzas vacilan bajo el soplo helado del esceptismo.
Los fieles tienen a sus muertos en los ataúdes, y al paso que los cierran, la pesadumbre de la duda cae sobre sus almas oprimiéndolas.
El buen sacerdote conoce su debilidad, sabe que es frágil y que esta sometido a error, lo mismo que aquellos a quienes tiene la pretensión de dirigir, y si no fuese por no comprometer su situación material y su dignidad, reconocería su insuficiencia y dejaría de ser “un ciego guiando a otros ciegos”, por aquel que, no sabiendo nada de la vida futura ni sus verdaderas leyes, se erige en conductor de los demás, es el ciego del que hablan los Evangelios, “ Y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (San Mateo 15:14)
Las tinieblas han invadido el santuario. No hay un Obispo que demuestre saber al respecto de las condiciones de la vida de ultratumba, es decir, de lo que sabía en último iniciado de los tiempos antiguos, el más humilde diacono de la Iglesia primitiva.
Por fuera reina la duda, la indiferencia el ateismo.
El ideal Cristiano ha perdido su influencia sobre el pueblo; la vida moral se ha debilitado. La sociedad, ignorante, del elevado fin de la existencia, se arroja con frenesí a la conquista de los goces materiales.
Ha empezado un periodo de desorden y de descomposición, periodo que conducirá al abismo y la ruina, si ya un nuevo ideal no empezase a despuntar con evidencia, y a iluminar las inteligencias.
Ensanchemos nuestros horizontes, procuremos los que reúnen a las almas y no los que las alejan.
No lancéis anatemas sobre lo que no piensan como vosotros, pues os prepararíais crueles decepciones  en el más allá… No sea vuestra fe exclusiva e intolerante. Aprended a discernir a separar las cosas imaginarias de las reales. Absteneos de combatir a la ciencia y de renegar de la razón, por que la razón es Dios en nosotros, y la conciencia su santuario.
No busquéis más el lazo moral y religioso en doctrinas y sectas paganas,  de opresión y terror.
Dejad al espíritu humano libre su vuelo hacia la Luz y el espacio.
Todo rayo de lo alto es una emanación de Dios, que es el eterno Sol de las almas.
Cuando la humanidad se halle libre de las supersticiones y de los fantasmas del pasado, entonces veréis florecer los gérmenes del amor y del bien que la mano divina ha depositado en ella y conoceréis la Verdadera Religión, la que se eleva por encima de la diversidad de creencias y no maldicen a ninguna.

“La Verdadera Doctrina Espiritual” que es el legado que Nuestro Maestro Jesús de Nazareth nos dejo.

Descorramos el velo…
Comenzaremos por desmenuzar la Parte del Evangelio que mas interesa a la humanidad.
Todas las religiones tienen por cabecera a Dios, lógico; si tienen alguna duda, es lo bastante para no captar Su Mensaje, y si fuese así, pues entonces “apaga y vamonos”.
En los tiempos del Señor existían muchas sectas, casi como ahora, pero si repasamos la historia, la que mas me impacta es la de los Fariseos, me recuerdan muchos movimientos de hoy.
(Fariseos: del hebreo Pharasch: división, separación.)
La tradición formaba una parte importante de la Teología judaica; consistía en la colección de las interpretaciones sucesivas dadas sobre el sentido de las Escrituras y que habían venido a ser artículos de dogma. Entre los doctores, este asunto era objeto de interminables discusiones, y las mas de las veces sobre simples cuestiones de palabras o de formas, por el estilo de las disputas teológicas y de las sutilezas ecolásticas de la edad media; de ahí nacieron diferentes sectas que pretendían tener cada una monopolio de la verdad y como acontece casi siempre, se detestaban “cordialmente” las unas a las otras.
Entre estas sectas, la más influyente era de los Fariseos, que tubo como jefe a Hillel doctor judío que nació en Babilonia, fundador de una escuela celebre, en la que enseñaba que la fe solo se debía a las Escrituras. Su origen se remonta al año 180 a 200
Antes de J.C. Los Fariseos fueron perseguidos en diversas épocas, notablemente bajo el mando de Hirtano, soberano pontífice y rey de los judíos, de Aristóbulo y de Alejandro rey de Siria, sin embargo, este ultimo habiéndoles vuelto sus honores y sus bienes, afianzaron su poder, que conservaron hasta las ruinas de Jerusalén; el año 70 de la era Cristiana, época en que desapareció su nombre a consecuencia de la dispersión de los judíos.
Los Fariseos tomaban una parte activa en las contraversias religiosas; serviles observadores de las prácticas exteriores del culto y de las ceremonias, lleno de un celo ardiente de proselitismo, enemigos de los innovadores afectaban gran severidad de principios; pero bajo las apariencias de una devoción meticulosa, ocultaban costumbres disolutas, mucho orgullo y sobre todo, un amor excesivo de mando.
La religión era para ellos antes un medio de medrar que objeto de fe sincera. Solo tenían el exterior y la ostentación de la virtud; mas así ejercían una gran influencia sobre el pueblo, a cuyos ojos pasaban por “santos” y por esto eran tan poderosos en Jerusalén.
Creían, o al menos hacia ver que creían, en la Providencia, en la inmortalidad del alma, en la eternidad de las penas y “en la resurrección de los muertos”.
Jesús, que apreciaba ante todo la sencillez y las cualidades del corazón, que prefería en la ley el espíritu que vivifica a la letra que mata, se dedico, durante su misión a desenmascarar la hipocresía de aquellos y por consiguiente, tubo en ellos enemigos encarnizados; por esto se unieron con los príncipes de los sacerdotes para amotinar al pueblo contra El y hacerlo perecer.
Por mi cuenta, añado: si Jesús se presentase ahora, lo volverían a tachar de loco, y en los momentos que atravesamos, le harían volar por los aires en su primera charla o sermón; ya que el negocio de las sectas se vendrían a bajo, se acabaría el hablar en metáforas, en confundir a la gente humilde y sencilla, no tendrían mas remedio que volver a oír la clara voz del Mesías en todo su esplendor,  Es decir, El Evangelio con toda su pureza y Verdad.
El nos habla del Espíritu y no del cuerpo que es perecedero;  El nos dijo:
“Nadie puede ver el Reino de Dios, si no aquel que renaciere de nuevo”
Ahora tranquilamente veamos como el propio Maestro nos lo explica, insistiendo una y otra vez en los mismos, leamos con humildad, recogimiento y verdadero amor.
Su palabra es rotunda clara y sencilla, no confunde a nadie.
1) “Y vino Jesús a las partes de Cesarea de Filipo pregunto a sus discípulos: “¿Quien dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos dijeron: Unos que Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas. “El les dijo: Vosotros ¿quien decís que soy yo?” Tomando la palabra Simón dijo: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, por que no te lo ha relevado la carne ni la sangre, sino mi Padre que esta en los cielos”
(San Mateo capitulo 16 v 13 a 17) (San Marcos, capitulo 8 v 27 a 30)
2) “Y llego a noticia de Herodes el tretarca todo lo que hacia Jesús, y quedo como suspenso, por que decían algunos: “que Juan a “Resucitado” de entre los muertos”; y otros: “Que Elías hacia aparecido; “y otros: “Que un profeta de los antiguos havia “resucitado”. Y dijo Herodes: “Yo degollé a Juan; ¿quien, pues,  es este de quien oigo tales cosas? Y procuraba verlo”
(San Marcos capitulo 6 v 14 y 15), (San Lucas, capitulo 9 v 7, 8 y 9)
Después de la transfiguración.
3) “Y sus discípulos le preguntaron, y le dijeron: ¿Pues por que dicen los escribas que Elías debe venir primero? Y El les respondió: “Elías, en verdad, ha de venir, y restablecerá todas las cosas” – “Pero os digo que ya vino Elías” y no le conocieron, antes hicieron con el cuanto quisieron. Así también ellos aran padecer al Hijo del hombre. “Entonces entendieron los discípulos que de Juan el Bautista les havia hablado”
(San Mateo capitulo 17 v10 al 13), (San Marcos, capitulo 9 v10, 11, 12)
La reencarnación formaba parte de los dogmas Judaicos, bajo el nombre de “Resurrección”; solo los saduceos, que pensaban que todo concluía con la muerte, no creían en ellas.
(Lo mismo les ocurre hoy a un elevado número de los que se sienten cristianos).
Claro, la culpa no es de ellos,…volvemos a los mismo, “El ciego que guía a otros ciegos”…
Las ideas de los judíos en este punto, como en muchos otros, no estaban claramente definidas, por que solo tenían nociones vagas e incompletas sobre el alma y sus lazos con el cuerpo.
Creían que un hombre que havia vivido podía volver a vivir, sin explicarse con precisión la manera como esto podía suceder; designaban con la palabra “resurrección”, lo que la verdadera doctrina Espiritual, la que en verdad Cristo predicaba, llama mas juiciosamente “Reencarnación”.
En efecto, la “Resurrección”, supone la vuelta a la vida del cuerpo que esta muerto, lo que la ciencia, (repetimos) demuestra materialmente imposible; la reencarnación es la vuelta del alma o del espíritu a la vida corporal, pero en otro cuerpo nuevamente formado para el y que nada tiene de común con el antiguo.
La palabra “Resurrección” podía de este modo aplicarse a Lázaro, pero no a Elías ni a los otros profetas. Si, pues según sus creencias, Juan el Bautista era Elías, el cuerpo de Juan no podía ser el de Elías, puesto que se havia visto a Juan niño y se conocía a su Padre y a su madre.
Juan podía, pues, ser Elías, reencarnado, pero no “Resucitado”.
“Hermanos: Observad, que el Divino Maestro, nos aclara las ideas y conceptos, como dirigiéndose a chiquillos, y como dice un conocido sacerdote, (no olvidemos que todos llevamos dentro el chiquillo que fuimos y no hemos dejado de ser) y lo hace sin doble fondo, con luminosidad, insistiendo en su contenido, ese fue su grato mensaje: “la muerte no existe”.
¿Quien gana confundiendo a las masas?, no lo entiendo.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES PARTE 1



Por muchas vueltas que doy a mi cabeza, no acabo de entender esas palabras del sacerdote en una misa de difuntos cuando dice: “Resurrección de los muertos” o más aún “Resurrección de la carne”…Observo el rostro de los dolientes y me pregunto: ¿que estarán pensando estas pobres criaturas?
Lo más chocante del asunto es, que es verdad, pero ocurren dos cosas: o lo ignoran o le prohíben decir toda la verdad, en este último caso, ¿Que ganan con ello?..., o si ganan…
Si dijesen la verdad no habría templos los suficientemente amplios para acoger a tantas criaturas, deseosas de luz para poder razonar su fe.
Es increíble a estas alturas del siglo XXI, decirle a una pobre madre, ignorante del asunto, que solo conoce la materia que le rodea, que el cadáver de su hijo allí presente, va a “resucitar”, ¿porqué no le explica cómo y cuando?. “El ciego que guía a otro ciego, los dos caerán al precipicio” ¿Qué inocente criatura que ignora el Verdadero sentido de las palabras del Maestro puede creer esto? Dicen también: “Dios lo resucitará en el último día”. ¿Cómo resucitar un cuerpo después de un tiempo corrupto y putrefacto?, arrollado por un tren, incinerado, destrozado por un proyectil, etc.… ¿el ultimo día?, ¿qué día?
Alguien me responderá: “Ahí esta la fe del cristiano”.
¿Cómo tener fe en algo que no se cree, en algo irrazonable e imposible? La ciencia demuestra que esto es irrealizable, desde el punto de vista material.
Toda fe que no se razona, se entiende o comprende, es una “fe farisea”, es adoptar una posición acomodativa y sin compromisos.
Por lo tanto, donde no existe una Fe razonada, no hay creencias ni amor en el corazón.
Se  estaréis preguntando: ¿tiene lógica explicación el dogma de la “Resurrección”?, por supuesto, tan sencilla y transparente, como severa y rotunda.
En los Sagrados Evangelios, nos lo explica con total nitidez el Supremo Maestro de Nazareth, nos lo aclara con palabra fácil y sencilla, hasta para ser entendida por los niños, al alcance de todas las mentalidades; pero ocurre la desgracia, que cada religión o secta lo amolda a sus propios intereses sin ninguna clase de escrúpulos; y si a esta insana intención añadimos la postura cómoda de aquellos que se dicen “creyentes” pues tenemos el resultado de lo que vemos a diario; “Ande yo caliente y ríanse la gente”.
Dicen unos: “A mi me dejas de complicaciones, con mi fe, me basta y me sobra”, otros, muy serios responden: “Confesando mis pecados al sacerdote, éste me absuelve y ya estoy nuevamente limpio”, es decir, se pasa toda la vida pecando y el cura absolviéndolo, después, aquí paz y allí gloria” increíble, pero cierto.
Debido a esa infantil creencia, la cual no acato pero respeto, la criatura vive una falsa felicidad que le hace estancarse en el error y las tinieblas.
Me insisten alegando: ¡es que Jesús perdono sus pecados a Magdalena!, también dio potestad a sus discípulos para que perdonasen, y no solo siete veces, sino setenta veces siete; Él diría más, se ha de perdonar siempre, pero ¡ojo!, ¿cuál fueron las palabras del Maestro a la mujer?: ¿ninguno de esos te ha condenado?, yo tampoco te condeno, mujer, vete en paz y “no vuelvas a pecar”.
Dios es mucho mas que un simple dogma impuesto por los hombres, Él rige el Universo bajo  la justa y exacta Ley de Causa y Efecto arropada por su misericordia e inmenso Amor a su Creación, donde el ser humano es su máxima expresión, todo aquel que infringe la Ley comete errores y ha de compensar su falta, por ello nos da miles de oportunidades.
No, no me estoy refiriendo a ningún misterio, nada que se refiera a Dios encierra misterio, con Su ayuda, y la de las fuentes donde encontré la luz, intentare dar una explicación sencilla y lógica, descorreremos el tupido velo para que las criaturas humildes y buenas, “no tengan miedo a la muerte carnal, y así, asimilen lo que nos quiere decir el sacerdote con las palabras “Resurrección”.
Los soberbios y orgullosos ellos mismos se condenan, pero, lo quieran o no, al final de su obtusa tozudez, también verán La Luz, tardarán y sufrirán mas, pero la verán, Dios no deshereda a ninguno de sus hijos; cuando cansados y agotados de arrastrarse por este planeta de expiación y pruebas, se aparten del fatal materialismo que no les deja ver un palmo ante sus ojos; “¡Que tiempo perdí tan absurdamente!”, dirán en sus lamentaciones.
Insisto, la piedad del Señor continuará dándonos otra oportunidad más, y otra, y otra…
Si la Luz se hizo en mí y en millones de hermanos, ¿por qué no en toda la faz de la Tierra y el mundo sería un auténtico paraíso?
En mi mente, como en la mente de cualquier persona de facultades mentales normales, jamás tendría cabida la idea de la “resurrección de la carne”, como ya he dicho, imposible matemáticamente probado por la ciencia. Entonces, aquellos que hablan en el nombre de Dios, ¿qué quiere decir con: “Dios los resucitará en el último día”?
¿Se estarán refiriendo al “último día de vida carnal, cuando el espíritu o alma, en verdad, vuelve a la vida, a su vida espiritual?, ¿o se están refiriendo a nacer otra vez?”
¿Por qué no se aclaran?, ¿Por qué no explican el asunto?
Repito siempre con amor y respeto, ¿lo ignoran, o se les prohíben?
Veamos, relajémonos, con la fe puesta en Dios, empezaremos siempre con humildad, a buscar la Luz que nos hará Razonar la Fe.
No nos adelantemos a los acontecimientos juzgando algo que aún desconocemos; leamos siempre en dulce calma.
Existe un sublime y grandioso Libro espiritual, el cual, consulté, (aunque todo mi trabajo está apoyado en el evangelio), y una de las primeras indagaciones que hice fue referente a la “reencarnación”, (¡No, no amigo lector, no dejes de leer, te lo suplico, continua y darás gracias a Dios!), esto es lo que leí: (Pregunta: “El dogma de la “resurrección de la carne” , ¿es la consagración de el “de la reencarnación”?)
(Respuesta:) ¿Cómo queréis que no sea así? Sucede con esa palabra lo que con muchos otros, y es que sólo parecen absurdas a ciertas personas, por que se las toman literalmente, y por semejante razón engendran la incredulidad. Pero dadles una interpretación lógica, y aquellos a quien llamáis libres pensadores las admitirán sin dificultad, por lo mismo que reflexionan: por que no lo dudéis,esos libres pensadores no desean otra cosa que creer.  Tienen como los demás, acaso más, sed del porvenir, pero no pueden admitir lo que la ciencia rechaza. La doctrina de la pluralidad de existencias es conforme a la Justicia de Dios; solo ella puede explicar lo que es inexplicable sin ella. ¿Cómo queréis, pues, que ese principio no esté consignado en la misma religión?
(Pregunta): ¿Así, pues la misma iglesia con el dogma de la “resurrección” de la carne enseña la doctrina de la “reencarnación”?
(Respuesta): Evidentemente. Por otra parte, esa doctrina es consecuencia de muchas cosas que han pasado desapercibidas, y que dentro de poco serán comprendidas en este sentido. No tardara mucho en reconocerse que la esencia Espiritual de la cual, la iglesia poco, o nada se preocupa, es la llamada a devolver al Cristianismo sus verdaderos y auténticos valores”.
¡Cuanto dolor mitigarían, cuanta esperanza darían a esos pobres dolientes que creen haber perdido para siempre a ese ser amado!, si en vez de decir durante el responso: “Será resucitado en el ultimo día”, dijese: “Este hermano que yace ante nosotros, sigue vivo, pero en Espíritu. Lo único que ha muerto en él, es su materia que para nada le sirve ya; seguro que estará ya en presencia de otros que le precedieron; ahora de él depende el avanzar hacia la Luz, o continuar estancado en las tinieblas del pecado”.
Los dolientes entenderían con facilidad que se les habla directamente del espíritu, pero jamás de la carne como vulgarmente se quiere dar a entender, de esta manera, poco a poco la luz de la razón penetraría en sus apenados corazones destrozados por el dolor, el hablarles claro, seria como suave bálsamo de Amor.
Por eso sabemos decir: “La Verdad sobre la vida Espiritual, salta a cada paso del texto mismo de las Sagradas escrituras”.
El tener conciencia cierta y seguridad de la Vida Espiritual, no es motivo para creer que se va a destruir la religión, como pretenden algunos, por el contrario, esta creencia, viene a confirmarla, a sancionarla, con irrecusables pruebas.
Mas como ha llegado el tiempo de no usar ya el lenguaje fijado hay que expresarse sin alegorías, y dando a las cosas un sentido claro y preciso que no pueda ser objeto de ninguna falsa interpretación. He aquí por que dentro de poco tendremos gentes mássinceramente religiosas y creyentes que no tenemos hoy.
En efecto, ya he dicho que la ciencia demuestra la imposibilidad de la “Resurrección” según la idea vulgar. Si los restos del cuerpo humano continuasen siendo homogéneos, aunque fuesen dispersados y reducidos a polvo, aún se concebiría su reunión en el tiempo dado; pero no pasan así las cosas.
El cuerpo está formando de elementos diversos: oxígeno, hidrógeno, azóe, carbono, etc; por medio de la descomposición estos elementos se dispersan, pero para servir a la formación de nuevos cuerpos, de modo que la misma molécula de carbono, por ejemplo, habrá entrado en la composición de muchos miles de cuerpo diferentes. Siendo definida la cantidad de la materia, e indefinidas sus transformaciones, ¿cómo cada uno de esos cuerpos podría reconstituirse con los mismos elementos?
Esto envuelve una imposibilidad material. No puede, pues, admitirse racionalmente la “Resurrección de la carne”, mas que como una figura que simbolice el fenómeno de la reencarnación, y entonces nada en ella repugna a la razón, nada que esté en contradicción con los datos de la ciencia.
Verdad es que según el dogma la “Resurrección”, no ha de verificarse hasta el fin de los tiempos, mientras que según la Doctrina Espiritual, es decir, la primitiva, nos dice muy juiciosamente que tiene lugar cada día; pero ese cuadro del juicio final, ¿no es también una bella y gran figura que oculta, bajo el velo de la alegoría, una de esas verdades inmutables, para la que no existirá escéptico cuando sea explicada en su verdadero sentido? Medítese bien la teoría espiritual sobre el porvenir de las almas y sobre su suerte a consecuencia de las diferentes pruebas que han de sufrir y se verá que, exceptuando la simultaneidad, el juicio que las condena o absuelve no es una ficción como creen los incrédulos. Observemos también que es consecuencia natural de la pluralidad de mundos, hoy completamente admitida, al paso que según la doctrina del juicio final, la Tierra es el único mundo que se juzga habitado.
¡Otra barbaridad más!, cuando es el propio Maestro el que nos asegura: “La casa de mi Padre, vuestro Padre, tiene muchas moradas…”
Una culpa muy grande también la tiene los medios de información y difusión, de esta ceguera que padece gran parte del globo. ¡Qué tiempo tan vilmente perdido! ¡Cuanta programación absurda!... En televisión, ¡cuántas larguísimas series o novelas, todas basadas en lo mismo, la violencia, la histeria, prostitución, drogas!… ¡pobre juventud!
¡Cuantos artículos extensos y banales ocupan paginas de diarios y revistas! ¡Cuantos vicios y corrupción se ofrece a la inocente y hermosa juventud!... en fin, hermanos míos, con tanto como hay que decir…, la sociedad calla, y el que calla otorga… ¡Por Dios, hagamos algo, por que aun hay tiempo, no hay que perder la esperanza!
La televisión, ese monstruo que se cuela en todos los hogares con su brutal poder de convocatoria, ¡cuanto bien haría a la humanidad! ¡Donde dejamos ese infernal ruido al cual llaman “música” que junto al alcohol y demás drogas están eliminando a la linda juventud!; la arrastran a un abismo ciego y fatal, la violencia esta a flor de piel en muchos de ellos, todo esto acarrea la ruina de miles de hogares… A veces me pregunto, ¿Será esta una estrategia más de los gobiernos para así, tener distraída o algo más, eliminada, a la juventud y no darle opción a pensar?
Se estaréis preguntado: ¿Que tiene que ver todo esto con el tema de la “Resurrección” o reencarnación?
¡Claro que tiene que ver y muchísimo! Si hace tiempo se hubiese enseñado la Verdad, el freno al libertinaje, al vicio, a la guerra, entre religiones y otras guerras, a la locura, y al descontrolado materialismo, seria una realidad.
El hombre habría entendido quien es, de  donde viene y a donde va.
En concreto, viviríamos como verdaderos hermanos, sin guerras, sin odios,… y sobre todo, sin ningún temor a la muerte, por que entenderíamos a la perfección esas alentadoras palabras del Maestro, cuando nos dice: “Todo el que cree en mi, aunque haya muerto vivirá”
Lo, que estoy escribiendo no es una utopía, sino una aplastante realidad, cuando al final, la Luz se haya hecho en tan solo una persona, me sentiré el ser mas feliz del mundo, al sentirme útil de haber aportado mi granito de arena en bien de la humanidad.
Llevo escrito muchísimos folios, siempre con el mismo mensaje, con la misma noble y sana intención de intentar de hacer llegar a los demás esa gran Luz de verdad que el mismo Jesús de Nazareth nos trae con palabra clara y en toda su pureza, con su Mensaje de Salvación, sin inútiles comparaciones, supersticiones, etc.: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Mas adelante desmenuzaremos Su palabra tal y como El la sintió, en su puro y exacto contenido, como también las sintieron aquellos que con lagrimas en los ojos y cantando hosannas al Señor, caminaban hacia el circo para ser devorados por las fieras, ante el estupor de Nerón, que no entendía como podían cantar si iban a la muerte, ¡como aquellas criaturas después de muertas reflejaban en sus rostros, la paz y la serenidad, y no el horror como el esperaba, no entendía que aquellas inocentes criaturas a penas sintieron los primeros zarpazos, sus espíritus ya iban por el Camino de la Verdad y la Vida…es decir, sabían entonces lo que hoy sabemos un buen numero de personas y las grandes religiones se obstinan en ocultar.
No me explico por que desvirtúan sacrílegamente el noble y esperanzador sentido del Evangelio para confundir a tantas inocentes criaturas, que también, por que no decirlo una vez mas, se sienten satisfechas con la cómoda doctrina que les presentan.
Si estas líneas que escribo solo son leídos por amigos de mi entorno nada habré conseguido, por que ellos ya poseen la Luz; pero si al igual que ellos este escrito llegase a manos de seres afligidos, desengañados, a los que con mucha razón ya no creen en nada… me sentiría feliz de corazón.
Con todo el Amor y respeto que mana de mi alma, también dedico este humilde trabajo a ti, que sin maldad, pero si con ironía, te reirás al comenzar a ojear estos renglones que gracias al rayado me salen recto, pero apuesto algo a que al final cambiarás de opinión.
Con el pensamiento en todos vosotros he dado este paso. Quizás sea esto lo ultimo que escriba, siento escozor en los ojos, me lagrimean mucho, a veces se me borran las letras…,los años no pasan en balde!...
¡Que regalo del Señor si esto llegase a publicarse!
Para qué mayor recompensa que este humilde trabajo llegase a todas las escuelas del mundo, y los pequeñitos crecieran con esta Luz de amor, Verdad y esperanza.
Una generación de la Justicia y Paz moraría en la Tierra, donde  su insignia seria la  Moral Evangélica en el respeto a los demás.
Jesús nos habla hasta para ser entendido por los niños.
Sin más demora vuelvo a suplicar perdón por si alguien se sintiese molesto, algo imposible.
Cuando es el Amor de Dios el que te incita a escribir no puede existir otra razón que hacer el bien por mismo bien.

ATRACCIÓN Y REPULSIÓN DE LOS FLUIDOS



Los fluidos Espirituales semejantes o afines se atraen y los opuestos se repelen. Existe, pues, incompatibilidad entre los buenos y los malos fluidos, lo que genera consecuencias para los pases.
a) En cuanto al pasista.
Cuanto más elevado moralmente sea el pasista, más depurado será su periespíritu y más facilidad tendrá para atraer y transmitir buenos fluidos. Es como un vaso limpio que recibe y ofrece agua limpia. Cuanto menos elevado moralmente sea el pasista y menos esfuerzos haga para su renovación moral, más denso será su periespíritu y más dificultad tendrá para atraer y transmitir buenos fluidos. Es como un vaso sucio que recibe y ofrece agua sucia. Para favorecer la atracción y recepción de buenos fluidos, es fundamental elevar el pensamiento y el sentimiento. Por ello, el servicio de pases requiere preparación previa de los pasistas a través de la oración y de una lectura edificante.
Por la oración, se llama a la asistencia de los buenos Espíritus, que vienen a sostener al pasista en sus buenas resoluciones y le suplen, por una acción magnética, la insuficiencia de su potencia fluídica, dándole momentáneamente una fuerza excepcional, cuando se le juzga digno de este favor o cuando ello pueda ser útil. Durante la preparación previa del pasista para la realización del servicio de pases, la oración produce un prodigioso baño de fuerzas, dada la vigorosa corriente mental que atrae. Con la oración, los pasistas expulsan de su propio mundo interior los resabios de sus actividades diarias y absorben del plano espiritual sustancias renovadoras que les permiten obrar con eficiencia a favor del prójimo: ayudan y son ayudados.
b) En cuanto al paciente Cuanto más elevado moralmente sea el paciente, más depurado será su periespíritu y más facilidad tendrá para atraer y recibir buenos fluidos.
Por lo tanto, los pases serán tanto más eficaces cuanto más significativa sea la renovación moral del paciente. Para que puedan asimilar con más eficacia los buenos fluidos, se recomienda a los pacientes, a su vez, que, antes de recibir los pases, participen de una actividad doctrinaria en la Casa Espírita, tales como reuniones de estudio o charlas de contenido evangélico, que les renueve las disposiciones para el progreso moral, y permanezcan durante los pases en estado de oración. La acción fluídica es poderosamente auxiliada por la confianza y la fe del paciente.
c) En cuanto al ambiente de la aplicación de los pases Los ambientes impregnados de buenos fluidos son esenciales para el servicio de pases.
Tal es la razón por la que se recomienda la aplicación de pases en la Casa Espírita, preferentemente en el lugar reservado para esta actividad. La aplicación de pases fuera de un ambiente previamente preparado debe ser excepcional, pues puede comprometer sus efectos al exigir más esfuerzos del equipo encarnado y desencarnado para la preparación necesaria del ambiente con el fin de atraer y transmitir buenos fluidos. “De ambiente impuro, nada bueno se puede esperar”. Por ello, André Luiz recomienda: “Prohibir todo ruido, personas fumando o alcoholizadas, así como alboroto o la presencia de hermanos irreverentes o irónicos en los recintos destinados para la asistencia y tratamiento espiritual”. Para preservar la salud de todos, siempre que sea necesario, se debe, además, impedir “la presencia de enfermos portadores de males contagiosos en las sesiones de asistencia en grupo, situándolos en lugares separados para el socorro correspondiente”.
Los centros de fuerza
El periespíritu es un producto del fluido universal, así como el cuerpo físico. Tiene, pues, naturaleza idéntica a la de los fluidos espirituales. Por lo tanto, el periespíritu los asimila con facilidad, “como una esponja se embebe de un líquido”62 y reacciona sobre el cuerpo físico, con el cual se encuentra en contacto molecular. Si los fluidos espirituales son buenos, el cuerpo experimenta una impresión saludable; si son malos, la impresión es penosa y, si son además permanentes y enérgicos, los fluidos malos pueden causar enfermedades. En la aplicación de los pases, es importante tener en cuenta los centros de fuerza que rigen el periespíritu, absorbiendo y distribuyendo los fluidos. Los centros de fuerza están conjugados con plexos del cuerpo físico, es decir, con redes formadas por el entrelazamiento de ramificaciones de nervios o de vasos sanguíneos. André Luiz relata la existencia de siete centros de fuerza:
a) Centro Coronario - instalado en la región central del cerebro. Considerado por la filosofía hindú como el loto de mil pétalos, es el más significativo en razón de su alto potencial de radiaciones, ya que en él se asienta la unión con la mente. Recibe en primer lugar los estímulos del Espíritu, comandando a los demás centros de fuerza y vibrando con ellos de manera interdependiente. Del centro coronario, emanan las energías de sostenimiento del sistema nervioso y sus subdivisiones. Es el gran asimilador de los rayos de la Espiritualidad Superior y proveedor de todos los recursos electromagnéticos indispensables para la estabilidad orgánica;
b) Centro Cerebral - contiguo al centro coronario, ordena las percepciones, que, en el cuerpo físico, constituyen la visión, la audición, el tacto y la red de procesos de la inteligencia con relación a la palabra, a la cultura, al arte, al saber. En el centro cerebral, poseemos el comando del núcleo endocrínico, referente a los poderes psíquicos;
c) Centro Laríngeo - preside los fenómenos vocales, incluso las actividades del timo, de las tiroides y de las paratiroides, así como la respiración;
d) Centro Cardiaco - sustenta los servicios de la emoción y del equilibrio general;
e) Centro Esplénico - está situado en la región del bazo en el cuerpo físico. Regula la distribución y la circulación adecuada de los recursos vitales;
f) Centro Gástrico - responsable de la digestión y absorción de los alimentos en nuestra organización;
g) Centro Genésico - donde se localiza el santuario del sexo. Guía la reproducción y el establecimiento de estímulos creadores en el campo del trabajo, de la asociación y de la realización entre las almas.
Coronario
Cerebral
Laríngeo
Cardiaco
Esplénico
Gástrico
Genésico
Ubicación de los siete centros de fuerza
Figura 1: los siete centros de fuerza. El conocimiento de los centros de fuerza tiene una importante utilidad práctica en la aplicación de los pases. La literatura espírita, particularmente las obras de André Luiz y de Manoel Philomeno de Miranda, narran varios casos de aplicación de pases en los centros de fuerza afectados del paciente. Manoel Philomeno de Miranda relata, entre otros, los casos siguientes, en los cuales la aplicación de pases ocurre, según las necesidades del paciente, en los centros de fuerza: - Cerebral y Genésico - en una obsesa encarnada, bajo la acción de antidepresivos, que había practicado el aborto. Como resultado de los pases, la intoxicación fluídica y la que había sido causada por las drogas ingeridas disminuyeron; - Coronario y Cerebral - en una obsesa vampirizada, que tenía la idea fija de conquistar a un hombre casado - para interrumpir la influencia obsesiva y diluir las ideoplastias perturbadoras; - Cerebral, Coronario y Cardíaco - en la esposa de un obseso alcohólico, después de una severa tensión emocional - dispersión en el centro cerebral, para liberarla de la constricción psíquica que casi la bloqueaba; vitalización de los centros coronario y cardíaco, con el fin de reequilibrar la circulación y el ritmo respiratorio. André Luiz, a su vez, se refiere más comúnmente a las regiones de los órganos, en lugar de emplear la denominación de los centros de fuerza. Entre los casos que describe, mencionamos los siguientes a título de ejemplo: - movimiento de las manos de la pasista sobre la paciente, desde la cabeza hasta la región del hígado enfermo, bajo la inspiración del dirigente espiritual; - pases sobre los ojos de una desencarnada que no veía; - aplicación de fluidos magnéticos sobre el disco foto-sensible del aparato visual, en una encarnada desdoblada durante el sueño, para que pudiera ver a la genitora desencarnada, que deseaba darle consejos. Por lo tanto, los ejemplos en las obras de André Luiz y de Manoel Philomeno de Miranda no se limitan, en general, a la aplicación de pases sobre el coronario, a pesar del hecho de que ese centro de fuerza comanda los demás.
El halo vital o aura
En conexión con la mente, las células del cuerpo físico y del doble etérico (en el caso de los encarnados), así como del periespíritu, emiten radiaciones, que forman un campo ovoide, peculiar a cada individuo, llamado halo vital o aura. Es a través del aura que somos vistos y examinados por los Espíritus Superiores, sentidos y reconocidos por aquellos con quienes tenemos afinidad, así como temidos y hostilizados o amados y auxiliados por aquellos que nos son inferiores espiritualmente. El aura tiene color variado de acuerdo con la onda mental que el individuo emite. Retrata todos los pensamientos en colores e imágenes, sean nobles o deprimentes, y el estado orgánico. El halo vital o aura es, pues, el reflejo de nosotros mismos, revelando nuestras desarmonías y conquistas. Aunque no sea indispensable, la videncia o la percepción del aura del paciente por el pasista le auxiliará en la aplicación de los pases. Por esa razón, hay pasistas que buscan percibir el aura del paciente antes de aplicar los pases. En general, mientras pasan despacio las manos longitudinalmente sobre el paciente, varias veces, a una distancia variable, agudizan su percepción para captar desarmonías en el aura. Una vez captadas tales desarmonías, dirigen los movimientos, durante los pases, hacia las regiones del paciente con ellas relacionadas. Los fluidos aplicados penetran el halo vital o aura de los enfermos, “provocándoles súbitos cambios”
Resumen de los mecanismos de los pases
Los mecanismos de los pases pueden ser resumidos por la siguiente frase de Allan Kardec: “El Espíritu decide, el periespíritu transmite y el cuerpo ejecuta”. La mente del pasista emplea su pensamiento y voluntad para transmitir buenos fluidos, entra en sintonía con mentes afines y atrae fluidos espirituales que se combinan con su propio fluido vital. Esa combinación es transmitida por su periespíritu al periespíritu del paciente, mientras el cuerpo físico del pasista realiza movimientos guiados por su pensamiento y voluntad en sintonía con el equipo espiritual. Toda esa operación, tanto la sintonía como la transmisión y la asimilación de los fluidos, es potenciada cuando el pasista y el paciente hacen uso de la oración.

CONTROL DE LA MEDIUMNIDAD



El éxito o el fracaso de la mayoría de los médiums depende en gran parte del control que tengan de sus facultades, el cual ha de ir unido también ineludiblemente a una moralidad intachable. Por un lado, si el comportamiento del médium en su vida diaria es acorde a unos principios espirituales, por sintonía estará rodeado de buenas influencias que le reportarán una ayuda y protección muy importantes tanto en su quehacer cotidiano, como en el intercambio mediúmnico. Y por otro lado, si es consciente de la transcendencia de la comunicación con el plano espiritual, intentará siempre ser responsable del uso que haga con su facultad, y en este sentido, pondrá de su parte todo el cuidado y el control posibles para que a través de su mediumnidad no se propicie ninguna manifestación propia de los espíritus de grado inferior.
Si estudiamos la escala espírita nos damos perfecta cuenta de que existen espíritus en todos los grados de progreso, desde los inferiores hasta los más superiores, y como médiums tenemos la obligación de saber en todo momento qué clase de espíritus son los que vienen a comunicar por nuestro intermedio, pues de ello depende, evidentemente, la realización del trabajo que se haga y consiguientemente el provecho que saquemos del mismo. Muchos médiums no se encuentran satisfechos del trabajo que realizan precisamente, porque el ambiente espiritual que preside sus trabajos está dominado por entidades de carácter inferior. Este dominio en los trabajos mediúmnicos de entidades inferiores, del bajo astral como solemos denominarlas, es debido a la falta de control de la mediumnidad, y generalmente también por falta de conocimientos y de una moralidad elevada.
Si estamos orientados por nuestros espíritus protectores y escuchamos sus consejos y sugerencias, iremos como se suele decir por buen camino y lo demostraremos con nuestro comportamiento y las obras positivas que realicemos. Llegados a este extremo no podemos dejar de mencionar las palabras de Kardec: “Se reconoce al verdadero espírita por su progresiva transformación moral”. Es hacia esa transformación moral donde quieren conducirnos siempre los espíritus superiores, encabezados por los propios protectores. Esto es una norma segura para saber a ciencia cierta si estamos orientados y asistidos por dichos espíritus o sucede todo lo contrario, estamos siendo engañados por espíritus burlones que quieren hacernos fracasar en la misión que hemos traído.
Los espíritus superiores necesitan que los médiums conserven en todo momento un control de su facultad, porque esta es la única forma de poder ellos comunicar y decir lo que consideran necesario. Asimismo, los espíritus superiores no son capaces en ningún momento de efectuar una comunicación violenta en ninguna de sus formas, ni de imponer a nadie lo que vienen a transmitir, sencillamente lo exponen esperando que no caiga en saco roto. Y no sólo no son capaces de realizarlas, sino que tampoco son partidarios de que se propicien. No obstante, si el médium no guarda un control de su facultad y permite que por ella se manifiesten todo tipo de espíritus, en esas condiciones poco puede hacer el espíritu protector para interrumpir dicho proceso, porque es el médium en primera persona quien tiene que poner los medios a su alcance para evitar caer en esto.
Guardando el médium un control de su facultad y haciendo méritos con su comportamiento diario, el espíritu protector sí puede evitar cualquier tipo de manifestación negativa, porque esa es una labor en la que el médium tiene un papel protagonista siendo consciente y responsable de su trabajo. Hay factores que son imprescindibles para que la unión con el espíritu protector sea tal que no exista la posibilidad de contactar con entidades inferiores e impedir así el estar dominado por las mismas. Uno de ellos es el conocimiento de uno mismo. Si como espíritas, y máxime como médiums deseamos nuestra progresiva transformación moral, hemos de partir del conocimiento de nuestra personalidad, imparcialmente. Debemos llegar a conocernos tal como somos en realidad, sin excusas ni justificaciones. De este modo, sabremos qué facetas de nuestro carácter hemos de eliminar porque nos están entorpeciendo y abren brecha para que se filtren entidades negativas. Así es como sabremos cuáles son nuestros valores positivos para ir desarrollándolos más y más.
Aun cuando hay imperfecciones que no se pueden eliminar drásticamente, porque las venimos arrastrando de otras existencias, al menos se ha de tener un control de las mismas e impedir que se pongan de manifiesto, así con el tiempo se van debilitando y le vamos dando paso a los valores positivos. Otro aspecto importante es el saber rechazar las influencias de entidades inferiores. El médium hay momentos en los que siente la presencia de entidades burlonas, entidades que quieren pasar un buen rato a costa de él, entidades que no traen buenas intenciones, entidades que le causan malestar, etc, es en esos precisos momentos cuando el médium tiene que rechazar esa influencia, tiene que demostrarle que no está dispuesto a ser juguete de la misma, y con su rechazo, con su voluntad y con su oración, ayudar a que esta entidad sea consciente del error que está cometiendo y al mismo tiempo sea recogida por espíritus superiores.
Hay que tener en cuenta que entre los espíritus inferiores los hay muy listos, con una gran inteligencia, pero que sin embargo, no la emplean en el bien, y desde su posición pueden estudiar nuestras imperfecciones y conocer cuales son nuestros puntos débiles. Esta es su forma de trabajar: primero conocen cómo somos en realidad, profundizando en cuales son nuestros deseos más incipientes y después tratar de confundirnos y explotar dichas debilidades seduciéndonos y haciéndonos ver que todo cuanto realizamos está bien llevado a cabo. En este sentido la humildad es el arma más eficaz que podemos emplear para no caer en sus redes y aspirar siempre a más.
Este es el modo más positivo para progresar y desembarazarse de entidades negativas. En definitiva, el médium ha de ser consciente de que hay unas leyes que rigen el intercambio del mundo espiritual con el mundo material, estas son la ley de vibración y ley de afinidad, según sea nuestro estado interno así recibiremos. Por tal razón, el médium ha de preocuparse de guardar un control de sus pensamientos, sentimientos y emociones y comprender que no puede guardar un control de su facultad si primero no lo guarda como persona. Para ser un buen médium se ha de ser en primer lugar una buena persona, de la cual se observe una moralidad elevada e intachable, sólo entonces tendrá la seguridad de que todos sus trabajos gozarán de la garantía y la tranquilidad de saber que son de provecho.

LOS MIEDOS INFANTILES


Sin que nadie los haya asustado con figuras monstruosas, con la oscuridad o con que se ahogan, ellas demuestran temer la oscuridad, el mar, el río, las armas. Se les ponen los pelos de punta y corren a la falda de los padres, o se quedan paradas, llorando alto, frente a determinadas situaciones. Hay incluso bebes que duermen tranquilos en la falda materna. La madre los acuesta en la cunita, los besa dulcemente y los cubre, llena de cariño. Sin embargo, cuando se retira de la habitación y apaga a luz, ellos se despiertan gritando, con tremendo pavor, y demoran para calmarse posteriormente.
Algunos niños tienen dificultades con la oscuridad. No consiguen entrar en un lugar que esté oscuro, incluso acompañados. Registran su desagrado agarrándose a las manos de quien esté con ellos y así mismo, lloran, y piden con insistencia para que enciendan la luz. Algunos padres, con el deseo que sus hijos crezcan sin miedos, los obligan a enfrentar tales situaciones, llamándolos de maricas, bobos y otros adjetivos aún más infelices. Obligan al hijo a entrar en una habitación oscura para buscar y recoger algún objeto, adrede, y se enfurecen si el niño llora, grita y no hace lo que le han pedido.
Para vencer el miedo al agua, entran en el mar, río o piscina con el hijo en los brazos, obligándolo a quedarse allí. El niño llega al desespero, arañando y gritando con pavor. Los miedos infantiles de esa naturaleza no se originan en esta vida, sino que son registrados desde los primeros meses, sin ninguna explicación razonable en la actualidad. Son registros que el espíritu trae por haber sufrido algún mal en vidas anteriores, quizás incluso la muerte, en lugares oscuros o en el agua. Quizás estuvo en un derrumbe, se quedó en la oscuridad por algún tiempo hasta que su muerte física se consumara. O murió ahogado, incluso por imprudencia propia.
Es por eso que estos miedos infantiles nos merecen todo respeto y cuidado. El niño deberá ser llevado, poco a poco, con mucho cuidado, a entender que ahora está seguro. Los padres podrán afirmarle esto, muchas y muchas veces, diciéndole que lo aman y que lo protegerán. Que él no precisa temer a la oscuridad, pues ésta desaparece cuando encendemos la luz. Llevarla al mar, para mojar sus pies despacito, jugar en la arena y, poco a poco, irle hablando de la necesidad de tener prudencia, pero también, que no hay motivo para tanto miedo. Tal vez llevar al hijo a piscinas poco profundas y allí quedarse con él, incentivándolo a jugar en el agua. Jamás, en ninguna circunstancia, reírse de sus temores o calificarlo de forma negativa. Son problemas muy profundos del espíritu y de forma delicada, cuidadosa y profunda deben ser trabajados.
***
El hijo que nos llega es siempre un espíritu que está pidiendo ayuda para su crecimiento interior. Confía en nosotros y por ello nos toma para padres. No le fallemos en los momentos más importantes. Ayudémosle a superar sus dificultades, con tranquilidad. No nos importe el aplauso del mundo, ni si él no ostentará jamás las medallas del hombre más corajudo o del mejor nadador. Lo importante es que se convierta en un hombre equilibrado, superando las dificultades una a una, seguro y feliz.