miércoles, 14 de noviembre de 2012

FOTOS DE ESPIRITUS (Juzguen vosotros mismos)

(Aquí os dejamos una muestra de fotografías que andan por internet, muchas de ellas pueden ser fraudes o montajes, pero otras evidentemente no lo son, os toca a vosotros decidir cuales pueden ser verdaderas, con vuestra intuición. Existen millones de fotografías por todo el mundo, con tal que una sea cierta es suficiente para confirmar la existencia de los espíritus, en cuanto a fotografías se refiere.)



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Un Espíritu que no se creía muerto




Articulo Traducido por: Isabel Porras

Uno de nuestros subscriptores, del departamento de Loiret, buen médium escribiente, escribió lo que sigue sobre varios hechos de aparición que le fueron personales.

"No queriendo dejar en el olvido ninguno de los hechos que vienen en apoyo de la Doctrina Espírita, vengo a comunicaros nuevos fenómenos, de los cuales soy la testigo y el médium, y que, como lo reconoceréis, concuerdo perfectamente con todo lo que publicasteis en vuestra Revista sobre los diversos estados de los Espíritus tras su separación del cuerpo.

"Hace cerca de seis meses, me ocupaba de comunicaciones Espíritas con varias personas, cuando me vino el pensamiento de preguntar si, entre los asistentes, se encontraba algún médium vidente. El Espíritu respondió afirmativamente y, designándome, añadió: Tú ya lo eres, pero en un grado débil, y solamente durante tu sueño; más tarde tu temperamento se modificará de tal forma, que te harás un excelente médium vidente, pero poco a poco, y primero solamente durante el sueño.

"En el curso de este año, tuvimos el dolor de perder tres de nuestros parientes. Uno de ellos, que era mi tío, me apareció, algún tiempo tras su muerte, durante mi sueño; tuvo conmigo una larga conversación, y me condujo al lugar que habita, y que me dijo ser el último escalón conduciendo a la morada de la felicidad eterna.

 Tuve la intención de daros la explicación de lo que admiré en esa morada incomparable, pero habiendo consultado mi Espíritu familiar a ese respecto, me respondió: La alegría y la felicidad que experimentasteis podrían influenciar el relato que harías de las maravillosas bellezas que admiraste, y tu imaginación podría crear cosas que no existen. Espera que tu Espíritu esté más tranquilo. Me detuve, pues, para obedecer a mí guía, y no me ocuparé sino de dos otras visiones que son más positivas. Os reportaré solamente las últimas palabras de mi tío. Cuando admiraba aquello que me era permitido ver, él me dijo: Vas ahora a volver a la Tierra.

Yo le supliqué que me concediera aún algunos instantes. -No, dijo, son cinco horas, y debes retomar el curso de tu existencia. En el mismo instante desperté, y las cinco horas sonaron en mi reloj.
"Mi segunda visión fue la de uno de los dos parientes fallecidos este año. Era un hombre virtuoso, amable, buen padre de familia, buen cristiano, y, aunque enfermo hace mucho tiempo, murió casi  súbitamente, y tal vez en el momento en que menos en eso pensaba.

Su rostro tenía una expresión indefinible, seria, triste y feliz a la vez. Él me dijo: Expío mis faltas; pero tengo una consolación, continúo  viviendo en medio de mi mujer y de mis hijos, y les inspiro buenos pensamientos; orad por mí.

"La tercera visión es más característica, y me fue confirmada por un hecho material; es la del tercer pariente. Era un excelente hombre, pero vivo, violento, imperioso con los sirvientes, y sobre todo dando otra medida a los bienes de este mundo; demasiado escéptico, se ocupaba más de esta vida que de la futura. Algún tiempo tras su muerte, vino por la noche y se puso a sacudir mis cortinas con impaciencia, como para despertarme. ¿Cómo, le dije, estás? - Sí; vine a buscarte, porque eres el único que puede responderme. Mi mujer y mis hijos partieron para Orleáns; quise seguirlos, pero nadie quiso obedecerme. Le dije a Pierre para hacer mis paquetes, pero no me escuchó; nadie me dio atención.

Si pudieras venir a colocar los caballos en otro transporte y hacer mis paquetes, me prestarías gran servicio, porque podría ir a reencontrar a mi mujer en Orleáns. - ¿Pero no puedes hacerlo tú mismo? - No, porque no soy nada elevado', desde el sueño que experimenté durante mi enfermedad, cambié mucho; no sé más donde estoy; tengo una pesadilla. - ¿De dónde vienes? - De B... - ¿Es del castillo? - ¡No! Me respondió con un grito de horror, y llevando la mano a la frente, ¡es del cementerio! -

Tras un gesto de desesperación, añadió: ¡Mi querido amigo, diga a todos mis parientes que oren por mí, porque soy muy infeliz! – Después de esas palabras se fue, y lo perdí de vista. Cuando él vino a buscarme y sacudir mis cortinas con impaciencia, su figura expresaba una horrible alucinación. Cuando le pregunté lo que había hecho para agitar mis cortinas, él que nada podía levantar, me respondió bruscamente: ¡Con mí soplo! "Al día siguiente supe que su mujer y sus hijos, efectivamente, habían partido para Orleáns.
Esta última aparición es sobre todo notable en aquello que la ilusión, que lleva a ciertos Espíritus a creerse aún vivos, se prolongó en este mucho más tiempo de lo que en casos análogos.

 Muy comúnmente, ella no dura sino algunos días, mientras que aquí, tras más de tres meses, él no se creía aún muerto. Del resto, la situación es perfectamente idéntica a la que observamos muchas veces. Él ve todo como durante su vida; quiere hablar, y queda sorprendido por no ser escuchado; él vaga, o cree vagar, en sus ocupaciones habituales. La existencia del periespíritu está aquí demostrada de un modo resaltado, abstracción hecha de la visión.

 Una vez que se cree vivo, él se ve, pues, es un cuerpo semejante al que dejó; ese cuerpo actúa como el otro lo haría; para él nada parece cambiado; solamente aún no estudió las propiedades de su nuevo cuerpo; él lo cree denso y material como el primero, y se espanta por nada poder levantar. Encuentra, sin embargo, en su situación, alguna cosa extraña de la cual no se da cuenta: cree estar bajo el imperio de una pesadilla; toma la muerte por un sueño; es un estado mixto entre la vida corpórea y la vida Espírita, estado siempre penoso y lleno de ansiedad, y que tiene de uno y de otro. Como dijimos en otra parte, es la consecuencia, casi constante, de muertes instantáneas, tales como las que ocurren por suicidio, apoplejía, suplicio, combate, etc.

Sabemos que la separación del cuerpo y del periespíritu se opera gradualmente, y no de modo brusco; comienza antes de la muerte, cuando esta llega por la extinción natural de las fuerzas vitales, sea por la edad, sea por la enfermedad, y sobre todo en aquellos que, cuando vivos, presienten su fin, y se identifican por el pensamiento con su existencia futura, de tal suerte que en el instante del último suspiro ella está casi completa.

Cuando la muerte sorprende, de improviso, un cuerpo lleno de vida, la separación no comienza sino en este momento, y no acaba sino poco a poco. Mientras exista un lazo entre el cuerpo y el Espíritu, este estará en la perturbación, y si entra bruscamente en el mundo de los Espíritus, siente una sacudida que no le permite reconocer inmediatamente su situación, no más que las propiedades de su nuevo cuerpo; es preciso que él intente de algún modo, y es eso  que lo hace creerse aún en este mundo.

Además de las circunstancias de muerte violenta, hay otras que hacen más tenaces los lazos del cuerpo y del Espíritu, porque la ilusión, de la cual hablamos, se observa igualmente en ciertos casos de muerte natural, y es cuando el individuo vivió más de la vida material que de la vida moral.
Se concibe que su apego a la materia lo retenga aún tras la muerte, y prolonga así la idea de que nada tiene que cambiar para él. Tal es el caso de la persona que acabamos de hablar.

Notemos la diferencia que hay entre la situación de esa persona y del segundo pariente: uno quiere aún mandar; cree tener necesidad de sus maletas, de sus caballos, de su transporte, para ir a reencontrar a su mujer; no sabe sin embargo que, como Espíritu, puede hacerlo instantáneamente, o, mejor dicho, su periespíritu es aún tan material que él lo cree sujeto a todas las necesidades del cuerpo. El otro, que vivió la vida moral, que tuvo sentimientos religiosos, que se identificó con la vida futura, aunque sorprendido con más improvisión que el primero, ya está desconectado; dijo que vive en medio de su familia, pero sabe que es un Espíritu; habla a su mujer y a sus hijos, pero sabe que es por el pensamiento; en una palabra, no hay más ilusión, mientras que el otro aún está en la perturbación y en las angustias.

 Él tiene de tal modo el sentimiento de la vida real, que vio a su mujer y sus hijos partir, y que partieron con efecto el día indicado, lo que ignoraba su pariente a quien apareció. Por otro lado, notemos una palabra muy característica de su parte, y que pinta bien en su posición. La de esta pregunta: ¿De dónde vienes? Respondió primero por el nombre del lugar donde habitaba; después a esta ¿Es del castillo? ¡No! Dijo con pavor, es del cementerio. Ahora, eso prueba una cosa, es que, no estando completo el desligamiento, una especie de atracción existía, aún, entre el Espíritu y el cuerpo, lo que hizo decir que vino del cementerio; pero en ese momento parece comenzar a comprender la verdad; la propia cuestión parece colocarlo en el camino llamando su atención para los despejos, por eso pronunció esa palabra con terror.

Los ejemplos de esta naturaleza son muy numerosos, y uno de los más importantes es el del suicidio de la Samaritana, que reportamos en nuestro número de junio de 1858. Ese hombre, evocado varios días tras su muerte, afirmaba, también, estar aún vivo, y decía: Sin embargo, siento los gusanos que me roen, como hicimos observar en nuestra relación, eso no era un recuerdo, una vez que durante la vida no era roído por los gusanos; era, pues, el sentimiento de la actualidad, una especie de repercusión transmitida del cuerpo al Espíritu, por la comunicación fluídica que aún existía entre ellos. Esta comunicación no se traduce siempre de igual manera, pero es siempre más o menos penosa, y como un primer castigo para aquel que mucho se identificó, durante su vida, con la materia.

Que diferencia con la tranquila, la serenidad, la dulce quietud de aquellos que mueren sin remordimiento, con la conciencia de haber empleado bien el tiempo de su estancia en este mundo, ¡de aquellos que no se dejaron dominar por sus pasiones! El pasaje es corto y sin amargura, porque la muerte es para ellos el retomo del exilio para su verdadera patria. ¿Está ahí una teoría, un sistema? No, es el cuadro que nos ofrecen, todos los días, nuestras comunicaciones del más allá de la tumba, cuadro cuyos aspectos varían al infinito, es donde cada uno puede encontrar una enseñanza útil, porque cada uno en él encuentra ejemplos que puede aprovechar, si quiere darse al trabajo de consultarlo; es un espejo donde puede reconocerse quién no está invidente por el orgullo.
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VENID A MI LOS QUE ESTAIS SUFRIENDO

“-Venid a mí, vosotros que sufrís y os encontráis sobrecargados, y yo os aliviaré.
Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended conmigo, que soy blando y humilde de corazón, y hallareis reposo para vuestras almas pues es suave mi yugo y leve mi fardo.”
“-Bienaventurados los que lloran y sufren, porque serán consolados.
Bienaventurados los hambrientos y los sedientos de justicia, pues serán saciados.
Bienaventurados los que sufren persecución por amor a la justicia, pues que es de ellos el reino de los cielos.”
“-Bienaventurados vosotros, que sois pobres, porque vuestro es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados.
Dichosos sois, vosotros que ahora lloráis, porque reiréis.”
“-Dios no quiere la muerte del pecador, y sí que el viva y se arrepienta.”
“-El hijo de Dios vino a buscar y salvar lo que se había perdido.”
“-De las ovejas que el Padre me confió, ninguna se perderá.”
“-Si quieres entrar en el reino de Dios, ven, toma a tu cruz y sígueme… ”
“-¡Yo soy el Gran Médico de las almas y vengo a traeros el remedio que os ha de curar.
Los débiles, los sufridores y los enfermos son mis hijos predilectos. Vengo a salvarlos!.
Venid pues a mí, vosotros que sufrís y que os halláis oprimidos, y seréis aliviados y consolados.”
“-Vengo a instruir y consolar a los pobres desheredados.
Vengo a decirles que eleven su resignación al nivel de sus pruebas, que lloren, por cuanto el dolor fue consagrado en el Jardín de los Olivos; mas que esperen, puesto que también a ellos los ángeles consoladores les vendrán a enjugar las lágrimas.”
“Vuestras almas no están olvidadas;yo, el Divino Jardinero, las cultivo en el silencio de vuestros pensamientos.”
“Dios consuela a los humildes y da fuerza a los afligidos que la piden.
Su poder cubre la Tierra y, por todas partes, junto a cada lágrima colocó Él un bálsamo que consuela.”
“-Venid a mí, vosotros que sufrís y os encontráis sobrecargados, y yo os aliviaré.
Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended conmigo, que soy blando y humilde de corazón, y hallareis reposo para vuestras almas pues es suave mi yugo y leve mi fardo.”
“-Bienaventurados los que lloran y sufren, porque serán consolados.
Bienaventurados los hambrientos y los sedientos de justicia, pues serán saciados.
Bienaventurados los que sufren persecución por amor a la justicia, pues que es de ellos el reino de los cielos.”
“-Bienaventurados vosotros, que sois pobres, porque vuestro es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados.
Dichosos sois, vosotros que ahora lloráis, porque reiréis.”
“-Dios no quiere la muerte del pecador, y sí que el viva y se arrepienta.”
“-El hijo de Dios vino a buscar y salvar lo que se había perdido.”
“-De las ovejas que el Padre me confió, ninguna se perderá.”
“-Si quieres entrar en el reino de Dios, ven, toma a tu cruz y sígueme… ”
“-¡Yo soy el Gran Médico de las almas y vengo a traeros el remedio que os ha de curar.
Los débiles, los sufridores y los enfermos son mis hijos predilectos. Vengo a salvarlos!.
Venid pues a mí, vosotros que sufrís y que os halláis oprimidos, y seréis aliviados y consolados.”
“-Vengo a instruir y consolar a los pobres desheredados.
Vengo a decirles que eleven su resignación al nivel de sus pruebas, que lloren, por cuanto el dolor fue consagrado en el Jardín de los Olivos; mas que esperen, puesto que también a ellos los ángeles consoladores les vendrán a enjugar las lágrimas.”
“Vuestras almas no están olvidadas; yo, el Divino Jardinero, las cultivo en el silencio de vuestros pensamientos.”
“Dios consuela a los humildes y da fuerza a los afligidos que la piden.
Su poder cubre la Tierra y, por todas partes, junto a cada lágrima colocó Él un bálsamo que consuela.”
“-Nada queda perdido en el reino de nuestro Padre y vuestros sudores y miserias forman el tesoro que os hará ricos en las esferas superiores, donde la luz substituye a las tinieblas y donde el mas desnudo de entre todos vosotros será tal vez el más resplandeciente!.”
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo estaré en medio de ellos.” (6)
(6) Mateo, l8:20.
Leon Denis

EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA


Un velo de tristeza y de duelo cubre y se extiende sobre el país que sufre una guerra. Muchos son los hermanos que lloran por la perdida de sus seres amados. Es preciso en presencia de tal cúmulo de males proyectar el pensamiento hacia los principios eternos que rigen a las almas y a las cosas. Solo en el Espiritismo encontramos la solución de los múltiples problemas que un drama así plantea, en el beberemos los consuelos capaces de mitigar el dolor. Muchos son los que preguntan:
-¿Por qué permite Dios tantos crímenes y calamidades?.
Ante todo, digamos que Dios respeta la libertad humana, por cuanto ésta es el instrumento de todo progreso y la condición esencial de nuestra responsabilidad moral. Sin libertad vale decir, sin libre arbitrio no habría ni bien ni mal y, por tanto no existiría posibilidad de progreso. Es ese principio de la libertad, que constituye a la par la prueba y la grandeza del hombre, puesto que le confiere el poder de escoger y de obrar; es el origen de los esplendores morales para aquel que esté resuelto a elevarse.
¿Acaso en una guerra no se ve, a unos que se rebajan por debajo del nivel de la animalidad y a otros que, con su consagración y auto sacrificio alcanzan las alturas de lo sublime?. Para los Espíritus inferiores, como lo son la mayoría de los que pueblan la tierra, el mal es el resultado inevitable de la libertad. Pero Dios, en su honda sabiduría y su conciencia infinita, del mal cometido sabe extraer un bien para la humanidad. Colocado por encima del tiempo, domina El la serie de los siglos, en tanto nosotros, nos cuesta trabajo aprehender el eslabonamiento de las causas y sus efectos. De todos modos, tarde o temprano y sin lugar a dudas suena la hora de la justicia eterna. Sucede a veces que los hombres, olvidando las leyes divinas y la finalidad de la vida, resbalan por la pendiente del sensualismo y se hunden en la materia. Entonces, todo lo que constituía la belleza de su alma queda velado y desaparece, dando lugar al egoísmo, la corrupción y el desarreglo en todas sus formas. Llegándose a no tener otros ideales que la fortuna y los placeres. El alcoholismo y la disipación ciegan las fuentes de la vida. Y para tantos excesos solo queda un remedio: ¡el sufrimiento!.
Las bajas pasiones emanan fluidos que poco a poco van acumulándose y terminan por resolverse en catástrofes y calamidades: de ahí las guerras. No faltan advertencias y consejos. Pero los seres humanos hacen oídos sordo a las voces del Cielo. Dios nos deja hacer, pues sabe que el dolor es el único medio eficaz para reconducir a los hombres a miras mas sanas y sentimientos mas generosos. Desde el punto de vista material, Dios puede impedir que se desencadene una guerra. Pero, desde el punto de vista moral, no puede hacerlo, puesto que una de sus leyes suprema exige que todos ,tanto los individuos como las colectividades, suframos las consecuencias de nuestros actos. la conciencia publica, el sentimiento del deber, la disciplina familiar son los atributos necesarios para que los pueblos sean grandes y no se debiliten con procesos de profunda corrupción. En el Universo hay una Justicia que se pone en acción para dar fuerzas y asistir a la humanidad enferma y descontrolada.
No basta tener a cada instante el nombre de Dios en los labios, es mucho mejor para el hombre el guardar sus leyes inmutables en su corazón. Las mentiras y la perfidia, la violación de los tratados y el incendio de las ciudades, la masacre de los débiles y de los inocentes no pueden encontrar justificación ante la Divina Majestad. Todo mal cometido se vuelve, con sus efectos, contra la causa que lo produjo. Así, la violación del derecho de los débiles se vuelve también contra los poderes que lo ultrajan. De la regiones arrasadas ascienden hacia el Cielo gritos de angustia, y el Cielo no hace oídos sordos a los llamados de desesperación. Los poderes vindicativos del Más Allá entran en acción. Detrás de los que perecen en las guerras otros surgen, hasta que los invasores flaquean y horrorizados ven que el destino se ha puesto contra ellos. Aquellos que han muerto regresan al Espacio con la aureola del deber cumplido: su ejemplo inspirara a las generaciones por venir.
La lección que se desprende de las guerras consiste en que el hombre debe aprender a elevar sus pensamientos por sobre los tristes espectáculos de este mundo y dirigir sus miradas hacia ese Más Allá de donde le vendrán los socorros, las fuerzas necesarias para emprender una nueva etapa hacia el grandioso objetivo que se le ha asignado. El depositar la mente y el corazón en las cosas materiales nos demuestra que la materia es inestable y precaria. Las esperanzas y glorias que promete carecen de futuro. No hay fortuna ni poder terrenal alguno que este a cubierto de las catástrofes que puedan sobrevenir. Ninguna riqueza o esplendor es realmente duradero, sino son los del Espíritu inmortal. Solo el es capaz de transformar las obras de muerte en obras de vida. Pero, para comprender esta profunda ley es menester la escuela del sufrimiento. Así como el rayo de luz debe ser descompuesto por el prisma para producir los brillantes colores del arco iris, de igual manera el alma humana tiene que ser quebrada por las pruebas para que irradie todas las energías y todas las grandes cualidades que en ella dormitan.
En medio de la desgracia, sobre todo, es cuando el hombre piensa en Dios. Tan pronto como las ardientes pasiones suscitadas por el odio y la venganza se hayan apaciguado, y cuando la sociedad retome su normal ritmo de vida, comienza la misión de los espiritistas. Es entonces cuando tendrá que consolar duelos y curar las llagas morales, y reconfortar a las almas laceradas bajo la lenta, profunda y eficaz acción del dolor, incontables seres se tornan accesibles a las verdades cuyos depositarios responsables somos. Sepamos, pues, los espiritas aprovechar las trágicas circunstancias que atravesamos en una guerra, y la Providencia sabrá obtener que de ellas resulte un bien para la humanidad. Todas las almas fuertes que en medio de la tormenta han mantenido su serenidad pedirán, junto con nosotros y con total confianza, que las pruebas sufridas en una nación en guerra, hagan vibrar en las almas sentimientos de honor, unión y concordia que son medios poderosos de elevación. Por su intensidad, esos sentimientos pueden reaccionar contra las plagas de la sensualidad, el egoísmo, y el personalismo excesivo en los ganadores. Antaño la guerra tenia su trágica belleza, su grandeza. Se luchaba a campo raso, alta la frente y con las banderas desplegadas.
Hoy en día, no hay más que trampas, emboscadas, asechanzas. En los trabajos de la paz como en los de la guerra, los hombres han desnaturalizado empequeñecido y rebajado cuanto fuese grande. Alevosía, perfidia y mentira, son los principios habituales. Las almas de los muertos no son, como creen algunos, entidades vagas e imprecisas. Cuando han alcanzado los grados superiores de la jerarquía espiritual se convierten en poderes irresistibles, en centros de actividad y de vida capaces de ejercer su acción sobre la humanidad terráquea. Por medio de la sugestión magnética pueden inspirar a aquellos a quienes han elegido, haciendo germinar en ellos la idea directriz e incitándolos a actos decisivos que coronara su obra. De esta manera los invisibles se mezclan en las acciones de los vivientes para la realización del bien y el cumplimiento de la justicia eterna. Cuando se lucha en defensa de los débiles y la liberación de los oprimidos los poderes invisibles, las fuerzas divinas se entregan a la labor por ser lucha grande y sagrada, la lucha de la libertad, el derecho y la justicia, contra la brutalidad armada y el despotismo cínico y grosero.
La lucha formidable que se desarrolla entre las naciones y las razas, y las convulsiones que agitan al mundo, plantean los mas graves problemas. Ante este gran drama, la mente humana, ansiosa, se formula mil preguntas. Y hay horas en que la duda, la inquietud y el pesimismo invaden los espíritus más firmes y resueltos. El progreso, ¿es tan solo una quimera?. ¿ Será sumergida la civilización por la ola ascendente de las pasiones brutales?. Los esfuerzos de los siglos por realizar la justicia, la solidaridad y la paz dentro de la armonía social ¿resultaran vanos?. Las concepciones del arte y el genio del hombre, los frutos del pesado e inmenso trabajo de millones de cerebros y de brazos, ¿van a desaparecer arrasados por la tormenta?. El pensador Espiritualista sondea ese abismo de males sin sentir vértigo. Del caos de los acontecimientos extrae la gran ley que todo lo rige. Antes que nada recuerda que nuestro planeta es una morada muy inferior, un laboratorio donde son bosquejadas las almas todavía jóvenes, con sus confusas aspiraciones y sus pasiones desordenadas. Para que las energías, que dormitan ignoradas y mudas en las tinieblas del alma, salgan a la luz, son necesarios los desgarramientos, angustias y lagrimas. Ninguna grandeza puede haber sin el sufrimiento, ninguna elevación sin las pruebas. Si el hombre estuviese exento de las vicisitudes de la suerte, privado de las rudas lecciones de la adversidad, ¿podría templar su carácter, desarrollar su experiencia, valorizar las ocultas riquezas de su alma?. Puesto que el mal constituye una fatalidad en nuestro mundo ¿no existe responsabilidad para los perversos?.
Creer que no la hay seria un error funesto: en su ignorancia y ceguera el hombre siembra el mal y las consecuencias de este recaen pesadamente sobre él mismo, así como sobre todos aquellos que se asocian a sus acciones viles. Tal lo que esta sucediendo en esta hora que vivimos. Dos poderosos monarcas uno protestante y otro católico por ejemplo pueden desencadenar una guerra, preparándolo, calculándolo y combinándolo todo para obtener una victoria aplastante. Pero las fuerzas divinas, los poderes espirituales, intervienen en el conflicto, inspirando heroicas resistencias a las naciones amenazadas y haciendo surgir en ellas tesoros de valor, que anteriormente podrían venir acumulando en el fondo de las almas. Detrás de la humareda de las pasiones que sube desde la tierra, se siente la presencia de un tribunal superior invisible que aguarda el desenlace de los conflictos, para reivindicar los derechos de la eterna justicia. De una manera vaga los combatientes sienten esas cosas, tiene la intuición de que la causa que están defendiendo es justa o injusta y tal impresión va cundiendo poco a poco por todo los rincones del país.
Estas tormentas barren las frivolidades y liviandades con todo lo pueril y mundano, para dejar en pie tan solo aquello que hay en el hombre de mas sólido y mejor. Sin duda alguna, subsisten a un en las almas muchos gérmenes de inmoralidad, corrupción y decadencia después de una guerra, hasta el punto de que a veces podríamos preguntar si esta lección tremenda ha servido para curar los vicios. En cambio de ella, ¡cuantas existencias ficticias, estériles o desordenadas se han hecho mas sencillas y fecundas, o mas puras!. En ciertos aspectos, la vida publica y la privada experimentan una transformación radical. Esa depuración de los hábitos y de los caracteres trae consigo la depuración del pensamiento, sea cual fuere la forma en que este se exprese. El hombre parece haberse desembarazado para mucho tiempo de esa psicología mórbida, de esa pornografía de baja ralea, venenos de las almas que hacían considerar una nación en decadencia.
Claro esta, no echamos al olvido el penoso cortejo de calamidades engendradas en una guerra: las hecatombes espantosas, las vidas desperdiciadas, las ciudades saqueadas o destruidas, violaciones e incendios, ancianos, mujeres y niños despojados, asesinados o mutilados, el éxodo de los rebaños humanos que huyen de sus casa desbastadas: en una palabra, el espectáculo del dolor humano en lo que tiene de más intenso y pungente. Pero,(todo espírita sabe) la muerte no es sino una apariencia: al desprenderse el alma de su envoltura material adquiere mayor fuerza, una mas justa percepción de las cosas, y el ser vuelve a encontrarse mas vivo en el Más Allá. El dolor depura el pensamiento, ninguna pena es perdida, ninguna prueba queda sin compensaciones. Los que han muerto por su país cosechan los frutos del sacrificio, y los sufrimientos de los que sobreviven transmiten a su periespíritu ondas de luz y gérmenes de felicidades venideras. En cuanto a la cuestión del progreso: solo es real y duradero el progreso a condición de que se opere en forma simultánea en sus dos aspectos, el material y el moral. Porque el progreso material es, con demasiada frecuencia, un arma puesta al servicio de las bajas pasiones. La ciencia a provisto a los hombres modernos de formidables medios destructivos: maquinas de todo tipo, explosivos poderoso, cápsulas incendiarias, dispositivos para arrojar combustibles encendidos, gases asfixiantes o corrosivos etc. Aviones y tanques, amplían grandemente el campo de acción de las matanzas.
Todos los perfeccionamientos de la ciencia, hacen desgraciados al hombre cuando este sigue siendo malo. Y tal situación se prolongara hasta que la educación del pueblo siga falseada y sigan ignorando los hombres las leyes del Ser y del destino, así como el principio de las responsabilidades, con sus repercusiones a lo largo de las renacientes existencias del hombre. En lo que atañe al progreso moral, es lento y poco menos que imperceptible en la tierra, por cuanto, la población del globo va aumentando sin tregua con seres que provienen de mundos inferiores al nuestro. Y los Espíritus, que llegan, entre nosotros, a cierto grado de adelanto, evolucionan con provecho hacia humanidades mejores. De ello resulta que el nivel general varia poco y las cualidades morales de los individuos siguen siendo raras y ocultas. El hombre deberá subir aun los duros peldaños del Calvario, a través de espinos y agudas piedras. Las calamidades son el cortejo inevitable de las humanidades atrasadas, y la guerra es la peor de todas. A no ser por ellas, el hombre poco evolucionado se demoraría en las futilezas del camino o se aletargaría en la pereza y el bienestar. Le hace falta el látigo de la necesidad, la conciencia del peligro, para forzarlo a poner en acción las fuerzas que dormitan en él, para desarrollar su inteligencia y afinar su juicio. Todo cuanto esta destinado a vivir y crecer se elabora en el dolor.
Hay que sufrir para dar a luz: esa es la parte que toca a la mujer. Y hay que sufrir para crear: esa es la parte que toca al genio. Las cualidades viriles de una casta se ponen de relieve con más brillo en las horas trágicas de su historia. Si la guerra desapareciera, se extinguirían con ella muchos males, gran numero de errores, pero ¿no genera también el heroísmo, el auto sacrificio, el desprecio por el dolor y la muerte?. Y esas son las cosas que hacen la grandeza del ser humano, las que lo elevan por encima del irracional. Espíritu imperecedero, el hombre constituye un centro de vida y acción que de todas las vicisitudes y pruebas -aun las mas crueles- debe hacer otros tantos procedimientos para irradiar cada vez mas las energías, que duermen en los mas recónditos hondones de si mismo.
Las grandes emociones nos hacen olvidar las preocupaciones pueriles, a menudo frívolas, de la vida, abriendo en nosotros las influencias del Espacio. En los mundos evolucionados, entre las humanidades superiores a la nuestra, las calamidades no tienen ya razón de ser. La guerra no existe allí, pues la sabiduría del Espíritu ha puesto fin a toda causa de conflicto. Los que moran en las esferas venturosas, iluminados por las verdades eternas y poseedores de los poderes de la inteligencia y el corazón, no necesitan ya de esos estimulantes para despertar y cultivar los escondidos recursos del alma. El sufrimiento es el gran educador, así de los individuos como de los pueblos. Cuando nos apartamos del recto camino y resbalamos hacia la sensualidad y descomposición moral, el sufrimiento, con su aguijón, nos hace volver a la senda del bien. Tenemos que padecer para desarrollar en nosotros la sensibilidad y la vida. Es esta una ley seria, y austera, fecunda en resultados. Hay que sufrir para sentir y amar, para crecer y elevarse. Solo el dolor pone termino a los furores de la pasión, despierta en nosotros las reflexiones profundas, revela a las almas lo que en el universo hay de más grande, bello y noble: la piedad, la caridad y la bondad...
Es tiempo ya de que el hombre aprenda a conocerse a si mismo gobernar las fuerzas que en él residen: si supiera que todos los pensamientos y todos los actos egoístas, o envidiosos, contribuyen a acrecentar los poderes maléficos que sobre el se ciernen, alimentando las guerras y precipitando las catástrofes, cuidaría más su conducta y con ello muchos males serian atenuados. Solo el espiritismo puede ofrecer esta enseñanza. Todos los espíritas tiene el deber de difundir en su entorno la luz de las eternas verdades y el bálsamo de las consolaciones celestiales, tan necesarias en las horas de pruebas que atravesamos.
Es menester asistir a la humanidad dolorida y ofrecerle las perspectivas reconfortantes de lo invisible, del Más Allá, demostrándoles la certidumbre de la supervivencia del alma, el jubilo del reencuentro para aquellos a quienes la muerte separo. Es menester que vallamos al pueblo que carece de ideal, a los humildes y pequeños a los cuales el materialismo engaña, pues solo sabe desarrollar en ellos la avidez de placeres y los sentimientos de odio y envidia, debemos ir a ellos llevándoles la enseñanza moral, la alta y pura doctrina que alumbra el porvenir y nos muestra como la justicia se consuma por medio de las vidas sucesivas.
Todos los que, amando la justicia, la buscan en el ámbito estrecho que su mirada abarca, rara vez la encuentra en las obras del hombre, en las instituciones de este bajo mundo. Ensanchemos, pues, nuestros horizontes: entonces la veremos expandirse en la serie de nuestras existencias a lo largo de los tiempos, por el simple mecanismo de los efectos y las causas. Tanto el bien como el mal se remontan siempre a su fuente de origen. El crimen recae siempre sobre sus autores. Nuestro destino es obra de nosotros mismos, pero solo se esclarece por el conocimiento del pasado. Para captar su eslabonamiento hay que ir mas arriba y contemplar desde allí, en su conjunto, el panorama viviente de nuestra propia historia. Ahora bien, esto Será solo posible para el Espíritu que se encuentre desprendido de su envoltura carnal, ya sea por medio de la exteriorización durante el sueño, ya debido a la muerte. Entonces, las sombras y contradicciones del presente surge para él viva luz. La gran ley se le aparece en la plenitud de su brillo y en su soberana majestad, regulando la ascensión de los seres. La verdad, para descubrirla, hay que elevarse hasta las regiones serenas a las que no llegan las pasiones políticas y donde no reinan los intereses materiales.
Interroguemos a los grandes muertos e inspirémonos con sus consejos. Ellos nos confirmaran la existencia de esas leyes superiores fuera de las cuales toda obra humana es impotente y estéril. A pesar de ciertas teorías, lo que hace falta sobre todo, para realizar la paz social y la armonía entre los hombres, es el acuerdo intimo de las inteligencias, las conciencias y los corazones. Solo puede darlo una gran doctrina, una revelación superior que trace el rumbo humano y fije los deberes comunes. En la historia del mundo las calamidades son muchas veces signos precursores de nuevos tiempos, el anunciado de que se esta preparando una transformación y la humanidad va a experimentar profundos cambios. La muerte ha causado numerosos vacíos entre los hombres, pero Entidades mas evolucionadas vendrán a encarnar en la tierra.
Las incontables legiones de almas liberadas por la contiendas bélicas se ciernen sobre los hombres, ávidos de participar en sus trabajos y esfuerzos, de comunicar -a los que aquí dejaron- confianza en Dios y fe en un futuro mejor. Su acción se extiende y va imponiéndose cada vez más. Y suscita testimonios inesperados que, a veces, provienen de muy arriba. Como un diario de 1919 titulado "El hombre libre" que en su edición decía: Nuestros muertos queridos, están al lado de nosotros y la humanidad se compone de mayor numero de difuntos que de vivientes. Somos gobernados por los muertos. Hoy en día, un gran soplo esta pasando sobre el mundo y lleva a las almas hacia una síntesis, en la que cuanto hay de bueno y verdadero en las antiguas creencias viene a agregarse a las obras de la ciencia y del pensamiento moderno, para estructurar el instrumento por excelencia de la educación y la disciplina sociales.
A veces, las sombras se tornan mas densas y se hacen mas negra la noche en torno nuestro. Se multiplican los peligros y terribles amenazas pesan sobre la civilización. Pero en esas horas sentimos que nuestros grandes hermanos del Espacio están más cerca de nosotros. Sus fluidos vivificantes nos sostienen y penetran. Gracias a ellos se encienden en el horizonte resplandores de aurora que iluminan nuestra ruta. En medio del caos de los acontecimientos, un mundo nuevo se esboza...

DIVALDO FRANCO HABLA SOBRE LOS OVNIS




Periódicamente se generalizan conceptos e informaciones que fascinan a las criaturas, más por la extravagancia de sus propuestas que por su realidad sospechosa.
Toman cuerpo e impactan, formando corrientes que disputan superioridad.
Al principio, son rechazados, recibidos con sospecha y considerados reprochables.
A algunas personas de comportamiento maleable o tendentes a la fantasía, consiguen impresionar con facilidad, encontrando, en ellas, defensores, adeptos fervientes.
Al paso del tiempo, por ser muy comentadas, se propagan adquiriendo tintes de verdad que se transmiten con celeridad, pese a la falta de estructura que no resiste una investigación seria o porque no se sustentan en bases seguras.


Por sus características extrañas ofrecen campo a devaneos mentales, mezclándose con ocurrencias reales y convirtiéndose en verdadero pandemónium cultural que pasa, con sus argumentos confusos, a una situación pseudo científica.

En el futuro se presentaran con ciudadanía intelectual y confundirán a los individuos inadvertidos, no acostumbrados a razonamientos más profundos.

Ni siquiera los mismos acontecimientos verdaderos se vieron libres de tales aficionados a la fantasía que, sin capacidad para un examen del hecho con el cuidado de rigor, lo toman en cuenta, lo adoptan y, con esa disposición exagerada, desvalorizan para los científicos y razonables aquello que les gustaría divulgar.
Sin discutir la legitimidad o no de los objetos voladores no identificados - OVNIS - tal cuestión, muy delicada por las circunstancias de que se reviste, ha suscitado desprecio y constantes dudas, como resultado de afirmaciones absurdas que corren por el mundo, produciendo histeria en las personalidades nerviosas, alucinación en los individuos sugestionables y descrédito en los caracteres que investigan y esperan la comprobación mediante los hechos.

El Espiritismo, en su aspecto de Ciencia del ser inmortal, siempre impone una conducta compatible con su estructura doctrinaria: dejar a la investigación científica la palabra, cuando se trate de cuestiones que le digan al respecto de acatar esas conclusiones, hasta que otras mejores o más bien fundamentadas vengan a substituirlas.
No opina, excepto cuando puede demostrarlo por medio de la experiencia de laboratorio, aunque éste sea el mediúmnico.
De otra forma, el Espiritismo no tiene prisa para incorporar en su campo de informaciones, novedades o incoherencias que puedan ser consideradas complementos o desdoblamiento de sus tesis, o bien actualización de sus enseñanzas, en forma de connivencia con todo lo que necesita comprobación y resistencia al tiempo en sus conquistas continuas.

Se vive un momento cultural en la Tierra, en el cual, surgen y desaparecen novedades ante el claro sol del conocimiento científico.

Mitos, ídolos y supersticiones aparentemente bien estructurados, son destrozados a cada instante, en el esfuerzo que el hombre realiza para equilibrarse y sostenerse en realidades que no le defrauden.
Por esto, es factible una postura de observación tranquila por parte del adepto del Espiritismo, al respecto de informes y narraciones rotulados de verdaderos por quienes se presentan como testigos de los mismos.

No es que se deba dudar de todas las criaturas, sino que es necesario tener un criterio de evaluación razonable al respecto de todo, sin los arrobos de la emoción.

Los bólidos, las reacciones atmosféricas, los artefactos fabricados por los hombres aumentan cada día más en nuestros espacios siderales, produciendo efectos luminosos que dan impresiones muy equivocadas a quienes los ven, sin el indispensable conocimiento para analizarlos convenientemente.

Es punto definido en Doctrina Espirita la creencia en los mundos habitados que, poco a poco, los astrónomos confirman, partiendo de premisas para los resultados de concepciones matemáticas, y de éstas para los exámenes de radiofotografías y materiales obtenidos fuera de la Tierra, pero que Allan Kardec recibió por intermedio de las comunicaciones mediúmnicas de los seres que afirmaban vivir en otros planetas.
Ciertamente, en cada lugar donde la vida se presenta hay condiciones que propician su aparición y, a la vez, allí se caracteriza por los factores que le dan origen. Es decir, que en cada mundo, la vida dispone de requisitos propios a su habitat difiriendo de aquellos que son conocidos entre los terrícolas. Además, cuando nos referimos a la vida, especialmente a la inteligente, no nos comprometemos con aquella de naturaleza so­lamente corporal, con las características humanas conforme nuestro patrón conocido.

A la vez, tampoco nos permitimos divagaciones imaginativas, que faculten concepciones extrañas y absurdas para llenar el vacío de nuestro desconocimiento.

Aceptamos lo lógico, lo comprendemos, y aguardamos la oportunidad de profundizar en conocimientos e indagaciones.

Este es un comportamiento razonable, filosóficamente, y científico, experimentalmente.

Que los seres de otras dimensiones, de otros Orbes se comuniquen con los hombres, no hay duda. Que ellos ya hayan estado en la Tierra, algunas veces, quizás construyendo algún tipo de civilización, lo demuestran los monumentos arqueológicos; los monolitos de lava volcánica trabajada; las señales de sustancias radiactivas en regiones donde no las hay y que hacia allí fueron llevadas; los dibujos en cuevas que hacen recordar los trajes espaciales y, antiguas leyendas, inclusive bíblicas, de "los ángeles que descendieron de los cielos" para convivir con las criaturas humanas...

El conocimiento libera al hombre de la ignorancia, estructurándole emocional y psíquicamente, armándole de valores éticos para una existencia digna.

Por eso, una creencia que no resista el cuestionar de la ciencia, es errónea, manteniéndose por poco tiempo, ya que, por falta de fundamentos, se desmorona por sí misma.

La razón es la conductora del pensamiento que se debe apoyar en la ciencia para conquistar y conducir la existencia humana a su verdadero desiderátum, sin comprometerse con teorías absurdas y concepciones fantasiosas, imaginativas.

Miguel Vives Espiritista




El Espiritista Miguel Vives
Apodado "El Apostol del Bien" por su gran caridad humana
LA VIDA DE MIQUEL VIVES Y VIVES FUE MEJORANDO A TRAVÉS DE LOS AÑOS, HASTA LLEGAR A ENCONTRAR SU PUNTO MÁS ÁLGIDO DENTRO DEL ESPIRITISMO
Miquel Vives y Vives ha sido todo un referente dentro de la doctrina espírita de nuestro país, siguiendo los pasos del que fue su referente, el conocido y popular Allan Kardec.


Desde el momento que Miquel Vives comenzó a ilustrarse del espiritismo divulgado por el maestro Allan Kardec, no tuvo otro objetivo en la vida que seguir estudiando esta doctrina y divulgar sus enseñanzas a los demás.

Con los años fue apodado "el Apóstol del bien" debido a su gran caridad humana que mostraba con sus semejantes, y a día de hoy cuenta con una calle con su nombre en la ciudad barcelonesa de Terrassa.
ESPAÑA ES EL PAÍS PIONERO EN PRESENTAR UNA PROPUESTA AL PARLAMENTO DE ENSEÑANZA SOBRE LA DOCTRINA ESPÍRITA Y EN CELEBRAR UN CONGRESO SOBRE ESPIRITISMO EN EL AÑO 1.888 EN LA CIUDAD DE BARCELONA
Miquel Vives nació en Barcelona en el año 1.842, desde niño sufrió una oleada de tristeza y dolor que comenzó a los dos años cuando su madre perdió la vida y a los once ya se encontraba sin padre ni madre, quedando al cuidado de su hermano, unos años mayor que el.
Durante la próxima década Miquel mantuvo siempre el recuerdo de la tragedia, sobre todo de la memoria de su padre que era de quién tenía algunos recuerdos, ya que su madre falleció cuando el aun no tenia uso de razón y no llegaba a recordar nada de ella.
Con 24 años contrajo matrimonio con la que había sido su novia durante algunos años. Este noviazgo le hizo olvidarse por momentos de su difícil niñez y llegar a convertirse en un joven feliz y alegre, sin embargo en su luna de miel, la tragedia volvió a presentarse ante el de forma debastadora. Su esposa fallece de manera inesperada, lo que crea en Miquel una tremenda depresión que le causa una enfermedad física y mental impidiéndole realizar una vida social normal, durante la cual perdió el contacto con sus amigos debido a que no salía de casa y estos fueron poco a poco dejando de ir a visitarlo, el único calor humano que tenía era el de sus suegros, sus cuñados y su hermano, los cuales lo arroparon en todo momento.
En 1.871 Miquel vives se traslada a vivir junto con sus cuñados a la ciudad de Terrassa, a los pocos meses de estar viviendo en la ciudad egarense, Augusto, hermano de Miquel, le hace unos comentarios sobre algo desconocido por él hasta la fecha "espiritismo" la verdad es que Miquel al principio se muestra escéptico ante las palabras de su querido hermano, sin embargo confía tanto en el que decide interesarse por el tema y acepta los libros que Augusto le ofrece, del autor, que pocas horas después se convertiría en su insignia a seguir, es el ilustre Allan Kardec.
Después de leer las primeras páginas de una de las obras de Kardec, Miquel se da cuenta de que ha encontrado su camino, el que le llevará hacía la salvación de su estado de salud, y en poco tiempo comienza a divulgar las enseñanzas que Allan Kardec comenta en sus libros.
MIQUEL VIVES FUNDÓ EN EL AÑO 1.871 EN TERRASSA EL CENTRO ESPÍRITA "FRATERNIDAD HUMANA" Y EN LA ACTUALIDAD SIGUE UBICADO EN EL MISMO LUGAR Y CONSERVA EL MISMO NOMBRE
A finales de 1.871 Miquel comienza a celebrar reuniones privadas en casa de amigos donde practican el espiritismo y la mediunidad, pocos meses después funda en Terrassa junto con este grupo de compañeros el centro espírita "fraternidad humana" donde continúan con sus estudios y divulgaciones del espiritismo, actualmente este centro sigue abierto en la calle Blasco de Garay y conserva el mismo nombre.
Además Miquel comenzó a raíz de aquí, a adquirir ciertas facultades de mediunidad y sanación que irían mejorando con el paso de los años, llegando a convertirse en el salvador de aquellas personas sin recursos económicos para pagar los servicios de un médico, ya que Miquel dedicó parte de tu tiempo a compaginar la doctrina espírita con el estudio de la medicina.
Pasados algunos años Miquel conoció en su circulo de amistades a una mujer que encandiló su alma y que además era seguidora de esta doctrina, por lo cual después de un corto noviazgo se casó por segunda vez y llegó a tener dos hijos.
En 1.873 este incansable espiritista participio en la propuesta que se presentó en el parlamento español de enseñanza sobre esta doctrina, siendo nuestro país el pionero en este campo.
MIQUEL VIVES SE PREOCUPA POR AYUDAR A LOS MÁS DESFAVORECIDOS, LLEGANDO A RECIBIR EL APODO DE "EL APÓSTOL DEL BIEN"
Miquel Vives empieza a ser conocido en Terrassa no solo por el espiritismo, también por su gran caridad humana, ya que intentaba ayudar a todos los desfavorecidos que podía, se comenta que solía invitar a los mendigos a su casa para darles de comer, incluso invitó a un gran número de indigentes a la boda de su hija Micaela para hacerlos partícipes de su gran felicidad por ese evento.
El año 1.882 sería un tanto agridulce para Miquel Vives, ya que la tragedia volvió a cobrar sentido en su vida y su hijo de nueve años falleció de forma trágica, cosa que afecto a Miquel como padre que era, sin embargo lo aceptó de otra forma debido a la mentalidad trascendental que había adquirido a través de la doctrina espírita.
En ese mismo año creó una asociación que estaba integrada por otros grupos y que nombró Federación espírita del Valles, de la cual surgió con el paso del tiempo la Federación catalana de espiritismo.
En el año 1.888 organizó y participó en un congreso pionero en el mundo sobre espiritismo, que se celebró en la ciudad de Barcelona.
En el año 1.981 Miquel se trasladó a Barcelona donde vivió hasta el 28 de Enero de 1.906, fecha en la que falleció y por fin descubrió aquellas incógnitas que habían marcado su vida sobre la trascendencia del mundo de los vivos al de los muertos.
Miquel Vives y Vives fue una persona muy querida en Terrassa, por lo cual fueron más de 5.000 personas las personas que desfilaron por delante de su ataúd para darle el último adiós, además las fabricas y comercios cerraron sus puertas para que los trabajadores pudieran asistir al entierro y despedirse así de este gran hombre que tanto había ayudado a los menos favorecidos de la ciudad.
El apodado "Apóstol del bien" tiene una calle con su nombre en Terrassa "calle Miquel Vives" está situada en una travesía de la Av. Barcelona, y cruza las barriadas de Can Anglada y Escuelas.
Al final de sus días Miquel Vives nos dejó varias obras para el recuerdo, las dos más conocidas fueron "Guía Práctica del Espirita" y "El Tesoro de los Espiritas", también fue el fundador de la desaparecida revista "Unión" que trataba sobre todo temas relacionados con la reencarnación y fue socio honorario de la revista "la Doctrina".

LA GENÉTICA ANTE LA DOCTRINA ESPIRITA





ALGUNOS COMENTARIOS



     Recientemente, nació en España un bebe seleccionado genéticamente para curar  una enfermedad de otra persona. Javier es el octavo bebe nacido en Andalucía sin enfermedad hereditarias, gracias al Diagnostico Genético Pre-Implantatorio-  DGP.

     La técnica puede ser aplicada para enfermedades como fibrosis quística, hemofilia A y  B, distrofia muscular y el mal de Huntington, entre otras. Si las dolencias siempre presentan un componente genético, aunque débil, intentar abordarlo es neutralizarlo, es benéfico en términos de salud pública.

     En Portugal, dos gemelos sanos, con 16 semanas, son la prueba del éxito de la prueba desarrollada en Porto por un grupo de investigadores. La madre, de 24 años  y portadora de paramielosis,  vulgarmente conocida por la enfermedad  de los piececitos, recurrió a un proceso de fertilización “in-vitro”, que permitió obtener el diagnostico genético del embrión, antes de su implantación  en el útero.

     La transferencia fue bien realizada y el examen prenatal, de las 16 semanas, confirmó la salud de los bebes. Sin embargo aunque su aplicación no sea muy común, ya fueron desarrollados casos de diagnostico genético, para diversas enfermedades, especialmente para anomalías cromosómicas.

     La combinación del conocimiento genético con los avances de la tecnología reproductiva, ya permite a los padres, seleccionar algunos de los genes  que quieran (o no) transmitir a sus hijos.

     Más, entretanto, insertar genes en embriones es una tecnología llena de imperfecciones, con más riesgos que beneficios, y que deberá demorar, aun, algunas décadas antes de alterarse la situación. Será posible, “producir” bebes resistentes al cáncer, a las enfermedades cardiacas y mentales y, hasta, al AIDS.

     Estamos convencidos, de que el conocimiento de la condición de riesgo genético de cada ser, se torna necesario y obligatorio para la prevención de la enfermedad, constituyéndose en una tecnología social, que puede establecer la relación del individuo consigo mismo, con la familia y con la sociedad.

     Todavía opciones legales, podrán bloquear esos avances de la genética, que entre los científicos, no son aceptadas, unánimemente, bajo el punto de vista ético.

     El tema puede llevarnos a reflexionar, también, sobre el nefasto eugenismo  de Francis Galton , que permanece como la fianza científica, de toda pretensión  a predecirse el futuro de un individuo.

     La doctrina de  la Eugenia, fundada por Galton, tenía como principio generar una élite genética por el control riguroso de la reproducción humana, favoreciendo la perpetuación de los individuos, con caracteres de comportamiento deseables y  desterrando a los indeseables.

     Sabemos que algunos Estados totalitarios, del siglo XX, llegaron a adoptar la Eugenia como programa de desenvolvimiento social con trágicas consecuencias.

     ¿Qué es lo  que puede ocurrir con la disponibilidad comercial de pruebas, relativas a características humanas complejas, para aplicación en embriones “in-vitro” en procedimientos de diagnostico genético pre-Implantatorio?
     Es interesante revelar  que, mucho antes de la hereditariedad fuese explicada en bases  biológicas, hoy, bases genéticas, a las nociones de SANGRE y parentesco, eran usadas para explicar las desigualdades sociales.

     La superioridad de la SANGRE AZUL era tema, históricamente discutido, y que refleja intereses de castas.

     Poco a poco, a los descubrimientos científicos, en el campo de la genética, se le fueron sumando, aflicciones de orden moral y ético: en consecuencia, de esas dudas e inquietudes, es que surgió un nuevo campo de estudio: “la Bioética, que objetiva orientar a los profesionales y a la sociedad, como un todo en cuanto a los rumbos, aplicaciones y limites relacionados a la cuestión”.

     No se puede olvidar que la Genómica es una actividad,  que en sus redes y vínculos institucionales, políticos y económicos, se organiza bajo la dirección de la poderosa industria biotecnológica, representante privilegiada del capital globalizado.

     “Envuelven, también,  a políticos y gestores preocupados con el aumento de los gastos públicos en salud, con  el bienestar de las poblaciones. "

     La genética ha sido responsable por una enorme variedad de contribuciones prácticas, en varios campos de la ciencia como la biología, la medicina, la veterinaria y la agricultura.

      Las posibilidades  de la Engenharia Genética son inimaginables. Sin embargo, en la Genética, la cuestión crucial no es lo que puede ser hecho, y si lo que debe ser hecho, con responsabilidad, buen sentido y ética.
 La Engenharia Genética es vista con naturalidad por el Espiritismo, como se puede ver en la respuesta del Espíritu Emmanuel, en el caso de la fecundación        asistida: ¿“Tales espíritus vienen a la luz mediante preparación espiritual? – Si, (…) obedecen a los Planos Superiores”.

     El Espiritismo debe aceptar las investigaciones y revelaciones de la Ingeniería Genética, desde que tengan por objetivo la mejoría de la salud humana, cuando es dirigida, esencialmente, para el bien de la humanidad.
 En suma, con relación al tema, hacemos nuestras las afirmativas de Eurípides Kühl, “Proveyendo dolencias, es más fácil tratarlas. Menos  dolencias, menos dolor. Menos dolor, más evolución espiritual. Más evolución espiritual, más amor entre los hombre. Y más amor, más próximos a Dios.
- Jorge Hessen-



Cabe al tiempo

No te quejes: Trabaja
No te irrites. Silencia
No pares. Sigue adelante
No discutas. Demuestra
No condenes. Ampara
No critiques. Bendice.
Habla, auxiliando para el bien.
Sirve sin reclamar. No te pierdas en palabras vacías.
Cabe al tiempo esclarecerlo todo en nombre de Dios.
Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Cándido Xavier, CEU)