sábado, 16 de junio de 2012

Perdón y Olvido de las Ofensas

Perdón y olvido de las ofensas ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano? Le perdonarás no siete veces, sino setenta veces siete veces. Aquí tenéis una máxima de Jesús que debe llamar vuestra atención, y hablar muy alto a vuestro corazón. Fijáos en esas palabras de misericordia de la oración tan sencilla, tan reasumida y tan grande en sus aspiraciones que Jesús da a sus discípulos, encontraréis siempre el mismo pensamiento. Jesús, el justo por excelencia, responde a Pedro: Tú perdonarás, pero sin límites; tú perdonarás siempre que ofensa te sea hecha; tú enseñarás a tus hermanos ese olvido de sí mismo que le hace invulnerable contra el ataque, los malos procederes y las injurias; tú serás benigno y humilde de corazón no midiendo nunca tu mansedumbre; tu harás, en fin, lo que desees que el Padre celeste haga por tí; ¿no tiene El que perdonarte muy a menudo, y cuenta, acaso, el número de veces que su perdón desciende a borrar tus faltas? 

Escuchad, pues, esa respuesta de Jesús y, como Pedro, aplicáosla; perdonad, sed indulgentes, caritativos, generosos y hasta pródigos de vuestro amor. Dad, porque el Señor os dará; perdonad, porque el Señor os perdonará; bajáos, porque el Señor os levantará; humilláos, porque el Señor os hará sentar a su derecha. Id, amigos míos, estudiad y comentad estas palabras que os dirijo de parte de Aquél que desde lo alto de los esplendores celestes, tiene siempre la vista dirigida hacia vosotros, y continúa con amor la tarea ingrata que empezó hace dieciocho siglos. 

Perdonad, pues, a vuestros hermanos, como tenéis necesidad de que os perdonen a vosotros mismos. Si sus actos os han perjudicado personalmente, mayor motivo tenéis para ser indulgentes, porque el mérito del perdón es proporcionado a la gravedad del mal, y no habría ninguno en perdonar los daños de vuestros hermanos si sólo os hubiesen hecho pequeñas heridas. 

Espiritistas, no olvidéis nunca que tanto en palabras como en acciones, el perdón de las injurias no debe ser una palabra vana. Si os llamáis espiritistas, sedlo pues; olvidad el mal que os han podido hacer y no penséis sino en una cosa: el bien que podáis hacer. 

El que ha entrado en este camino, no debe separarse de él ni con el pensamiento, porque sois responsables de vuestros pensamientos, que Dios conoce. 

Haced, pues, que estén despojados de todo sentimiento de rencor; Dios sabe lo que mora en el fondo del corazón de cada uno. Feliz, pues, aquel que todos los días puede dormirse, diciendo: "Nada tengo contra mi prójimo". (Simeón, Bordeaux, 1862). 


Perdonar a sus enemigos es pedir perdón para si mismo; perdonar a sus amigos es darles una prueba de amistad; perdonar las ofensas es reconocer que uno se vuelve mejor. Perdonad, pues, amigos míos, a fin de que Dios os perdone, porque sois duros, exigentes, inflexibles, y si además tenéis rigor por una ligera ofensa, ¿cómo queréis que Dios olvide, cuando todos los días tenéis gran necesidad de indulgencia? ¡Oh! desgraciado aquel que dice: "Yo no perdonaré nunca", porque pronuncia su propia condenación. ¿Quién sabe, además, si descendiendo en tí mismo, no has sido tú el agresor? ¿Quién sabe, si en esa lucha que empieza por un alfilerazo y concluye por un rompimiento, tú empezaste por dar el primer golpe? ¿Si tal vez te ha escapado una palabra ofensiva? ¿Si no has usado de toda la moderación necesaria? Sin duda tu adversario no tiene razón en manifestarse demasiado susceptible, pero esto es una razón para que seas indulgente, y no merezca los reproches que le diriges. 

Admitamos que tú hayas sido realmente el ofendido en alguna circunstancia; ¿quién te dice que tú mismo no hayas envenenado el asunto con las represalias, y que hayas hecho degenerar en querella formal lo que fácilmente hubiera podido quedar en olvido? 

Si dependía de ti el impedir las consecuencias, y no lo has hecho, eres culpable. Admitamos, en fin, que no tengas ningún cargo que hacerte; entonces tendrás mucho más mérito eu demostrate clemente. Mas hay que dos modos muy diferentes de perdonar: hay el perdón de boca y el de corazón. Muchas personas dicen que perdonan a su adversario, mientras que interiormente experimentan un placer secreto del mal que les sucede, diciendo para sí: esto es lo que él merece. Otros dicen "yo perdono" y añaden: "pero no me reconciliaré nunca; no lo volveré a ver en mi vida". ¿Acaso es esto el perdón según el Evangelio? No; porque, el verdadero perdón, el perdón cristiano, es aquel que echa un velo sobre lo pasado, el único que os será tomado en cuenta, porque Dios no se contenta con las apariencias; sondea el fondo de los corazones y los pensamientos más secretos; no se le contenta con palabras y vanos simulacros. 

El olvido completo y absoluto de las ofensas es propio de almas grandes; el rencor siempre es una señal de bajeza y de inferioridad. No olvidéis que el verdadero perdón se reconoce en los actos mucho más que en las palabras. (Pablo, apóstol, Lyon, 1861). 

Extraído de: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec

Los desastres naturales

Los Desastres Naturales: 
Conozca lo que dicen los espiritus y Kardec sobre el tema.

Tsunami Asia 2004

California - 2005

Haiti 2010
Entrevista con Divaldo Pereira Franco sobre las Muertes Colectivas
Hemos visto diversos acontecimientos que acabaron en muertes colectivas en varios lugares del mundo, algunos de magnitudes mayores que los otros. ¿Cuál es la visión espírita sobre las muertes colectivas?
Divaldo Pereira Franco El eminente Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, tuvo el cuidado de preguntar a los Espíritus sobre esos flagelos destructores, conforme la pregunta nº 737, de El Libro de los Espíritus, y ellos contestaron que esos fenómenos ocurren para hacer progresar a la Humanidad.
La destrucción es necesaria para que haya la regeneración moral de los Espíritus que, en cada nueva existencia, suben una grada en la escalera del perfeccionamiento. Es necesario que se vea el objetivo, para que los resultados puedan ser apreciados. Solamente desde vuestro punto de vista personal los apreciáis; de ahí viene que los califiquéis de flagelos, por culpa de los perjuicios que os causan. Son, pues necesarios, tales flagelos, porque despiertan la conciencia humana hacia la solidaridad y para la imprescindible auto iluminación.
2. ¿Todas las personas que desencarnan colectivamente, tienen necesariamente vínculos con el pasado?
DPF: Sin ninguna duda. Cuando ocurre una calamidad generalizada, aquellos que se encuentran involucrados en el proceso de rescate están liberándose de un compromiso colectivo que fue asumido anteriormente, en cuyo período se practicaron males innombrables contra el ser humano aisladamente y la sociedad en general. No siempre, sin embargo, hay vínculos individuales, unos con otros, siendo parte del grupo por afinidad vibratoria.
3. En la Revista Espírita de 1858, el Espíritu San Luís, afirma que, cuando una existencia ha sido puesta en peligro es una advertencia deseada antes de la encarnación, para desvío del mal y hacer que el individuo se torne mejor. ¿Sería esto la causa por la cual algunas personas no son alcanzadas durante una catástrofe?
DPF: No pocas veces se encuentran personas no vinculadas de necesidad de los flagelos destructores, en el momento en que ocurren. Sin embargo, son invitadas a graves reflexiones propias salvándose, a fin de que sus existencias se tornen provechosas, modificando la conducta y ampliando el área de servicio iluminativo personal y en beneficio de la humanidad.
Por esta razón, muchos hombres y mujeres que se encuentran en el seno de los sucesos
lamentables se salvan de forma, a veces, inexplicable, como ocurrió en el tsunami y siempre sucede en otros sucesos no menos dolorosos.
4. Desencarnaciones colectivas como las que ocurrieron en Paraguay (incendio en un supermercado en Asunción), o en Argentina (incendio en una discoteca en Buenos Aires) tiene cierta similitud con la tragedia del Circo, en Niterói, Brasil, hecho narrado por Humberto de Campos, a través de la psicografía de Chico Xavier, en la cual, las víctimas del incendio eran antiguos romanos que llevaron a jóvenes cristianos entregarlos a la muerte en la arena... En su opinión, ¿estos hechos recientes, serían rescates de similar origen?
DPF:Sí. Sin embargo, no necesariamente reuniendo verdugos de los cristianos en días del pasado.
La Humanidad ha vertido tantas lágrimas con las tragedias ocasionadas con religiosos intolerantes como a través de gobiernos arbitrarios, por políticos deshonestos y violentos
como por medio de hábiles negociantes que explotan a las masas, llevándolas a la miseria y
al sufrimiento...
Periódicamente la Divinidad reúne a esos agresores de la Conciencia Cósmica de diversos períodos y los invita a la desencarnación en masa, dolorosa, aflictiva, de modo que rescaten los débitos cometidos, sin que sean necesarios otros agentes humanos para hacerlo.
Algunos, que desencadenan las tragedias, por ignorancia, locura o perversidad, se tornan, sin darse cuenta, instrumentos de la Ley Soberana, dando así continuidad a la irrefutable labor de purificación propuesta por la Justicia Divina.
5. Recordamos al Espíritu André Luiz, en el libro «Nuestro Hogar», narrando sobre la preparación del plano espiritual para una gran tragedia, que sería la Segunda Guerra Mundial.
¿Podría narrarnos cómo los Espíritus actúan desde el otro lado de la vida ante estos hechos?
DPF: Conforme nos enseña El Libro de los Espíritus, en la Parte 2a., Capítulo IX, especialmente las preguntas de nºs. 537 y siguientes, hay Entidades que presiden los fenómenos y los dirigen de acuerdo con las atribuciones que tienen.
En la tradición de todos los pueblos existen esos arquetipos procedentes de las generaciones anteriores, que informan sobre la existencia de elementales, gnomos, hadas, genios, sílfides, elfos, salamandras, orixás..., que son responsables de los fenómenos
de la Naturaleza, tanto en la construcción como en la destrucción, de forma que la Tierra alcance su nivel más elevado en la condición de mundo de regeneración.
Bajo el comando de Espíritus nobles y sabios, verdaderos ingenieros siderales que planean los sucesos de cualquier matiz en el planeta terrestre, aquellos cooperadores son incumbidos de realizarlos, de la misma forma que sucede en nuestra sociedad, en lo concerniente al progreso individual y al de las masas.
Después de estudiar las necesidades de aquellos que estarán incluidos en la depuración a través del flagelo destructivo, elaboran las acciones, utilizándose de los fenómenos geológicos (como en el caso del tsunami), otros de naturaleza diversa (incendios, conflictos armados, guerras, accidentes colectivos) o se responsabilizan de su resultado, atendiendo, de ese modo, a los objetivos de la evolución.
6. Sabemos a través de revelaciones mediúmnicas y para nuestra ilustración, la causa
pasada de las personas que desencarnaron durante catástrofes, en el caso específico del tsunami, en el mar Índico, con más de 250 mil muertes, ¿Cuál sería el origen? ¿Los Espíritus Benévolos le han informado algo al respecto?
DPF: En comentario particular, sin que yo pueda demostrar su legitimidad, el Espíritu Joanna de Ângelis me informó que las víctimas del fenómeno destructivo a que nos estamos refiriendo, fueron parte de las antiguas legiones bárbaras que destruyeron, prácticamente Europa y otros pueblos, en el pasado, especialmente, Alarico I y sus ejércitos, cuando sometieron a su talante cruel varios países, incluyendo a Tracia y Grecia, habiendo amenazado antes Constantinopla y, cuando conquistando Roma, la saquearon y quemaron durante seis días, que se prolongaron por mucho tiempo, en el año 410 (d.C.), en que también él desencarnó...7. Finalmente, ¿Cómo ve la acción solidaria y ayuda humanitaria de los países desarrollados,
ante el sufrimiento de los países afectados?
DPF: La Humanidad está constituida por Espíritus en estados primarios, pero también por aquellos que ya alcanzaron un estado más elevado estado de evolución y que constituyen
ejemplos que arrastran las multitudes. Infelizmente, han ocurrido fenómenos sociales lamentables, por culpa de la indiferencia de algunos líderes, sin embargo, avanzamos con el progreso rumbo a la felicidad que es improrrogable bajo el comando de Jesús.
Es natural, por tanto, que todos los pueblos se unan y se ayuden recíprocamente, ya que esos fenómenos dolorosos volverán a ocurrir, posiblemente más severos, exigiéndonos
cuidados y atención, mientras aguardamos que sucedan y donde vuelvan a ocurrir.
Se reconoce la madurez espiritual de un pueblo por sus sentimientos de fraternidad, de solidaridad humana, y no solamente por sus conquistas científicas y tecnológicas, que aunque auxilienmucho, no impiden que ocurran flagelos destructores de este y de otros aspectos.

Desde la antigüedad, grandes tragedias se abaten sobre la Humanidad. A fenómenos naturales – ciclones, maremotos, volcanes – se han sumado situaciones tormentosas
desencadenadas por la acción humana, como incendios, derrumbes de construcciones y genocidios.Ya lo largo de la gran epopeya humana siempre se ha preguntado:
¿por qué?
DPF: Para los que creen en la bondad, en la misericordia y en la justicia de Dios, las interrogaciones son aún más profundas.
En fin, ¿cuáles son las razones para que el Creador permita que sus hijos – aparentemente inocentes – sean víctimas de las catástrofes que dejan detrás de sí la muerte, la miseria, la enfermedad, la orfandad y la viudez, y que hacen infelices a miles de vidas?
Al quedarse intrigado con la secuencia de pruebas colectivas que marcan la trayectoria de la Humanidad, el Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, indagó a los Inmortales acerca de las razones de tales tragedias. Y los  Bienhechores Espirituales han explicado, en el capítulo seis de la tercera parte de El Libro de los Espíritus, que las calamidades destructivas son pruebas que dan al hombre oportunidad de evolucionar y de ejercitar su inteligencia al demostrar paciencia y resignación delante de la voluntad de Dios.
El Espiritismo enseña que todas las aflicciones tienen una causa justa, originada en la actual existencia o en vidas anteriores. Por eso, los Espíritus Superiores no se ponen
en estado de rebeldía ante las tragedias. Por el contrario, se muestran serenos y compadecidos delante del sufrimiento.
Ellos nos estimulan a aprovechar la oportunidad para hacer el bien a las víctimas de las catástrofes. Ellos nos informan que dichas ocasiones ofrecen al hombre la oportunidad
de manifestar sus sentimientos de abnegación, de desinterés y de amor al prójimo.
De esta manera, no se debe tener extrañeza cuando leemos, en el texto de El Libro de los Espíritus, algunas expresiones más fuertes. Una de ellas, la que dice: «Es necesario castigarlo en su orgullo», debe ser entendida como una expresión del siglo diecinueve. El Espiritismo explica que Dios no castiga ni premia. Él ama a todos sus hijos y los corrige mediante leyes eternas y justas. Para entender mejor el contexto de estas afirmaciones, sugerimos la lectura integral del cap. VI (Ley de Destrucción) de la 3ª Parte de El Libro de los Espíritus.
Le invitamos a leer los siguientes textos y a compartirlos con sus amigos y familiares.  

sábado, 9 de junio de 2012

ESPIRITISMO NO ES MEDIUMNIDAD

¿Qué es la mediumnidad?¿Quiénes son los médiums?¿Qué es el espiritismo?¿Cuál es el origen de esta palabra y cuál es su significado?¿Cuáles son las diferencias entre mediumnidad y espiritismo?
Hay confusiones absurdas que se deshacen con un poco de estudio del asunto. Es ese el caso del Espiritismo donde no es mediumnidad.
Espiritismo es doctrina. 
Mediumnidad es fenómeno que está muy lejos de sólo existir ligado a los espíritas.

Tan notoria es la diferencia que, en referencia concreta de la doctrina y del fenómeno en las personas, que Kardec creó los neologismos espírita y médium, naturalmente con significados muy distintos. El primero es el adepto de la idea. El segundo es la persona que tiene facultades mediúmnicas (aquellas que permiten intercambiar información entre este plano de vida y el pos mortem; el médium es un intermediario entre dos dimensiones: la espiritual y la material).

El Espiritismo no sólo en nada se asemeja a brujerías, supersticiones o creencias, como tampoco es, como dijimos, mediumnidad. La mediumnidad, como fenómeno paranormal no utilizado, es neutra, sirve para el bien o no. El Espiritismo señala siempre hacia la edificación del bien. Pero, en la práctica, hay siempre una utilización del fenómeno mediúmnico. Aquí debemos hablar de mediumnismo, que es, como dijimos, el fenómeno practicado de acuerdo con las ideas propias de quien lo practica, cualesquiera que ellas sean.

Existen, por ejemplo, los llamados sincretismos afro-religiosos, como la Umbanda y otros, y existen, por igual, personas habituadas a las religiones tradicionales que, tal vez por se sentirse insatisfechas, verificando la existencia concreta del fenómeno mediúmnico, lo practican, incorporándole sus ideas personales. Después, usan y abusan de la palabra espiritismo y dicen ser espíritas sin serlo. Pero eso poquísimo tiene que ver con la doctrina espírita. ¿Y, por qué «poquísimo»? Simplemente porque el eslabón común, único y singular es la mediumnidad. Mediumnidad que es neutra, no tiene valores propios, pues depende de los valores de quien la utiliza y para qué.
Estas dos palabras, mediumnidad y espiritismo, son utilizadas muy a menudo en los más variados contextos, y no siempre se usan adecuadamente. Para poder entender el significado que nosotros le damos a estos términos, y saber qué queremos decir con ellas, vamos a repasar su significado.
 ¿Qué es la mediumnidad?
La capacidad de comunicación con el mundo espiritual ha existido siempre. En todas las épocas y en todas las partes del mundo, personas de todas las condiciones sociales han tenido contactos con el otro lado y han percibido la realidad espiritual.
En todas las culturas se reconoce que existen personas con una capacidad mayor para la comunicación con el mundo espiritual, y dentro de cada creencia o religión son llamados de una manera diferente.
Hoy en día podemos encontrar personas con capacidades similares y a las que llamamos canalizadores, psíquicos, sensitivos, curanderos, videntes, clarividentes…
Esta capacidad es la que permitió a las hermanas Fox entrar en comunicación con el Espíritu a través de golpes, la que permitió el fenómeno de las mesas giratorias y su difusión por todo el mundo, y también que las mesas respondiesen a preguntas a través de golpes. Es también la misma capacidad que permitió finalmente el desarrollo de la psicografía y que se pudiesen obtener textos escritos comunicados por los Espíritus a través de personas.
Todas estas personas tienen en común la capacidad de ser un “medio de comunicación” entre los dos planos y los Espíritus utilizan esta capacidad de las personas para comunicarse con nosotros. Estas personas son un “medio”, en latín “médium”. Por eso les llamamos “médiums”.
De ahí viene la palabra “mediumnidad”. La “mediumnidad” es la facultad que tienen las personas que son un “medio de comunicación” entre los dos planos, es decir, que son “médiums”.
Ésta es la palabra que vamos a utilizar para designar esta capacidad universal del ser humano, en cualquier época y en cualquier lugar. Aunque en otras creencias utilicen otras palabras, nosotros utilizamos ésta para toda la variedad de capacidades diferentes que las personas pueden tener para ser un medio de comunicación entre los dos planos.
¿Qué es el espiritismo?
Las palabras espiritismo y espírita o espiritista fueron creadas por Allan Kardec.
Cuando Kardec conoció el fenómeno de las mesas parlantes, se dedicó al estudio de la comunicación con el mundo espiritual y escribió El Libro de los Espíritus. Esta obra es un compendio de lo que será un nuevo estudio, una nueva filosofía, un nuevo conocimiento que marca el comienzo de la nueva etapa de la humanidad.
Y para esta nueva filosofía, para esta nueva doctrina, era necesario una nueva palabra. Allan Kardec escribe en el prólogo de El Libro de los Espíritus:
Para las cosas nuevas se necesitan nuevas palabras. Así lo quiere la claridad del lenguaje, para evitar la confusión inseparable del sentido múltiple de los mismos términos. Las voces espiritual, espiritualista y espiritualismo poseen un significado bien definido. Darles uno nuevo para aplicarlas a la Doctrina de los Espíritus sería multiplicar las causas, ya tan numerosas, de anfibología. En efecto, el espiritualismo es el opuesto del materialismo. Cualquiera que crea tener en sí algo más que la materia es un espiritualista. Pero no se sigue de ello que crea en la existencia de los Espíritus o en sus comunicaciones con el mundo visible. En lugar de los vocablos ESPIRITUAL y ESPIRITUALISMO empleamos nosotros, para designar a esta última creencia, los de espírita y Espiritismo, cuya forma recuerda su origen y su sentido radical, y que por eso mismo presentan la ventaja de ser perfectamente inteligibles, y reservamos para la palabra espiritualismo la significación que le es propia. Por tanto, diremos que la Doctrina Espírita o el Espiritismo tiene por principios las relaciones del mundo material con los Espíritus o Seres del Mundo Invisible. Los adeptos del Espiritismo serán los espíritas o, si así se prefiere, los espiritistas.
Estos nuevos términos creados por Kardec, espiritismo y espírita,  servirán para todas las personas que se han interesado por los Espíritus, por su naturaleza y sus relaciones con la humanidad.
Estas palabras tuvieron mucho éxito. A partir de entonces se utilizaron para designar a todo el nuevo movimiento que se había creado y a las personas interesadas en él.
El espiritismo de Allan Kardec
 El Libro de los Espíritus se publicó en 1857, nueve años después de los fenómenos de Hydesville. El movimiento de interés por la comunicación con el mundo espiritual se había iniciado en 1848 con los fenómenos de Hydesville y se había expandido por muchos países. Se habían creado grupos y centros de estudio que desean utilizar la mediumnidad como medio de investigación y estudio.
El Libro de los Espíritus, y el resto de las obras de Kardec, expone una nueva doctrina que interesa a muchas de estas personas porque:
  • Trabaja con varios médiums de grupos diferentes que no tienen contacto entre sí a los que plantea las mismas preguntas.
  • Recoge las comunicaciones de muchos Espíritus y las compara entre sí para deducir la verdad común a todas ellas.
Pero en el movimiento internacional que se habia creado, no todos siguieron la doctrina codificada por Kardec. Muchos que no siguieron su linea también se definieron como espiritistas o seguidores del espiritismo. La palabra fue utilizada por todo el movimiento, por todos los grupos y las personas que creían en la comunicación con el mundo espiritual.
 El término espiritismo y sus significados
En el diccionario de la Real Academia Española se define el término espiritismo como:
Doctrina de quienes suponen que a través de un médium, o de otros modos, se puede comunicar con los espíritus de los muertos.
En la actualidad el término espiritismo es utilizado con cualquiera de los significados siguientes:
  • En su sentido más estricto se utiliza para definir la doctrina filosófica y experimental que Allan Kardec codificó en sus obras. En este sentido se puede encontrar seguido con el adjetivo de kardeciano (de Kardec) para indicar que se sigue la codificación de Kardec, por ejemplo, el “espiritismo kardeciano” o los  “espíritas kardecianos”
  • En un sentido más amplio, encontramos la palabra espiritismo para definir para todo el movimiento de estudio que apareció a partir de los fenómenos de Hydesville, para todos los que se interesaron por la comunicación con el más allá y todos los centros de investigación, de experimentación o de práctica de la comunicación con el más allá aunque no sigan las obras de Allan Kardec, por ejemplo, algunos de los grupos que experimentan con la ouija.
  • En el uso común, es habitual encontrar que la palabra espiritismo se usa para designartodo tipo de prácticas de comunicación con el más allá, sean cuales sean la filosofía o creencia que sigan, en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia. Así, por ejemplo, se habla de las prácticas de espiritismo en las tribus de África o las prácticas de espiritismo en la Antigüedad.
El espiritismo de Allan Kardec
En este blog utilizamos la palabra espiritismo solo para designar la doctrina codificada por Allan Kardec. Cuando decimos que vamos a estudiar espiritismo queremos decir que vamos a estudiar la doctrina espírita según las obras de Allan Kardec y los seguidores de su trabajo.
El espiritismo o la doctrina espírita según la codificó Allan Kardec es una doctrina completa que incluye tres aspectos:
  1. Ciencia: el espiritismo nace a través de la observación y la experimentación a través la práctica mediúmnica y de las relaciones de los Espíritus con nosotros.
  2. Filosofía: de estas relaciones se derivan unos conocimientos, un nuevo concepto de la realidad, este nuevo paradigma es la parte filosófica es espiritismo.
  3. Religión: la filosofía espírita nos lleva al aspecto religioso. La enseñanza de los Espíritus nos hace reflexionar en Dios, la vida futura en el más allá y la necesidad de nuestro desarrollo moral y espiritual.
En palabras de Kardec:
 «El Espiritismo es al mismo tiempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros y los Espíritus; como filosofía comprende todas las consecuencias morales que derivan de esas mismas relaciones».
«El Espiritismo (…) tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo».
«Sin ser una religión, desemboca en las ideas religiosas, haciéndolas surgir en los que no las tienen y robusteciéndolas en aquellos en quienes son vacilantes»
 Diferencias entre Espiritismo y Mediumnidad
Como hemos visto, la palabra espiritismo se usa a menudo para designar cualquier práctica que utilice el uso de la mediumnidad, es decir, todas las prácticas que utilizan la facultad mediúmnica, la facultad de comunicarse con el mundo espiritual.
Pero en el estudio del espiritismo kardeciano vamos a diferenciar el significado de ambas palabras:
  • La mediumnidad es la facultad de ser un medio, un “médium”, entre el mundo espiritual y nosotros.
  • Las prácticas mediúmnicas son cualquier ejercicio o práctica de la facultad de la mediumnidad.
  • El espiritismo es la doctrina que incluye el estudio de la facultad de la mediumnidad, y también las prácticas mediúmnicas, pero también es toda la filosofía y todos los conocimientos que se han obtenido a través de las prácticas mediúmnicas.
Este es el significado que vamos a utilizar.
  •  Así, puede haber médiums que tengan la facultad mediúmnica pero no sean espíritas.
  • Puede haber prácticas mediúmnicas que no sean espíritas porque no sigan la línea de Allan Kardec.
  • Y puede haber espíritas que no tengan la facultad mediúmnica o que no participen de prácticas mediúmnicas. Estos espíritas son los que estudian la filosofía espírita desarrollada en las obras de Allan Kardec y en la de todo los que han continuado tras su obra y su trabajo todos estos años.

¿Qué sabemos de los Animales?

¿Qué sabemos de los Animales?



¿Qué sabemos de los animales? Pues muy poco, la verdad.
¿Qué nos interesa saber? Pues todo lo que esté a nuestro alcance, que no es mucho.
Podríamos plantear las siguientes cuestiones:

- SU ORIGEN

- ¿TIENEN ALMA?

- ¿SIENTEN, PIENSAN, SUFREN?

- SUS POSIBILIDADES

- SU EVOLUCIÓN

- SU FUTURO

SU ORIGEN
En mi anterior ponencia, hablé de la formación de la Tierra y en esa formación se incluía el nacimiento de los seres vivos de la Creación. Esos seres surgen de los minerales, cuando estaban aún cristalizados, como los virus y de ahí se forman los primeros seres unicelulares, que se multiplican rápidamente en las aguas templadas de los océanos primitivos.

En los minerales, aunque no observemos vida propiamente dicha, ella duerme, y se ensaya para un despertar futuro. En el planeta Tierra, las condiciones ambientales en el surgimiento de la vida eran extremadamente propicias para la transformación de los minerales en substancias orgánicas. Nace más tarde la ameba y seres vivos de parecidas características

La chispa divina, está ya en éstos seres: está incluso antes de éstos seres, cuando residía en el mineral. Y a partir de ahí, comienza el peregrinaje del PRINCIPIO ESPIRITUAL O MÓNADA ESPIRITUAL.

Es en este PRINCIPIO, que está grabada la ley de Dios, como en la simiente están contenidas las leyes que regulan la estructura del árbol y los frutos futuros.

El psiquismo de que Dios dota a la creación va encaminándose hacia la evolución a que todos estamos llamados. Es ese principio que va reencarnando una y otra vez, desde los seres más primitivos, el que va recogiendo experiencias en todos los aspectos, y es por eso que podemos decir que, ese PRINCIPIO duerme en el mineral, sueña en el vegetal, despierta en el animal y siente en el hombre, caminando hacia la angelitud, que es nuestro destino.

¿Y cómo recogen esas experiencias? Pues sencillamente grabando en su psiquismo rudimentario, todos los acontecimientos de sus vivencias. Ya hemos aprendido que todo cuanto vivimos, pensamos o hacemos, queda archivado en nuestro psiquismo. En los animales, dotados de ese atributo; aunque primitivo, ocurre lo mismo. De esa forma, cuando van a reencarnar, en los momentos de la fecundación, su PRINCIPIO psíquico imprime al óvulo, toda la información que él va a necesitar en su futura experiencia. Y donde son ayudados en todo momento por Espíritus Superiores; no sólo ellos, sino todas las especies, por inferiores que sean.

El PRINCIPIO ESPIRITUAL de los animales de formas más primitivas, va pasando a animales más evolucionado, debido a esa escala que van recorriendo de aprendizaje, mediante las experiencias vividas, y es el PRINCIPIO que lo habita, el que va conquistando suficientes experiencias, para conquistar otras formas dentro de la raza animal. Así el Psiquismo RUDIMENTARIO que habitó el cuerpo de un molusco, miles de años después, podría habitar el cuerpo de un animal superior y así, paso a paso, experiencias tras experiencias, van caminando para razas superiores y el paso a la GRAN TRANSICIÓN, va siendo más corto cada vez. Para eso han de transcurrir muchos miles de años. Se entiende de esa manera, que las razas de animales, a través de miles de años, apenas han tenido cambios substanciales, y el perro de hoy es igual al de hace miles de años.

¿TIENEN ALMA?
Allan Kardec siempre nos recomendó la práctica de la razón y la lógica; pues bien vamos a reflexionar: Si el PRINCIPIO Espiritual ya viene caminando desde el mineral, aunque de una forma muy rudimentaria que a veces se nos escapa al entendimiento. ¿Cómo podemos pensar que los animales no tengan alma después de haber conquistado un status en la escala de la evolución bastante significativo?

¿Nos parecería lógico tener a unos hermanos inferiores, los cuales, en muchas ocasiones, demuestran más sentimientos que los humanos, sin un PRINCIPIO Espiritual, que los ayudase a caminar en el arduo camino de la evolución? ¿Solo un armazón de carne y huesos y nada más?

¿Podemos pensar que esos rasgos tan evolucionados de conducta en muchos animales, se deba a unos seres sin alma o principio espiritual? ¿O al acaso, al que se recurre siempre que no tenemos explicaciones o respuestas? Sería, como dice Allan Kardec, un acaso muy inteligente, ¿no?

En el Libro de los Espírituspregunta 597Allan Kardec plantea esta cuestión: Puesto que los animales poseen inteligencia que les confiere cierta libertad de acción, ¿existe en ellos un principio independiente de la materia? R. Sí, y que sobrevive al cuerpo. Y en la pregunta 597ªEse principio ¿es un alma similar a la humana? R.Es también un alma, si así lo queréis. Ello depende del sentido que se dé a esta palabra. Pero es inferior a la del hombre...

Algo con lo que estamos de acuerdo, por supuesto.

Por eso, a la pregunta de si tienen alma los animales, contestamos: Sí, tienen alma, pero, evidentemente, no un alma o espíritu como lo podemos concebir en seres humanos; porque en los animales, el PRINCIPIO Inteligente, no está desarrollado como en nosotros, seres superiores en inteligencia, aunque no siempre en sentimientos. En los animales, dependiendo de la evolución a la que hayan llegado, la Inteligencia y el PRINCIPIO espiritual, está comenzando a despertar. A medida que el animal evoluciona, ese PRINCIPIO va desenvolviéndose y su alma va adquiriendo mayores capacidades de sentir: no olvidemos que van caminando para el Reino Hominal. Sin embargo repito: sí tienen alma.
¿Qué es sino, el principio que habita en ellos? Confirmado por los Espíritus Superiores.

¿SIENTEN, PIENSAN, SUFREN...?
Encadenando el tema anterior con éste, vemos muy lógico que los animales sientan y sufran, no así que desarrollen un pensamiento, como lo concebimos en los humanos. Aunque también podemos asegurar que tienen forma de PENSAMIENTO RUDIMENTARIO, debido a su rudimentario PSIQUISMO. Muchos científicos mantienen la teoría de que, en los animales se da "un juego de un cierto automatismo". Una explicación que no tiene sentido. Y si tienen una rudimentaria INTELIGENCIA, llegamos a la conclusión de que, también ellos, pueden tener unas percepciones extra-sensoriales, sin que lleguemos a aseverar, que los animales tengan, propiamente dicho, MEDIUMNIDAD. Sin embargo, en muchos animales, hay que reconocer sus excepcionales percepciones, cuando parece que ven, oyen y perciben, de un modo incuestionable.
Así como un animal, siente cariño hacia su amo, puede expresar sentimientos adversos, ante la crueldad, exteriorizando odio o antipatía.
(Ejemplo del elefante)

Dice Emmanuel"... El animal, igualmente, para alcanzar la aureola de la razón debe conocer benemérita y cumplida hilera de experiencia que terminará por integrarlo en la parte definitiva del razonamiento. Comprendamos, de ese modo, que el sufrimiento es ingrediente inapelable en el plato del progreso..." Con las palabras sabias de Emmanuel, podemos comprender mejor el esfuerzo que el animal hace por alcanzar un grado mayor de razonamiento. Pero hemos de admitir que el animal no sufre porque tenga karmas que expiar, y si, como dice Emmanuel, porque el sufrimiento es ingrediente inapelable en el plato del progreso. También aplicable a los seres humanos. El animal necesita ascender en la escala de la EVOLUCIÓN, como nosotros en la escalera de la PERFECCIÓN. La comprensión de estas informaciones tan importantes, con respecto a los animales, debería reformar en nosotros, la idea errónea, que podamos tener de ellos, y a la vez, debería cambiar nuestro trato con los animales, ayudándoles en ese supremo esfuerzo que hacen para conquistar nuestras posibilidades.

Podemos llegar a aseverar que, también en el reino animal, se producen suicidios, de los que numerosos relatos han sido recogidos por experimentadores y estudiosos. (Ejemplo del macaco en el zoo)

Si esto sucede, es que hay sentimientos e inteligencia, para buscar, deliberadamente, la muerte. ¿No es esto pensamiento y voluntad?

Dice Kardec"La muerte voluntaria de un animal prueba que él tiene consciencia de su existencia e individualidad; comprende lo qué es la vida y la muerte, pues escoge libremente entre una y otra. No es, pues, una máquina y no obedece exclusivamente a un instinto ciego. El instinto - concluye el Codificador de la Doctrina Espírita - impele a la búsqueda de los medios de conservación, y no de su propia destrucción."

SUS POSIBILIDADES
¡Son muchas! Siempre hemos concebido al animal como un ayudante o como animal de compañía, aunque no siempre el trato que les damos es el correcto; Dios no ha dispuesto a los animales, para que nosotros les matemos indiscriminadamente, ni abusemos de ellos en los juegos y las mal llamadas Fiestas Nacionales; son hermanos inferiores nuestros, con inmensas posibilidades; si nosotros les educamos, tratamos bien, les queremos y los encaminamos hacia su destino con amor. A la vista está, los progresos que el animal, en general, ha hecho al lado del hombre, convirtiéndose en su amigo, y muchas veces, en su esclavo, cuando el hombre lo trata con afecto. Sus mayores posibilidades son de evolución, teniendo presente el largo futuro que les aguarda antes de llegar al Reino Hominal, por eso, sabiendo que un día llegarán a ser humanos, debemos facilitarles, en lo posible, su trayectoria y su meta, procurando no aumentar nuestra, a veces, larga lista de desatinos, tratando a los animales indebidamente. Un día vendrá en que el Hombre no necesite, para su alimentación, matar a un ser inferior que no tiene posibilidades de elección, así como el Hombre dejará de divertirse a costa del sufrimiento de alguien que no tiene como defenderse ante la crueldad del hombre.

Podemos citar, a algunos de los estudiosos del tema de los animales, comprobando ellos, las posibilidades y percepciones de los animales: Heer Krall, que descubrió que la acuidad visual del caballo es extraordinaria. También Maurice Maeterlinck (premio Nobel de literatura1911, creyente en la sobrevivencia del alma), investigó las posibilidades de los caballos. El Dr. Giovanni Batista, que estudió la mediúmnidad en los animales. Konstantin Raudive (investigador de las transcomunicaciones), estudió varios casos de animales que hablaban, siendo éstos canales de los espíritus. En un mensaje mediúmnico de Rodolfo Valentino, dijo que los perros pueden sentir, muchas veces, la muerte de una persona que les gusta, por sentir las vibraciones especiales que el organismo emite en la inminencia de la liberación del Espíritu de los vínculos de la carne. Frederic MyersJoseph B. Rhine (científico, descubridor de las funciones psi - facultades sensoriales.)etc.

Buscando una solución a los enigmas de las facultades y posibilidades de los animales, podemos decir, como hipótesis, que pudieran tener un sexto sentido o sentido de dirección, que los ayudasen a percibir, orientarse y exteriorizar facultades, que no formaría parte de las facultades sensoriales conocidas en el animal.

SU EVOLUCIÓN
Es obvio que todos estamos llamados a progresar, incluso, desde los principios más primitivos, como es el del reino vegetal y animal. No debemos olvidar que hemos caminado en el reino animal, y por muchos miles de años. Quien no pueda admitir esta idea, le costará comprender de dónde venimos y a dónde vamos; así como que los animales, un día alcanzarán la posición de hombres, mientras nosotros, seres humanos, lucharemos por alcanzar la angelitud.

Sabemos que no pasamos de ser animales a ser hombres, en un abrir y cerrar de ojos. Los Espíritus Superiores nos dicen, que existe una transición, lógica por otra parte, en la que los animales van encarnando una y otra vez, pero ya en otro espacio u otra dimensión, sin necesidad de un cuerpo material, una vez alcanzada toda la enseñanza en el Reino animal. Dispuestos a ser seres humanos, los Espíritus Superiores, les ayudan en esos lugares, a alcanzar otro tipo de experiencias, que no podrían alcanzar como animales. Les ayudan a alcanzar otras percepciones, sin que lleguen a encarnan en cuerpos materiales, transformándose lentamente, en una metamorfosis, que los llevará a conquistar un tesoro precioso: Un Espíritu, con los atributos de la Inteligencia y la Razón, además de trabajar incesantemente, por desarrollar los SENTIMIENTOS. Podríamos denominar a esto: EL ESLABON PERDIDO.

El libro de los Espíritus nos dice en la pregunta nº 607"Se ha dicho que en su origen el alma del hombre se halla en un estado análogo al de la infancia de la vida corpórea, que su inteligencia brota apenas y que se ensaya para la vida. ¿Dónde cumple el Espíritu esa primera etapa? - R. - En una serie de existencias que anteceden al período que llamáis de humanidad."
Y en la 607ª, podemos leer: " Así pues, ¿el alma pareciera haber sido el principio inteligente de los seres inferiores de la Creación? - R. - ¿No hemos dicho ya que en la Naturaleza todo se eslabona y tiende a la unión? Es en esos seres - a los que estáis lejos de conocer en su totalidad - donde el principio inteligente se elabora, individualizándose poco a poco, y se ensaya para la vida, conforme hemos afirmado antes. Se trata en cierto modo de una tarea preparatoria, como la de la germinación, a consecuencia de la cual el principio inteligente experimenta una transformación y se convierte en Espíritu..."

SU FUTUROY llegamos, asociando un tema a otro, al futuro del animal; es sencillo de prever: El reino Hominal. Ensayará sus primeros pasos, en la vida del ser humano, como el niño cuando nace, necesitado de aprender y de saber todo. Tendrá todas las tendencias y posibilidades de alcanzar cualidades, que en su lucha incesante, ya dentro de un cuerpo, aunque primitivo, pero humano, conquistará. En sus primeras etapas o encarnaciones, exteriorizará constantemente su pasado y los instintos aflorarán, y sus primeras vivencias serán animalizadas, por lo que los podemos imaginar situados en ambientes primitivos o sea; tribus o razas primitivas, donde sus vivencias y experiencias, a nadie extrañará, ya que el resto de compañeros, en su mayoría, estarán en las mismas circunstancias.

CONCLUSIÓN
Después de un resumen acerca de los animales, podemos concluir; que ellos tienen ALMA, INTELIGENCIA y SENTIMIENTOS, en un grado mayor de lo que podamos imaginar.

Quizás, si hemos adquirido un poco más de conocimiento de los animales, eso nos ayude a tratarles y entenderles un poco mejor.

Para finalizar algunas citas de personajes conocidos, en relación a los animales.

- Abrahan Lincoln: "No me interesa ninguna religión cuyos principios no mejoran ni toman en consideración las condiciones de los animales".

- Charles Darwin"La compasión para con los animales es de las más nobles virtudes de la naturaleza humana".

Lamartine: "Entre la brutalidad con el animal y la crueldad para con el hombre, hay una sola diferencia: ?la víctima".

Dr. Albert Schweitzer"El error de la ética hasta el momento ha sido la creencia de que sólo deba aplicarse en relación a los hombres". 

Artículo de: Isabel Porras González 

viernes, 8 de junio de 2012

La Nueva Generación

La nueva generación

Para que los hombres sean felices sobre la Tierra es preciso que sólo buenos espíritus -encarnados y desencarnados- la habiten, los cuales únicamente anhelan el bien. Ese momento ha llegado, actualmente se lleva a cabo una gran emigración entre sus habitantes. Quienes hacen el mal mismo y a quienes el sentimiento del bien no alcanza, no son dignos de la Tierra transformada y, por lo tanto, serán excluidos, porque de lo contrario volverían a traer la confusión y el desorden al planeta y serían un obstáculo para el progreso. Expiarán su obstinación, unos en los mundos inferiores, otros como miembros de la razas terrestres más atrasadas, nuestro equivalente de los mundos inferiores, llevando consigo los conocimientos ya adquiridos y con la misión de ayudar a su adelanto. Serán reemplazados por espíritus mejores que harán reinar entre sí la justicia, la paz y la fraternidad.
 La Tierra -al decir de los espíritus- no debe ser transformada por un cataclismo que aniquile súbitamente a una generación. La generación actual desaparecerá poco a poco y la nueva la sucederá del mismo modo, sin que haya perturbación en el orden natural de las cosas.
Todo ocurrirá exteriormente como de ordinario, con la sola diferencia indicada. Mas esta diferencia tiene una importancia capital, y es que los espíritus indignos que encarnaban en la Tierra ya no volverán a hacerlo en ella. En el niño que nazca, en vez de un espíritu atrasado e inclinado al mal, encarnará un espíritu más avanzado e inclinado al bien.


 Se trata, en realidad, de una nueva generación de espíritus y no de una nueva generación corporal. Indudablemente, en tal sentido hablaba Jesús, cuando decía: “De verdad os digo, que esta generación no pasará sin que estas cosas se hayan cumplido.” Quienes esperen ver esta
transformación operarse por medios sobrenaturales y maravillosos, resultarán defraudados.

La época actual es de transición. Los elementos de las dos generaciones se confunden aún. Ubicados en un punto intermedio, asistimos a la partida de una y a la llegada de la otra, presentando cada una características propias.    
 Las dos generaciones que se suceden poseen ideas y miras totalmente opuestas. Es fácil distinguir a cual de ellas pertenece cada individuo por la naturaleza de sus disposiciones morales y, especialmente, por sus disposiciones intuitivas e innatas.
 La nueva generación, que debe fundar la era del progreso moral, se diferencia por una inteligencia y una lógica generalmente precoces, unidas al sentimiento innato del bien y de las creencias espiritualistas, lo que indica un cierto grado de progreso anterior. No se compondrá exclusivamente de espíritus eminentemente superiores, sino de espíritus con un ciertos grado de progreso y predispuestos a asimilar todas las ideas progresistas y aptas para secundar el movimiento regenerador.
 Por el contrario, lo que distingue a los espíritus atrasados es, en primer lugar, su rebelión contra Dios y negativa a reconocer ningún poder superior al del hombre. Y en segundo término, su propensión instintiva a las pasiones degradantes, a los sentimientos antifraternos del egoísmo, el orgullo, la envidia y los celos, y, finalmente, su apego a los bienes materiales y a todo lo que ata al mundo corpóreo, representado por la sensualidad, la rapacidad y la avaricia.
 Esos son los vicios que deben ser extirpados de la Tierra, mediante el alejamiento de quienes se rehúsan a corregirse porque son incompatibles con el reino de la fraternidad y porque los hombres de bien sufrirían al estar en contacto con ellos. Cuando la Tierra se vea liberada de ellos, los hombres caminarán sin vallas hacia el porvenir venturoso que les está reservado aquí, como recompensa a sus esfuerzos y perseverancia, aguardando que una depuración más completa aún les abra las puertas de los mundos superiores.

No debemos creer que por esta emigración de espíritus todos los espíritus atrasados serán expulsados de la Tierra y relegados a mundos inferiores. Por el contrario, muchos volverán, pues se trata de aquellos espíritus que cedieron ante las circunstancias y el mal ejemplo. En ellos la corteza era más mala que el fondo. Una vez libres de la influencia de la materia y de las preocupaciones del mundo corpóreo, la mayoría verá las cosas bajo una nueva luz, tal cual lo demuestran los ejemplos que poseemos. En esto se ven auxiliados por espíritus benévolos que se interesan por ellos y que se apresurarán a ilustrarlos y hacerles ver el camino equivocado que habían tomado. Nosotros mismos, con nuestras plegarias y exhortaciones, podemos ayudarles a mejorar, ya que existe una solidaridad perpetua entre vivos y muertos.
 La manera en que se opera esta transformación es muy simple y, como se ha indicado, de naturaleza puramente moral y no se aparta en nada de las leyes de la Naturaleza.

Que los espíritus de la nueva generación sean nuevos espíritus mejores o los antiguos espíritus mejorados, no cambia en nada el resultado. Desde el momento que traen consigo mejores disposiciones, se trata siempre de una renovación. Los espíritus encarnados integran, de acuerdo con sus disposiciones naturales, dos categorías: por una parte, los espíritus refractarios que parten, y por la otra, los espíritus progresistas que llegan. El estado de las costumbres y de la sociedad, de un pueblo, de una raza o del mundo entero, dependerá de cuál de las dos generaciones prevalezca.

Una comparación de todos los días servirá para comprender mejor aún lo que ocurre en estas circunstancias. Supongamos un regimiento compuesto por una gran mayoría de hombres turbulentos e indisciplinados. Se sucederían desórdenes sin fin que la severidad de la ley penal a duras penas podría reprimir. Esos hombres son los más fuertes, porque son mayoría. Se sostienen, animan y estimulan mutuamente por el ejemplo. Los pocos buenos carecen de influencia. Sus consejos son desoídos y motivo de escarnio, soportan malos tratos por parte de los sediciosos y sufren con tal compañía. ¿No es ésta la imagen de la sociedad actual?
 Supongamos ahora que tales hombres se van eliminando del regimiento, uno a uno, diez a diez, ciento a ciento, y que se les va reemplazando por otros tantos buenos soldados, incluso por los mismos que habían sido expulsados pero que se corrigieron. Al cabo de un cierto tiempo el mismo
regimiento se habrá transformado y el orden sustituirá al desorden. Los mismo sucederá con la Humanidad regenerada.

Las grandes partidas colectivas no sólo tienen por objeto activar la emigración, sino también transformar con más rapidez el espíritu de las masas, desembarazándolas de las malas influencias y fomentando en ellas su afición por las nuevas ideas.
 Y es este el motivo por el que muchos, a pesar de sus imperfecciones, están maduros para esta transformación y parten a regenerarse en fuente más puras, puesto que si permaneciesen en el mismo medio y bajo las mismas influencias persistirían en sus opiniones y en su forma de apreciar las cosas. Una estancia en el mundo de los espíritus les basta para abrir los ojos, porque allí ven lo que no pueden ver sobre la Tierra. El incrédulo, el fanático y el absolutista volverán con ideas innatas de fe, tolerancia y libertad. A su regreso encontrarán muchos cambios y sentirán la influencia benéfica del nuevo medio en que han nacido. En lugar de oponerse a las nuevas ideas, las propagarán.

La regeneración de la Humanidad no tiene absoluta necesidad de la renovación total de los espíritus: basta con una modificación en sus disposiciones morales. Pero esta modificación se verifica en todos aquellos que están dispuestos a ello, una vez liberados de la perniciosa influencia  del mundo. Quienes reencarnan no son siempre otros espíritus, sino los mismos pensando y sintiendo de manera completamente distinta.
 En tanto esta mejora es aislada e individual, pasa inadvertida y carece de influencia ostensible en el mundo. El efecto es completamente diferente, en cambio, cuando se opera simultáneamente en muchas personas, porque entonces, según las proporciones, las ideas de un pueblo o de una raza pueden modificarse en profundidad en una sola generación.
 Eso es lo que se observa casi siempre después de las grandes perturbaciones que diezman a las poblaciones. Las plagas destructoras sólo destruyen el cuerpo, pero no dañan al espíritu. Activan el movimiento de entradas y salidas entre el mundo corpóreo y el mundo de los espíritus y, en consecuencia, el proceso progresivo de los espíritus encarnados y desencarnados. Hay que hacer notar que en todas las épocas de la historia, las grandes crisis sociales fueron seguidas por una etapa de progreso.

En estos momentos se está operando uno de esos movimientos generales que traerá la transformación de la Humanidad. La multiplicidad de las causas que ocasionan destrucción es un signo característico de tales tiempos, ya que deben acelerar la aparición de los nuevos gérmenes. Son las hojas del otoño que caen, a las que sucederán las hojas reverdecidas, ya que la Humanidad tiene sus estaciones, así como los individuos tienen edades diversas. Las hojas muertas de la Humanidad caen impulsadas por las ráfagas heladas, pero renacerán más vivaces bajo el mismo soplo de vida, pues ellas no se extinguen jamás, sólo se purifican.

Para el materialista, las plagas destructoras son calamidades sin compensaciones ni resultados útiles, puesto que, según él, aniquilan multitud de seres que no han de regresar. Mas para quien sabe que la muerte sólo destruye el cuerpo, no tienen ellas las mismas consecuencias y no le causan el más mínimo espanto. Comprende la finalidad y sabe que los hombres no pierden más por morir en masa que por hacerlo aisladamente, ya que, de una manera o de otra, morirán igualmente.
 Los incrédulos se reirán de estas cosas por considerarlas quiméricas. Pero, sin importar lo que digan, no escaparán a la ley común: se doblegarán a su vez como le ha pasado a tantos otros y, entonces, ¿qué será de ellos? Dirán: ¡Nada! Pero vivirán, a pesar de lo que piensen, y algún día se verán obligados a abrir los ojos.         

Extracto de La Génesis de Allan Kardec

El periespiritu y los miembros fantasmas.

El periespíritu y los miembros fantasmas

Topic: Ciencia
El profesor Ernesto Bozzano, en su libro "Desdoblamiento - Fenómenos de Bilocación", se refiere a la idea de integridad en los amputados que experimentan la sensación perfecta de la existencia de la parte del cuerpo que les fue retirada.
En su obra, Bozzano invoca el testimonio de notables fisiólogos, entre los cuales figuran Weir Mitchell, Bernstein y Pitres, que así se manifestaron sobre este importante asunto:

“Las ilusiones de los amputados son  un hecho normal;...”

En efecto, para Piset, que realizó sus investigaciones con soldados de la primera guerra, entre 450 amputados solamente 14 no presentaron el fenómeno de miembro fantasma. La ilusión solamente faltaba en uno cada 30 casos. Casi siempre la ilusión sobrevenía luego de la cirugía; incluso, algunas veces ocurría más tarde, pero siempre en un tiempo bastante próximo.
El profesor William James, Psicólogo, investigó seriamente en ese campo llegando a notables y lúcidas conclusiones, que corroboran aquellas otras hasta entonces afirmadas. El profesor James, en sus trabajos, hace referencia a un trecho de una obra del fisiólogo A. Valentim, según el cual se puede admitir que "las sensaciones de integridad” también existe en los casos de deformaciones congénitas de miembros, como por ejemplo:


"Cierta joven de 15 años y un hombre de 40, los cuales sólo poseían una mano normal, ya que la otra presentaba, en lugar de los dedos, ligeras prominencias carnosas, sin huesos, y tenían la sensación precisa de doblar los dedos inexistentes todas las veces que doblaban el muñón informe”.
El profesor Bozzano fue aún más adelante en sus investigaciones sobre los "miembros fantasmas", añadiendo:
“Me resta, demostrar que se llegó también a obtener una  fotografía  del  brazo  fluidico  de un amputado y eso graciasal magnetizador Alphonse Bouvier. En el ‘Journal du Magnétisme’, julio de 1917, Bouvier publicó la larga relación sobre el modo por el cual llegó a fotografiar un miembro amputado, relación  ilustrada con un buen cliché donde aparece la sombra fluídica de un brazo ausente’, y, diríamos, la presencia de la ausencia..”
En los libros: "Gestalt Psychology” (N. Y., 1950) de F. Katz, y "Phantoms in Patients with Leprosy and Elderly Digital Amputers" (N. Y., 1956), de P. Simmel, son relatados casos referentes a amputaciones normales y de miembros en los leprosos. De acuerdo con las observaciones de los investigadores, los pacientes, después de la amputación de brazos y de piernas, comenzaron a constatar la presencia de la parte amputada, llegando a moverla y a sentir hormigueo en aquel lugar. Y aún más: la percepción puede durar, no sólo largo tiempo, sino también toda la vida. F. Katz, por su parte, afirma: "Si una persona, con una pierna amputada, llega a una pared, ella parece atravesarla... la ley de la impenetrabilidad de la materia juzgo que no se aplica a este caso”.
Por otro lado, la declaración de P. Simmel no es menos valiosa, cuanto a comprobado la existencia del“periespíritu”"después de mis experiencias con leprosos, verifiqué que la pérdida gradual de las partes del cuerpo por absorción, por ser lenta y demorada, no produce fantasmas, y lo más notable es que, en una amputación de restos de dedos y pies, estos se reproducen no como las partes que había, pero, sí, perfectas, esto es, como antes de la absorción”.
Cuenta un hecho interesante: "(....) cuando se despertó de la anestesia, procuró agarrarse el pié. La sensación de existencia del miembro amputado persistía, y el paciente olvidándose, intentó pisar y cayó. Decía más tarde, que podía movilizar los dedos fantasmas (...)”.
No teniendo en este punto nada más que agregar, a pesar de ser autoridades en su especialidad, ciertos fenómenos escapan del dominio de su raciocinio, ya que se colocan, apenas, al nivel de la materia tangible, sensorial...
Más allá de las experiencias supracitadas,  surgen  otras  más sorprendentes y que vienen a ratificar a este espírita que "las sensaciones, emociones e impulsos no se localizan en el cerebro, como quieren los fisiólogos y psicólogos, y, sí, en el Espíritu”.
En la obra "Espiritismo Dialéctico” (1960), del pensador espírita argentino Manuel S. Porteiro, encontramos hechos asombrosos para los psicólogos, mostrando, claramente, que los individuos con lesiones graves, incluso en los centros nerviosos, continúan comportándose naturalmente:

 1) Caso presentado en la Academia de Ciencias de Paris por el Dr. Aguepin, el 24 de Marzo de 1945: "Después de operar un soldado que había perdido enorme parte del hemisferio cerebral izquierdo (sustancia cortical y blanca, núcleos centrales etc. ), comprobó que el mismo continuó con su comportamiento normal, a despecho de las lesiones y pérdidas de circunvoluciones básicas para las funciones esenciales”.

 2) Tamto Lisboa, llamado el Lusitano, publicó, en su libro "Práctica Médica”, de finales del siglo XVI, el siguiente caso: "Un niño de 10 años recibió un fuerte golpe en el cráneo, que cortó el hueso y la membrana meníngea, con pérdida de masa encefálica. Al contrario de lo esperado, la herida cicatrizó. Tres años después, moría hidrocéfalo. El cráneo fue abierto y, para espanto de los médicos, no se encontró el cerebro: en su lugar había líquido. Ese hecho fue considerado extraordinario, pues el niño vivió durante tres años en esta situación con  plenitud de sus facultades psíquicas...”.
Para explicar éste y otros casos análogos, los materialistas recurren a la hipótesis del fisiólogo francés Pierre Flourens, según el cual un hemisferio cerebral podrá suplir la falta de otro. Y qué dirán en cuanto a la ausencia total de la masa encefálica? Ahí es que el materialismo se ve obligado a ceder terreno a la Ciencia Espírita y, no sólo en esos fenómenos, sino también en otros, estudiados por la Psicología de manera carente o insatisfactoria, como, por ejemplo, la doble personalidad.
Con el Espiritismo, se puede llegar a una conclusión: ir más allá e interpretar lo inexorable, esto es porque la respuesta está en nosotros mismos, en el conocimiento de la esencia del ser humano y de las partes en que está compuesto!

(“Jornal Mundo Espírita” Octubre de 1998 - Carlos Bernardo Loureiro – )

Traducción Dra. Claudia M. Maglio-Esteban

domingo, 27 de mayo de 2012

Discursos de Léon DENIS


Discursos de Léon DENIS,

Miembro de honor de la F.S.I, Presidente del Congreso

 Señoras, Señores,


Hermanos y Hermanas en creencia,


 Después de darle las gracias al Presidente inglés por las hermosas y las generosas palabras que acaba de pronunciar sobre mi cuenta, estoy contento de poder saludarles y darles la bienvenida en nombre de los espíritas franceses.


Estoy contento de saludar a los delegados de las naciones que han venido de los rincones más alejados del Mundo para participar a nuestra labor.


Saludo a todos aquellos que no han dudado en abandonar su hogar, en recorrer grandes distancias en algunos casos, para poder cooperar con nosotros en una obra de concordia y de unión fraternal. Y estoy especialmente emocionado de ver a la delegación británica tan numerosa, porque sabemos y estimamos que son nuestros hermanos ingleses los que, actualmente, llevan lo más alto y lo más firme en el Mundo, el estandarte del espiritualismo, lo que llamamos el espiritismo. Y déjenme decirles que el espiritismo y el espiritualismo no son más que dos palabras para definir el mismo principio y la misma doctrina; como lo estableció con fuerza de argumento el Pr Barret en su magnifica obra que publicó antes de morir – su última obra – que es una síntesis admirable del espiritualismo, y que tiene por título: « Al filo de lo Invisible ». Saludamos efusivamente a nuestros hermanos ingleses, les saludamos a todos cual sea su nación, en nombre de nuestras creencias comunes, en nombre de la gran causa que servimos. (Aplausos.)


Es probable, Señoras y Señores, que muchos de ellos se encuentren aquí por primera vez, y sin embargo nos sentimos todos nosotros reunidos por esos lazos fuertes, por esos lazos espirituales que unen las almas en una fe sincera, en aspiraciones ardientes hacia la verdad, hacia la luz, y acaso no es ese el vínculo por excelencia, el vínculo indestructible que acerca a las almas como los miembros de una misma familia y que al mismo tiempo, une la tierra a los espacios. Porque sabemos todos que encima de nuestras pequeñas patrias humanas, más arriba de nuestras diferencias de idiomas y de razas, está la gran patria eterna de donde salimos todos al nacer, a donde regresamos todos al morir para reencontrarnos en esa patria de las almas, que no tiene límite, que no conoce fronteras, porque es el campo inmenso de la evolución, la evolución de todos los seres en su ascensión lenta y gradual hacia Dios. (Aplausos.)


Déjenme recordarles una gran ley de la historia: se trata de la marcha de los pueblos hacia la unidad, y, desde este punto de vista, saben que nuestra época está dominada por un considerable evento, a saber la fundación, después de la guerra, el establecimiento de la Sociedad de las Naciones. Con ello, los pueblos han afirmado su voluntad, su resolución de acercarse, de entenderse, de poner fin por consecuencia, a esos conflictos sangrientos, a esas luchas fratricidas que, de vez en cuando destrozan tan cruelmente la humanidad.


¿Pero qué ha pasado? Ha pasado lo siguiente: es que, desde las primeras asambleas, desde las primeras reuniones, ha habido que reconocer que las almas de las naciones tenían mentalidades diversas; tenían vistas diferentes, tenían intereses opuestos o incluso contradictorios algunas veces. Ha habido que reconocer que las opiniones, que los gustos, que las tendencias, no ofrecían esa convergencia, esa homogeneidad necesaria para llegar a la armonía. ¿Qué es lo que era necesario?, ¿Qué es lo que faltaba? No residía en el ámbito económico, ni en la política, ni tampoco en las religiones que se excluyen mutuamente, !Esos no eran los factores para un entendimiento sólido, para un acuerdo prolongado!


Eso es lo que era necesario: une fe común. Cuando empleo la palabra « fe », es en el sentido de creencia, de profunda convicción, de deseo ardiente. Lo que entonces hacía falta era una fe común basada en la ciencia, en la razón, apoyada por pruebas experimentales de carácter universal, mundial, pruebas que por fin enseñan a los hombres, a los pueblos, el sentido profundo de la vida, que les desvelan esas grandes leyes de justicia, de progreso, que dominan todas las cosas, y por encima de todo, esa ley de la consecuencia de los actos con las responsabilidades asociadas, con las repercusiones que provocan a través del tiempo, a través de los siglos, y que siempre acaban volviéndose hacia sus autores. Hacía falta una fe libre, independiente de todos los dogmas, una fe positiva, pero lo suficientemente fuerte para hacer converger todas las voluntades, todos los esfuerzos, todas las aspiraciones hacia ese objetivo capital, hacia ese objetivo esencial de toda existencia humana, la evolución, la evolución en toda la plenitud de los recursos, de los medios de acción que posee nuestro planeta, ese planeta que no es más él mismo, que una de las etapas del camino infinito. (Aplausos.)


Lo que hacía falta, Señoras y Señores, es una fe lo bastante poderosa para enseñar al hombre a vencer sus pasiones, a dominar sus intereses, a dominar sus instintos egoístas para cooperar al orden y a la armonía general. Ese es el cemento necesario, el cemento indispensable a toda obra fuerte, a toda obra duradera, y mientras el edificio social y mundial carezca de ello, ! entonces ¡, no habrá seguridad, no habrá paz, ni tampoco porvenir asegurado. En efecto, se lo ruego, ¿cómo podríamos pensar en unificar los diversos intereses? ¿Cómo podríamos hacer penetrar la armonía, la justicia en las instituciones sociales, si no pensamos primero en hacer penetrar esas cosas en las mentes, en los pensamientos, en las conciencia? Si me preguntan de dónde vendrá esa fe, esa convicción, esa creencia, les contestaré: « Es el espiritismo », ese espiritualismo, como dicen nuestros hermanos ingleses, es esa revelación de los Espíritus que nos reúne a todos aquí para una misma tarea, que nos hace comulgar con el mismo pensamiento, con el mismo corazón, en una obra grande y grave; es ese espiritismo, cuando entrará en todos los medios, cuando habrá contribuido con la ayuda del tiempo a la educación de las masas, es él quién nos proporcionará esa fe superior, esa fe libre, esa fe positiva que será una gran ayuda, una ayuda incomparable para la solución de los problemas sociales, y que también consistirá en llegar – no digo a la unidad, no es posible – pero al menos al acuerdo entre todas las naciones. (Aplausos.)


Se habla mucho de seguridad en estos momentos. Es incluso probable que ahora mismo, nuestros hombres de Estado se estén reuniendo en Ginebra para firmar lo que se llama el pacto de garantía contra los conflictos futuros.


Pero, ¿es posible contar con una seguridad prolongada y duradera mientras los hombres siguen basándose sobre la fuerza material? Para nosotros, espíritas, la seguridad sólo puede proceder de la fuerza moral de la voluntad colectiva de concordia, de paz, de armonía. Para realizarla, harían falta 2 cosas esenciales. Haría falta antes de nada hacer abstracción, en la medida de lo posible, de los intereses materiales. Sería sobre todo comulgar con un mismo ideal superior, con una misma concepción, con una misma comprensión de la vida y de la supervivencia: basados sobre la ciencia de los hechos, sobre los testimonios de ultra-tumba que han sido recogidos en todos países, basados sobre todo sobre esa noción, sobre esa gran ley de justicia que rige todos los actos y fija las repercusiones a través de los tiempos para todos los individuos, para todos los pueblos.


Esta concepción que las religiones sólo han sabido aportarnos de forma incompleta, imprecisa, esa concepción, el espiritismo la está aportando al pensamiento, a la conciencia de las generaciones. Y por eso tenemos el deber de mantenerla, de afirmarla en su integridad, en su plenitud; tenemos que afirmarla a la faz del mundo, y será la obra de ese Congreso, será obra de ustedes, Señores, porque consideramos que es el instrumento indispensable, el instrumento absolutamente necesario para cumplir la renovación moral y la pacificación universal. (Aplausos.)


Quizás me dirán: es una utopía, es una quimera. De hecho ya nos lo han dicho. Nos han dicho que eran sueños, dulces sueños, pero aquí tengo un argumento a la vista, y puedo contestar a nuestros objetores sobre este punto: ¿No es esa Federación que se está constituyendo, la prueba de que nuestras esperanzas se pueden cumplir? Esa Federación todavía es muy joven, pero poco a poco irá fortificándose, crecerá, ya tiene representantes en todos los medios, en todas las naciones, y no será demasiado esperar que algún día, siendo más fuerte, más poderosa, provocará un movimiento de opinión que llevará al mundo entero hacia horizontes más amplios, hacia horizontes menos oscuros, hacia un destino menos lleno de peligros y amenazas, y que por fin la Humanidad podrá relucir una época más feliz, más tranquila, más exenta de pasiones, de errores que se entrometen en su obra de elaboración y de evolución. (Aplausos.)


Termino, Señoras y Señores, pero, antes de acabar, ¿no es un deber recordar la memoria de aquellos que han puesto las bases y han trazado las fundaciones de esa obra que se eleva lentamente, pero que un día albergará el pensamiento y la conciencia de las generaciones? Honremos a esos hombres laboriosos quienes, la frente alta y el alma serena, no temieron afrontarse a la opinión hostil y proclamar sus convicciones y el resultado de sus labores. En primera línea, coloco a los eruditos ingleses que, desde William Crookies hasta Lodge, pasando por R. Wallace, por Myers, por Barrett, y sin olvidar a nuestro amigo Conan Doyle, han dado un tan gran ejemplo. Muchas veces he citado el ejemplo de los eruditos ingleses, y recordado el coraje con el que han afrontado la opinión. Es gracias a ellos que hoy podemos ver elevado ese magnifico edificio del pensamiento, de la ciencia humana.


No tenemos en Francia, hay que reconocerlo, que presentar tantos nombres gloriosos, pero nosotros también tenemos nuestros pioneros, nuestros luchadores, nuestros eruditos laboriosos. Sólo citaré algunos nombres, y recordaré, sin hablar de Allan Kardec quien es el gran iniciador y tiene su lugar aparte, pero quedándome en el ámbito exclusivamente experimental, recordaré los nombres del Dr Paul Gibier, del coronel De Rochas, del Dr Geley, de Camilla Flammarion y de otros nombres que ustedes recuerdan y de los que luego hablaremos durante más tiempo. Es gracias a esos hombres que la ciencia francesa, tanto tiempo refractaria, tanto tiempo indecisa o indiferente, empieza a meterse poco a poco en la vía que, por las circunstancias y por la fuerza de la verdad, la llevará a constatar la existencia de ese mundo invisible con el que hemos logrado entrar en comunicación y del que nos llegan todas las inspiraciones y la valentía necesaria para seguir nuestra obra laboriosa.


Sí, la ciencia, ustedes lo saben, ha empezado a interesarse a las fuerzas ocultas por vía de la telegrafía sin hilo, de la telefonía sin hilo, y ha tenido que reconocer que la radioactividad no era solamente una propiedad de algunos cuerpos químicos, sino que todos los cuerpos vivos pueden emitir efluvios y radiaciones.


Hoy mismo, el Profesor Casamalli de Milan acaba de establecer la realidad de esos efluvios, de esas radiaciones de los cerebros humanos que pueden hacer vibrar aparatos receptores a distancia. Es así que poco a poco, la ciencia avanza en un camino que le llevará hacia ese océano de fuerza y de vida espiritual que nos rodea, nos domina, nos sumerge de alguna forma, que hemos ignorado hasta ahora, y que encierra riquezas y tesoros incalculables.


El día se acerca en el que la ciencia tendrá que reconocer la existencia de esos grandes corrientes de ondas, de esos haces radiantes que pueden transmitir el pensamiento de un mundo a otro, que vincula entre ellos todos los seres y todos los mundos y por los que las inspiraciones superiores pueden bajar de un plano más elevado hasta nosotros. El día que la ciencia se de cuenta de ello, tendrá que reconocer por consiguiente, la posibilidad de comunicaciones espíritas, la posibilidad de comunicaciones entre este inmenso mundo invisible y el mundo de la Tierra. Entonces, todas las inteligencias y todos los corazones podrán brillar en una misma convicción, en una misma creencia basada en un conocimiento más perfecto, más completo, más extendido de la obra divina en su admirable equilibrio y en su eternal belleza. (Aplausos.)


Terminando, recordaré a todos aquellos que, hace algunos años, en el frente ingles, en el frente francés, han caído defendiendo nuestro suelo, luchando por la libertad del Mundo y que, con su sangre, han sellado el pacto entre nuestras dos Naciones, entre nuestras dos razas, pacto de alianza que ira, poco a poco, extendiéndose a todos los pueblos y provocando ese gran movimiento espiritual del que he hablado antes. ¿No es nuestro deber recordarles? Están aquí planeando encima de nosotros e inspiran nuestras labores, estimulan nuestra marcha: muchos de ellos han reencarnado, y algunos otros se reencarnarán para seguir con nosotros con los combates del pensamiento, disipar los errores, las sombras del pasado, y afirmarse cada vez más en una gloriosa apoteosis. Menciono su recuerdo, porque me parece oír sus voces junto a todas aquellas de las que he hablado antes, decirnos: Elevad vuestros pensamientos hasta nosotros, con el fin de que, en una comunión intima y profunda, aseguremos en esta humanidad el paso, el triunfo, la dominación de la idea sobre la materia, el triunfo del alma sobre el cuerpo, y hagamos conocer a todos el verdadero sentido de la vida, la ascensión hacia ese futuro espléndido que nos espera a todos y que nos recompensará según nuestros méritos, según los esfuerzos que habremos realizado para la causa del Bien, para la causa de la Verdad! (Aplausos.)



Congreso Espírita Internacional de París, 1925

Discurso pronunciado por Léon DENIS, presidente del Congreso, en la sesión de apertura del 10 de Septiembre (recogido por estenografía).


Señoras y Señores,,


Al llamamiento de mis hermanos, he salido del retiro en el que vivo desde hace diez años en la meditación y en el comercio intelectual con los Invisibles. He salido de ello, para hacer entender a los congresistas palabras de bienvenida, de concordia y de ánimo; para ofrecerles los frutos, los consejos de mi larga experiencia.


Fue una gran alegría para mí, poder saludar, el domingo pasado, en esta misma sala, los delegados de las naciones, venidos para aportar el testimonio del desarrollo mundial, incluso diría del triunfo de nuestra causa.


Si echo una mirada hacia tras sobre el camino recorrido, puedo decir que he seguido paso a paso la marcha del espiritismo en Francia desde hace cincuenta años. He participado en las luchas que el espiritismo ha tenido que sostener para hacerse con un espacio en nuestro país, a saber en un mundo petrificado por el dogmatismo o el materialismo.


He sufrido la resistencia obstinada del bloque formado por las opiniones hostiles y los intereses combinados; como todos los propagandistas del Espiritismo, he conocido las alternativas de la conspiración, del silencio y los asaltos furiosos de la calumnia y de la denigración.


La tarea ha sido dura, a ciertas horas; pero, a pesar de los obstáculos de toda clase, el espiritismo ha seguido su camino; se ha difundido en todos los medios, y hoy tengo la satisfacción de poder saludar en esta asamblea, el coronamiento de tantos esfuerzos, la consagración de tantas labores y las primeras luces de un alba nueva.


Los conferenciantes actuales no pueden entender la acogida que recibíamos al principio, pero me gusta afirmar que en las horas difíciles el apoyo del más allá nunca nos faltó. Nos sentíamos ayudados, apoyados por las fuerzas radiantes y las intuiciones de los guías invisibles, y, hasta en las contradicciones las más violentas, sentíamos pasar sobre nosotros alientos poderosos, corrientes inspiradoras.


Por mi cuenta, he sentido esa acción del más allá, sobre todo cuando fraudes estrepitosos volvían la situación más delicada y más perturbada. También, creo tener que dar un testimonio de gratitud hacia los grandes Espíritus cuya ayuda nunca nos ha faltado, hacia esos grandes Espíritus que, actualmente, planean todavía encima de este Congreso para inspirar los trabajos y dirigirlos en un camino recto, en un camino seguro!


*


*   *


Aquí, se plantea una pregunta. Pregunta que me han hecho muchas veces, y también desde el principio de este Congreso. ¿Qué es entonces y en realidad el espiritismo?


¿El espiritismo sólo es una ciencia? ¿Es una doctrina? ¿Es una religión? Tomemos, si ustedes lo desean, la palabra religión en su sentido amplio y elevado y no en el sentido litúrgico.


Entonces, contesto claramente: el espiritismo es mucho más que eso, me explico:


En su evolución a través de los siglos, el hombre creía tener que fijar demarcaciones entre los distintos ámbitos del pensamiento; ha levantado entre ellos lo que yo llamaría tabiques herméticos, ha creado compartimentos. En uno de ellos ha depositado la ciencia, en otro la filosofía; En otro lugar están las religiones y todo eso se contradice, se combate y de esos conflictos, resulta un estado de confusión, de incertidumbre que es la causa de la mayoría de los males que sufre la humanidad.


Sin embargo, el espiritismo, lejos de confinarse en esos moldes anticuados, en esos compartimentos estrechos donde la memoria se debilita y se empobrece, los desborda por todas partes. El espiritismo se esfuerza, no para destruirlos, no para romperlos, pero para agrandarlos, alargarlos; para sacar el espíritu humano de las rutinas del pasado y elevarlo hacia niveles superiores del conocimiento, hacia una comprensión, una concepción más amplia, más completa de la vida universal; hacia una síntesis en la que puedan unirse y fundirse, un día, todas las formas del pensamiento y de la ciencia.


El espiritismo no es más que el estudio de la vida en su realidad, en su plenitud; la vida bajo sus dos formas alternantes: visible e invisible. Todavía son pocos los hombres e incluso los científicos, que conocen la vida invisible y que hayan conseguido sacar las leyes. Y sin embargo, esa vida nos domina, nos rodea, nos abraza; salimos de ella al nacimiento y volvemos a sumergirnos en ella a la muerte. La vida invisible es sin límite tanto en el tiempo como en el espacio; es preexistente y superviviente a todo, mientras que la vida terrestre no es más que una forma pasajera de la existencia, fugitiva como la sombra de un instante.


La vida invisible es el foco de fuerzas, de poderes que animan el Cosmos: es el mundo de las causas, de las fuerzas y de las leyes; sin conocerla, ningún hombre, ningún científico conseguirá resolver el enigma del universo.


Entonces, ¿cómo podríamos encerrar las manifestaciones de esa vida inmensa en los moldes estrechos, en los compartimentos exiguos que nos lega la ciencia del pasado? Por eso nunca me cansaré de gritar a todos: amplíen sus marcos y sus métodos, si quieren entrar en el camino ancho, en la etapa nueva que el espiritismo abre al pensamiento y a la ciencia!


Es evidente que, frente a las perspectivas que se abren, las formas del pasado y los marcos de la ciencia humana se vuelven insuficientes para dar, al estudio del mundo invisible y a las pruebas de la supervivencia, el lugar que se merecen.


Lo mismo ocurre con la religión cuya información sobre la vida futura ha resultado ser inexacta o incompleta según el testimonio universal de los difuntos.


En cuanto a la filosofía, a pesar de las bellezas que nos ofrece, hay que reconocer que sus sistemas múltiples y contradictorios aportan más oscuridad que luz al problema del destino. En este aspecto otra vez, el espiritismo nos entrega una síntesis más conforme a la realidad de las cosas y a la verdadera ley de los renacimientos.


Para comprender la resolución profunda que el espiritismo aporta en el ámbito de los conocimientos humanos, hay que elevarse encima de los fenómenos vulgares y vivir en la intimidad de los grandes Espíritus; hay que recoger sus enseñanzas como lo han hecho Allan Kardec y todos aquellos que han seguido sus consejos.


Por encima de los hechos de orden físico, hay que dar a los fenómenos intelectuales la parte preponderante que se merecen, como lo ha demostrado con autoridad Sir W. BARRETT en su reciente gran libro: Al filo de lo Invisible.


Sólo entonces, podremos aportar y medir todo el alcance social del espiritismo y sus amplias consecuencias, apreciar toda la grandeza y la belleza de una revelación que trae consolación, esperanzas, fuerza moral a la pobre humanidad a la deriva.


¿Han reparado en la transformación que se opera lentamente, silenciosamente – no diría en la fisonomía – diría más bien en el alma de nuestro planeta desde hace casi un siglo, a saber desde la aparición del espiritismo? Nuevas fuerzas han entrado en acción, porque el mundo invisible está obrando, y de los choques, de los conflictos producidos por el encuentro de nuevas corrientes con las fuerzas resistentes del pasado, resulta un estado de confusión que se asemeja a veces al caos. Pero el observador atento, en medio de esa confusión, discierne la acción de las fuerzas que trabajan en la elaboración de un orden nuevo.


Y bien, a esa humanidad que se levanta ardiente, apasionada, ávida de vivir y de crecer, le hace falta nuevas formas, le hace falta una creencia, un credo universal que una todos los pensamientos y todos los corazones en una aspiración común hacia el bien, hacia la belleza suprema, hacia Dios! Y será el espiritismo, el propulsor de esa obra de realización futura.


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*   *


Para terminar, quiero recordarles una cosa importante, es que, en la marcha de la humanidad, en esa marcha a la estrella, a saber hacia la verdad, hacia la luz, hacia ese lejano objetivo que se llama perfección, ustedes están a la vanguardia de esa larga caravana humana y deben servirle de guías.


Y esa situación privilegiada también les impone grandes obligaciones y grandes responsabilidades: el deber de mantener, de defender, de afirmar a la faz de la tierra los principios formulados por Allan Kardec y por los apóstoles anglo-sajones, los principios del nuevo espiritualismo, que, en medio de la confusión y del desorden moral de nuestros tiempos, parecen ser uno de los últimos refugios del pensamiento, una suprema esperanza e igual incluso un medio de salvación de la pobre humanidad todavía atada en tantos puntos, a la materia.


Es por ello que les animo a apartar de sus labores, de sus debates, todo aquello que pueda debilitar, empobrecer los principios consagrados por todos los congresos anteriores. Esos principios son un legado muy valioso, tienen que salir de sus estudios, más brillantes, más resplandecientes que nunca, con el fin de que cumplan en el mundo su papel renovador, regenerador.(Aplausos.)



Sesión de clausura, el 12/09/1925.


Discurso de Léon DENIS, presidente del Congreso

Hermanos y Hermanas en creencia, los congresos anteriores han sido, lo saben, igual que las etapas de ese gran movimiento de ideas que se llama Espiritismo. Todos esos congresos, particularmente el de Paris, en 1900, los de Lieja y Ginebra, más recientes, han tomado como base de sus trabajos y han afirmado en sus conclusiones, los principios del espiritismo establecidos por Allan Kardec según las enseñanzas de los Espíritus recogidos desde todos los puntos del mundo.


A lo largo de los debates y en todos sus trabajos, los congresistas tuvieron cuidado de apartar todo aquello que hubiese podido dar al espiritismo un carácter dogmático, un carácter místico o sectario; dejando de esa forma el espiritismo abierto a todos los progresos, a todos los desarrollos del futuro, y eso en respuesta a aquellos que pretenden que el espiritismo es una ortodoxia, mientras que el espiritismo es una filosofía viva y libre y que evoluciona en el camino de los conceptos del pensamiento y de la ciencia.


De esas labores, de esos debates, ha salido una poderosa corriente de opinión, una corriente que ha crecido, que se ha acentuado y que se ha vuelto una fuerza regeneradora, una corriente que ha penetrado en todas partes como pueden verlo a su alrededor, en la literatura, en las artes, hasta en el periodismo, y que ha terminado por imponerse a la atención de todos.


Y ahora es ese Congreso de 1925 el que viene coronando de forma magnífica toda esa serie de esfuerzos, todos esos largos trabajos, esas largas labores. Ustedes han afirmado en su conciencia, en su alma, en su pensamiento, los mismos principios que defendemos desde hace medio siglo y que ya han sido consagrados por los congresos anteriores. No hay, pues, reniego, no hay, pues, escisión, hay una continuidad, la armonía de un mismo pensamiento que evoluciona, que sigue al través del tiempo. Pero ustedes aportan algo más, aportan algo nuevo, es esa federación, esa organización, que ya es fuerte, porque se extiende hasta las extremidades del globo y porque reúne, junta, para caminar hacia delante, todas las fuerzas del pensamiento, de la inteligencia y del corazón. Y será más tarde una palanca capaz de levantar el mundo del pensamiento y de la ciencia.


También, cuando la historia grabe los principios de ese gran movimiento de ideas, rendirá homenaje a sus labores, a sus esfuerzos y a sus intenciones.


Pueden estar pues, orgullosos de su obra, de la parte que han tomado, y cuando volverán a sus tierras, a sus hogares respectivos, podrán decir a todos que el espiritismo está bien vivo y que ha salido más fuerte y poderoso que nunca del trabajo de ese Congreso.


Hoy en día, la fuerza del espiritismo y su papel importante aparecen a vista de todos. Todo el mundo ve que aporta una solución a muchos problemas y un remedio a muchos males. Ustedes han visto, han seguido los esfuerzos de las naciones para establecer la pacificación universal. Ustedes saben que en Inglaterra como en Francia, graves problemas sociales están suspendidos sobre nuestras cabezas. En Francia, por ejemplo, tenemos esa grave cuestión de la reforma de la enseñanza, la creación de una educación popular que arranca las generaciones que suben a las sugestiones del egoísmo, del materialismo y de la anarquía. Ustedes tienen en sus manos los medios para facilitar esas reformas y esos progresos.


Vamos a separarnos, pero antes, déjenme dar un caluroso agradecimiento, un cordial agradecimiento a todos nuestros abnegados colaboradores y, en primera línea, a nuestra secretaria general, que ha realizado una tarea aplastante, con una facilidad, una habilidad, un ánimo, que le han permitido ganarse la admiración de todos. Doy las gracias a todos esos hombres dedicados y generosos, aquí presentes, que han aportado sus piedras al edificio que elevamos al pensamiento y a la ciencia. Doy las gracias a la prensa que ha querido dar un relato casi siempre benevolente de nuestras labores y de nuestros esfuerzos, y propagar sus ecos a través el mundo.


No quería olvidarme a nadie, y les agradezco, a todos ustedes que han mostrado una atención y una perseverancia sostenidas a lo largo de nuestras sesiones.


Déjenme, en último lugar, recordarles una anécdota, un recuerdo:


En el Congreso de 1900, que yo presidía, los delegados españoles, Aguarod y Estéva Marata, habían ido a París con un sentimiento de entusiasmo, y diciéndose para sus adentros: « Vamos a encontrar en la patria de Allan Kardec una organización digna del espiritismo y unas instalaciones conforme a la grandeza y la fuerza de la idea.» Después de una visita al cementerio “Père-Lachaise”, buscaron el centro de reunión del espiritismo parisino. Pero los espíritas parisinos eran pobres. Después de muchas búsquedas, acabaron por encontrar en la calle “Faubourg-Saint-Martin”, en el fondo de un patio, una construcción con tablas que a lo mejor había hecho de cuadra en su tiempo, y que era apropiada a las reuniones espíritas. Esa construcción estaba cerrada ya que sólo se usaba el domingo, y fue para aquellos delegados una gran decepción. Tuve hasta dificultad para realzar en sus mentes, la opinión que podían tener del espiritismo francés. Pero, poco a poco, en base a demostraciones fraternales, y sobre todo gracias a vibrantes discursos pronunciados al final del Congreso, pude despertar en ellos este entusiasmo que parecía estar apagado.


Hoy, ya no es en una construcción de tablas que han sido recibido, pero en un magnifico hotel, admirablemente apropiado a todas las necesidades de la causa, con múltiples servicios. Se trata de una obra completa y armónica. Ese local que todos ustedes conocen, en la calle Copernic, se completa con un Instituto que posee todos los perfeccionamientos necesarios a la experimentación. Todo esto se debe al Señor Jean MEYER, a quien estoy contento de expresar la gratitud de todos los miembros del Congreso por los enormes sacrificios que ha hecho al conseguir dar a nuestra obra una cara digna de sí, digna del respeto y de la consideración de todos. En fin, quiero recordar la perseverancia, la voluntad tenaz con la que, en medio de muchas dificultades, el Señor Jean Meyer ha sabido preparar esos grandes cimientos del espiritismo y asegurarle el éxito.


En último lugar, doy las gracias sobre todo a nuestros hermanos ingleses, americanos, y a aquellos de todas las naciones que han venido a participar a nuestras labores, y particularmente a Sir Arthur Conan Doyle quien ha dado un impulso tan vigoroso a la opinión espírita y ha hecho resonar con su habla vibrante y con el resultado de sus proyecciones, toda la prensa francesa. Nos ha prestado una ayuda que nunca olvidaremos, y cada vez que querrá volver a Francia, al igual que ustedes, mis Hermanas y Hermanos, estarán acogidos de una forma absolutamente sincera y fraternal. Adjunto a esas palabras, mis homenajes a Lady Conan Doyle, que ha acompañado al ilustre escritor a través el mundo, porque es en el mundo entero que ha sembrado las semillas de la verdad y de la creencia.


Vamos a separarnos, y quizás nunca volveremos a vernos en este mundo, pero sin duda volveremos a vernos en el otro, y trabajaremos otra vez en servir la causa de la verdad, y en propagar cada vez que podremos, los rayos del sol naciente que es el espiritismo!


Terminando, invoco sobre ustedes las radiaciones de arriba, invoco sobre ustedes las corrientes de la fuerza divina, para que les penetren, vengan a fecundar sus almas y hagan persistir en ustedes esa devoción, ese coraje, esa abnegación que les ayudarán a afrontar las dificultades de la vida, y de esa forma triunfarán del escepticismo y del materialismo difundiendo por el mundo la fe y la convicción que están en sus corazones.(Aplausos.)


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Después de los aplausos que saludaron el final del discurso del venerado presidente del Congreso, nuestro simpático hermano, el Señor Oaten, delegado de Gran Bretaña, secretario de The Two Worlds, expresa el placer de los espiritas de Ultra-Mar de ver al Señor Léon Denis, que muchos sólo conocían de nombre. Da las gracias al Señor Meyer y a todos aquellos que, de cerca o de lejos, han colaborado a esa gran obra del Congreso, y a la bonita exposición, cuyo merito se debe en gran parte, al Señor Pascal Forthuny.


Las divergencias de opinión, dice él, que parecen existir o que se presentan entre los hermanos franceses, ingleses o americanos no son más que aparentes en realidad; resultan sobre todo de las diferencias de palabras, de educación, y de la influencia que ha ejercido sobre nosotros el entorno en el que hemos sido criados. El Señor Oaten ve precisamente en esa reunión estrecha de todos los espíritas, en esas audiencias mundiales, la única oportunidad de aplanar las dificultades y de dar vida a esos comienzos de fraternidad humana a la que queremos. Nos dieron cita para el próximo Congreso internacional.


El Dr Wallace, miembro de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Londres, se une a las palabras pronunciadas por el Señor Oaten, y dirige a su vez y en nombre de la London Spiritualist Alliance, sus agradecimientos a los organizadores del Congreso.


El Señor Reverendo Grimshaw, que representa la más importante reunión de espíritas del mundo entero: la Nacional Spiritualist Association de Nueva York y de los Estados Unidos, nos expresa su placer de estar con nosotros. Saluda la creación de la Federación Espírita Internacional como el medio más efectivo y más práctico para hacer que esta fraternidad se haga universal y se haga del todo real, no sólo en las palabras, pero también en los actos. Afirma que si es necesario que una palabra esté dicha en toda América para que esta se relacione con la Federación Espírita Internacional, él pronunciará esa palabra desde California hasta el Estado de Nueva York.


La Señora Cadwallader, editora del importante cotidiano The Progressive Thinker, se une también a los agradecimientos de nuestros hermanos ingleses. Anuncia al Congreso que los espiritualistas americanos han decidido elevar un monumento afirmando la doctrina espírita, que será construido en memoria de los hechos de Hydesville donde fueron observadas las primeras manifestaciones. Este monumento, cuyo principio ha sido adoptado por todos, tendrá por objetivo mostrar toda la grandeza, toda la acción moral y social y todos los objetivos que persiguen los movimientos espíritas en general. La Señora Cadwallader promete traducir en los periódicos americanos el gran esfuerzo que se ha llevado a cabo hacia la unión internacional. Rindiendo homenaje a Allan Kardec, nos agradece haber saludado a aquellos que, en Hydesville, han llamado la atención del universo con la siguiente afirmación: « ¡La muerte no existe! »


El Señor Mack, que representa el importante movimiento ingles a favor de la infancia, piensa que la atención que el Congreso ha dado a ese grave problema se traducirá por realizaciones que se ampliarán según los medios disponibles.


El Señor Rishi, el valioso delegado de las Indias, después de unirse a los agradecimientos ya expresados, afirma que en la India, millones de hindúes admiten nuestras teorías de una forma del todo normal. Formula el deseo que, algún día, el Congreso espírita tenga lugar en las Indias.


el Señor Allans da los saludos de la California donde el Doctor Schild ha organizado la enseñanza del espiritismo, con el fin de hacer entender a los hombres la fraternidad que les une.


El Señor Beversluis, delegado de Holanda, recita un delicado poema espírita que lamentamos no poder reproducir aquí por falta de sitio.


Después de todas esas alocuciones, Léon Denis se vuelve a levantar y pronuncia las siguientes palabras:


Queridos Hermanos y Hermanas,


Han afirmado y han hecho más estrecha la colaboración de los dos mundos, visible e invisible. Han hecho más estrecha la intervención de los Espíritus en la evolución humana, en su participación a nuestros trabajos, y a nuestros esfuerzos, con el fin de que la humanidad sea más sabia, más alumbrada y más feliz. Qué os asistan las fuerzas invisibles, que los rayos celestes que nos han ayudado les protejan para que en el resto de sus existencias, puedan seguir aportando su ayuda a esa gran obra. Qué sus pensamientos estén siempre unidos a los suyos por el bien común, el bien de la humanidad.