El verdadero ESPIRITISMO no tiene nada que ver con echar cartas,amuletos,adivinar,ni rituales, ni se lee el futuro, ni astrologia,ni supersticciones,ni nada por el estilo. El verdadero ESPÍRITA tan solo busca su transformación moral y el trabajo interior, luchando por conseguir el despertar de la conciencia. El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal. El espiritismo nos ayuda a conocer el mundo invisible que nos rodea y en medio del cual vivimos, las leyes que lo gobiernan, sus relaciones con el mundo visible, la naturaleza y el estado de los seres que lo habitan y, en consecuencia, el destino del hombre después de la muerte, es una auténtica revelación en el sentido científico de la palabra. El espiritismo no es NINGUNA RELIGIÓN,es una ciencia puramente filosófica. El propósito máximo del Espiritismo es el de llevar un mensaje que provoque el Adelantamiento Espiritual a la humanidad, mediante la "Moralización".La mediumnidad ha existido desde los tiempos más remotos, no es lo mismo una mediumnidad equilibrada que una mediumnidad desequilibrada.
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lunes, 17 de diciembre de 2012
CAMBIANDO DE VIDA
LA BIBLIA Y EL ESPIRITISMO
Tenía yo entonces 23 años y estaba a punto de casarme. Por aquel entonces la Iglesia Católica obligaba, a los candidatos al altar, a hacer un cursillo para intentar imbuirles de la responsabilidad del paso que iban a dar. De aquel cursillo solo recuerdo una pregunta que me hicieron: “¿Qué es para ti la Iglesia?”, y la contestación mía fue: “No lo sé”, nunca me había parado a pensar al respecto, lo que me chocó profundamente, había convivido con la Iglesia desde pequeñito, había tomado la comunión con su respectivo cursillo, pero nunca me había hecho preguntas sobre ella. Entonces la pareja que nos aleccionaba me regaló un ejemplar del Nuevo Testamento que acepte agradecido.
He de decir que soy un gran aficionado a la lectura y hasta aquel momento había leído todo lo que caía entre mis manos, es que soy muy curioso, y este libro no iba a sufrir peor suerte. Su lectura despertó en mi una viva inquietud, un vivo afán de profundizar en esas enseñanzas maravillosas vertidas hace dos mil años. Estaba en esa tesitura, dudando si acercarme a la Iglesia del barrio para hablar con el cura y me explicara algunas cosas, cuando un vecino, que posteriormente se convirtió en un gran amigo mío, me regaló otro libro. Señores, este libro fue una Revelación para mi, vino a explicarme todo lo que ya sabía pero tenía olvidado, ese libro es El Libro de los Espíritus.
Ni que decir que a raíz de leer esos dos libros mi interés por lo espiritual fue in crescendo. Mi amigo y yo nos convertimos en inseparables, donde iba uno iba el otro. Juntos hicimos alguna incursión en otras doctrinas como son la Antroposofía o el sincretismo religioso de otro querido amigo y maestro.
Después de unos años de travesía del desierto por motivos laborales, aislado de todo este mundillo, donde maduré y me hice más fuerte, he vuelto a mis raíces y aquí me tenéis dispuesto a aburriros un poquito.
El tema que voy a abordar hoy ya fue tratado y mejor dilucidado por otros más grandes que yo, como son Allan Kardec, León Denis y otros muchos. Para esta conferencia me he basado en el libro “Visao Espírita da Biblia” de J. Herculano Pires, insigne espírita brasileño
El ANTIGUO TESTAMENTO, tomado de la religión hebraica y escrito inicialmente en arameo y hebreo, consta de 39 libros y narra la historia política/religiosa del pueblo hebreo. Este conjunto constituye la 1ª Revelación y su revelador fue Moisés cuya misión fue aportar al mundo el concepto de un Dios único, sin forma definida.
El NUEVO TESTAMENTO narra la vida pública de Jesús, sus enseñanzas, hechos de los apóstoles, cartas a las primeras iglesias y el Apocalipsis. Constituye la 2ª Revelación y su revelador fue Jesús el Cristo que vino a ampliar, dulcificar las enseñanzas de Moisés cambiando el concepto del DIOS/JEHOVA colérico, justiciero y guerrero por el del DIOS/PADRE amoroso, justo y pacifico.
El ESPIRITISMO es una ciencia de observación de las relaciones con los espíritus y es una doctrina filosófica de los cuales se derivan unas consecuencias morales. Sus basamentos están en la Biblia y su desarrollo inicial en los cinco libros fundamentales que dejó escritos Allan Kardec.
En el Antiguo Testamento se anuncia la venida de Cristo, del Salvador, en el Nuevo Testamento Jesús también anuncia que enviará al Espíritu de Verdad, al Consolador que vendrá a enseñarnos todas las cosas y a recordarnos sus palabras (Juan, XIV:15 al 17 y 26). Pues bien, el Espiritismo, codificado por Allan Kardec, más dictado, inspirado y orientado por el Espíritu de Verdad es ese Consolador, es ese Espíritu de Verdad, es la 3ª Revelación anunciada, y esto no es que lo afirme yo, sino que lo afirman numerosas comunicaciones de Espíritus elevados dictadas a través de diferentes médiums en y desde la época de Allan Kardec.
La palabra de Dios no está en la Biblia, está en su creación que nos rodea y nos interpenetra, está en sus leyes que nos rigen. La Biblia, concretamente el Antiguo Testamento, es un compendio de libros que tienen su origen en la literatura oral guardada en la memoria del pueblo judío, solo después del exilio a Babilonia, fue que Esdras consiguió recopilarlos. Lo de “Palabra de Dios” ya fue utilizado por los judíos con el mismo fin que luego lo utilizaron las iglesias dogmáticas, con el de dar autoridad a la Biblia y a sus interpretaciones autorizadas.
¿Debemos por ello rechazar la Biblia? No, debemos aceptarla en su justo valor, como un libro lleno de alegorías y de mucha sabiduría. Allan Kardec nos indica al respecto en el Ítem 59 del Capítulo III, Libro 1 º del Libro de los Espíritus: “... ¿Debe inferirse de eso que sea falsa la Biblia? No, pero si que los hombres la han interpretado mal”.
Antiguamente a los espíritus se les llamaba dioses y así habían dioses malos y dioses buenos, cada pueblo tenía su dios particular, muchos eran feroces y sanguinarios, exigiendo holocaustos de sangre humana. El filósofo Tales de Mileto, ya dijo, cinco siglos antes de Cristo: “El mundo está lleno de dioses”.
Lo de que la Biblia es inspirada por los ángeles, que son Espíritus superiores, lo afirma nada menos que Pablo de Tarso, que fue, antes que apóstol, doctor de la Ley.
En Hechos, 7:53 nos dice:”vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y no la guardasteis.”.
En Hebreos, 1:7, después de advertir que dios se comunica de muchas formas:”Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.”.
En la misma epístola 1:14: “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”.
Y más adelante en 2:2: “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución,”.
En Hechos, 7:30 va aún más lejos: “Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.”
¿Le negaremos autoridad sobre la cuestión a Pablo?
¿CONDENA, LA BIBLIA, AL ESPIRITISMO?
Moisés quería preservar al pueblo judío de todas esas prácticas que tanto le había costado desarraigar. Hay que tener en cuenta que en Egipto, de donde salieron, también se practicaba todo eso y no en vano estuvieron vagando por el desierto durante cuarenta años, prácticamente aislados de todo contacto con otros pueblos, donde les estuvo moralizando con vara de hierro.
Pues, señores, todo eso también lo desaprueba el Espiritismo y condenarlo por algo que no aprueba denota una supina ignorancia o malevolencia.
En El evangelio según el Espiritismo, Capítulo XXI, ítem 7, se puede leer: “No solicitéis milagros ni prodigios al Espiritismo, porque el declara formalmente que el no los produce.” y en El Libro de los Médiums, Cap. II, ítem 14, Kardec advierte: “Juzgar al Espiritismo por lo que no admite, es dar prueba de ignorancia y desvalorizar la propia opinión.”, además, en El Génesis y en El Libro de los Espíritus, esclarece que la finalidad de la práctica del espiritismo es la moralización de los hombres y de los pueblos.
Véase por ejemplo en Números, XI: 26-29, como después de reunir en circulo alrededor del Tabernáculo a los setenta ancianos para que ellos adquiriesen el don de profetizar y le ayudasen en la tarea de dirigir al pueblo, dos jóvenes del campamento profetizan y son denunciados a Moisés, este no los condena sino que dice: “Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos,”. Moisés sabía que los dos jóvenes no eran mercenarios de los dones espirituales sino que caían en transe involuntariamente.
JEHOVÁ DESCRIBE VARIOS TIPOS DE MEDIUMNIDAD
El libro de Números es rico en fenómenos espíritas pero es que además describe varias mediumnidades, encontramos hasta cinco en unos pocos versículos que se encuentran en Números, XII: 5-8.
María y Aarón están criticando a Moisés, Jehová los oye y les reúne a los tres a la puerta del Tabernáculo, ahí se les aparece en forma de columna de nube, (todo aquel que tenga algunos conocimientos espíritas reconocerá en ello una formación ectoplasmática), y les reprende hablándoles directamente (voz directa): “6…Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión(videncia), en sueños (desprendimiento o somnambulismo) hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él (voz directa y videncia), y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová (materialización).”
También vemos en este pasaje como Jehová se inmiscuye en asuntos menores, lo que es más propio de un Espíritu-guía y no de un Dios universal que actúa a través de sus leyes y los interpretes de sus pensamientos, o sea los Espíritus superiores. Porque, como muy bien señalo el Centurión que mandó gente a rogar a Jesús que sanara a su siervo, si el, que es poca cosa, tiene gente a sus ordenes que hacen según su voluntad, como no iba a tener El ángeles que le obedeciese (Mateo, 8: 5-13 y Lucas, 7: 2-10). Así pasa con Dios, que tiene infinitud de servidores para delegar en ellos las cosas menores.
El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. (Deuteronomio, XVIII: 20)
Este pasaje confirma lo dicho anteriormente de que los espíritus eran llamados Dioses. Herculano Pires nos dice al respecto: “Jehová era el Espíritu guía del pueblo hebreo, y por eso considerado como su Dios, el Único y Verdadero. Más los profetas de Jehová podían recibir otros Dioses, como Baal, Apolo o Zeus, pero que la prohibición bíblica en ese sentido es terrible y deshumana, como podemos ver en los textos. La evolución espiritual del pueblo hebreo permitiría a Jesús venir a corregir esos abusos y sustituir la concepción bárbara de Dios de los Ejércitos por la concepción evangélica del Dios/Padre lleno de Amor hacia todas sus criaturas.”
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Ahí Kardec nos dice: “La traducción de Osterwald, está conforme al texto primitivo; dice: No renace del agua y del Espíritu; la de Sacy dice: "de Santo Espíritu"; la de Lammenais, "del Espíritu Santo".
Vemos como, según la traducción de la Iglesia de turno e incluso, a veces, de la edición, los textos son alterados y deformados. ¿Cual será la buena?
En Isaías, XXVI: 19, citado más adelante por Kardec, vemos también como su sentido original ha sido alterado, así la versión Reina Valera de 1989 se puede leer:”Tus muertos vivirán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío, cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los muertos.” y en El Evangelio según el Espiritismo se trascribe así: “Vivirán de nuevo tus muertos, mis muertos resucitarán; despertaos, y dad alabanza los que moráis en el polvo; porque tu rocío es rocío de luz. Y la tierra de los gigantes la reducirás a ruina.”.
Otro pasaje citado es el de Job, XIV: 10-14:
“Mas el hombre después que haya muerto, y despojado que sea y consumido, ¿dime dónde está? - ¿Crees, por ventura, que muerto un hombre tornará a vivir? Todos los días de mi presente milicia, estoy esperando hasta que llegue mi mudanza. (Job, Cap. XIV, v. 10, 14. Scio).
Mas cuando un hombre ha muerto una vez, que su cuerpo separado de su espíritu está consumido, ¿qué es de él? - El hombre estando muerto una vez, ¿podría acaso vivir de nuevo? En esta guerra en que me encuentro todos los días de mi vida, espero que mi cambio llegará (Id. traducción de Sacy).
Cuando el hombre muere pierde toda su fuerza, expira ¿después, en dónde está? - Si el hombre muere ¿volverá a vivir? Esperaré todos los días de mi combate hasta que llegue algún cambio. (Id. traducción protestante de Osterwald).
Cuando el hombre es muerto, vive siempre; concluyendo los días de mi existencia terrestre esperaré porque volveré a ella de nuevo. (Id. versión de la iglesia griega).
Esta última versión es muy ilustrativa, en ella queda expuesta claramente la idea de la Reencarnación.
Repito, entre tantas alteraciones y versiones, ¿cual será la buena? Difícil de saber, pero el tiempo se encargará de poner cada cosa en su sitio.
Primero, en XI: 17-34, recomienda que en la cena conmemorativa del Señor vayan todos comidos y bebidos (con moderación) de casa “Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio.”
Luego indica en XII: 7:”Pero la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso.”, y, en los versículos siguientes, hace una recopilación de “dones” (mediumnidades).
En el capítulo XIII recomienda que el mayor don a desear sea el del Amor.
En XIV: 22 nos dice que el don de lenguas (xenoglosía) es para convencer a los incrédulos y el don de profetizar es para moralizar a los creyentes.
Más adelante, en XIV: 27-33, exhorta al orden y la paz, no al tumulto ni desorden “los profetas hablen dos o tres y los demás juzguen”.
Y concluye en XIV: 39-40: “39 Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; 40 pero hágase todo decentemente y con orden.”
Estas enseñanzas son las mismas que promulga el Espiritismo.
CONCLUSIÓN: EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS COMO CONSECUENCIA NATURAL DE LA BIBLIA
Con esta afirmación, muchos se echarán las manos a la cabeza, lanzarán anatema, incluso algunos espíritas no estarán de acuerdo, pero basta estudiar los libros básico del Espiritismo para ver que Kardec afirmó y demostró que el Espiritismo es la IIIª Revelación. Y si no, leamos como ejemplo lo que dejó escrito en la Introducción de El Evangelio Según el Espiritismo:
“Muchos puntos del Evangelio, de la Biblia y de los autores sagrados, en general, nos son ininteligibles, y muchos de ellos sólo nos parecen irracionales por falta de la clave que nos haga comprender su verdadero sentido; esta clave está completa en el Espiritismo, como han podido convencerse de ello aquellos que lo han estudiado formalmente, y como se comprenderá mejor aún en lo venidero. El Espiritismo se encuentra por doquiera, así en la antigüedad como en las demás épocas; en todas partes se encuentran sus huellas, en los escritos, en las creencias y en los monumentos, y por esta razón, si abre nuevos horizontes para el porvenir, también arroja una luz no menos viva sobre los misterios del pasado.”
........
“Desde hoy en adelante, gracias a las comunicaciones establecidas de una manera permanente entre los hombres y el mundo invisible, la ley evangélica, enseñada a todas las naciones por los mismos espíritus, ya no será letra muerta, porque todos la comprenderán y será inducidos incesantemente, por los consejos de sus guías espirituales, a ponerla en práctica. Las instrucciones de los espíritus son verdaderamente "las voces del cielo" que vienen a iluminar a los hombres y a convidarles "a la práctica del Evangelio”
“Visao Espirita da Biblia”
de J. Herculano Pires
domingo, 16 de diciembre de 2012
¿Es el Espiritu Santo o Consolador prometido por Jesús?
AMÉRICO DOMINGOS NUNES FILHO
amecgs@terra.com.br
Rio de Janeiro, RJ (Brasil)
| Traducción Isabel Porras González |
¿Es el Espiritu Santo o Consolador prometido por Jesús?
El Consolador prometido vino para que la comprensión de las cosas espirituales no quedara estacionada en el tiempo y en el espacio, aprisionado en las telas retocadas de las letras bíblicas
El catolicismo trajo al público, el siglo VII, que el Espíritu Santo sería la tercera persona de la denominada “Santísima Trinidad” y, para eso, adicionó textos a la escrituras con el propósito de hacer escritura la aserción dogmática, conforme fue denunciado de entrada por Orígenes, después por el pastor Leblois, en su obra “Las Biblias y los Iniciadores Religiosos de la Humanidad”, en que relató haber visto en algunas bibliotecas manuscritos en que el dogma de la Trinidad está sólo añadido al margen. Más tarde, las añadiduras fueron intercalados en el texto, donde se encuentran aun.
La identidad entre el Espíritu Santo y el Espíritu
de Verdad es, según Pastorino, una farsa
Pablo enseña que en nosotros él habita: somos templos del Espíritu Santo. Salomón, en el Antiguo Testamento, en el libro “La Sabiduría”, relata que el espíritu de Dios está en todo: “tu espíritu incorruptible está en todas las cosas” (12:1), tratándose, claramente, del arquetipo de la perfección inmanente en toda la creación. Si esa centella divina en nosotros ya está más perfeccionada, en caso de errores cometidos con conocimiento de causa, viviremos una necesidad apremiante de expiar el grave error cometido, que simbólicamente es denominado “blasfemia contra el santo espíritu”. Según la traducción del griego hecha por Pastorino, el infractor es reo del error del ciclo y su pena no será relevada, es decir, tendrá que ser rectificada. En Efesios, Pablo recomienda no entristecer el espíritu santo, con que Dios nos marcó para el día de la liberación (4:30). En verdad, en Jesús, la centella divina, el Espíritu santo, está plenamente fructificado, siendo un espíritu puro por excelencia.
En cuanto a ser el “Espíritu Santo” el propio “Espíritu de la Verdad” o el “Consolador”, se debe resaltar que el erudito profesor Pastorino niega terminantemente esa posibilidad, basada en el Evangelio de Juan 14:26, relatando que la expresión griega “tò pneuma tò hágion” (“el Espíritu Santo”) aparece sólo una vez en el Evangelio de Juan y, según él, “asimismo, en sólo algunos códices tardíos, habiendo fuerte sospecha de haber sido añadida posteriormente” (“Sabiduría del Evangelio”, 5º vol., Predicar sin Miedo).
El texto supracitado es el siguiente: “(...) aquel Consolador, el Espíritu Santo, que el padre enviará en mi nombre, ese os enseñará todas las cosas, y os hará recordar todo cuánto os he dicho”.
La identidad entre el Espíritu Santo y el Espíritu de la Verdad o el Consolador es, por lo tanto, según Pastorino, una farsa, relatando que en el texto de Juan no hay la expresión “Espíritu Santo” ni, menos aún, las palabras “un espíritu santo”.
La presencia del “Consolador” no se verificó el día de Pentecostés, por cuanto la expresión griega “tò pneuma tò hágion” (“el Espíritu Santo”) no es hallada en los textos griegos de “Actos de los Apóstolos”, mientras que “pneuma hágion”, sin artículo definido, correspondiendo a “un santo espíritu”, es encontrada. Luego, los apóstolos no quedaron, conforme está escrito: “llenos del Espíritu Santo”, por cuanto lo correcto es “llenos de un santo espíritu”, caracterizando, de este modo, un fenómeno mediúmnico de grande porte, señalando la presencia importante de Jesús en espíritu.
Lo que se verificó, en Pentecostés, fue la pujante mediumnidad de los discípulos del Cristo
Importante aclarar que el “Consolador” vendría para enseñar todas las cosas y para recordarnos todo cuanto el Maestro había dicho. Lo que se verificó, en Pentecostés, fue la pujante mediumnidad de los discípulos de Cristo, no encontrándose ninguna enseñanza distinguida o vestigio de doctrina especial. De hecho, la confusión reinante en el cristianismo de los hombres, haciendo de las enseñanzas de Jesús una verdadera colcha de partes, es una prueba segura de que la presencia del “Consolador” aún es desconocida para los dogmáticos religiosos.
Ignorando completamente que, en la mayoría de los textos, el término correcto es “un santo espíritu” (en griego: “pneuma hágion”, sin artículo definido), los hermanos de creencia protestante se obstinan en afirmar que el Espiritismo no es el “Consolador prometido” y citan algunos textos bíblicos, seguidamente:
Actos de los Apóstoles, 5:32: “Y nosotros somos testigos de esas cosas, nosotros y un espíritu santo (una entidad espiritual superior), que Dios concedió a aquellos que le obedecen”.
Actos de los Apóstoles, 8:15: “Al llegar, Pedro y Juan rezaron por los samaritanos, a fin de que ellos recibieran un santo espíritu”.
Actos de los Apóstolos, 8:18: “Simón vio que un santo espíritu (una entidad espiritual superior) era comunicado a través de la imposición de las manos...”.
Actos de los Apóstolos, 10:44-48: “Pedro aún estaba hablando, cuando un santo espíritu (una entidad espiritual superior) descendió sobre todos los que oían la palabra. Los fieles de origen judaico, que habían ido con Pedro, quedaron admirados de que el don de un santo espíritu (una entidad espiritual superior) también fuera derramado sobre los paganos. De hecho, ellos los oían hablar en lenguas extrañas y loar la grandeza de Dios. Entonces, Pedro habló ‘¿Será que podemos negar el agua del bautismo a estas personas que recibieron el santo espíritu (entidades espirituales superiores), de la misma forma que nosotros recibimos?’ Entonces Pedro mandó que fueran bautizados en nombre de Jesús Cristo”.
Actos de los Apóstoles, 19:2: “¿Cuando ustedes abrazaron la fe recibieron un santo espíritu (una entidad espiritual superior)”?
Evangelio según Marcos, 1:8: Dijo Juan Bautista: “Yo bauticé a ustedes con agua, pero él bautizará a ustedes con un santo espíritu”, es decir, haciéndolos sintonizar con los espíritus elevados”.
Evangelio según Lucas, 12:12: “Pues en esa hora un santo espíritu (una entidad superior) enseñará lo que vosotros deben decir”.
El Espiritismo se volverá el gran liberador del
ser humano, un farol de luz
Queda bien claro que uno de los principios básicos del Espiritismo, la mediumnidad, aquí es destacada. En Éfeso, Pablo desarrolló el intercambio mediúmnico de los discípulos que ya habían sido bautizados por Juan Bautista: “Imponiéndoles las manos, vino sobre ellos un santo espíritu” (espíritus superiores). El texto es asaz esclarecedor: “y tanto hablaban en lenguas (fenómeno conocido como xenoglosia) como profetizaban” (Actos 19:1-7). Hubo la incorporación de entidades espirituales que, en trance mediúmnico, discurrían en determinado idioma extranjero, en lengua extraña al conocimiento de aquellos hombres. Así igualmente ocurrió el día de Pentecostés, con todos los discípulos de Cristo.
El Consolador Prometido vino, por lo tanto, para que la comprensión de las cosas espirituales no quedara estacionado en el tiempo y en el espacio, aprisionado en las telas retocadas de las letras bíblicas (“la letra mata”). En Ezequiel 37:1, por ejemplo, es descrito un valle lleno de huesos. En realidad, es una referencia simbólica al pueblo de Israel dominado, destruido y exiliado. Después, Ezequiel es convocado a concienciar al pueblo de su dignidad, consiguiendo finalmente su organización y levantamiento, constituyendo un gran ejército y construyendo una nueva historia (“colocaré mi espíritu sobre vosotros”).
Finalmente, muchas cosas habría de hablar aún Jesús acerca del Padre (Juan 16:12) y en el momento cierto, no utilizando más parábolas (el espíritu testifica), sino abiertamente (Juan 16:25). “La Doctrina de Cristo no es más prisionera de las Escrituras, sino resonancia de las voces del cielo” (“El Evangelio según el Espiritismo”, introducción, ítem I). El propio Maestro dijo que volvería en la gloria de su Padre, acompañado de sus ángeles (espíritus superiores) para restablecer todas las cosas. Ahora, dice Kardec que “sólo se restablece lo que fue deshecho”. De inicio, el testimonio de Jesús que tenía muchas cosas que enseñar, pero la humanidad de entonces era muy atrasada espiritualmente (“no podéis soportar ahora”). Pero, dejó una esperanza: Los hombres no quedarían más huérfanos, abriendo el horizonte de la liberación humana, a través del conocimiento de la verdad que libera, retirando las apretadas amarras de la ignorancia espiritual. El filósofo espírita León Denis exclamó: “(...) tras siglos de silencio, el mundo invisible se desvela; se ilumina y se agita hasta sus mayores profundidades. Las legiones de Cristo y el propio Cristo están en actividad. Sonó la hora de la nueva dispensación” (“Cristianismo y Espiritismo”, conclusión).
En un medio cultural adverso al misticismo y propicio a la ideas reformadoras, surge la Doctrina Espírita, síntesis profunda de ciencia, filosofía y religión, con el blanco precipuo de fecundar todas las creencias, uniéndolas bajo la égida del grande y verdadero pastor, Jesús, sepultando, en definitiva, el oscurantismo científico y religioso, contrarios a la razón y al progreso.
Ya vivimos el tiempo en el cual “Dios pondrá su ley en el interior de los hombres, la escribirá en sus corazones y todos lo conocerán, desde el menor hasta el mayor” (Jeremías 31:33).
El Espiritismo se hará el gran libertador del ser humano; un farol de luz, alejando las tinieblas de la desilusión y de la incredulidad, constituyendo el amanecer de una nueva era.
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sábado, 15 de diciembre de 2012
Irena Sendler
Personas como estas son las que hacen falta en el mundo y a la que todos debemos de aspirar a ser como ella, entregando amor sin limite aun a riesgo de nuestra propia vida.
En plena II Guerra Mundial, durante la ocupación de Polonia, una mujer le plantó cara a los nazis y logró salvar a 2.500 niños judíos. Ni la Gestapo ni sus torturas consiguieron que Irena Sendler desvelara dónde estaban los pequeños. Hoy, vive en un asilo de Varsovia, donde recibe al periodista de Magazine.En el año 2007 Irena fué propuesta para recibir el Premio Nobel de la paz, pero no fué escojida, el premio fué para Al Gore por unas diapositivas sobre el calentamiento global y en el 2009 se le dió a Barack Obama tan solo por tener buenas intenciones.
También llevaba un perro al que tenía entrenado para abordar a los soldados nazis cuando entraba y salía del gueto. Naturalmente los soldados no querían saber nada del perro y sus ladridos tapaban a los gemidos de los niños, de esta forma llegó a salvar a 2500 niños.Los nazis la atraparon y le rompieron las dos piernas y los dos brazos.Irena llevaba un registro de los nombres de todos los niños que salvaba y los tenía guardados dentro de un bote de cristal escondido al pie de un arbol del jardin de su casa.Pasada la guerra, intentó localizar a los padres que pudiesen seguir con vida y unir a las familias. La mayoría habían perdido la vida en las camaras de gas. Los niños que se salvaron encontraron casas de acojida o fueron adoptados.
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La historia de Irena Sendler está repleta de heroísmo con proporciones casi míticas. Sin embargo, ha estado extraviada entre los pliegues del tiempo durante más de medio siglo. Desconocida y oculta de manera inexplicable para la mayoría de la gente, como un tesoro antiguo esperando a ser descubierto. Pero las luces de Hollywood se proponen ahora que todo el mundo conozca la vida de esta trabajadora social polaca, que durante la ocupación alemana de su país salvó la vida de 2.500 niños judíos, sacándolos a escondidas del gueto de Varsovia frente a las mismísimas narices de las tropas nazis.
Si tomamos como referencia La lista de Schindler, donde Steven Spielberg contó la vida de Oscar Schindler, el industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración, el éxito de la producción cinematográfica parece asegurado. El filme de Spielberg, aclamado por la crítica, consiguió siete Oscar en 1993.
Mientras la figura de Oscar Schindler era aclamada por medio mundo, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales. «Además, ella nunca contó a nadie nada de su vida durante la II Guerra Mundial, era muy discreta y se limitaba a hacer su trabajo y a ayudar a la gente», explica Anna Mieszkwoska, autora de la biografía de Irena, La madre de los niños del Holocausto.
Sin embargo, en 1999, su historia empezó a conocerse. Y fue, curiosamente, gracias a un grupo de alumnos de un instituto americano de Pittsburg (Kansas) y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación dieron con algunas referencias sobre Irena Sendler en revistas especializadas y con un dato asombroso: había salvado la vida de 2.500 niños. «¿Cómo es posible que apenas haya información sobre una persona así?», se preguntaron entonces los estudiantes, cuya curiosidad crecía según encontraban más datos y testimonios.
Pero la gran sorpresa llegó cuando, tras buscar el emplazamiento de la tumba de Irena, descubrieron que no existía porque ella aún vivía y, de hecho, todavía vive. Hoy es una anciana de 97 años que reside en un asilo del centro de Varsovia, en una habitación luminosa donde nunca faltan los ramos de flores y las tarjetas de agradecimiento, que llegan diariamente desde todo el mundo.
Secuelas de las torturas. «Tenga cuidado, el que visita a mi madre acaba llorando», me advierte con una sonrisa Janina, la hija de Irena, antes de que entre a saludar a su madre. Dejo mi ramo de flores junto a su mesita de noche y paso los primeros cinco minutos de mi vida junto a una heroína de carne y hueso. «Yo no hice nada especial, sólo hice lo que debía, nada más», dice irritada con un hilillo de voz que se escapa a través de la ventana. Irena apenas existe físicamente, lleva años encadenada a su silla de ruedas, en parte debido a las lesiones que arrastra tras las torturas a las que fue sometida por la Gestapo durante la guerra, cuando descubrieron que sacaba escondidos a niños judíos del gueto. «Le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que les revelase el paradero de los niños que había escondido ni la identidad de sus colaboradores», explica la biógrafa.
Irena Sendler fue siempre una mujer de gran coraje, muy influida por su padre, un médico rural que murió cuando ella tenía sólo 7 años. De él siempre recordaría dos reglas que siguió a rajatabla a lo largo de toda su vida. La primera: que a la gente se la divide entre buenos y malos sólo por sus actos, no por sus posesiones materiales; y la segunda: a ayudar siempre a quien lo necesitase.
Así la pequeña Irena se hizo mayor y comenzó a trabajar en los servicios sociales del ayuntamiento de Varsovia, al tiempo que se unía al Partido Socialista Polaco. Corrían los años 30 y destacaba en los proyectos de ayuda a pobres, huérfanos y ancianos. «Ella era de izquierdas, sí, pero de una izquierda que ya no existe, preocupada por las personas y por su bienestar», apunta su biógrafa, quien asegura que a pesar de ello siempre se situó bastante lejos de la política activa.
En 1939 Alemania invadió Polonia y el trabajo de Irena se hizo más necesario en los comedores sociales, donde también se entregaban ropas y dinero a las familias judías, inscribiéndolas con nombres católicos falsos para evitar las suspicacias de los soldados alemanes.
Pero todo cambió en 1942, cuando las deportaciones se hicieron más frecuentes y los nazis encerraron a todos los judíos de Varsovia, unos 400.000, en un área acotada de la ciudad y rodeada por un muro. El gueto fue la tumba para miles y miles de personas, que morían diariamente por inanición o enfermedades. Irena estaba horrorizada y, como muchos polacos, decidió que había que actuar para evitar la barbarie que asolaba las calles de la capital. Consiguió un pase del departamento de Control Epidemiológico de Varsovia para poder acceder al gueto de forma legal», explica Anna. Allí entraba diariamente a llevar comida y medicinas, «siempre portando un brazalete con una estrella de David como símbolo de solidaridad y para no llamar la atención de los nazis».
Una vez dentro, la joven trabajadora social entendió que el objetivo del gueto era la muerte de todos los judíos y que era urgente sacar al menos a los niños más pequeños para que tuviesen la oportunidad de sobrevivir. Fue así como comenzó a evacuarlos de todas las formas imaginables. Dentro de ataúdes, en cajas de herramientas, entre restos de basura, como enfermos de males muy contagiosos…, cualquier sistema era válido si conseguía sacar a los pequeños del infierno. Otra manera era a través de una iglesia con dos accesos, uno al gueto y otro secreto al exterior. Los niños entraban como judíos y salían al otro lado bendecidos como nuevos católicos.
La actividad de Irena era frenética, igual que el riesgo diario a ser descubierta por los soldados alemanes. «No hice todo lo que pude, podría haber hecho más, mucho más y haber salvado así a más niños», sigue lamentándose hoy día.
Separar a los hijos. Irena aún recuerda con amargura los momentos en que tenía que separar a los padres de los hijos. Sabían que nunca más se volverían a ver y la arrinconaban entonces con preguntas y deseos de condenado. «Por favor, asegúrame que vivirá, que tendrá un buen hogar», insistían las madres, presas de la desesperación entre los llantos de sus hijos. «Ella también era madre y sentía ese dolor tan profundo como si fuese suyo, de hecho todavía lo siente y sufre con esos recuerdos», afirma Anna Mieszkwoska.
Pero, ¿qué impulsaba a una joven madre como Irena a arriesgarse de esa manera? ¿Por qué lo hacía? «Se lo he preguntado cientos de veces. Ella simplemente lo hacía porque tiene un corazón inmenso, no hay nada más», explica su biógrafa, quien asegura que ni siquiera existían motivaciones políticas o religiosas.
Una vez fuera del horror, era necesario elaborar documentos falsos para los niños, darles nombres católicos y trasladarlos a un lugar seguro, normalmente monasterios y conventos, donde los religiosos siempre tenían las puertas abiertas para los niños del Gueto.
Irena apuntaba entonces en pedazos de papel las verdaderas identidades de los pequeños y sus nuevas ubicaciones, y luego enterraba las notas dentro de botes y frascos de conserva bajo un gran manzano en el jardín de su vecino, frente a los barracones de los soldados alemanes. Allí aguardó, sin que nadie lo sospechase, el pasado de los 2.500 niños de Gueto hasta que los nazis se marcharon.
Ni siquiera las torturas de la Gestapo lograron que revelase jamás el lugar en el que estaban ocultos ni las personas que colaboraban con ella. Tampoco los meses que pasó en la terrorífica prisión de Pawlak, bajo el atento cuidado de los carceleros alemanes, quebraron su silencio. No dijo ni una palabra cuando la condenaron a muerte, una sentencia que nunca se cumplió porque, camino del lugar de ejecución, el soldado la dejó escapar. La resistencia le había sobornado. No podían permitir que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños. Así fue como pasó a la clandestinidad y, aunque oficialmente figuraba como ejecutada, en realidad permaneció escondida hasta el final de la guerra participando activamente en la resistencia.
Con el final del conflicto se desenterraron los 2.500 botes escondidos bajo el manzano, y los 2.500 niños rescatados del gueto recuperaron sus identidades olvidadas. La gran mayoría había perdido a sus padres, así que muchos fueron enviados con otros familiares o se quedaron con familias polacas, pero todos conservaron a lo largo de su vida un agradecimiento infinito a Irena Sendler. Tras los nazis llegó el comunismo y la aventura de Irena quedó olvidada entre las nuevas doctrinas. Ella, que ya tenía dos hijos, volvió a ser trabajadora social y a su vida tranquila, sólo truncada por las pintadas, en la puerta de su apartamento, en las que le acusaban con necedad de ser «amiga de los judíos» o la llamaban la «madre de judíos». Ella callaba y nunca contaba nada de su pasado «por una mezcla de modestia y de temor a que le pudiera acarrear algún problema, comenta su hija, Janina, quien asegura que aún hoy mantiene secretos y vive como si estuviese en medio de una oscura conspiración.
Cuando en 1999 los estudiantes de Kansas se toparon con su historia, se quedaron estupefactos. Estaban frente a una auténtica heroína prácticamente desconocida, así que decidieron escribir una obra de teatro sobre ella. Se escenificó en iglesias y salones sociales de la comarca, asombrando y emocionando a todos los que tuvieron la oportunidad de verla. Uno de estos asistentes fue un profesor judío quien, impresionado, ayudó a los escolares a cumplir su deseo: ir a verla a Varsovia y agradecerle lo que había hecho por la Humanidad. Les dio un cheque de 7.000 dólares y les hizo una petición: «Contadme todo con pelos y señales a vuestra vuelta».
A partir de ese momento los reconocimientos y las visitas fueron aumentando considerablemente. La llegada de periodistas extranjeros, los cumplidos oficiales, agradecimientos de todo el mundo, las visitas desde Hollywood y, finalmente, la nominación para el premio Nobel, propuesta hace unos meses por el presidente polaco Lech Kaczynski con el apoyo de la Organización de Supervivientes del Holocausto.
Mientras, todos se preguntan cómo es posible que esta historia haya permanecido tantos años en el olvido y oculta, pese a las veces que se ha tratado el tema del Holocausto y de las personas que lo protagonizaron. Incluso sus amigas le recriminaban que nunca les contara nada sobre su heroísmo y sus azañas de juventud. Sin embargo, ella sigue sonriendo en su silla de ruedas y enfadándose cuando alguien se atreve a decir que es una heroína. Porque Irena Sendler no es una heroína, sólo se limitó a cumplir con su deber.
Aqui teneis la pelicula que se hizo sobre la vida de Irene Sendler.
Elección de las Pruebas
Elección de las Pruebas
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258. En estado errante y antes de tomar una nueva existencia corporal, ¿tiene el espíritu conciencia y previsión de lo que le sucederá durante la vida?
«Elige por sí mismo el género de pruebas que quiere sufrir, y en esto consiste su libre albedrío».
-¿No es, pues, Dios quien le impone como castigo las tribulaciones de la vida?
«Nada sucede sin el permiso de Dios; porque él estableció todas las leyes que rigen el universo. ¡Preguntad, pues, por qué ha hecho tal ley y no tal otra! Dejando al espíritu la libertad de elegir, Dios le deja la responsabilidad completa de sus actos y de las consecuencias de éstos; nada estorba su porvenir, y le pertenece así el camino del bien, como el del mal. Pero le queda, si sucumbe, el consuelo de que no todo ha concluido para él y de que Dios, en su bondad, le deja en libertad de volver a empezar lo que ha hecho mal. Es preciso, por otra parte, distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios y lo que procede de la del hombre. Si os amenaza un peligro, no sois vosotros, sino Dios, quien lo ha creado; pero vosotros sois libres de exponeros a él; porque lo consideráis un medio de progreso, y Dios lo ha permitido».
259. Si el espíritu elige el género de pruebas que quiere sufrir, ¿síguese de ello que
hemos previsto y elegido todas las tribulaciones que en la vida experimentamos? «Todas no es la palabra; porque no puede decirse que hayáis previsto hasta las cosas más insignificantes de todo lo que os pasa en el mundo. Habéis elegido el género de prueba, y los hechos secundarios son consecuencia de la posición y a menudo de vuestras propias acciones. Si el espíritu ha querido nacer entre malhechores, por ejemplo, sabía a qué peligros se exponía; pero no cada uno de los actos que realizaría, pues éstos son efecto de la voluntad y del libre albedrío. El espíritu sabe que eligiendo tal camino, habrá de arrostrar tal género de lucha, conoce, pues la naturaleza de las vicisitudes que encontrará, pero no sabe si antes tendrá lugar este acontecimiento que aquel otro.
Los sucesos de detalle nacen de las circunstancias y de la fuerza de las cosas. Sólo están previstos los grandes acontecimientos, los que influyen en el destino. Si eliges un camino lleno de atolladeros, sabes que has de tomar grandes precauciones, porque corres peligro de caer; pero no sabes en qué lugar caerás, y acaso lo evites, si eres prudente. Si pasando por la calle te cae una teja en la cabeza, no creas que estaba escrito como vulgarmente se dice».
260. ¿Cómo puede el espíritu querer nacer entre gentes de mal vivir?
«Preciso es que sea enviado a un centro en que pueda sufrir la prueba que haya pedido. Pues bien, es necesaria la analogía, y para luchar con el instinto de la delincuencia, es preciso que encuentre personas de esa calaña».
-Si no hubiese, pues, gentes de mal vivir en la tierra, ¿el espíritu no podría encontrar la
esfera necesaria a ciertas pruebas? «¿Y os quejaríais de ello? Lo que tú dices sucede en los mundos superiores donde no tiene acceso el mal, y por esto sólo los habitan espíritus buenos. Procurad que pase pronto lo mismo en vuestra tierra».
261. En las pruebas que ha de sufrir para llegar a la perfección, ¿debe el espíritu experimentar todos los géneros de tentaciones? ¿Debe pasar por todas las circunstancias que pueden excitar en él el orgullo, los celos, la avaricia, el sensualismo, etcétera?
«Ciertamente que no, puesto que sabéis que los hay que, desde el principio, toman un camino que los libra de no pocas pruebas; pero el que se deja arrastrar hacia el mal camino, corre todos los peligros de éste. Un espíritu, por ejemplo, puede pedir riquezas que le son concedidas, y siguiendo entonces su camino, puede ser avaro o pródigo, egoísta o generoso, o bien entregarse a todos los goces del sensualismo, sin que quiera esto decir que deba pasar forzosamente por toda la serie de esas inclinaciones».
262, ¿Cómo el espíritu, que en su origen es sencillo, ignorante e inexperto, puede escoger una existencia con conocimiento de causa, y ser responsable de esta elección?
«Dios suple su inexperiencia trazándole el camino que debe seguir, como lo hacéis vosotros con el niño desde que nace; pero, poco a poco, le hace dueño de elegir a medida que se desarrolla su libre albedrío, y entonces es cuando a menudo se extravía, tomando el mal camino, si no escucha los consejos de los espíritus buenos. A esto es a lo que puede llamarse la caída del hombre».
-Cuando el espíritu disfruta de su libre albedrío, ¿la elección de la existencia corporal depende siempre exclusivamente de su voluntad, o esa existencia puede serle impuesta como expiación por la voluntad de Dios?
«Dios sabe esperar y no apresura la expiación. Pero puede, sin embargo, imponer una existencia al espíritu, cuando éste, por su inferioridad o mala voluntad, no es apto para comprender lo que le sería más saludable, y cuando se ve que aquella existencia, sobre servirle de expiación, contribuye a su purificación y adelanto».
263. ¿Hace el espíritu su elección inmediatamente después de la muerte?
«No; muchos creen en las penas eternas, lo cual, según se os ha dicho, es un castigo».
264. ¿Qué es lo que dirige al espíritu en la elección de las pruebas que quiere sufrir?
«Las que son para él una expiación, dada la naturaleza de sus faltas, y que pueden hacerles progresar más pronto. Los unos pueden, pues, imponerse una vida de miseria y de privaciones para probar de soportarlas con valor; otros pueden querer probarse con las tentaciones de la fortuna y el poderío, mucho más peligrosos por el abuso y mal uso que puede hacerse y por las malas pasiones que engendran y otros, en fin, quieren probarse con las luchas que han de sostener con el contacto del vicio».
265. Si hay espíritus que eligen como prueba el contacto del vicio, ¿los hay también que lo eligen por simpatía y deseos de vivir en un centro conforme con sus gustos. o para poder entregarse libremente a sus inclinaciones materiales?
«Cierto que los hay; pero sólo entre aquellos cuyo sentido moral está poco desarrollado aún, y entonces viene por si misma la prueba y la sufren por más largo tiempo. Tarde o temprano comprenden que la saciedad de las pasiones brutales, les reporta deplorables consecuencias, que sufrirán durante un tiempo que les parecerá eterno, y que Dios puede dejarles en este estado hasta que comprendan su falta y soliciten por si mismos redimirla con pruebas provechosas».
266. ¿No parece natural la elección de las pruebas menos penosas?
«A vosotros, si; pero no al espíritu. Cuando está desprendido de la materia, cesa la ilusión y piensa de distinto modo». El hombre en la tierra y bajo la influencia de las ideas materiales, sólo ve el aspecto penoso de las pruebas, y por esto parécele natural elegir aquellas que, a !u modo de ver, pueden aliarse con los goces materiales; pero en la vida espiritual compara estos goces fugitivos y groseros con la inalterable felicidad que entrevé, y entonces ¿qué le son algunos sufrimientos pasajeros? El espíritu puede, pues, elegir la más ruda prueba, y, por lo tanto, la existencia más penosa con la esperanza de llegar más pronto a mejor estado, como el enfermo escoge con frecuencia el remedio más desagradable para curarse más pronto. El que desea unir su nombre al descubrimiento de un país desconocido, no escoge un camino sembrado de flores; sabe los peligros que corre; pero también la gloria que le espera, si tiene buen éxito.
La doctrina de la libertad en la elección de nuestras existencias y de las pruebas que hemos de sufrir deja de parecer extraordinaria, si se considera que los espíritus, desprendidos de la materia, aprecian las cosas de muy distinto modo que nosotros. Vislumbran el fin, fin mucho más grave para ellos que los goces fugitivos del mundo; después de cada existencia, ven el paso que han dado y comprenden lo que les falta purificarse aún para conseguirlo, y he aquí por qué se someten voluntariamente a todas las vicisitudes de la vida corporal, pidiendo por si mismos las que pueden hacerlos llegar más pronto. Sin razón, pues, se admiran algunos de que el espíritu no dé la preferencia a la existencia más placentera. En su estado de imperfección no puede gozar de la vida exenta de amarguras; la entrevé, y para conseguirla, procura mejorarse.
¿Acaso no se ofrecen todos los dias a nuestros ojos ejemplos de lecciones semejantes? El hombre que trabaja una parte del día sin tregua ni descanso para procurarse el bienestar, ¿no se impone una tarea con la mira de buscar mejor porvenir? El militar que se ofrece para una misión peligrosa, y el viajero que desafía peligros no menores, en interés de la ciencia o de su fortuna, ¿qué hacen sino aceptar prueba voluntarias que han de redundarles en honra y provecho, sI de ellas salen salvos? ¿A qué no se somete y expone el hombre por interés o gloria? Todos los certámenes ¿no son acaso pruebas voluntarias a que nos sometemos con la mira de elevarnos en la profesión que hemos elegido? No se llega a una posición social trascendental cualquiera en las ciencias, en las artes y en la industria, sino pasando por la serie de posiciones inferiores que son otras tantas pruebas. La vida humana está calcada sobre la espiritual, pues encontramos en aquélla, aunque en pequelio, las mismas vicisitudes de ésta. Luego, si en la vida elegimos con frecuencia las más rudas pruebas con la mira de lograr un fin más elevado, ¿por qué el espíritu, que ve más que el cuerpo y para quien la vida corporal no es más que un incidente fugitivo, no ha de elegir una existencia penosa y laboriosa, si le conduce a una felicidad eterna? Los que dicen que si los hombre eligen la existencia pedirán ser principes o millonarios, son como los miopes que sólo ven lo que tocan, o como aquellos niños glotones que, al ser preguntados acerca de la profesión que más les gusta, responden: pastelero o confitero.
Un viajero que se encuentra en medio de un valle oscurecido por la bruma, no ve ni la anchura, ni los extremos del camino, pero llega a la cumbre del monte, descubre el que ha recorrido y el que aún le falta recorrer, distingue el fin y los obstáculos que todavía le restan por vencer, y puede combinar con más seguridad entonces los medios de llegar al final. El espíritu encarnado está como el viajero que se encuentra al pie del monte; pero desprendido de los lazos terrestres, domina las cosas como el que ha llegado a la cima. El fin del viajero es el descanso después del cansancio; el del espíritu, la dicha suprema después de las tribulaciones y pruebas.
Todos los espíritus dicen que en estado errante inquieren, estudian y observan para elegir. ¿No tenemos ejemplo de este hecho en la vida material? ¿No buscamos a menudo durante muchos años la carrera que libremente elegimos, porque la creemos más propicia a nuestro propósito? Si salimos mal a una, buscamos otra, y cada carrera que abrazamos es una fase, un período de la vida. ¿No empleamos el día en buscar lo que haremos mañana? ¿Y qué son las diferentes existencias corporales par el espíritu, sino etapas, períodos, días de su vida espiritista, que, como ya sabemos, es la normal, no siendo la corporal más que transitoria y pasajera?
267. ¿Podría el espíritu hacer la elección durante el estado corporal?
«Puede influir en ella el deseo, lo que depende de la intención; pero en estado de espíritu ve con frecuencia las cosas de muy diferente modo. Sólo el espíritu hace la elección; pero, lo repetimos, puede hacerla en esta vida material; porque el espíritu tiene siempre momentos en que es independiente de la materia que habita», -Muchas personas desean la grandeza y la riqueza, y ciertamente no lo hacen ni como expiación, ni como prueba. «Sin duda la materia es la que desea la grandeza para disfrutarla, y el espíritu para conocer sus vicisitudes».
268. ¿Sufre el espíritu constantemente pruebas, hasta llegar al estado de pureza perfecta?
«Sí, pero no son como las comprendéis vosotros, que llamáis pruebas a las tribulaciones materiales. El espíritu, cuando llega a cierto grado, sin ser perfecto aún, deja de sufrir; pero siempre tiene deberes que le ayudan a perfeccionarse y que no le son nada penosos, pues a falta de otros, tendría el de ayudar a sus semejantes a perfeccionarse».
269. ¿Puede equivocarse el espíritu acerca de la eficacia de la prueba que elige?
«Puede escoger una superior a sus fuerzas, y entonces sucumbe, y puede también elegir una que no le aproveche, como, por ejemplo, un género de vida ocioso e inútil; pero vuelto al mundo de los espíritus, conoce que nada ha ganado, y solicita reparar el tiempo perdido».
270. ¿De qué depende la vocación de ciertas personas a la voluntad de preferir una carrera a otra?
«Me parece que vosotros mismos podéis contestaros la pregunta. ¿Acaso no es consecuencia eso que preguntáis de todo lo que hemos dicho sobre la elección de las pruebas, y del progreso realizado en una existencia anterior?» |