miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA


Un velo de tristeza y de duelo cubre y se extiende sobre el país que sufre una guerra. Muchos son los hermanos que lloran por la perdida de sus seres amados. Es preciso en presencia de tal cúmulo de males proyectar el pensamiento hacia los principios eternos que rigen a las almas y a las cosas. Solo en el Espiritismo encontramos la solución de los múltiples problemas que un drama así plantea, en el beberemos los consuelos capaces de mitigar el dolor. Muchos son los que preguntan:
-¿Por qué permite Dios tantos crímenes y calamidades?.
Ante todo, digamos que Dios respeta la libertad humana, por cuanto ésta es el instrumento de todo progreso y la condición esencial de nuestra responsabilidad moral. Sin libertad vale decir, sin libre arbitrio no habría ni bien ni mal y, por tanto no existiría posibilidad de progreso. Es ese principio de la libertad, que constituye a la par la prueba y la grandeza del hombre, puesto que le confiere el poder de escoger y de obrar; es el origen de los esplendores morales para aquel que esté resuelto a elevarse.
¿Acaso en una guerra no se ve, a unos que se rebajan por debajo del nivel de la animalidad y a otros que, con su consagración y auto sacrificio alcanzan las alturas de lo sublime?. Para los Espíritus inferiores, como lo son la mayoría de los que pueblan la tierra, el mal es el resultado inevitable de la libertad. Pero Dios, en su honda sabiduría y su conciencia infinita, del mal cometido sabe extraer un bien para la humanidad. Colocado por encima del tiempo, domina El la serie de los siglos, en tanto nosotros, nos cuesta trabajo aprehender el eslabonamiento de las causas y sus efectos. De todos modos, tarde o temprano y sin lugar a dudas suena la hora de la justicia eterna. Sucede a veces que los hombres, olvidando las leyes divinas y la finalidad de la vida, resbalan por la pendiente del sensualismo y se hunden en la materia. Entonces, todo lo que constituía la belleza de su alma queda velado y desaparece, dando lugar al egoísmo, la corrupción y el desarreglo en todas sus formas. Llegándose a no tener otros ideales que la fortuna y los placeres. El alcoholismo y la disipación ciegan las fuentes de la vida. Y para tantos excesos solo queda un remedio: ¡el sufrimiento!.
Las bajas pasiones emanan fluidos que poco a poco van acumulándose y terminan por resolverse en catástrofes y calamidades: de ahí las guerras. No faltan advertencias y consejos. Pero los seres humanos hacen oídos sordo a las voces del Cielo. Dios nos deja hacer, pues sabe que el dolor es el único medio eficaz para reconducir a los hombres a miras mas sanas y sentimientos mas generosos. Desde el punto de vista material, Dios puede impedir que se desencadene una guerra. Pero, desde el punto de vista moral, no puede hacerlo, puesto que una de sus leyes suprema exige que todos ,tanto los individuos como las colectividades, suframos las consecuencias de nuestros actos. la conciencia publica, el sentimiento del deber, la disciplina familiar son los atributos necesarios para que los pueblos sean grandes y no se debiliten con procesos de profunda corrupción. En el Universo hay una Justicia que se pone en acción para dar fuerzas y asistir a la humanidad enferma y descontrolada.
No basta tener a cada instante el nombre de Dios en los labios, es mucho mejor para el hombre el guardar sus leyes inmutables en su corazón. Las mentiras y la perfidia, la violación de los tratados y el incendio de las ciudades, la masacre de los débiles y de los inocentes no pueden encontrar justificación ante la Divina Majestad. Todo mal cometido se vuelve, con sus efectos, contra la causa que lo produjo. Así, la violación del derecho de los débiles se vuelve también contra los poderes que lo ultrajan. De la regiones arrasadas ascienden hacia el Cielo gritos de angustia, y el Cielo no hace oídos sordos a los llamados de desesperación. Los poderes vindicativos del Más Allá entran en acción. Detrás de los que perecen en las guerras otros surgen, hasta que los invasores flaquean y horrorizados ven que el destino se ha puesto contra ellos. Aquellos que han muerto regresan al Espacio con la aureola del deber cumplido: su ejemplo inspirara a las generaciones por venir.
La lección que se desprende de las guerras consiste en que el hombre debe aprender a elevar sus pensamientos por sobre los tristes espectáculos de este mundo y dirigir sus miradas hacia ese Más Allá de donde le vendrán los socorros, las fuerzas necesarias para emprender una nueva etapa hacia el grandioso objetivo que se le ha asignado. El depositar la mente y el corazón en las cosas materiales nos demuestra que la materia es inestable y precaria. Las esperanzas y glorias que promete carecen de futuro. No hay fortuna ni poder terrenal alguno que este a cubierto de las catástrofes que puedan sobrevenir. Ninguna riqueza o esplendor es realmente duradero, sino son los del Espíritu inmortal. Solo el es capaz de transformar las obras de muerte en obras de vida. Pero, para comprender esta profunda ley es menester la escuela del sufrimiento. Así como el rayo de luz debe ser descompuesto por el prisma para producir los brillantes colores del arco iris, de igual manera el alma humana tiene que ser quebrada por las pruebas para que irradie todas las energías y todas las grandes cualidades que en ella dormitan.
En medio de la desgracia, sobre todo, es cuando el hombre piensa en Dios. Tan pronto como las ardientes pasiones suscitadas por el odio y la venganza se hayan apaciguado, y cuando la sociedad retome su normal ritmo de vida, comienza la misión de los espiritistas. Es entonces cuando tendrá que consolar duelos y curar las llagas morales, y reconfortar a las almas laceradas bajo la lenta, profunda y eficaz acción del dolor, incontables seres se tornan accesibles a las verdades cuyos depositarios responsables somos. Sepamos, pues, los espiritas aprovechar las trágicas circunstancias que atravesamos en una guerra, y la Providencia sabrá obtener que de ellas resulte un bien para la humanidad. Todas las almas fuertes que en medio de la tormenta han mantenido su serenidad pedirán, junto con nosotros y con total confianza, que las pruebas sufridas en una nación en guerra, hagan vibrar en las almas sentimientos de honor, unión y concordia que son medios poderosos de elevación. Por su intensidad, esos sentimientos pueden reaccionar contra las plagas de la sensualidad, el egoísmo, y el personalismo excesivo en los ganadores. Antaño la guerra tenia su trágica belleza, su grandeza. Se luchaba a campo raso, alta la frente y con las banderas desplegadas.
Hoy en día, no hay más que trampas, emboscadas, asechanzas. En los trabajos de la paz como en los de la guerra, los hombres han desnaturalizado empequeñecido y rebajado cuanto fuese grande. Alevosía, perfidia y mentira, son los principios habituales. Las almas de los muertos no son, como creen algunos, entidades vagas e imprecisas. Cuando han alcanzado los grados superiores de la jerarquía espiritual se convierten en poderes irresistibles, en centros de actividad y de vida capaces de ejercer su acción sobre la humanidad terráquea. Por medio de la sugestión magnética pueden inspirar a aquellos a quienes han elegido, haciendo germinar en ellos la idea directriz e incitándolos a actos decisivos que coronara su obra. De esta manera los invisibles se mezclan en las acciones de los vivientes para la realización del bien y el cumplimiento de la justicia eterna. Cuando se lucha en defensa de los débiles y la liberación de los oprimidos los poderes invisibles, las fuerzas divinas se entregan a la labor por ser lucha grande y sagrada, la lucha de la libertad, el derecho y la justicia, contra la brutalidad armada y el despotismo cínico y grosero.
La lucha formidable que se desarrolla entre las naciones y las razas, y las convulsiones que agitan al mundo, plantean los mas graves problemas. Ante este gran drama, la mente humana, ansiosa, se formula mil preguntas. Y hay horas en que la duda, la inquietud y el pesimismo invaden los espíritus más firmes y resueltos. El progreso, ¿es tan solo una quimera?. ¿ Será sumergida la civilización por la ola ascendente de las pasiones brutales?. Los esfuerzos de los siglos por realizar la justicia, la solidaridad y la paz dentro de la armonía social ¿resultaran vanos?. Las concepciones del arte y el genio del hombre, los frutos del pesado e inmenso trabajo de millones de cerebros y de brazos, ¿van a desaparecer arrasados por la tormenta?. El pensador Espiritualista sondea ese abismo de males sin sentir vértigo. Del caos de los acontecimientos extrae la gran ley que todo lo rige. Antes que nada recuerda que nuestro planeta es una morada muy inferior, un laboratorio donde son bosquejadas las almas todavía jóvenes, con sus confusas aspiraciones y sus pasiones desordenadas. Para que las energías, que dormitan ignoradas y mudas en las tinieblas del alma, salgan a la luz, son necesarios los desgarramientos, angustias y lagrimas. Ninguna grandeza puede haber sin el sufrimiento, ninguna elevación sin las pruebas. Si el hombre estuviese exento de las vicisitudes de la suerte, privado de las rudas lecciones de la adversidad, ¿podría templar su carácter, desarrollar su experiencia, valorizar las ocultas riquezas de su alma?. Puesto que el mal constituye una fatalidad en nuestro mundo ¿no existe responsabilidad para los perversos?.
Creer que no la hay seria un error funesto: en su ignorancia y ceguera el hombre siembra el mal y las consecuencias de este recaen pesadamente sobre él mismo, así como sobre todos aquellos que se asocian a sus acciones viles. Tal lo que esta sucediendo en esta hora que vivimos. Dos poderosos monarcas uno protestante y otro católico por ejemplo pueden desencadenar una guerra, preparándolo, calculándolo y combinándolo todo para obtener una victoria aplastante. Pero las fuerzas divinas, los poderes espirituales, intervienen en el conflicto, inspirando heroicas resistencias a las naciones amenazadas y haciendo surgir en ellas tesoros de valor, que anteriormente podrían venir acumulando en el fondo de las almas. Detrás de la humareda de las pasiones que sube desde la tierra, se siente la presencia de un tribunal superior invisible que aguarda el desenlace de los conflictos, para reivindicar los derechos de la eterna justicia. De una manera vaga los combatientes sienten esas cosas, tiene la intuición de que la causa que están defendiendo es justa o injusta y tal impresión va cundiendo poco a poco por todo los rincones del país.
Estas tormentas barren las frivolidades y liviandades con todo lo pueril y mundano, para dejar en pie tan solo aquello que hay en el hombre de mas sólido y mejor. Sin duda alguna, subsisten a un en las almas muchos gérmenes de inmoralidad, corrupción y decadencia después de una guerra, hasta el punto de que a veces podríamos preguntar si esta lección tremenda ha servido para curar los vicios. En cambio de ella, ¡cuantas existencias ficticias, estériles o desordenadas se han hecho mas sencillas y fecundas, o mas puras!. En ciertos aspectos, la vida publica y la privada experimentan una transformación radical. Esa depuración de los hábitos y de los caracteres trae consigo la depuración del pensamiento, sea cual fuere la forma en que este se exprese. El hombre parece haberse desembarazado para mucho tiempo de esa psicología mórbida, de esa pornografía de baja ralea, venenos de las almas que hacían considerar una nación en decadencia.
Claro esta, no echamos al olvido el penoso cortejo de calamidades engendradas en una guerra: las hecatombes espantosas, las vidas desperdiciadas, las ciudades saqueadas o destruidas, violaciones e incendios, ancianos, mujeres y niños despojados, asesinados o mutilados, el éxodo de los rebaños humanos que huyen de sus casa desbastadas: en una palabra, el espectáculo del dolor humano en lo que tiene de más intenso y pungente. Pero,(todo espírita sabe) la muerte no es sino una apariencia: al desprenderse el alma de su envoltura material adquiere mayor fuerza, una mas justa percepción de las cosas, y el ser vuelve a encontrarse mas vivo en el Más Allá. El dolor depura el pensamiento, ninguna pena es perdida, ninguna prueba queda sin compensaciones. Los que han muerto por su país cosechan los frutos del sacrificio, y los sufrimientos de los que sobreviven transmiten a su periespíritu ondas de luz y gérmenes de felicidades venideras. En cuanto a la cuestión del progreso: solo es real y duradero el progreso a condición de que se opere en forma simultánea en sus dos aspectos, el material y el moral. Porque el progreso material es, con demasiada frecuencia, un arma puesta al servicio de las bajas pasiones. La ciencia a provisto a los hombres modernos de formidables medios destructivos: maquinas de todo tipo, explosivos poderoso, cápsulas incendiarias, dispositivos para arrojar combustibles encendidos, gases asfixiantes o corrosivos etc. Aviones y tanques, amplían grandemente el campo de acción de las matanzas.
Todos los perfeccionamientos de la ciencia, hacen desgraciados al hombre cuando este sigue siendo malo. Y tal situación se prolongara hasta que la educación del pueblo siga falseada y sigan ignorando los hombres las leyes del Ser y del destino, así como el principio de las responsabilidades, con sus repercusiones a lo largo de las renacientes existencias del hombre. En lo que atañe al progreso moral, es lento y poco menos que imperceptible en la tierra, por cuanto, la población del globo va aumentando sin tregua con seres que provienen de mundos inferiores al nuestro. Y los Espíritus, que llegan, entre nosotros, a cierto grado de adelanto, evolucionan con provecho hacia humanidades mejores. De ello resulta que el nivel general varia poco y las cualidades morales de los individuos siguen siendo raras y ocultas. El hombre deberá subir aun los duros peldaños del Calvario, a través de espinos y agudas piedras. Las calamidades son el cortejo inevitable de las humanidades atrasadas, y la guerra es la peor de todas. A no ser por ellas, el hombre poco evolucionado se demoraría en las futilezas del camino o se aletargaría en la pereza y el bienestar. Le hace falta el látigo de la necesidad, la conciencia del peligro, para forzarlo a poner en acción las fuerzas que dormitan en él, para desarrollar su inteligencia y afinar su juicio. Todo cuanto esta destinado a vivir y crecer se elabora en el dolor.
Hay que sufrir para dar a luz: esa es la parte que toca a la mujer. Y hay que sufrir para crear: esa es la parte que toca al genio. Las cualidades viriles de una casta se ponen de relieve con más brillo en las horas trágicas de su historia. Si la guerra desapareciera, se extinguirían con ella muchos males, gran numero de errores, pero ¿no genera también el heroísmo, el auto sacrificio, el desprecio por el dolor y la muerte?. Y esas son las cosas que hacen la grandeza del ser humano, las que lo elevan por encima del irracional. Espíritu imperecedero, el hombre constituye un centro de vida y acción que de todas las vicisitudes y pruebas -aun las mas crueles- debe hacer otros tantos procedimientos para irradiar cada vez mas las energías, que duermen en los mas recónditos hondones de si mismo.
Las grandes emociones nos hacen olvidar las preocupaciones pueriles, a menudo frívolas, de la vida, abriendo en nosotros las influencias del Espacio. En los mundos evolucionados, entre las humanidades superiores a la nuestra, las calamidades no tienen ya razón de ser. La guerra no existe allí, pues la sabiduría del Espíritu ha puesto fin a toda causa de conflicto. Los que moran en las esferas venturosas, iluminados por las verdades eternas y poseedores de los poderes de la inteligencia y el corazón, no necesitan ya de esos estimulantes para despertar y cultivar los escondidos recursos del alma. El sufrimiento es el gran educador, así de los individuos como de los pueblos. Cuando nos apartamos del recto camino y resbalamos hacia la sensualidad y descomposición moral, el sufrimiento, con su aguijón, nos hace volver a la senda del bien. Tenemos que padecer para desarrollar en nosotros la sensibilidad y la vida. Es esta una ley seria, y austera, fecunda en resultados. Hay que sufrir para sentir y amar, para crecer y elevarse. Solo el dolor pone termino a los furores de la pasión, despierta en nosotros las reflexiones profundas, revela a las almas lo que en el universo hay de más grande, bello y noble: la piedad, la caridad y la bondad...
Es tiempo ya de que el hombre aprenda a conocerse a si mismo gobernar las fuerzas que en él residen: si supiera que todos los pensamientos y todos los actos egoístas, o envidiosos, contribuyen a acrecentar los poderes maléficos que sobre el se ciernen, alimentando las guerras y precipitando las catástrofes, cuidaría más su conducta y con ello muchos males serian atenuados. Solo el espiritismo puede ofrecer esta enseñanza. Todos los espíritas tiene el deber de difundir en su entorno la luz de las eternas verdades y el bálsamo de las consolaciones celestiales, tan necesarias en las horas de pruebas que atravesamos.
Es menester asistir a la humanidad dolorida y ofrecerle las perspectivas reconfortantes de lo invisible, del Más Allá, demostrándoles la certidumbre de la supervivencia del alma, el jubilo del reencuentro para aquellos a quienes la muerte separo. Es menester que vallamos al pueblo que carece de ideal, a los humildes y pequeños a los cuales el materialismo engaña, pues solo sabe desarrollar en ellos la avidez de placeres y los sentimientos de odio y envidia, debemos ir a ellos llevándoles la enseñanza moral, la alta y pura doctrina que alumbra el porvenir y nos muestra como la justicia se consuma por medio de las vidas sucesivas.
Todos los que, amando la justicia, la buscan en el ámbito estrecho que su mirada abarca, rara vez la encuentra en las obras del hombre, en las instituciones de este bajo mundo. Ensanchemos, pues, nuestros horizontes: entonces la veremos expandirse en la serie de nuestras existencias a lo largo de los tiempos, por el simple mecanismo de los efectos y las causas. Tanto el bien como el mal se remontan siempre a su fuente de origen. El crimen recae siempre sobre sus autores. Nuestro destino es obra de nosotros mismos, pero solo se esclarece por el conocimiento del pasado. Para captar su eslabonamiento hay que ir mas arriba y contemplar desde allí, en su conjunto, el panorama viviente de nuestra propia historia. Ahora bien, esto Será solo posible para el Espíritu que se encuentre desprendido de su envoltura carnal, ya sea por medio de la exteriorización durante el sueño, ya debido a la muerte. Entonces, las sombras y contradicciones del presente surge para él viva luz. La gran ley se le aparece en la plenitud de su brillo y en su soberana majestad, regulando la ascensión de los seres. La verdad, para descubrirla, hay que elevarse hasta las regiones serenas a las que no llegan las pasiones políticas y donde no reinan los intereses materiales.
Interroguemos a los grandes muertos e inspirémonos con sus consejos. Ellos nos confirmaran la existencia de esas leyes superiores fuera de las cuales toda obra humana es impotente y estéril. A pesar de ciertas teorías, lo que hace falta sobre todo, para realizar la paz social y la armonía entre los hombres, es el acuerdo intimo de las inteligencias, las conciencias y los corazones. Solo puede darlo una gran doctrina, una revelación superior que trace el rumbo humano y fije los deberes comunes. En la historia del mundo las calamidades son muchas veces signos precursores de nuevos tiempos, el anunciado de que se esta preparando una transformación y la humanidad va a experimentar profundos cambios. La muerte ha causado numerosos vacíos entre los hombres, pero Entidades mas evolucionadas vendrán a encarnar en la tierra.
Las incontables legiones de almas liberadas por la contiendas bélicas se ciernen sobre los hombres, ávidos de participar en sus trabajos y esfuerzos, de comunicar -a los que aquí dejaron- confianza en Dios y fe en un futuro mejor. Su acción se extiende y va imponiéndose cada vez más. Y suscita testimonios inesperados que, a veces, provienen de muy arriba. Como un diario de 1919 titulado "El hombre libre" que en su edición decía: Nuestros muertos queridos, están al lado de nosotros y la humanidad se compone de mayor numero de difuntos que de vivientes. Somos gobernados por los muertos. Hoy en día, un gran soplo esta pasando sobre el mundo y lleva a las almas hacia una síntesis, en la que cuanto hay de bueno y verdadero en las antiguas creencias viene a agregarse a las obras de la ciencia y del pensamiento moderno, para estructurar el instrumento por excelencia de la educación y la disciplina sociales.
A veces, las sombras se tornan mas densas y se hacen mas negra la noche en torno nuestro. Se multiplican los peligros y terribles amenazas pesan sobre la civilización. Pero en esas horas sentimos que nuestros grandes hermanos del Espacio están más cerca de nosotros. Sus fluidos vivificantes nos sostienen y penetran. Gracias a ellos se encienden en el horizonte resplandores de aurora que iluminan nuestra ruta. En medio del caos de los acontecimientos, un mundo nuevo se esboza...

DIVALDO FRANCO HABLA SOBRE LOS OVNIS




Periódicamente se generalizan conceptos e informaciones que fascinan a las criaturas, más por la extravagancia de sus propuestas que por su realidad sospechosa.
Toman cuerpo e impactan, formando corrientes que disputan superioridad.
Al principio, son rechazados, recibidos con sospecha y considerados reprochables.
A algunas personas de comportamiento maleable o tendentes a la fantasía, consiguen impresionar con facilidad, encontrando, en ellas, defensores, adeptos fervientes.
Al paso del tiempo, por ser muy comentadas, se propagan adquiriendo tintes de verdad que se transmiten con celeridad, pese a la falta de estructura que no resiste una investigación seria o porque no se sustentan en bases seguras.


Por sus características extrañas ofrecen campo a devaneos mentales, mezclándose con ocurrencias reales y convirtiéndose en verdadero pandemónium cultural que pasa, con sus argumentos confusos, a una situación pseudo científica.

En el futuro se presentaran con ciudadanía intelectual y confundirán a los individuos inadvertidos, no acostumbrados a razonamientos más profundos.

Ni siquiera los mismos acontecimientos verdaderos se vieron libres de tales aficionados a la fantasía que, sin capacidad para un examen del hecho con el cuidado de rigor, lo toman en cuenta, lo adoptan y, con esa disposición exagerada, desvalorizan para los científicos y razonables aquello que les gustaría divulgar.
Sin discutir la legitimidad o no de los objetos voladores no identificados - OVNIS - tal cuestión, muy delicada por las circunstancias de que se reviste, ha suscitado desprecio y constantes dudas, como resultado de afirmaciones absurdas que corren por el mundo, produciendo histeria en las personalidades nerviosas, alucinación en los individuos sugestionables y descrédito en los caracteres que investigan y esperan la comprobación mediante los hechos.

El Espiritismo, en su aspecto de Ciencia del ser inmortal, siempre impone una conducta compatible con su estructura doctrinaria: dejar a la investigación científica la palabra, cuando se trate de cuestiones que le digan al respecto de acatar esas conclusiones, hasta que otras mejores o más bien fundamentadas vengan a substituirlas.
No opina, excepto cuando puede demostrarlo por medio de la experiencia de laboratorio, aunque éste sea el mediúmnico.
De otra forma, el Espiritismo no tiene prisa para incorporar en su campo de informaciones, novedades o incoherencias que puedan ser consideradas complementos o desdoblamiento de sus tesis, o bien actualización de sus enseñanzas, en forma de connivencia con todo lo que necesita comprobación y resistencia al tiempo en sus conquistas continuas.

Se vive un momento cultural en la Tierra, en el cual, surgen y desaparecen novedades ante el claro sol del conocimiento científico.

Mitos, ídolos y supersticiones aparentemente bien estructurados, son destrozados a cada instante, en el esfuerzo que el hombre realiza para equilibrarse y sostenerse en realidades que no le defrauden.
Por esto, es factible una postura de observación tranquila por parte del adepto del Espiritismo, al respecto de informes y narraciones rotulados de verdaderos por quienes se presentan como testigos de los mismos.

No es que se deba dudar de todas las criaturas, sino que es necesario tener un criterio de evaluación razonable al respecto de todo, sin los arrobos de la emoción.

Los bólidos, las reacciones atmosféricas, los artefactos fabricados por los hombres aumentan cada día más en nuestros espacios siderales, produciendo efectos luminosos que dan impresiones muy equivocadas a quienes los ven, sin el indispensable conocimiento para analizarlos convenientemente.

Es punto definido en Doctrina Espirita la creencia en los mundos habitados que, poco a poco, los astrónomos confirman, partiendo de premisas para los resultados de concepciones matemáticas, y de éstas para los exámenes de radiofotografías y materiales obtenidos fuera de la Tierra, pero que Allan Kardec recibió por intermedio de las comunicaciones mediúmnicas de los seres que afirmaban vivir en otros planetas.
Ciertamente, en cada lugar donde la vida se presenta hay condiciones que propician su aparición y, a la vez, allí se caracteriza por los factores que le dan origen. Es decir, que en cada mundo, la vida dispone de requisitos propios a su habitat difiriendo de aquellos que son conocidos entre los terrícolas. Además, cuando nos referimos a la vida, especialmente a la inteligente, no nos comprometemos con aquella de naturaleza so­lamente corporal, con las características humanas conforme nuestro patrón conocido.

A la vez, tampoco nos permitimos divagaciones imaginativas, que faculten concepciones extrañas y absurdas para llenar el vacío de nuestro desconocimiento.

Aceptamos lo lógico, lo comprendemos, y aguardamos la oportunidad de profundizar en conocimientos e indagaciones.

Este es un comportamiento razonable, filosóficamente, y científico, experimentalmente.

Que los seres de otras dimensiones, de otros Orbes se comuniquen con los hombres, no hay duda. Que ellos ya hayan estado en la Tierra, algunas veces, quizás construyendo algún tipo de civilización, lo demuestran los monumentos arqueológicos; los monolitos de lava volcánica trabajada; las señales de sustancias radiactivas en regiones donde no las hay y que hacia allí fueron llevadas; los dibujos en cuevas que hacen recordar los trajes espaciales y, antiguas leyendas, inclusive bíblicas, de "los ángeles que descendieron de los cielos" para convivir con las criaturas humanas...

El conocimiento libera al hombre de la ignorancia, estructurándole emocional y psíquicamente, armándole de valores éticos para una existencia digna.

Por eso, una creencia que no resista el cuestionar de la ciencia, es errónea, manteniéndose por poco tiempo, ya que, por falta de fundamentos, se desmorona por sí misma.

La razón es la conductora del pensamiento que se debe apoyar en la ciencia para conquistar y conducir la existencia humana a su verdadero desiderátum, sin comprometerse con teorías absurdas y concepciones fantasiosas, imaginativas.

Miguel Vives Espiritista




El Espiritista Miguel Vives
Apodado "El Apostol del Bien" por su gran caridad humana
LA VIDA DE MIQUEL VIVES Y VIVES FUE MEJORANDO A TRAVÉS DE LOS AÑOS, HASTA LLEGAR A ENCONTRAR SU PUNTO MÁS ÁLGIDO DENTRO DEL ESPIRITISMO
Miquel Vives y Vives ha sido todo un referente dentro de la doctrina espírita de nuestro país, siguiendo los pasos del que fue su referente, el conocido y popular Allan Kardec.


Desde el momento que Miquel Vives comenzó a ilustrarse del espiritismo divulgado por el maestro Allan Kardec, no tuvo otro objetivo en la vida que seguir estudiando esta doctrina y divulgar sus enseñanzas a los demás.

Con los años fue apodado "el Apóstol del bien" debido a su gran caridad humana que mostraba con sus semejantes, y a día de hoy cuenta con una calle con su nombre en la ciudad barcelonesa de Terrassa.
ESPAÑA ES EL PAÍS PIONERO EN PRESENTAR UNA PROPUESTA AL PARLAMENTO DE ENSEÑANZA SOBRE LA DOCTRINA ESPÍRITA Y EN CELEBRAR UN CONGRESO SOBRE ESPIRITISMO EN EL AÑO 1.888 EN LA CIUDAD DE BARCELONA
Miquel Vives nació en Barcelona en el año 1.842, desde niño sufrió una oleada de tristeza y dolor que comenzó a los dos años cuando su madre perdió la vida y a los once ya se encontraba sin padre ni madre, quedando al cuidado de su hermano, unos años mayor que el.
Durante la próxima década Miquel mantuvo siempre el recuerdo de la tragedia, sobre todo de la memoria de su padre que era de quién tenía algunos recuerdos, ya que su madre falleció cuando el aun no tenia uso de razón y no llegaba a recordar nada de ella.
Con 24 años contrajo matrimonio con la que había sido su novia durante algunos años. Este noviazgo le hizo olvidarse por momentos de su difícil niñez y llegar a convertirse en un joven feliz y alegre, sin embargo en su luna de miel, la tragedia volvió a presentarse ante el de forma debastadora. Su esposa fallece de manera inesperada, lo que crea en Miquel una tremenda depresión que le causa una enfermedad física y mental impidiéndole realizar una vida social normal, durante la cual perdió el contacto con sus amigos debido a que no salía de casa y estos fueron poco a poco dejando de ir a visitarlo, el único calor humano que tenía era el de sus suegros, sus cuñados y su hermano, los cuales lo arroparon en todo momento.
En 1.871 Miquel vives se traslada a vivir junto con sus cuñados a la ciudad de Terrassa, a los pocos meses de estar viviendo en la ciudad egarense, Augusto, hermano de Miquel, le hace unos comentarios sobre algo desconocido por él hasta la fecha "espiritismo" la verdad es que Miquel al principio se muestra escéptico ante las palabras de su querido hermano, sin embargo confía tanto en el que decide interesarse por el tema y acepta los libros que Augusto le ofrece, del autor, que pocas horas después se convertiría en su insignia a seguir, es el ilustre Allan Kardec.
Después de leer las primeras páginas de una de las obras de Kardec, Miquel se da cuenta de que ha encontrado su camino, el que le llevará hacía la salvación de su estado de salud, y en poco tiempo comienza a divulgar las enseñanzas que Allan Kardec comenta en sus libros.
MIQUEL VIVES FUNDÓ EN EL AÑO 1.871 EN TERRASSA EL CENTRO ESPÍRITA "FRATERNIDAD HUMANA" Y EN LA ACTUALIDAD SIGUE UBICADO EN EL MISMO LUGAR Y CONSERVA EL MISMO NOMBRE
A finales de 1.871 Miquel comienza a celebrar reuniones privadas en casa de amigos donde practican el espiritismo y la mediunidad, pocos meses después funda en Terrassa junto con este grupo de compañeros el centro espírita "fraternidad humana" donde continúan con sus estudios y divulgaciones del espiritismo, actualmente este centro sigue abierto en la calle Blasco de Garay y conserva el mismo nombre.
Además Miquel comenzó a raíz de aquí, a adquirir ciertas facultades de mediunidad y sanación que irían mejorando con el paso de los años, llegando a convertirse en el salvador de aquellas personas sin recursos económicos para pagar los servicios de un médico, ya que Miquel dedicó parte de tu tiempo a compaginar la doctrina espírita con el estudio de la medicina.
Pasados algunos años Miquel conoció en su circulo de amistades a una mujer que encandiló su alma y que además era seguidora de esta doctrina, por lo cual después de un corto noviazgo se casó por segunda vez y llegó a tener dos hijos.
En 1.873 este incansable espiritista participio en la propuesta que se presentó en el parlamento español de enseñanza sobre esta doctrina, siendo nuestro país el pionero en este campo.
MIQUEL VIVES SE PREOCUPA POR AYUDAR A LOS MÁS DESFAVORECIDOS, LLEGANDO A RECIBIR EL APODO DE "EL APÓSTOL DEL BIEN"
Miquel Vives empieza a ser conocido en Terrassa no solo por el espiritismo, también por su gran caridad humana, ya que intentaba ayudar a todos los desfavorecidos que podía, se comenta que solía invitar a los mendigos a su casa para darles de comer, incluso invitó a un gran número de indigentes a la boda de su hija Micaela para hacerlos partícipes de su gran felicidad por ese evento.
El año 1.882 sería un tanto agridulce para Miquel Vives, ya que la tragedia volvió a cobrar sentido en su vida y su hijo de nueve años falleció de forma trágica, cosa que afecto a Miquel como padre que era, sin embargo lo aceptó de otra forma debido a la mentalidad trascendental que había adquirido a través de la doctrina espírita.
En ese mismo año creó una asociación que estaba integrada por otros grupos y que nombró Federación espírita del Valles, de la cual surgió con el paso del tiempo la Federación catalana de espiritismo.
En el año 1.888 organizó y participó en un congreso pionero en el mundo sobre espiritismo, que se celebró en la ciudad de Barcelona.
En el año 1.981 Miquel se trasladó a Barcelona donde vivió hasta el 28 de Enero de 1.906, fecha en la que falleció y por fin descubrió aquellas incógnitas que habían marcado su vida sobre la trascendencia del mundo de los vivos al de los muertos.
Miquel Vives y Vives fue una persona muy querida en Terrassa, por lo cual fueron más de 5.000 personas las personas que desfilaron por delante de su ataúd para darle el último adiós, además las fabricas y comercios cerraron sus puertas para que los trabajadores pudieran asistir al entierro y despedirse así de este gran hombre que tanto había ayudado a los menos favorecidos de la ciudad.
El apodado "Apóstol del bien" tiene una calle con su nombre en Terrassa "calle Miquel Vives" está situada en una travesía de la Av. Barcelona, y cruza las barriadas de Can Anglada y Escuelas.
Al final de sus días Miquel Vives nos dejó varias obras para el recuerdo, las dos más conocidas fueron "Guía Práctica del Espirita" y "El Tesoro de los Espiritas", también fue el fundador de la desaparecida revista "Unión" que trataba sobre todo temas relacionados con la reencarnación y fue socio honorario de la revista "la Doctrina".

LA GENÉTICA ANTE LA DOCTRINA ESPIRITA





ALGUNOS COMENTARIOS



     Recientemente, nació en España un bebe seleccionado genéticamente para curar  una enfermedad de otra persona. Javier es el octavo bebe nacido en Andalucía sin enfermedad hereditarias, gracias al Diagnostico Genético Pre-Implantatorio-  DGP.

     La técnica puede ser aplicada para enfermedades como fibrosis quística, hemofilia A y  B, distrofia muscular y el mal de Huntington, entre otras. Si las dolencias siempre presentan un componente genético, aunque débil, intentar abordarlo es neutralizarlo, es benéfico en términos de salud pública.

     En Portugal, dos gemelos sanos, con 16 semanas, son la prueba del éxito de la prueba desarrollada en Porto por un grupo de investigadores. La madre, de 24 años  y portadora de paramielosis,  vulgarmente conocida por la enfermedad  de los piececitos, recurrió a un proceso de fertilización “in-vitro”, que permitió obtener el diagnostico genético del embrión, antes de su implantación  en el útero.

     La transferencia fue bien realizada y el examen prenatal, de las 16 semanas, confirmó la salud de los bebes. Sin embargo aunque su aplicación no sea muy común, ya fueron desarrollados casos de diagnostico genético, para diversas enfermedades, especialmente para anomalías cromosómicas.

     La combinación del conocimiento genético con los avances de la tecnología reproductiva, ya permite a los padres, seleccionar algunos de los genes  que quieran (o no) transmitir a sus hijos.

     Más, entretanto, insertar genes en embriones es una tecnología llena de imperfecciones, con más riesgos que beneficios, y que deberá demorar, aun, algunas décadas antes de alterarse la situación. Será posible, “producir” bebes resistentes al cáncer, a las enfermedades cardiacas y mentales y, hasta, al AIDS.

     Estamos convencidos, de que el conocimiento de la condición de riesgo genético de cada ser, se torna necesario y obligatorio para la prevención de la enfermedad, constituyéndose en una tecnología social, que puede establecer la relación del individuo consigo mismo, con la familia y con la sociedad.

     Todavía opciones legales, podrán bloquear esos avances de la genética, que entre los científicos, no son aceptadas, unánimemente, bajo el punto de vista ético.

     El tema puede llevarnos a reflexionar, también, sobre el nefasto eugenismo  de Francis Galton , que permanece como la fianza científica, de toda pretensión  a predecirse el futuro de un individuo.

     La doctrina de  la Eugenia, fundada por Galton, tenía como principio generar una élite genética por el control riguroso de la reproducción humana, favoreciendo la perpetuación de los individuos, con caracteres de comportamiento deseables y  desterrando a los indeseables.

     Sabemos que algunos Estados totalitarios, del siglo XX, llegaron a adoptar la Eugenia como programa de desenvolvimiento social con trágicas consecuencias.

     ¿Qué es lo  que puede ocurrir con la disponibilidad comercial de pruebas, relativas a características humanas complejas, para aplicación en embriones “in-vitro” en procedimientos de diagnostico genético pre-Implantatorio?
     Es interesante revelar  que, mucho antes de la hereditariedad fuese explicada en bases  biológicas, hoy, bases genéticas, a las nociones de SANGRE y parentesco, eran usadas para explicar las desigualdades sociales.

     La superioridad de la SANGRE AZUL era tema, históricamente discutido, y que refleja intereses de castas.

     Poco a poco, a los descubrimientos científicos, en el campo de la genética, se le fueron sumando, aflicciones de orden moral y ético: en consecuencia, de esas dudas e inquietudes, es que surgió un nuevo campo de estudio: “la Bioética, que objetiva orientar a los profesionales y a la sociedad, como un todo en cuanto a los rumbos, aplicaciones y limites relacionados a la cuestión”.

     No se puede olvidar que la Genómica es una actividad,  que en sus redes y vínculos institucionales, políticos y económicos, se organiza bajo la dirección de la poderosa industria biotecnológica, representante privilegiada del capital globalizado.

     “Envuelven, también,  a políticos y gestores preocupados con el aumento de los gastos públicos en salud, con  el bienestar de las poblaciones. "

     La genética ha sido responsable por una enorme variedad de contribuciones prácticas, en varios campos de la ciencia como la biología, la medicina, la veterinaria y la agricultura.

      Las posibilidades  de la Engenharia Genética son inimaginables. Sin embargo, en la Genética, la cuestión crucial no es lo que puede ser hecho, y si lo que debe ser hecho, con responsabilidad, buen sentido y ética.
 La Engenharia Genética es vista con naturalidad por el Espiritismo, como se puede ver en la respuesta del Espíritu Emmanuel, en el caso de la fecundación        asistida: ¿“Tales espíritus vienen a la luz mediante preparación espiritual? – Si, (…) obedecen a los Planos Superiores”.

     El Espiritismo debe aceptar las investigaciones y revelaciones de la Ingeniería Genética, desde que tengan por objetivo la mejoría de la salud humana, cuando es dirigida, esencialmente, para el bien de la humanidad.
 En suma, con relación al tema, hacemos nuestras las afirmativas de Eurípides Kühl, “Proveyendo dolencias, es más fácil tratarlas. Menos  dolencias, menos dolor. Menos dolor, más evolución espiritual. Más evolución espiritual, más amor entre los hombre. Y más amor, más próximos a Dios.
- Jorge Hessen-



Cabe al tiempo

No te quejes: Trabaja
No te irrites. Silencia
No pares. Sigue adelante
No discutas. Demuestra
No condenes. Ampara
No critiques. Bendice.
Habla, auxiliando para el bien.
Sirve sin reclamar. No te pierdas en palabras vacías.
Cabe al tiempo esclarecerlo todo en nombre de Dios.
Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Cándido Xavier, CEU)

MENSAJE PSICOFÓNICO DE AMALIA DOMINGO SOLER




Transcripción del mensaje psicofónico recibido por el médium Jorge Berrío Bustillos, el 12 de febrero de 2012, en el Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec de Quito - Ecuador, con ocasión del cierre de las actividades doctrinarias organizadas por esa institución espírita que incluyeron el “Primer Encuentro Espírita Internacional Quito 2012”

Mensaje:
"Kardec, el gran misionero, cumplió su tarea. 
Ahora, tú, cumple tu tarea, atreviéndote a cambiar, a transformarte, 
a llenarte de más positividad, de más optimismo, 
porque la tarea la dirige el Maestro Jesús. 
Tú eres sólo un instrumento. No te desanimes jamás.
Ora con mayor intensidad. Desarrolla tu voluntad. 
Ora por los que sufren. Levanta a los caídos. 
Educa a los que ignoran la verdad.
Ama a los que no te aman. Perdona a los que te ofenden. 
Y sé seguidor fiel al Maestro Jesús.
Es nuestro deseo sincero, de todos los Espíritus que estamos aquí apoyando, 
que de lo largo y ancho de toda Sudamérica brille el amor de Jesús. 
Porque ustedes, queridos hijos del alma, tienen una responsabilidad muy grande, de enseñar la Doctrina Espírita en la lengua castellana. 
Porque son millones y millones de personas que hablan su lenguaje, 
que necesitan más presencia de la verdad consoladora.
No pierdan el rumbo, hijos del alma. No pierdan nunca este rumbo,
porque Jesús espera de ti tantas cosas buenas.
Estás llamado a ser un trabajador sincero, 
a seguir con Jesús siempre en tu corazón, 
a trabajar por la causa del bien. 
Tienes un corazón grande y maravilloso. No dudes que puedes dar mucho de ti.
Mis hijos del alma, sean buenos con la Doctrina. Cuídenla. 
Cuiden ese mensaje maravilloso que tienen en sus manos. 
Cuídenla como aquel hijo que quiere a veces salirse de las manos 
y ustedes nuevamente lo acogen en su corazón.
Despierten esta realidad para que el mensaje espírita se mantenga vibrante de amor, alabando a Kardec, donde esté; gran hombre, gran corazón, gran misionero, que, siguiendo los lineamientos del Maestro Jesús, cumplió, 
y hoy les corresponde a ustedes materializar el trabajo de amor que debe reinar en la Tierra.
Contamos contigo, contigo: hombre, mujer, que la ley de la causalidad te ha reunido aquí para darte la oportunidad de ser feliz, de transcender, de ser un auténtico servidor del amor en la Tierra.
Los amamos mucho, y vengo en nombre de todos los amigos que apoyan tanto esta institución 
como todas aquellas que se identifican con el mensaje puro, con el amor sincero y con la caridad vívida. 
Estaremos siempre apoyándote, porque es una gran responsabilidad.
Con sentimientos de amor, la amiga maternal, amiga de ustedes,
 
Amalia Domingo Soler
....Dios los bendiga, hijos.


A continuación exponemos el audio original del mensaje psicofónico de Amalia Domingo Soler con varias fotografías del Encuentro Espírita Internacional Quito 2012.



sábado, 10 de noviembre de 2012

LA MUERTE DE UN CUERPO DIO VIDA A UN ALMA



LA MUERTE DE UN CUERPO DIO VIDA A UN ALMA

Entre las muchas cartas que recibo diariamente, me impresionó muchísimo una que me enviaron desde Mayagüez, firmada por Rosendo Torrens, en la que después de elogiar mis escritos por el consuelo que le producían, me decía lo siguiente:
“El 18 de febrero de 1905, la señorita Eloísa Castro estaba muy entusiasmada con la próxima fiesta de carnaval, pues sabía que iba a ser proclamada la reina de tan alegres festejos en el vecino pueblo de Cabo Rojo; y, con tal motivo, se vistió con sus mejores galas y adornó con todas sus joyas para ir con su madre a Mayagüez a comprarse su equipo de reina, y tal esmero puso en adornarse y en embellecerse, que su madre asombrada le decía: Pero Eloísa, ¿por qué te engalanas con tanto afán? ¿Piensas que vamos a una recepción? Y la madre tenía motivos más que sobrados para extrañar el capricho de su hija en vestirse con tanto lujo, porque nunca había tenido deseos de parecer bella, pues asistía al teatro y al casino vestida con la mayor sencillez, mas aquel día se engalanó como si fuera a casarse.
“Subió con su madre a una hermosa carretela y se dirigieron a la ciudad. Desgraciadamente, en la carretela hay un cruce con el ferrocarril. La madre vio venir a un tren y gritó al cochero que se detuviera, pero Eloísa gritó a su vez: No, mamá, no, no, mamá, no hay tiempo, y... hubo tiempo para que el tren destrozara el coche y muriera hecha en pedazos la infeliz Eloísa, en tanto que su madre se salvó para lamentar, con el mayor desconsuelo, la trágica muerte de su hija, que hasta la Naturaleza parece que lloró ante tanto infortunio, pues llovía a torrentes cuando el tren destrozó el carruaje donde iba la gentil Eloísa. Su pobre madre pone el grito en el cielo diciendo: Lo que yo no comprendo, lo que yo no me explico, cómo llevando mi hija tantas reliquias encima, tantos relicarios con imágenes de santas, no haya podido salvarse yendo tan bien acompañada. ¿Será mentira la protección de los santos?
“¿Podrán decirme algo los Espíritus sobre tan triste suceso? Escribidle a Amalia, decidle que una madre desolada se lo ruega, que pregunte al guía de sus trabajos por qué mi hija ha tenido que morir de un modo tan desgraciado; no es la curiosidad, es el dolor de una madre sin consuelo la que pide un rayo de luz para no acabar de enloquecerse.
“Esto pregunta la madre de la infortunada Eloísa, si se puede, a los Invisibles: por qué ha muerto de un modo tan trágico una niña amada, que no tenía enemigos, porque no había hecho daño a nadie; pregunte, Amalia, pregunte, que una madre espera su escrito como espera el sediento una gota de agua que humedezca sus secos labios, y con ella esperamos muchos espiritistas”.
Mucho me impresionó la carta de mi hermano Rosendo Torrens, pero no siempre hay médiums disponibles para hacer uso de ellos; he tenido que esperar más tiempo del que yo hubiera querido para preguntar sobre el pasado de la hermosa joven que se vistió con tanto esmero para morir, y se contempló con todas sus joyas ante el espejo, cosa que ella no tenía costumbre de hacer. Al fin mis deseos han sido cumplidos y un Espíritu me ha dictado la comunicación siguiente:
“El dolor de una madre es sagrado, y prestarle consuelo es una obra de caridad; ella se lamenta que su hija no se pudiera salvar de la muerte, llevando sobre su pecho tantos escapularios benditos. ¡Pobre madre!... Cuando el Espíritu se decide a pagar una deuda, no hay santo que le detenga ni Cristo que le salve, ni virgen que le separe del abismo; se cumple la ley creyendo en todas las leyendas religiosas o negando la existencia de Dios; la justicia eterna es superior a todas las creencias y a todas las negaciones, y Eloísa murió del modo que ella quiso morir.
“En una de sus anteriores existencias perteneció al sexo fuerte y era un apuesto mancebo de gentil continente, muy preciado de su hermosura física, porque era lo que decís vosotros un guapo mozo, pero... no tenía corazón. Galanteaba a las mujeres por orgullo, por verlas rendidas a sus pies, y gozaba deshonrando a las mujeres más virtuosas, sembrando la discordia en los hogares más tranquilos, y muchas madres de familia se vieron despreciadas por sus maridos y por sus hijos por haber faltado a sus deberes, víctimas de las asechanzas de aquel hijo de Marte, porque era militar el irresistible seductor, quien con su uniforme recamado de oro y su sombrero adornado de blancas plumas era una figura tan atractiva y tan interesante, que en todas las lides de amor él ganaba la victoria; le bastaba mirar para vencer.
“Estuvo largo tiempo en una populosa ciudad cercado por fuerzas enemigas, y para entretener sus ocios requirió de amores a una hermosa joven perteneciente a una familia de alto linaje. La joven cedió a todas sus amorosas exigencias; fue la esclava sumisa de todos sus caprichos, no vivía más que para amarle, deliraba por él; cuando era más dichosa, las fuerzas enemigas levantaron el sitio, se firmó un tratado de paz y las tropas que habían defendido la ciudad sitiada recibieron orden de abandonar la plaza, y el seductor dijo a su víctima con la más ruda franqueza: .
“La joven no le contestó una palabra; pero al día siguiente se vistió con sus mejores galas, se adornó con sus preciosas joyas, y sabiendo por dónde pasaría la columna mandada por su amante subió a la torre de una iglesia situada a las afueras de la población, y cuando vio venir a los hijos de Marte se arrojó a su paso, cayendo precisamente a los pies de su seductor. Éste se impresionó tan profundamente, sintió tan hondo remordimiento al ver aquel cuerpo destrozado por su causa que, loco de espanto, corrió velozmente, huyendo del cadáver hecho pedazos; pero su vertiginosa carrera no le alejó de su víctima, porque ésta iba estrechamente abrazada a él; y los dos corrían juntos, trepando a las montañas y descendiendo a los abismos, sintiendo el hijo de Marte tan inmenso remordimiento, tenía tan grabada en su imaginación la imagen de la joven suicida, de aquella mujer que tanto le había querido y que tanto le había complacido con sus apasionadas caricias, que se entregó por completo en brazos del remordimiento, y en la primera ocasión que tuvo se hizo matar por el enemigo, huyendo de sí mismo. Pero al llegar al Espacio encontró a su víctima más enamorada que nunca, la que le dijo: .
“El hijo de Marte encarnó varias veces en la Tierra, siempre descontento de sí mismo, siempre triste; su remordimiento era un fuego lento que nunca se apagaba, hasta que se decidió a sufrir la misma suerte que tuvo la víctima de su indiferencia, y por eso no podían salvarle ni reliquias, ni relicarios, ni amuletos, pues cuando el Espíritu firma su sentencia de muerte no hay salvación posible; decidle a esa madre desolada que el Espíritu de su hija ya está tranquilo y que le acompaña su ángel bueno, quien con sus sacrificios consiguió la redención de un Espíritu rebelde.
“¡Bendito sea el dulcísimo sentimiento del amor! ¡Por el amor se purifican las almas! ¡Por el amor se engrandecen los pueblos! ¡Por el amor se realiza el progreso universal! 
De gran enseñanza es la comunicación que he recibido; sirva ella de consuelo a la madre desolada y de estudio a los espiritistas. La historia de la humanidad es el mejor libro de texto para estudiar el porqué de las cosas, para dar solución a los grandes problemas sociales que tanto preocupan a los que deseamos que reine en la Tierra el amor con toda su dulzura y la justicia con todos sus derechos, sueño que sólo podrá realizarse cuando se comprenda la verdad del Espiritismo; cuando todos los hombres se convenzan que hemos vivido ayer y que viviremos mañana, y que de nosotros depende vivir en el cielo o en el infierno; y como la elección no es dudosa, llegará un día que los espiritistas harán de la Tierra un oasis, un paraíso, una mansión de paz habitada por hombres sabios y por hombres buenos.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Distinción de los buenos y malos Espíritus.




Distinción de los buenos y malos Espíritus.


Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza; pues desde el momento que esta enseñanza es buena, poco importa que el que la da se llame Pedro o Pablo; se le juzga por su calidad y no por su título. Si un vino es malo, el rótulo no lo hará mejor.

¿Con qué señales se puede conocer la superioridad o la inferioridad de los Espíritus?

Con su lenguaje, así como nosotros distinguimos a un atolondrado de un hombre sensato.
Los Espíritus superiores no se contradicen nunca y sólo dicen cosas buenas; sólo quieren el bien, esta es su preocupación.
Los Espíritus inferiores están aún bajo el Imperio de las ideas materiales; sus discursos se revisten de su ignorancia y de su imperfección.

Sometiendo todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, escudriñando y analizando el pensamiento y las expresiones, sondeando el sentido íntimo, examinando sus palabras, pesándolas fríamente, con madurez y sin prevención, como se hace cuando se trata de juzgar una obra literaria, distinguiendo toda separación de la lógica, de la razón y de la prudencia, no puede quedar duda sobre su origen, cualquiera que sea el nombre con que se disfrace el Espíritu.

(…) no hay malas comunicaciones que puedan resistir a una crítica rigurosa. Los Espíritus buenos nunca se ofenden por esto, puesto que ellos mismos lo aconsejan, y porque nada tienen que temer del examen; sólo los malos son los que se formalizan y quieren disuadir, porque lo pierden todo y por lo mismo prueban lo que son.

Los Espíritus buenos prescriben sólo el bien. Toda máxima, todo consejo que no esté estrechamente conforme con la pura caridad evangélica, no puede ser la obra de Espíritus buenos.

Los Espíritus superiores tienen un lenguaje siempre digno, noble, elevado, sin mezcla de ninguna trivialidad; todo lo dicen con sencillez y modestia; jamás se alaban ni hacen nunca ostentación de su saber ni de su posición entre los otros. El de los Espíritus inferiores o vulgares tiene siempre algún reflejo de las pasiones humanas; toda expresión que resienta la bajeza, la suficiencia, la arrogancia, la presunción y la acrimonia es un indicio característico de inferioridad.

Los Espíritus buenos nunca mandan; no se imponen, sino que aconsejan, y si no se les escucha, se retiran. Los malos son imperiosos, dan órdenes, quieren ser obedecidos, pero no se van aún cuando no lo sean. Son exclusivos y absolutos en sus opiniones y pretenden tener ellos solos el privilegio de la verdad. Exigen una creencia ciega, y no quieren sujetarse a la razón, porque saben que la razón les quitaría la máscara.

Los Espíritus buenos no adulan; cuando se hace el bien lo aprueban, pero siempre con reserva; los malos hacen el elogio exagerado, estimulan el orgullo y la vanidad predicando la humildad, y procuran exaltar la importancia personal de aquellos cuya voluntad quieren captarse.

Los Espíritus buenos aconsejan siempre cosas perfectamente racionales; toda recomendación que se apartase de la línea recta del buen sentido o de las leyes inmutables de la naturaleza, indica un Espíritu limitado y por consiguiente poco digno de confianza.

La Inteligencia y conocimiento de un Espíritu, ¿es siempre la señal de su elevación?

No, porque si aún está bajo la influencia de la materia, puede tener nuestros vicios y nuestras preocupaciones. Hay personas inteligentes en este mundo que son excesivamente celosas y orgullosas. ¿Crees, acaso, que dejan estas imperfecciones cuando mueren?

La inteligencia y el conocimiento está lejos de ser una señal cierta de superioridad, porque la inteligencia y la moral no siempre marchan juntas. Un Espíritu puede ser bueno, benévolo y tener conocimientos limitados, mientras que un Espíritu inteligente e instruido puede ser muy inferior en moralidad.

Estos Espíritus medio imperfectos son más temibles que los Espíritus malos, porque la mayor parte reúnen la astucia y el orgullo a la inteligencia. Por su pretendido saber imponen a las gentes sencillas e ignorantes, que aceptan sin comprobar sus teorías absurdas y mentirosas; aún cuando estas teorías no pudiesen prevalecer contra la verdad, no por eso dejan de hacer un mal momentáneo, porque ponen trabas a la marcha del Espiritismo y los médiums se ciegan voluntariamente sobre el mérito de lo que se les comunica. Esto es lo que requiere un gran estudio de parte de los espiritistas ilustrados y de los médiums; toda la atención debe dirigirse a distinguir lo verdadero de lo falso.

¿Parece de este modo que siempre es fácil el descubrir la falsificación por medio de un estudio atento?

No lo dudéis; los Espíritus no engañan sino a los que se dejan engañar. Pero es necesario tener los ojos de comerciante de diamantes para distinguir la verdadera piedra de la falsa; así, pues, el que no sepa distinguir la piedra fina de la falsa, que se dirija al lapidario.