miércoles, 14 de noviembre de 2012

MENSAJE PSICOFÓNICO DE AMALIA DOMINGO SOLER




Transcripción del mensaje psicofónico recibido por el médium Jorge Berrío Bustillos, el 12 de febrero de 2012, en el Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec de Quito - Ecuador, con ocasión del cierre de las actividades doctrinarias organizadas por esa institución espírita que incluyeron el “Primer Encuentro Espírita Internacional Quito 2012”

Mensaje:
"Kardec, el gran misionero, cumplió su tarea. 
Ahora, tú, cumple tu tarea, atreviéndote a cambiar, a transformarte, 
a llenarte de más positividad, de más optimismo, 
porque la tarea la dirige el Maestro Jesús. 
Tú eres sólo un instrumento. No te desanimes jamás.
Ora con mayor intensidad. Desarrolla tu voluntad. 
Ora por los que sufren. Levanta a los caídos. 
Educa a los que ignoran la verdad.
Ama a los que no te aman. Perdona a los que te ofenden. 
Y sé seguidor fiel al Maestro Jesús.
Es nuestro deseo sincero, de todos los Espíritus que estamos aquí apoyando, 
que de lo largo y ancho de toda Sudamérica brille el amor de Jesús. 
Porque ustedes, queridos hijos del alma, tienen una responsabilidad muy grande, de enseñar la Doctrina Espírita en la lengua castellana. 
Porque son millones y millones de personas que hablan su lenguaje, 
que necesitan más presencia de la verdad consoladora.
No pierdan el rumbo, hijos del alma. No pierdan nunca este rumbo,
porque Jesús espera de ti tantas cosas buenas.
Estás llamado a ser un trabajador sincero, 
a seguir con Jesús siempre en tu corazón, 
a trabajar por la causa del bien. 
Tienes un corazón grande y maravilloso. No dudes que puedes dar mucho de ti.
Mis hijos del alma, sean buenos con la Doctrina. Cuídenla. 
Cuiden ese mensaje maravilloso que tienen en sus manos. 
Cuídenla como aquel hijo que quiere a veces salirse de las manos 
y ustedes nuevamente lo acogen en su corazón.
Despierten esta realidad para que el mensaje espírita se mantenga vibrante de amor, alabando a Kardec, donde esté; gran hombre, gran corazón, gran misionero, que, siguiendo los lineamientos del Maestro Jesús, cumplió, 
y hoy les corresponde a ustedes materializar el trabajo de amor que debe reinar en la Tierra.
Contamos contigo, contigo: hombre, mujer, que la ley de la causalidad te ha reunido aquí para darte la oportunidad de ser feliz, de transcender, de ser un auténtico servidor del amor en la Tierra.
Los amamos mucho, y vengo en nombre de todos los amigos que apoyan tanto esta institución 
como todas aquellas que se identifican con el mensaje puro, con el amor sincero y con la caridad vívida. 
Estaremos siempre apoyándote, porque es una gran responsabilidad.
Con sentimientos de amor, la amiga maternal, amiga de ustedes,
 
Amalia Domingo Soler
....Dios los bendiga, hijos.


A continuación exponemos el audio original del mensaje psicofónico de Amalia Domingo Soler con varias fotografías del Encuentro Espírita Internacional Quito 2012.



sábado, 10 de noviembre de 2012

LA MUERTE DE UN CUERPO DIO VIDA A UN ALMA



LA MUERTE DE UN CUERPO DIO VIDA A UN ALMA

Entre las muchas cartas que recibo diariamente, me impresionó muchísimo una que me enviaron desde Mayagüez, firmada por Rosendo Torrens, en la que después de elogiar mis escritos por el consuelo que le producían, me decía lo siguiente:
“El 18 de febrero de 1905, la señorita Eloísa Castro estaba muy entusiasmada con la próxima fiesta de carnaval, pues sabía que iba a ser proclamada la reina de tan alegres festejos en el vecino pueblo de Cabo Rojo; y, con tal motivo, se vistió con sus mejores galas y adornó con todas sus joyas para ir con su madre a Mayagüez a comprarse su equipo de reina, y tal esmero puso en adornarse y en embellecerse, que su madre asombrada le decía: Pero Eloísa, ¿por qué te engalanas con tanto afán? ¿Piensas que vamos a una recepción? Y la madre tenía motivos más que sobrados para extrañar el capricho de su hija en vestirse con tanto lujo, porque nunca había tenido deseos de parecer bella, pues asistía al teatro y al casino vestida con la mayor sencillez, mas aquel día se engalanó como si fuera a casarse.
“Subió con su madre a una hermosa carretela y se dirigieron a la ciudad. Desgraciadamente, en la carretela hay un cruce con el ferrocarril. La madre vio venir a un tren y gritó al cochero que se detuviera, pero Eloísa gritó a su vez: No, mamá, no, no, mamá, no hay tiempo, y... hubo tiempo para que el tren destrozara el coche y muriera hecha en pedazos la infeliz Eloísa, en tanto que su madre se salvó para lamentar, con el mayor desconsuelo, la trágica muerte de su hija, que hasta la Naturaleza parece que lloró ante tanto infortunio, pues llovía a torrentes cuando el tren destrozó el carruaje donde iba la gentil Eloísa. Su pobre madre pone el grito en el cielo diciendo: Lo que yo no comprendo, lo que yo no me explico, cómo llevando mi hija tantas reliquias encima, tantos relicarios con imágenes de santas, no haya podido salvarse yendo tan bien acompañada. ¿Será mentira la protección de los santos?
“¿Podrán decirme algo los Espíritus sobre tan triste suceso? Escribidle a Amalia, decidle que una madre desolada se lo ruega, que pregunte al guía de sus trabajos por qué mi hija ha tenido que morir de un modo tan desgraciado; no es la curiosidad, es el dolor de una madre sin consuelo la que pide un rayo de luz para no acabar de enloquecerse.
“Esto pregunta la madre de la infortunada Eloísa, si se puede, a los Invisibles: por qué ha muerto de un modo tan trágico una niña amada, que no tenía enemigos, porque no había hecho daño a nadie; pregunte, Amalia, pregunte, que una madre espera su escrito como espera el sediento una gota de agua que humedezca sus secos labios, y con ella esperamos muchos espiritistas”.
Mucho me impresionó la carta de mi hermano Rosendo Torrens, pero no siempre hay médiums disponibles para hacer uso de ellos; he tenido que esperar más tiempo del que yo hubiera querido para preguntar sobre el pasado de la hermosa joven que se vistió con tanto esmero para morir, y se contempló con todas sus joyas ante el espejo, cosa que ella no tenía costumbre de hacer. Al fin mis deseos han sido cumplidos y un Espíritu me ha dictado la comunicación siguiente:
“El dolor de una madre es sagrado, y prestarle consuelo es una obra de caridad; ella se lamenta que su hija no se pudiera salvar de la muerte, llevando sobre su pecho tantos escapularios benditos. ¡Pobre madre!... Cuando el Espíritu se decide a pagar una deuda, no hay santo que le detenga ni Cristo que le salve, ni virgen que le separe del abismo; se cumple la ley creyendo en todas las leyendas religiosas o negando la existencia de Dios; la justicia eterna es superior a todas las creencias y a todas las negaciones, y Eloísa murió del modo que ella quiso morir.
“En una de sus anteriores existencias perteneció al sexo fuerte y era un apuesto mancebo de gentil continente, muy preciado de su hermosura física, porque era lo que decís vosotros un guapo mozo, pero... no tenía corazón. Galanteaba a las mujeres por orgullo, por verlas rendidas a sus pies, y gozaba deshonrando a las mujeres más virtuosas, sembrando la discordia en los hogares más tranquilos, y muchas madres de familia se vieron despreciadas por sus maridos y por sus hijos por haber faltado a sus deberes, víctimas de las asechanzas de aquel hijo de Marte, porque era militar el irresistible seductor, quien con su uniforme recamado de oro y su sombrero adornado de blancas plumas era una figura tan atractiva y tan interesante, que en todas las lides de amor él ganaba la victoria; le bastaba mirar para vencer.
“Estuvo largo tiempo en una populosa ciudad cercado por fuerzas enemigas, y para entretener sus ocios requirió de amores a una hermosa joven perteneciente a una familia de alto linaje. La joven cedió a todas sus amorosas exigencias; fue la esclava sumisa de todos sus caprichos, no vivía más que para amarle, deliraba por él; cuando era más dichosa, las fuerzas enemigas levantaron el sitio, se firmó un tratado de paz y las tropas que habían defendido la ciudad sitiada recibieron orden de abandonar la plaza, y el seductor dijo a su víctima con la más ruda franqueza: .
“La joven no le contestó una palabra; pero al día siguiente se vistió con sus mejores galas, se adornó con sus preciosas joyas, y sabiendo por dónde pasaría la columna mandada por su amante subió a la torre de una iglesia situada a las afueras de la población, y cuando vio venir a los hijos de Marte se arrojó a su paso, cayendo precisamente a los pies de su seductor. Éste se impresionó tan profundamente, sintió tan hondo remordimiento al ver aquel cuerpo destrozado por su causa que, loco de espanto, corrió velozmente, huyendo del cadáver hecho pedazos; pero su vertiginosa carrera no le alejó de su víctima, porque ésta iba estrechamente abrazada a él; y los dos corrían juntos, trepando a las montañas y descendiendo a los abismos, sintiendo el hijo de Marte tan inmenso remordimiento, tenía tan grabada en su imaginación la imagen de la joven suicida, de aquella mujer que tanto le había querido y que tanto le había complacido con sus apasionadas caricias, que se entregó por completo en brazos del remordimiento, y en la primera ocasión que tuvo se hizo matar por el enemigo, huyendo de sí mismo. Pero al llegar al Espacio encontró a su víctima más enamorada que nunca, la que le dijo: .
“El hijo de Marte encarnó varias veces en la Tierra, siempre descontento de sí mismo, siempre triste; su remordimiento era un fuego lento que nunca se apagaba, hasta que se decidió a sufrir la misma suerte que tuvo la víctima de su indiferencia, y por eso no podían salvarle ni reliquias, ni relicarios, ni amuletos, pues cuando el Espíritu firma su sentencia de muerte no hay salvación posible; decidle a esa madre desolada que el Espíritu de su hija ya está tranquilo y que le acompaña su ángel bueno, quien con sus sacrificios consiguió la redención de un Espíritu rebelde.
“¡Bendito sea el dulcísimo sentimiento del amor! ¡Por el amor se purifican las almas! ¡Por el amor se engrandecen los pueblos! ¡Por el amor se realiza el progreso universal! 
De gran enseñanza es la comunicación que he recibido; sirva ella de consuelo a la madre desolada y de estudio a los espiritistas. La historia de la humanidad es el mejor libro de texto para estudiar el porqué de las cosas, para dar solución a los grandes problemas sociales que tanto preocupan a los que deseamos que reine en la Tierra el amor con toda su dulzura y la justicia con todos sus derechos, sueño que sólo podrá realizarse cuando se comprenda la verdad del Espiritismo; cuando todos los hombres se convenzan que hemos vivido ayer y que viviremos mañana, y que de nosotros depende vivir en el cielo o en el infierno; y como la elección no es dudosa, llegará un día que los espiritistas harán de la Tierra un oasis, un paraíso, una mansión de paz habitada por hombres sabios y por hombres buenos.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Distinción de los buenos y malos Espíritus.




Distinción de los buenos y malos Espíritus.


Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza; pues desde el momento que esta enseñanza es buena, poco importa que el que la da se llame Pedro o Pablo; se le juzga por su calidad y no por su título. Si un vino es malo, el rótulo no lo hará mejor.

¿Con qué señales se puede conocer la superioridad o la inferioridad de los Espíritus?

Con su lenguaje, así como nosotros distinguimos a un atolondrado de un hombre sensato.
Los Espíritus superiores no se contradicen nunca y sólo dicen cosas buenas; sólo quieren el bien, esta es su preocupación.
Los Espíritus inferiores están aún bajo el Imperio de las ideas materiales; sus discursos se revisten de su ignorancia y de su imperfección.

Sometiendo todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, escudriñando y analizando el pensamiento y las expresiones, sondeando el sentido íntimo, examinando sus palabras, pesándolas fríamente, con madurez y sin prevención, como se hace cuando se trata de juzgar una obra literaria, distinguiendo toda separación de la lógica, de la razón y de la prudencia, no puede quedar duda sobre su origen, cualquiera que sea el nombre con que se disfrace el Espíritu.

(…) no hay malas comunicaciones que puedan resistir a una crítica rigurosa. Los Espíritus buenos nunca se ofenden por esto, puesto que ellos mismos lo aconsejan, y porque nada tienen que temer del examen; sólo los malos son los que se formalizan y quieren disuadir, porque lo pierden todo y por lo mismo prueban lo que son.

Los Espíritus buenos prescriben sólo el bien. Toda máxima, todo consejo que no esté estrechamente conforme con la pura caridad evangélica, no puede ser la obra de Espíritus buenos.

Los Espíritus superiores tienen un lenguaje siempre digno, noble, elevado, sin mezcla de ninguna trivialidad; todo lo dicen con sencillez y modestia; jamás se alaban ni hacen nunca ostentación de su saber ni de su posición entre los otros. El de los Espíritus inferiores o vulgares tiene siempre algún reflejo de las pasiones humanas; toda expresión que resienta la bajeza, la suficiencia, la arrogancia, la presunción y la acrimonia es un indicio característico de inferioridad.

Los Espíritus buenos nunca mandan; no se imponen, sino que aconsejan, y si no se les escucha, se retiran. Los malos son imperiosos, dan órdenes, quieren ser obedecidos, pero no se van aún cuando no lo sean. Son exclusivos y absolutos en sus opiniones y pretenden tener ellos solos el privilegio de la verdad. Exigen una creencia ciega, y no quieren sujetarse a la razón, porque saben que la razón les quitaría la máscara.

Los Espíritus buenos no adulan; cuando se hace el bien lo aprueban, pero siempre con reserva; los malos hacen el elogio exagerado, estimulan el orgullo y la vanidad predicando la humildad, y procuran exaltar la importancia personal de aquellos cuya voluntad quieren captarse.

Los Espíritus buenos aconsejan siempre cosas perfectamente racionales; toda recomendación que se apartase de la línea recta del buen sentido o de las leyes inmutables de la naturaleza, indica un Espíritu limitado y por consiguiente poco digno de confianza.

La Inteligencia y conocimiento de un Espíritu, ¿es siempre la señal de su elevación?

No, porque si aún está bajo la influencia de la materia, puede tener nuestros vicios y nuestras preocupaciones. Hay personas inteligentes en este mundo que son excesivamente celosas y orgullosas. ¿Crees, acaso, que dejan estas imperfecciones cuando mueren?

La inteligencia y el conocimiento está lejos de ser una señal cierta de superioridad, porque la inteligencia y la moral no siempre marchan juntas. Un Espíritu puede ser bueno, benévolo y tener conocimientos limitados, mientras que un Espíritu inteligente e instruido puede ser muy inferior en moralidad.

Estos Espíritus medio imperfectos son más temibles que los Espíritus malos, porque la mayor parte reúnen la astucia y el orgullo a la inteligencia. Por su pretendido saber imponen a las gentes sencillas e ignorantes, que aceptan sin comprobar sus teorías absurdas y mentirosas; aún cuando estas teorías no pudiesen prevalecer contra la verdad, no por eso dejan de hacer un mal momentáneo, porque ponen trabas a la marcha del Espiritismo y los médiums se ciegan voluntariamente sobre el mérito de lo que se les comunica. Esto es lo que requiere un gran estudio de parte de los espiritistas ilustrados y de los médiums; toda la atención debe dirigirse a distinguir lo verdadero de lo falso.

¿Parece de este modo que siempre es fácil el descubrir la falsificación por medio de un estudio atento?

No lo dudéis; los Espíritus no engañan sino a los que se dejan engañar. Pero es necesario tener los ojos de comerciante de diamantes para distinguir la verdadera piedra de la falsa; así, pues, el que no sepa distinguir la piedra fina de la falsa, que se dirija al lapidario.

lunes, 29 de octubre de 2012

El fantasma cosmico


ASTRONOMÍA | Se encuentra a 5.000 años luz de la Tierra

El 'fantasma' cósmico

La burbuja gigante producida por el viento de una estrella masiva. | ESA
La burbuja gigante producida por el viento de una estrella masiva. | ESA
Un fantasmagórico rostro en medio del espacio. Así podría definirse la espectacular imagen que ha captado el telescopio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA). Se trata de una burbuja producida por el intenso viento de una estrella masiva.
Esta burbuja se encuentra a 5.000 años luz de la Tierra, en la constelación de Canis Major, el 'Can Mayor', y parece la cara de un perro o de un lobo.
Según explica la ESA en un comunicado, la burbuja abarca unos 60 años luz, y se creó bajo la acción del intenso viento emitido por la estrella de Wolf-Rayet HD 50896 –la estrella rosa en el centro de la imagen, que sería el ojo derecho de este singular rostro.
Las estrellas de Wolf-Rayet son astros calientes y masivos –con una masa unas 35 veces mayor que la de nuestro Sol– que expulsan grandes cantidades de materia a través de un intenso viento estelar, una corriente de plasma a millones de grados centígrados que emite rayos X, representados en azul en la imagen.
El material que rodea a la estrella se enciende en tonos rojizos al interactuar con el fuerte viento estelar, como se puede ver en la zona de la 'mejilla'.
El halo verde es el resultado de la colisión de una onda de choque que escapa de la estrella con las capas de materia expulsada con anterioridad.
Una 'llamarada' de rayos X en la esquina superior izquierda da forma a la oreja del 'lobo', y la región más densa de la esquina inferior derecha se asemeja a un hocico.
Sin embargo, el futuro de este rostro espacial tiene las horas contadas. La burbuja explotará y se terminará dispersando, mientras que la estrella terminará sus días con una dramática explosión de supernova.

jueves, 25 de octubre de 2012

Suicidio:Conocer para prevenir parte 2




Articulo Traducido por: Isabel Porras


Suicidio: conocer para prevenir
(Parte 2 y final)
Problemas, decepciones, sufrimientos y la imaginación de la muerte como fin de todo son factores que llevan a muchas personas a desear poner fin a su propia existencia. Comprender la inmortalidad del alma y la reencarnación como leyes naturales ofrece una nueva comprensión de la vida, demostrando que el suicidio no resuelve ninguna cosa

Adentrando en la visión espírita acerca del asunto, podemos colocar en escena algunas otras causas, que ampliarán considerablemente la comprensión del tema.
Kardec, al discurrir sobre el suicidio y la locura en El Evangelio según el Espiritismo, afirma que “la incredulidad, la simple duda en cuanto al futuro, las ideas materialistas, en una palabra, son los mayores incentivadores del suicidio: ellas producen la debilidad moral”.
¿En qué se basan estas afirmaciones de Kardec? Los conceptos básicos de la Doctrina Espírita dan sustentación a sus afirmaciones, pues nos es enseñado que:
      Somos Espíritus inmortales, creados por Dios para la plenitud de nuestras expresiones de inteligencia y emotividad;
      Vivimos transitoriamente encarnados en un cuerpo físico;
      Al dejar de vivir en este mundo, atravesaremos la frontera, tenue, que nos separa del otro mundo, el espiritual, que es nuestra patria de origen;
      Las diversas experiencias por las cuales pasamos forman parte de nuestro aprendizaje y de las correcciones de rumbo necesarias. De ahí, la idea de un Dios justo y misericordioso, que siempre nos suministra oportunidades para proseguir en nuevos intentos de superación de nuestros equívocos;
      El cuerpo físico no nos pertenece, como un objeto del que podemos disponer a nuestra voluntad, pero antes es una concesión temporal de que deberemos prestar cuentas;
      La vida es una sucesión de desafíos que, una vez enfrentados, nos maduran, promoviéndonos las nuevas etapas de aprendizaje;
      El dolor, el sufrimiento son elementos naturales que nos alertan e invitan a corregirnos, por lo tanto, podemos abandonar el hábito de culpar a Dios por nuestras desdichas.
Basado en esas enseñanzas traídas por los Espíritus Superiores, Kardec llamó la atención para el efecto nocivo de las ideas materialistas y de la incredulidad, generadoras de la debilidad moral que aconseja, por su parte, a desistir de la lucha delante de los problemas y dificultades, conduciendo al acto suicida. Si después de la muerte nos depararemos con la nada, ¿cual es la razón para soportar las aflicciones?
Podemos, entonces, considerar que hay, en principio, dos causas que pueden inducir al individuo a autodestruirse: una social, que es el cultivo de las ideas materialistas por el gran contingente de personas que comparten esas ideas y, otra, individual, que es la actitud de la propia persona delante de los desafíos y luchas de la vida.
Otra causa puede aun ser añadida: la inducción obsesiva, es decir, la influencia de un Espíritu, movido por venganza u otro sentimiento inferior, que consigue entrar en sintonía y envolver a su víctima al punto de forzarla en tomar la decisión. Eso ocurre, a veces, de modo totalmente inconsciente, dependiendo del estadio de subyugación al cual la persona fue conducida. Lo que no ausenta, evidentemente, la responsabilidad relativa del obsesado.
Profundizando en la visión espírita
Kardec coordinó, en el siglo 19, la sistematización de las enseñanzas de los Espíritus que contienen elementos de ciencia, filosofía y orientación ético-moral.
Por distanciarse de las religiones tradicionales y por no comulgar con las ideas de la ciencia materialista de su época, el Espiritismo eliminó los trazos de misterio y morbidez que cercaban la muerte.
Trayendo la muerte al escenario de la vida, demostrando de modo racional y experimental (mediúmnicamente) que los muertos continúan vivos, no es de sorprenderse que los adeptos de esta nueva orden de ideas – los espíritas – encaren la muerte de otra manera.
¿Cómo la muerte es presentada en las obras que fundamentan el Espiritismo y en aquellas otras que lo complementan?
En El Libro de los Espíritus es dicho que “la muerte es sólo la destrucción del cuerpo”; que el envoltorio que reviste el Espíritu, otro cuerpo, sobrevive a la destrucción del cuerpo físico. Hay, pues, en el ser humano tres elementos: 1) una esencia, que es el Espíritu; 2) el periespíritu o cuerpo espiritual y 3) el cuerpo físico, vestidura temporal, destinada a permitirnos la permanencia en este planeta, por determinado tiempo.
Lo que del punto de vista meramente orgánico es visto como cesación, fin, en la visión espírita es tenido como una etapa de transición entre dos dimensiones de vida. De ahí, podemos afirmar que morimos al reencarnarnos, pues dejamos la condición de Espíritus desencarnados, y moriremos nuevamente al partir, al abandonar la condición de Espíritus encarnados. El miedo a morir, curiosamente, existe tanto en la venida del mundo espiritual, como en la vuelta para allá.
Al nacer, traemos una programación, un guión a ser cumplido. Y en ese guión, ya prevista, con más o menos precisión, la fecha de retorno.  
Si vamos a conseguir permanecer encarnados durante este periodo previamente demarcado es otra historia. Es el destino que cada uno de nosotros habrá de construir, a lo largo de la trayectoria entre la cuna y el túmulo. Por medio de la psicografía de Chico Xavier, el Espíritu André Luiz trató con más detalles esa cuestión.
Algunos pocos consiguen la condición de “completos” que, en el decir de André Luiz, son aquellos que completan el tiempo correcto de vida en el cuerpo físico. Más raros aún son los que, ya habiendo conseguido completar el tiempo previsto, aún ganan un tiempo extra, una sobre-vida. Lo más común es que retornemos antes.
Al volver antes podemos ser considerados como “suicidas indirectos o inconscientes”, como ocurrió al propio André Luiz, conforme su relato en el libro Nuestro Hogar. En este caso, la responsabilidad atribuida a nosotros será más pequeña, de acuerdo con los conocimientos de que disponíamos cuando encarnados o por cuenta de otras razones que nos anticiparon la desencarnación.
La noción de suicidio es, pues, ampliada, pues el modo como vivimos también puede  abreviarnos la vida, lo que nos hace responsables y sujetos a la consecuencias decurrentes. Lo que importa aquí es la concienciación de los valores de la vida y la importancia de preservarla para cumplir nuestros objetivos en la encarnación. La vida después de la vida no es un proceso de error y castigo, más se trata de la educación voluntaria y consciente del Espíritu.
La situación de los suicidas en el mundo espiritual
La literatura espírita nos ha traído preciosas informaciones acerca de la vida de los suicidas en el más allá de la tumba.
El primer conjunto de relatos sobre la condición espiritual de los suicidas está en El Cielo y el Infierno. Como un reportero entre los dos mundos, Kardec entrevista a nueve Espíritus desencarnados en esta situación. Remitimos al lector a la propia obra, pues las lecciones a recoger son incontables.
En 1940, fue lanzado El Martirio de los Suicidas, de Almerindo Martins de Castro, por la Federación Espírita Brasileña, obra que trae informaciones importantes sobre el tema.
La obra más completa, sin embargo, solamente sería publicada años más tarde, en 1955. Se trata del libro Memorias de un Suicida, de Camilo Castelo Branco, psicografiado por Yvonne Pereira muchos años antes, pues los originales quedaron listos en 1942. Este monumento literario ha sido un eficiente medio de prevención al suicidio, pues ha salvado literalmente a muchas vidas. La lectura y el estudio son más que recomendados.
En esta obra, en toda su crudeza, son presentadas las consecuencias naturales de la abreviación de la vida en el cuerpo físico. Por ser un relato en primera persona, y tratándose de un caso real, el drama de los que interrumpen la vida se hace doloroso. Pero no es un libro de terror, como algunos llegan a imaginar cuando no pasan de los dos primeros capítulos, sin embargo, se constituye en verdadero manual de vida y de cómo vivir mejor. Es también un bálsamo para los supervivientes, para los corazones afectados por este género de muerte, pues a despecho del sufrimiento que experimentan los suicidas, en ningún momento les son negados asistencia y ánimo, aunque algunos de ellos los rechacen, en crisis de rebeldía.
Por fin, tenemos los mensajes familiares que llegaron hasta nosotros por medio de los libros psicografiados por Chico Xavier y otros médiums respetables. La tónica de estos mensajes es la consolación que los propios suicidas traen, bajo el amparo de Espíritus más elevados, a los familiares y amigos, dando noticia de la continuidad de la vida después de la muerte e informando sobre el tratamiento a que están sometidos, suministrando también otros detalles que faciliten y confirmen su identificación.
Muchos han encontrado amparo y bienestar en el Espiritismo, sea por medio de la literatura, sea frecuentando una institución espírita.
Hay grupos espíritas que se dedican exclusivamente al trabajo de asistencia a los suicidas, sea por medio de reuniones mediúmnicas destinadas a atenderlos, sea por medio de plegarias en su favor y de todos aquellos que pueden ser afectados por este acto. El tratamiento de desobsesión, cuando esa causa esté desarrollada, es una terapéutica eficaz y fundamental para alejar los efectos de la acción invisible del Espíritu obsesor. Kardec orienta esa práctica con detalle y claridad en El Libro de los Médiums.
Colaborando en la prevención
En algunos momentos de nuestras vidas nos enfrentaremos con personas envueltas con sus problemas y deseando buscar en el suicidio el alivio o solución para los mismos.
¿Cómo debemos proceder en esos casos, que pueden ir de un simple desahogo sin mayores consecuencias al acto culminante del suicidio después de estar con la persona?  
El primer consejo es compartir el caso, siempre que sea posible, con más personas de confianza, de ambos o de una de las partes, por lo menos. Solos no siempre conseguimos identificar medios de auxiliar a la persona en crisis. Necesitaremos evaluar si el caso necesita de intervención médica o psicológica, para recomendar o proveer tratamiento específico.

Suicidio:Conocer para prevenir parte 1




Articulo Traducido por: Isabel Porras

Suicidio: conocer para prevenir
 (Parte 1) 

Problemas, decepciones, sufrimientos y la imaginación de la muerte como fin de todo son factores que llevan a muchas personas a desear poner fin a su propia existencia. Comprender
la inmortalidad del alma y la reencarnación como leyes naturales ofrece una nueva comprensión de la vida, demostrando
que el suicidio no resuelve ninguna cosa
No es fácil luchar con esa cuestión. El suicidio es un asunto que acostumbra a despertar emociones diversas, como miedo y rabia. Suscita también una serie de ideas preconcebidas, que se transforman en prejuicio y discriminación, alcanzando tanto a la familia del suicida, como a su memoria.
En parte, eso se debe al hecho de que este tema sea considerado tabú. Otras razones, principalmente de naturaleza religiosa, se suman, trayendo mucho desanimo moral a los que quedan (familiares y amigos del suicida).
Antes de todo, es importante considerar el suicidio como un hecho que forma parte de nuestra realidad planetaria, exigiendo de nosotros sensibilidad y razón para mejor luchar con sus hechos y sus repercusiones.
De ahí la urgencia en aprender a luchar mejor con tantas facetas de la muerte, para aminorar en nosotros mismos y en los otros los sufrimientos derivados de actos extremos, como la eliminación de la propia vida física. Eso es porque la muerte, como cambio de estado de la individualidad inmortal, coloca la esperanza como sentimiento primero y fundamental, aún delante de los mayores dolores.
La necesaria educación para la muerte
Todo alumno de la enseñanza fundamental aprende que los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Este último ítem, con todo, no ha merecido la debida atención de los profesores - eso sólo para hablar de la escuela, uno de los espacios de convivencia y aprendizaje importantes, en el transcurrir de nuestro desarrollo personal.
Conforme apunta Maria del Socorro Nacimiento de Melo, antropóloga y pedagoga, especialista en tanatologia en el medio escolar, la muerte “permanece oculta en la práctica pedagógica de las instituciones educacionales”. La misma autora nos dice que, a partir de la década de 1950, tuvimos una inversión en las curvas de interés: la de la vida y de la muerte. Se busca “iniciar al niño cada vez más pronto en los ‘misterios de la vida’: mecanismos del sexo, concepción, nacimiento y métodos contraceptivos”, mientras que “sistemáticamente esconden de ella la muerte y los muertos, silenciándose delante de sus interrogaciones y cuestionamientos”. Eso revela una falta de habilidad de los educadores para tratar de tales cuestiones, una tendencia a huir de mirarlas frente a frente.
Sea en la escuela, en casa o en otros lugares, no se viven experiencias significativas en torno al tema ‘muerte’.
De la negación al miedo
Los pocos libros que tratan de la muerte (hecho real) y del morir (cómo se dio el acontecimiento) no invalidan lo que dijimos arriba, lo que hace la discusión en torno al tema (ver cuadro abajo) aún muy restringida y, a la vez, necesaria. 

Debate en torno de la muerte 
Se habla de “psicología de la muerte” y de “educación para la muerte”, como nuevas maneras de encarar, como dicen los estudiosos, la muerte y el morir.
El ramo de la ciencia que tiene cuidado de estos estudios es la tanatologia que, para algunos autores, es la ciencia que estudia los procesos emocionales y psicológicos que envuelven las reacciones a la perdida, al luto y a la muerte.
Algunos autores en Brasil se han destacado en el estudio tanatológico, entre otros: Evaldo D´Assumpção, Wilma da Costa Torres, Roosevelt Moises Smeke Cassorla y Maria Júlia Kóvacs.
La visión espírita también se hace presente en el trabajo organizado por Franklin Santana Santos y Dora Incontri, ambos profesores de la USP e integrantes del movimiento espírita. Además de coordinar un curso de tanatologia, ellos organizaron la obra El arte de morir: visiones plurales, publicada por la Ed. Comenius.

Las consecuencias del alejamiento delante de ese hecho natural van desde la negación en base a los hechos (el fallecimiento de alguien) hasta el pavor extremo, que causa depresiones, síndromes, como la del pánico, y otros tipos de trastornos psicológicos.
Roosevelt Cassorla, especialista en tanatologia y autor de la obra Del suicidio:estudios brasileños, profundiza el debate, mostrándonos que la negación de la muerte puede conducir a “procesos melancólicos, somatizaciones, dificultades en retomar la vida, riesgo suicida, negación a la vida, sentimientos de culpa etc.”
El enfrentamiento de su encuentro con alguien próximo o distante, pero que de alguna forma nos afecte, forma parte del proceso de luto, que, en condiciones normales, debería conducirnos a la aceptación tanto de la muerte, como del morir.
Luto, del latín luctus, significaba originalmente sólo “dolor, amargura, lástima”. Con el tiempo su significado fue ampliándose, y hoy tenemos la definición del Houaiss como siendo el “sentimiento de tristeza profunda con ocasión de la muerte de alguien” “originado por otras causas (separación, partida, ruptura etc.); amargura, disgusto”.
Un término relacionado al luto es la pérdida, pues siempre que hay una perdida significativa en nuestras vidas, sea de una persona o de una condición o sentimiento (empleo, una alteración corporal, cambio en las condiciones de vida, abandono etc.) nosotros, naturalmente, entramos en proceso de luto.
En general, no es fácil luchar con las pérdidas y el luto se hace complicado, pues estaremos a la vueltas con nuestras propias reacciones, sobre las cuales, eventualmente, no tenemos control. Y cuando esta pérdida se da por la muerte causada por el suicidio, el luto se hará aún más difícil.
El suicidio, según los psicólogos Basílio Domingos y Maria Regina Maluf, compone la lista de las pérdidas dramáticas, al lado, de entre otras causas, el SIDA. Por ser pérdidas “no autorizadas socialmente”, es decir, situaciones en que la persona muere en razón de un supuesto comportamiento inaceptable para el grupo al cual pertenece, se tienen muchas veces lutos tampoco autorizados. El superviviente se aísla y se pierden, así, los beneficios del proceso catártico del desahogo, del rehacimiento y de todo apoyo que se podría recibir, sea de los amigos, de los parientes, sea de otras instituciones públicas y privadas. Por ejemplo, las aseguradoras no acostumbran a pagar a la familia el dinero, en caso de muerte por suicidio. 

Cuando el desahogo es la mejor salida
 
Según la coordinadora del Programa de Intervención en Crisis y Prevención del Suicidio, del Instituto de Psicología de la UnB, Cristina Moura, “el desahogo disminuye el impacto traumático causado por el fallecimiento del prójimo y ayuda al enlutado a superar la pérdida. El proceso es llamado por los especialistas como “elaboración del luto”. “Algunos tienen la idea de que luto es una cosa que usted siente, espera y el pasa, y, en verdad, no es así que ocurre”, explica. “El enlutado cree que el problema desaparece sino recuerda. Pero él pierde la oportunidad de hablar del asunto y, así, de elaborar el luto”, evalúa. Algunas instituciones mantienen grupos de
Apoyo a los enlutados, como la propia Universidad de Brasilia: www. Secom.unb.br/realeses/rl0308-05.htm.

Recapitulando: la muerte es un proceso natural, pero que ha sido negado, lo que ha traído serias consecuencias para la salud pública. Los especialistas afirman que la sociedad precisa, con urgencia, re-humanizar el “morir”, lo que implicaría en retomarse antiguos y buenos hábitos como el de permitir que pacientes terminales mueran en el hogar, al lado de la familia, y hacer el velatorio en casa, ¡de modo a llorar al muerto, ¡elaborándose más fácilmente el luto y ofreciendo a la niños y jóvenes un saludable contacto con este inevitable hecho de la vida!
El luto debería ser vivido a lo largo de sus fases, por posibilitar que las personas luchen emocionalmente con las angustias derivadas de la pérdida, ayudando en las cicatrizaciones de las heridas del alma, tan necesarias para seguir adelante, principalmente en circunstancias más drásticas, como la del suicidio y de las muertes violentas, en general.
¿Qué lleva a una persona a querer acabar con la propia vida?
A depender del punto de vista de los diversos especialistas en el tema, muchos son los factores componentes de las causas que predisponen a las personas al suicidio.
Daniel Sampaio, psicólogo portugués, nos alerta para la multiplicidad de los factores afirmando que “hay un conjunto de causas que lleva al comportamiento de suicidio. (...) Nunca es por una sólo causa, el suicidio es siempre multi-determinado”.
De entre esos factores están los trastornos mentales (depresión), los trastornos de personalidad (agresividad), las enfermedades incurables, el abuso de substancias tóxicas, los problemas matrimoniales, las relaciones inter-personales complicadas o rotas y la pérdida de un ente querido. Algunos enfermos mentales tienen una acentuada tendencia suicida cuando viven crisis más agudas sin el debido acompañamiento y apoyo.
Otro factor a destacar es la alteración en la personalidad, principalmente en personas con bajo grado de madurez y que estén pasando por frustraciones, o estén sometidas a un elevado estrés.
La no-aceptación de la propia identidad sexual, en base a los conflictos de luchase con la orientación sexual escogida (homosexualidad y afines), ha causado muchos suicidios, principalmente en adolescentes.
Roosevelt Cassoria, por su parte, apunta como factores que inducen a la persona al suicidio: la depresión, el alcoholismo y la toxicomanía. Otros factores asociados a estos son el aislamiento social y la convivencia familiar perturbada.
El mismo autor, investigando el comportamiento suicida entre médicos y estudiantes de medicina, apunta las características de este grupo de riesgo, lo que puede servirnos de alerta, tanto para la complejidad del tema como para los componentes morales, sociales y psicológicos envueltos: “Se trata de personas exigentes consigo mismas, comúnmente con éxito escolar, profesional o científico. Sin embargo, tienen dificultades en luchar con las frustraciones del mundo real, y cuando se enfrentan con ellas se inclinan a tomarlas como fracaso personal. Su vida afectiva es pobre, difícil y desvalorizada frente al área intelectual. En algún momento, cuando las personas se enfrentan con un vacío intenso, estimulado por supuestos ‘fracasos’ dependientes de autoexigencias sádicas, y sin apoyo afectivo, el terror inconsciente de `no-existencia ’ los hace pensar en morir”.
A partir de la descripción de arriba, destacaremos otro factor: los condicionamientos sociales, es decir, las exigencias hechas por los grupos que afectan directamente a los individuos a ellos vinculados. Destacamos el grave problema de la competitividad, que se ha propagado, y el consecuente individualismo decurrente; tenemos aún el apego de las personas a sus empleos, en un momento en que gran parte de la identidad personal es determinada por la trayectoria y éxito profesional. No saber luchar con esas presiones puede ser fatal para las personas más frágiles emocionalmente.
Hasta aquí, tratamos de casos en que la premeditación se presenta de forma leve o moderada, en medio de los desequilibrios emocionales. Sin embargo, hay también los casos en que se elimina la propia vida por razones filosóficas, por pensar que se es, no un simple depositario de la vida, sino su dueño absoluto, lo que resultaría con el derecho de disponer de ella como bien deseara. Los adeptos y practicantes del “suicidio asistido”, permitido en algunos países, participan de estas ideas.
Están,  aún los casos de individuos que, sintiéndose en situaciones límites y sin tener para donde volver, optan por la solución extrema del auto exterminio. Son los casos de los desarraigados, es decir, de personas que pierden sus referencias culturales, como los indígenas y los expatriados (inmigrantes en tierras extranjeras).  

lunes, 22 de octubre de 2012

COMUNICACIÓN ESPIRITUAL


COMUNICACIÓN ESPIRITUAL





“Tanto como más humildes seáis, menos el mundo os conocerá, porque la humanidad quiere vanidad, fausto y cosas mundanas. Las distracciones de la Tierra son para los del mundo; vosotras ya encontraréis alegrías divinas en el reino de Dios.
“Los humildes debéis sentir satisfacción en llevar vuestra cruz, sino ¿en qué os pareceríais al Maestro?, ¿en qué podrías acreditar que sois sumisos y resignados, y qué testimonio daríais al Padre de que acatáis su ley? Vosotros debéis ser como el navegante viajando en alta mar, que en medio de la borrasca ve venir las olas tan furiosas que parece que han de sumergir el buque: tras una ola viene otra y otra, pero el navegante resiste y lucha hasta vencer, porque sabe que le va la vida. ¡Ay de él si pierde la serenidad!
“Así sois vosotros, las pruebas de la vida son borrascas y a veces parece que os han de anonadar. ¡Ay de vosotros si os desesperáis!; ¡pedid fuerzas y luchad con valor! Y así como el navegante pasada la tempestad goza días plácidos y alegres, cantando al compás del balanceo de su buque, así vosotros viviréis alegres y dichosos en el reino de Dios, cuando hayáis triunfado de vuestras pruebas y sufrimientos”.
* * *
“No esperes nada bueno de este mundo, porque muchos gustan de rendir culto a la vanidad y se apartan de la virtud. Ten valor y resignación para llevar la cruz de tu cautiverio.
“Levanta tu pensamiento y recuerda la multitud de mártires, recuerda la calle de la Amargura, el monte Calvario, la Cruz, la Muerte. ¿Has llegado tú a tal extremo? Conforta tu voluntad, ama el dolor, ama los sinsabores y las angustias y acata la ley, que el Padre todo lo ha hecho bien, y un día, que será de siglos, todo se volverá luz, dicha y paz”.
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“Venid a mí, que yo os haré elevar las oraciones al Padre. Le dais ahora gracias por lo que os satisface, está bien; pero dádselas también cuando estéis en tribulación y os abrume el dolor, y dádselas con serenidad y amor, que precisamente eso e lo que os eleva.
“Rechazad toda clase de pensamientos que no os honren delante de Dios”.
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 “¿Qué pedís? ¿No tienes satisfecho el día de hoy? Da gracias a Dios. Si te sobrara algo podría perderse o hacerse un uso contrario a tus deseos. No pienses en mañana, que mañana será un nuevo día. Cuando así lo hagas y los sufrimientos, las pruebas y los dolores no te aflijan, ni te hagan caer, piensa que has dado un paso hacia tu perfección; mas si procuras para mañana y los sufrimientos te hacen perder la calma, piensa que aún estás en el mismo lugar”.
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“Venid a mí los que estéis agobiados y os debata la tristeza, que yo os aliviaré y acudiréis al Padre, para lo cual no necesitáis riquezas ni títulos, sino abnegación, amor y sacrificios; pedidme, yo vendré, que procedo del Padre que nos ama a todos y está con nosotros si nosotros estamos con Él.
“No os quejéis de vuestras pruebas, porque ¿quiénes sois vosotros para murmurar? Dad gracias a Dios y resignaos con la ley divina”.
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“La Tierra que el Padre os ha cedido para vuestra depuración podría haceros felices, si todos, pobres y ricos, pensarais cada día: ¿a qué he venido a la Tierra? Pero habéis faltado y faltáis a la ley. Las pasiones, el orgullo y la crueldad se han apoderado de la humanidad y en lugar de hacer un edén de ese mundo que habitáis, lo habéis convertido en un infierno, y digo infierno porque en la Creación no hay otros infiernos que aquellos que los hijos rebeldes se crean, en donde sufren y en donde sufrís, porque en lugar de la paz tenéis la guerra, y en vez de amaros no os podéis sufrir los unos a los otros, y gran parte de la humanidad vive como las fieras: gruñendo y despedazándose, y el resultado de tal proceder son lágrimas, sangre, horrores, crímenes, sufrimientos, castigos y turbaciones, por siglos y siglos”.
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“Si los que acatáis la ley divina queréis huir de la expiación y alcanzar días de paz, sed mansos y humildes de corazón y resignaos con vuestras pruebas, alejaos de la tentación y sed fuertes en la virtud y en el trabajo. Sembrad la paz y el amor para atraeros a los que combaten en esa lucha, en que como fieras se destruyen, que si lográis llevar la luz donde tantas tinieblas hay, mereceréis la recompensa de lo Alto”.
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“Uníos vosotros estrechamente, y respetaos los unos a los otros, y observad... a aquellos que veáis que por su virtud, su humildad y su abnegación se hagan dignos de ser escogidos del Padre, tomadles por guías y seguidles, a fin de que ninguno de vosotros se extravíe y os hagáis todos aptos para entrar en el reino de Dios”.
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“Guardaos de hablar cuando estéis tristes y abatidos por los dolores que sufrís en la Tierra, si vuestras palabras no son de alabanza a Dios, porque el Padre todo lo ha hecho bien según la ley de justicia; y así como los astros no pueden cambiar su curso, tampoco se puede cambiar nuestro destino. Cuando estéis tristes y abatidos retiraos a vuestro aposento y entregaos a la oración, y yo vendré y os consolaré, y otros también vendrán y os consolarán”.
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“¿Por qué con tanto afán buscáis en la Tierra horas de calma y de paz? ¿No sabéis que no es morada de paz sino de luchas? Esperad siempre horas de pruebas y de sufrimientos, pero esperadlas con ánimo sereno y con valor, y así no os contrariarán tanto las luchas y pesares de la vida.
“Vosotros que amáis tanto al Maestro, ¿no sabéis que Él en la Tierra no encontró ni una hora de paz? ¿Por qué anheláis tanto lo que no es de ese mundo? Acordaos que estáis en un paraje de pruebas, de expiación y de dolores; amoldaos al sufrimiento y resignaos para que podáis hallar la paz en el reino del Padre”.
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“Todos los que queráis seguirme deberéis llevar vuestra cruz con amor, y no penséis que marchando de una parte a otra podáis escaparos de ella; a donde vayáis irá la cruz, y si queréis escaparos, tenéis que llevar dos, la de vuestra expiación y la de vuestra rebeldía”.
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