domingo, 24 de abril de 2016

DESDOBLAMIENTO DEL SER HUMANO


La ciencia oficial de nuestros días niega absolutamente la existencia individual del alma. Todos los razonamientos espiritualistas han sido impotentes para demostrar que el principio pensante tiene existencia real. Tan sólo descuidando voluntariamente los hechos irrecusables es como los materialistas pueden llegar a la negación de la individualidad del alma. Si ésta es una función del cerebro (como dicen ellos), de ningún modo puede ser separada del organismo, del mismo modo que no se puede oír una voz sin aparato vocal destinado a producirla. Si se demostrara que el alma puede salir del cuerpo, entonces quedaría establecida su existencia independiente. Pues bien: el fenómeno de desdoblamiento es no solamente posible, sino relativamente frecuente.
Las apariciones de vivos son debidas a una ley biológica y han sido observadas desde todos los tiempos. La antigüedad y edad media ofrecen muchos ejemplos y Allan Kardec consagra un capítulo del Libro de los Médiums a estas manifestaciones. Viaje espiritual, proyección astral, desdoblamiento, estado ecsomático o experiencia extracorpórea, son algunos de los nombres que ha recibido esta singular vivencia en la que la conciencia se ausenta del cuerpo físico y es sentida como una entidad dotada de autonomía.
Conceptos de la antigüedad
Para comenzar, una certidumbre antropológica: la existencia de un doble sutil del cuerpo físico es una creencia arquetípica, que encontramos desde la antigüedad en los pueblos más diversos. Es el ka egipcio, el eidon griego, el nefesh cabalístico, el nafs de barzakh sufi, el thand taoísta, el lingasharra hindú, el bardo tibetano, el vardogr noruego, el fetch anglosajón, el talasch escocés, el Doppelgänger alemán… Para todos ellos forma parte de la anatomía sutil del hombre, compuesta por otro cuerpo habitualmente imperceptible y capaz de actuar en los distintos planos o niveles de existencia. Lo conciben como una réplica del cuerpo físico, pero compuesta de una materia más sutil, con una apariencia resplandeciente y luminosa. Habitualmente imperceptible a los sentidos físicos, es la sede de los deseos y las pasiones, del placer y del sufrimiento. Capaz de separarse de su envoltorio físico y de viajar a través del llamado plano astral, que incluye el mundo cotidiano pero también otras realidades no visibles.
Tras estudiar las creencias de 70 culturas no-occidentales, el profesor Dean Sheils, de la Universidad de Wisconsin, ha encontrado relatos similares a las experiencias extracorpóreas en el 95% de las mismas. En muchas de ellas se cree que los dobles de algunas personas se entregan en ocasiones a misteriosas tareas, especialmente durante el sueño. Basándose en las descripciones de numerosos testigos, el doctor Hereward Carrington, uno de los que mejor estudió este fenómeno en los años veinte, supuso que este doble astral estaba compuesto de millones de pequeños focos de energía psíquica encargados de vitalizar cada célula. Durante el sueño normal, cuando el cuerpo reposa y los sentidos están inactivos, se suceden imágenes, se desarrollan cuadros, se oyen voces, se entablan conversaciones con diversas personas. El ser fluídico cambia de sitio, viaja, se cierne sobre la naturaleza, asiste a multitud de escenas tan pronto incoherentes como claras y precisas, y todo esto se realiza sin el concurso de los sentidos materiales estando los ojos cerrados y sordos los oídos.
La base espírita Estudiando el Espiritismo aprendemos que los seres encarnados están formados por espíritu, periespíritu y cuerpo físico. El periespíritu está compuesto de una materia, muchísimo más sutil que la del cuerpo. Éste está unido al espíritu y al cuerpo, de un encarnado, célula a célula. Cuándo se produce la muerte del cuerpo físico, el ser continua vivo, con su periespíritu unido al espíritu con toda su individualidad, con su identidad y toda su historia. El capítulo VIII del Libro de los Espíritus también nos habla de la emancipación del alma.
Pregunta 401: “Durante el sueño ¿descansa el alma tanto como el cuerpo?

No. El Espíritu nunca está inactivo. En el transcurso del sueño, los vínculos que le unen al cuerpo se relajan, y no teniendo el cuerpo ya necesidad de él, el Espíritu recorre el espacio y entra en relación más directa con los otros Espíritus.”
Lo anterior lo asocio con la “teoría del desdoblamiento del tiempo” del Doctor en Física , Jean –Pierre Garnier, que asegura que en sueños, podemos visualizar la solución a nuestros problemas, gracias a nuestro doble que viaja en el tiempo futuro buscando la solución a los mismos y de forma imperceptible cuando despertamos, nos dicta el camino correcto a seguir para superarlos. Según él, sería, en palabras sencillas, conectar con nuestro ser interior adormecido, que nos dicta qué hacer de forma correcta en nuestra vida diaria. La ciencia moderna El Dr. Garnier, considerado el padre de la Teoría del Desdoblamiento del Tiempo, afirma que “nosotros, como el tiempo, también nos desdoblamos”. En una entrevista concedida al periódico “La Vanguardia”, publicada el 09/11/2010, nos explica resumidamente su teoría. Nos dice que tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo. Lo aclara: un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. Tenemos la sensación de percibir un tiempo continuo. Sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes intermitentes.
Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante imperceptible. Como en el cine; que sólo vemos 24 imágenes por segundo. El desdoblamiento del tiempo ha sido probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de partículas y a escala de sistema solar nos da como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real. Podríamos decir que entre el yo consciente y el yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama híperincursión y está perfectamente demostrada.
Estamos desdoblados como partículas, comenta. Es sabido que, si tenemos dos partículas desdobladas, ambas tienen la misma información al mismo tiempo, porque los intercambios de energía de información utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz. Si se puede viajar a velocidades prodigiosas, un microsegundo se convierte en un día entero. Existe otra propiedad conocida en física: la dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, y aplicando este concepto a su teoría, el Dr. Garnier cree que somos capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias. Estas informaciones las asimilaríamos en el sueño paradoxal, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral. Es cuándo se daría el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese intercambio que nos permitiría arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que haría que al día siguiente la memoria estuviere transformada.
El Dr. Garnier entiende que fabricamos potenciales por medio de nuestro pensamiento. Nos da un ejemplo: Si pienso en una catástrofe, ese potencial ya se inscribe en el futuro y puede sufrirla uno u otro. De manera que la conclusión es: “No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti”. El ve esta conclusión como una ley moral, tal como la entendemos los espiritistas. Pero es como mínimo curioso que, una teoría estrictamente materialista llegue a la misma enseñanza que nos trajo Jesús hace ya 2000 años. En su entrevista nos deja escapar un punto de contacto más entre su Teoría del Desdoblamiento y el Espiritismo. Él nos dice que es muy difícil controlar el pensamiento durante el día, pero justo antes de quedarnos dormidos tenemos un minuto, y basta con que durante ese minuto lo controlemos: esa sería la manera de conectar con nuestra parte energética, llamémosla el doble, para pedirle que solucione los problemas. La misma recomendación la encontramos en muchas obras espíritas y en el Evangelio Según el Espiritismo en el Capítulo XXVIII: orar antes de dormir.