domingo, 10 de noviembre de 2013

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


De la misma manera que ha vencido hogueras, el Libro de los Espíritus va venciendo a la Ciencia habiéndosele adelantado en muchas cuestiones no sólo 151 años que han pasado de su publicación sino los que estarán por llegar porque aquella irá confirmando uno a uno todos los puntos en los que este libro dio un paso más que ella.

Jesucristo no escribió nada y se dejó mucho por decir, algo que comprobamos en pasajes como en su conversación con Nicodemo. Diálogo que representaría a la Ciencia de la época hablando directamente con el propio Jesús, y respondiendo éste a tres cuestiones fundamentales. La humanidad no estaba preparada intelectualmente para recibir muchas informaciones
¿Eres tú Maestro en Israel y no comprendes esto?.(Conversación con Nicodemo hablando de la transmigración de las almas, San Juan Cap.III)
Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños. Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. (Hechos Cap. II, v. 17 y 18)
Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.(San Juan Cap. XIV, v. 15 y 16)
A media mañana del 18 de Abril de 1857, un sábado de primavera en el Palais Royal de París se presenta públicamente la primera edición de El Libro de los Espíritus, en esa misma tarde ya estaba en manos de Víctor Hugo, que desde el principio de los fenómenos había tomado de las “mesas parlantes” pensamientos de los poetas “muertos”, y también en el de otras tantas personalidades afines a la realidad espírita como Dumas o Lamartine. La segunda edición, del 18 de marzo de 1860, añade en el título el término Filosofía Espiritualista y contiene los principios de la doctrina espírita sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los Espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente y futura y el porvenir de la humanidad, según la enseñanza dada por los Espíritus Superiores con la ayuda de diferentes médiums. Los Espíritus Superiores refieren ser comandados por el Espíritu de Verdad.

El 1 de mayo de 1864 la Iglesia lo coloca en el Index Librorum Prohibitorum, por el que la Iglesia prohibe la lectura de esas obras a sus fieles, lista creada por la Inquisición y que se ha mantenido hasta el año 1966, ¡qué gran honor para El Libro de los Espíritus estar en esa lista, junto a Galileo, Copérnico, Pascal, Rousseau, etc!

El 9 de octubre de 1861, siendo las diez y treinta horas de la mañana, en la explanada de la ciudadela de Barcelona, fueron quemados por orden del obispo de la ciudad 300 volúmenes y folletos sobre Espiritismo, entre los que se encontraba El Libro de los Espíritus. Una muchedumbre llenaba la calzada y cubría la inmensa explanada donde se levantó la hoguera, al grito de ¡Abajo Inquisición!.
Los principales diarios españoles daban detallada cuenta del suceso, y la prensa liberal lo condenaba. Y en la Sociedad de París se recibía la siguiente comunicación…Era necesario, que algo arrasara de un violento golpe a ciertos espíritus, encarnados, para que decidan ocuparse de esta gran doctrina que viene a regenerar al mundo. Nada en vuestra tierra se hace inútilmente y los que inspiramos el auto de fe de Barcelona sabíamos que obrando así le haríamos al Espiritismo dar un gran paso hacia adelante. Este hecho brutal, desconocido para los tiempos actuales fue consumado para llamar la atención de los periodistas que indiferentes dejaron decir y hacer obstinados en permanecer sordos, respondiendo siempre con mutismo la búsqueda de propaganda de los adeptos de esta idea. Pero, con este hecho han debido ocuparse para afirmarle o desmentirle dando lugar a una polémica que ha de concluir por dar la vuelta al mundo y de la que el Espiritismo obtendrá beneficios. La retaguardia de la inquisición porque lo hemos deseado acaba de realizar su último auto de fe. Un Espíritu (Santo Domingo de Guzmán).
Apenas 27 años después se celebraría en el mismo lugar la Exposición Universal y al mismo tiempo el Primer Congreso Internacional Espiritista de todos los tiempos. Y diez años después uno de los aniversarios del auto de fe congregaría siete mil espiritistas en la plaza de la ciudadela. Ningún libro hasta el día de hoy pudo encontrar mejor forma de divulgación.

Escrito en forma dialogada como la filosofía clásica es resultado de las respuestas a las preguntas que hiciera Denizard Rivail, (que adoptó el pseudónimo de Allan Kardec recomendado por un espíritu para que su fama literaria como pedagogo no se confundiera con el libro que daría inicio a la Era Espírita), respondidas por los Espíritus desde muchos puntos del planeta, bajo la dirección del Espíritu de Verdad.
Está dividido en cuatro partes o libros y en 1019 preguntas, y sería pretencioso por nuestra parte saber qué destacar de una obra inspirada por las mayores autoridades del conocimiento humano a título póstumo. Por lo que es fruto únicamente del azar que colocamos algunas cuestiones dentro del limitado espacio que se nos ofrece, pero que nos permite este hojear el libro como la mejor forma de que él hable de si mismo.

En la Introducción se crean palabras nuevas como espiritismo para distinguirla de espiritualismo.
Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas. Encontramos la prueba de su existencia en el axioma que no hay efecto sin causa, buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre y vuestra razón os contestará.

Están habitados todos los globos que circulan en el espacio sea por vida material o espiritual.

Los espíritus son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material. Dios ha creado siempre espíritus, aunque invidualmente todos tenemos un principio creados sencillos e ignorantes y siendo eternos desde ese momento y sometidos a la ley del progreso.
El espíritu no es inmaterial, si incorporal, pues está formado por una materia que si bien nuestros sentidos no registran no deja de ser una materia en estados que aún no conocemos.
Hay espíritus en muy diferentes estados evolutivos que van desde el estado primitivo hasta el espíritu puro.
El libre albedrío se desarrolla a partir que el espíritu adquiere conciencia de sí mismo.

El objeto de la encarnación es el progreso y para ello tiene muchas existencias corporales. Entre ellas participa de la vida espiritual donde también progresa y elige generalmente el género de pruebas que tendrá en la próxima encarnación. Y mientras el cuerpo duerme el espíritu regresa a la vida espiritual por lo que morimos de alguna manera todas las noches.
El aborto es siempre un crimen pues impide al espíritu ya ligado al cuerpo desde el momento de la concepción soportar las pruebas que le ayudarían a progresar.

Los espíritus influyen en nuestros pensamientos hasta el punto que a veces son ellos quienes nos dirigen. Contando todos con un ángel guardián o espíritu protector. Y muchos presentimientos no son otra cosa que las inspiraciones de un buen espíritu o el recuerdo de aquellas cuestiones principales elegidas antes de encarnar, y es en virtud de esa elección en la que únicamente existiría cierta fatalidad o especie de destino. Entretanto el porvenir le está vetado al hombre y sólo muy excepcionalmente Dios permite su revelación.

La virtud más meritoria está fundada en la caridad más desinteresada.

El conócete a ti mismo es el medio práctico más eficaz para mejorarse en esta vida y resistir a las solicitaciones del mal.

A medida que los espíritus se depuran, se reencarnan en mundos más y más perfectos, hasta que se hayan desprendido de toda influencia material.

La transformación de la humanidad ha sido predicha, y vosotros tocáis el momento de aquélla, que apresuran todos los hombres que favorecen el progreso. La transformación se verificará por medio de la encarnación de los espíritus mejores que constituirán en la Tierra una nueva generación. Entonces los espíritus de los malos, a quienes la muerte hiere diariamente, y todos los que intentan detener la marcha de las cosas, serán excluidos de la Tierra, porque estarían fuera de su centro entre hombres de bien cuya felicidad perturbarían.



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