viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Por qué Dios se llevó a mi hijo?


Pocas personas sabían hasta ahora que recientemente pasé por momentos difíciles. Pero, como todo lo que nos ocurre, alegre o triste, nos sirve de aprendizaje, decidí compartirlo porque sé que muchas mujeres, madres, han atravesado o atraviesan situación similar.
Hace poco supe que estaba embarazada y la noticia me llenó de alegría y esperanzas, ya que desde hace cierto tiempo anhelaba la bendición de ser madre. No obstante, la alegría no duraría mucho, a las siete semanas de embarazo sentía mucho dolor y sabía que algo andaba mal. Ya no sentía la misma conexión inicial que tenía con mi bebé y mi cuerpo daba indicios de que el embarazo no seguía su curso natural. Además, en mi íntimo sabía que el final no sería como yo lo deseaba. Le hablé a su Espíritu, le pregunté si seguía conmigo, y si así era que, por favor, me hiciera saber porque estaba muy afligida. Me contestó con un dolor leve en la parte inferior derecha de mi abdomen. Sentí una mezcla de alivio y miedo. Sabía que seguía allí, pero algo raro pasaba.
Fui al médico y me pidieron hacer una ecografía urgente. En plena ecografía escuché por primera vez el corazoncito de mi bebé, pero al ver la fisonomía del médico, supe que también sería la última vez. Mi hija (yo sabía que era una niña) estaba ubicada en mi trompa derecha, por lo que el embarazo no podría avanzar. Me someterían a una cirugía para interrumpirlo.
Jamás sentí sensaciones tan contradictorias en mi vida. La emoción de escuchar su corazoncito por primera vez se mezclaba a la triste realidad que me tocaría aceptar. Aunque en mi íntimo yo sabía desde el principio que no sería madre en esa oportunidad, algo dentro de mí esperaba que no fuera cierto y yo trataba de engañarme, pero la realidad no es algo que se pueda ignorar.
Me internaron un día antes de la operación y cuando estaban por llevarme al quirófano, sentí que mi pequeñita estaba muy asustada. No podría explicar cómo lo sentía, pero lo sentía. Y aunque yo también tenía un torbellino de sentimientos, traté de tranquilizarme y tranquilizarla hablándole mentalmente. Si Dios nos permitía pasar por algo así era para que aprendiéramos algo y porque había una causa justa. Su papá y yo le rogamos a Dios que amparara a su Espíritu y que nos diera la fortaleza necesaria para afrontar la situación.
Después de la cirugía, en la cual también me tuvieron que sacar la trompa derecha, volví a casa con un gran vacío. Permanecí algunos días en mi casa terminando de tejer toda las ropitas y mantas que había empezado apenas supe del embarazo.
Tejía y trataba de trabajar el dolor y el vacío que sentía. Gracias a Dios jamás me rebelé. Mi llanto fue de nostalgia de lo poco que convivimos, las emociones en los momentos de oraciones (le encantaban) y hasta los latidos del corazoncito durante breves segundos; nostalgia de lo que no viviríamos...
Estoy muy agradecida a Dios por conocer el Espiritismo y por haber comprendido sus enseñanzas que me permitieron atravesar, y seguir atravesando, algo tan doloroso sin desesperación o bronca. Reconozco que hay razones por las cuales pasamos por dicha experiencia y me gustaría llevar este consuelo y entendimiento a madres y familias que “perdieron” a sus hijos amados.
Como lo dije, tuve la dicha de ser conocedora de la vida espiritual, sus leyes, lógica y misericordia, pero lamentablemente pocas familias cuentan con semejantes informaciones a la hora de afrontar algo tan difícil como el fallecimiento de un ser querido, especialmente el de un hijo. En casos así, es difícil comprender por qué lo que consideramos lógico parece ser desafiado, es decir, todos creen que el orden natural de la vida es que los padres fallezcan antes que sus hijos.
Cuando dicha lógica aparente victimiza a una familia sin bases espirituales sólidas, es común que aparezcan las preguntas, principalmente “¿por qué?”, una rebeldía hacia Dios también puede invadir el íntimo de los padres desesperados. ¿Cómo comprender y aceptar que un hijo fallezca antes de sus padres? ¿Por qué un niño muere?
Para contestar a estas y a otras preguntas, echaremos mano de las enseñanzas espíritas, expuestas en las obras básicas de la codificación y de los ejemplos traídos en obras subsecuentes idóneas.
En “El Libro de los Espíritus”, Allan Kardec les pregunta a los Espíritus “¿Por qué la vida suele interrumpirse en la infancia?”, a lo que ellos le contestan:
“La duración de la vida del niño puede ser, para el Espíritu que está encarnado en él, el complemento de una existencia interrumpida antes del término debido, y su muerte suele ser una prueba o una expiación para los padres.” 1
André Luiz nos enseña que “los hombres y las mujeres que corrompieron sus propios centros genésicos por la delincuencia emotiva o por los crímenes reiterados del aborto provocado” en otra existencia, “se endeudaron con la Eterna Justicia” y se recuperan a través del amparo a los Espíritus que reencarnan “destinados” a la muerte prematura. 2
Por otra parte, cuando alguien provoca su desencarnación, termina por provocar también un gran impacto en su íntimo, “bajo un traumatismo profundo”. Su mente atraviesa “indescriptibles flagelaciones, que van de la inconsciencia discontinua a la locura completa”, que se enseñorean de esas mentes torturadas” por el remordimiento. Ante tal situación, su Espíritu necesita rehabilitarse a través de una breve reencarnación con fines terapéuticos. 3
Es así, por la unión de hijos que necesitan dicha terapia y padres carentes de reparaciones, que la Ley Divina se manifiesta y permite que el equilibrio se restablezca.
Obviamente, no podemos encajar todos los casos de muertes prematuras en estos dos casos. Los citamos a modo de ejemplo, como para explicar que todo lo que nos ocurre en la vida tiene una causa justa y es el resultado de nuestras propias actitudes y elecciones.
Veamos otro ejemplo, presentado en el libro “Mi vida en gestación”, cuyo protagonista y narrador es el Espíritu Caio Mário, quien cuenta su experiencia personal en un caso de desencarnación en la infancia. Dice que su desencarnación sería triste y precipitada en la concepción de los encarnados, pero no era casualidad el hecho de que serviría para suavizar el corazón de Adamastor, su padre, que se recusaba a tener otro hijo mientras Caio Mário vivía. Incluso el nacimiento de Caio le había costado mucho esfuerzo, ya que Adamastor, “por razones egoístas”, prefería vivir solo con su esposa, sin la presencia de hijos. La llegada de Caio Mário le suavizó el corazón y su partida venció sus resistencias. Su hijo, a lo largo de los diez años que duró su encarnación, fue la representación del amor y de la amistad, sentimientos que Adamastar “jamás había conocido totalmente”. Pero con la superación de dicha resistencia, otros hijos vendrían. 4 Caio Mário reencarnó por amor, para auxiliar principalmente a su padre, para enseñarle el valor de una familia, el amor verdadero, sin egoísmo. Tal enseñanza empezó con el nacimiento de su hijo pero solo pudo ser completada con la desencarnación del mismo.
 Caio Mário relata las razones de su corta reencarnación, pero concluye que hay muchísimas y elevadas razones que pueden determinar la desencarnación de un niño o un adolescente, y “en el plano espiritual, esa interrupción siempre es vista con optimismo. (...) Le permite, en la mayoría de las veces, un saldo positivo al Espíritu que retorna. Es una de las pruebas más difíciles que los padres suelen enfrentar y, si lo hacen con resignación, pueden proporcionar un gran progreso a la pareja y a los familiares”, aunque la mayoría “aún no lo entienda de ese modo”. 5
En el prefacio del libro “Niños en la Ultratumba”, el Espíritu Emmanuel también nos deja sus lecciones, explica que “el Espíritu en evolución puede solicitar, en plena consciencia, ciertas experiencias o ser inducido” a desencarnar en la infancia para su propio beneficio. Aclara que es común que un individuo renazca para desempeñar algunas tareas, las cuales pueden llevarle pocos decenios o aún ser trasladas de una a otra existencia, como en “cuotas marcadas de tiempo”. Orienta que la desencarnación de niños debe ser comprendida desde el punto de vista de la inmortalidad y de la reencarnación. 6
Comprendida tal como nos lo orienta Emmanuel, la muerte aparentemente prematura no parece ser tan cruel e injusta como muchos pueden suponer y sería bueno reflexionar sobre el tema antes de avanzar en nuestros estudios.
Es lo que hace Kardec, en “El Libro de los Espíritus”, cuando escribe: 7
“Si el hombre tuviese una sola existencia, (...) ¿cuál sería el mérito de la mitad de la especie humana que muere a temprana edad, para disfrutar sin esfuerzo de la dicha eterna? (...) Por otra parte, no es racional considerar a la infancia como un estado normal de inocencia. ¿No vemos niños que al nacer parecen traer consigo la astucia, la falsedad, la perfidia y hasta el instinto del robo y del homicidio, pese a los buenos ejemplos que los rodean? (...) ¿De dónde viene esa perversidad precoz, si no es de la inferioridad del Espíritu (...)? Los viciosos, lo son porque sus Espíritus han progresado menos. (...)”
Por lo que podemos concluir, aunque se utilice de un cuerpo infantil o joven, el Espíritu puede tener una larga existencia, la cual no se limita a la actual. Un Espíritu viejo, por así decirlo, cada vez que necesita reencarnar, debe obedecer las leyes naturales, pasando por el período embrionario, alcanzando la infancia y, a veces, la juventud, la edad adulta y la vejez.
La cantidad de tiempo que permanecerá en la Tierra, ocupando un cuerpo físico, va a depender de las tareas que deberá desarrollar aquí. Algunas le exigirán muchos años, otras, pocos días.
Es importante, además, meditar sobre la misericordia divina, oculta en casos de desencarnación infantil, la cual, en la mayoría de las veces, no sabemos comprender ni aceptar.
Citamos un caso de estos en el artículo “Educación para la muerte”, publicado en laRevista Espírita Mies de Amor, n° 2 8, pero lo recordaremos para mejor comprender dicha misericordia.
En una familia espírita de considerable nivel espiritual, nació una niña cuyo Espíritu contaba con muchos equívocos de otras existencias. Cuando cumplió 8 años, se enfermó gravemente y no había esperanza en la medicina para su caso; desencarnaría pronto. Su familia pidió orientación espiritual en la institución espírita donde concurría y allí le explicaron que el Espíritu de la niña había cometido suicidio en las últimas existencias y ahora desencarnaría antes de alcanzar la adolescencia para no intentarlo de nuevo y para completar un poco del tiempo de vida que había abreviado voluntariamente. La familia rogó por una oportunidad de educarla bajo los postulados espíritas y estaba segura de que lograría evitar nuevo intento. Por los méritos espirituales de la familia, le fue concedido a la niña un período de 10 años más. Sin embargo, cuando la niña llegó a la adolescencia, se desvinculó de la familia, de los principios espíritas, se entregó a la drogadicción y se suicidó.
En este caso, lamentablemente, ese Espíritu no pudo avanzar como se esperaría y postergó la reparación y el aprendizaje para más adelante. Nos deja una lección: no siempre lo que creemos ser lo mejor así lo es. Dios todo lo sabe y a todos nos conoce. Sabe a qué pruebas nos podemos someter con posibilidades de obtener éxito o de fracasar.
La misericordia divina intercedió, dándole una encarnación corta para que no se comprometiera aún más ante las Leyes Divinas. Cuando ella así lo dispone es para que del período reducido resulte un beneficio. Nos cuesta entenderlo y, por nuestro egoísmo, deseamos atar a nuestros seres queridos a la Tierra sin reflexionar en las razones por las cuales Dios tiene otros planes para ellos, sin pensar que la sabiduría divina trata de evitar un mal mayor.

¿Dónde y cómo están nuestros hijos que fallecieron?

 Decíamos que nos cuesta aceptar la desencarnación de un ser querido, principalmente la de un hijo. Queremos tenerlo a nuestro lado, aunque no sepamos si estarían mejor así.
A través de las enseñanzas espíritas, aprendemos que la muerte no es un castigo, sino una liberación, el regreso a nuestro hogar verdadero.
En “El Libro de los Espíritus” encontramos una analogía muy didáctica acerca de dicha liberación y regreso. Dice que la muerte es como dos amigos que están en la cárcel. Ambos serán liberados, pero en diferentes momentos. ¿Sería caritativo sentirnos mal si nuestro amigo es liberado antes de nosotros? ¿No sería egoísta desear que siguiera sufriendo las penas del cautiverio solo para no dejarnos solos? ¿Qué decir de otro amigo, cuya salud debilitada le exige cambiarse de país para sentirse mejor? Estaríamos separados físicamente, pero podríamos mantener correspondencia y sabríamos que estaba bien. ¿Sería justo pretender que él se quedara con nosotros e ignorara su estado de salud? 9
Así es la muerte. Nos permite abandonar la “cárcel” del cuerpo, pesado y limitado para que seamos libres. No nos separa definitivamente de nuestros afectos porque el amor no tiene límites y podemos mantener fluida comunicación, aunque en distinto nivel.
Para saber dónde están los desencarnados y cómo nos podemos comunicar con ellos, entendamos algunos puntos fundamentales antes.
Cuando el Espíritu de un niño muere a temprana edad, recomienza una nueva existencia. 10 Sin embargo, el liberarse de su envoltura carnal, no quiere decir que recobra su lucidez de inmediato. Eso va a depender de los lazos existentes en el cuerpo físico y el Espíritu.11
El alma se desprende gradualmente del cuerpo “y con una lentitud muy variable según los individuos. En algunos es bastante rápido (...), se da en unas pocas horas”. En otros, puede durar horas, semanas y hasta meses. 12Cuando el individuo posee cierta preparación espiritual, o no tiene apego a lo material (cosas y personas), los lazos se rompen más rápidamente y el Espíritu recobra la lucidez también con más facilidad. De lo contrario, el desprendimiento es más lento y la recuperación de la lucidez se torna más difícil.
La agilidad o la lentitud del Espíritu en desprenderse o recuperar la lucidez, también determinará hacia donde va.
Que quede claro que no hablamos de cielo e infierno, como se verá a continuación.
El libro “Entre la Tierra y el Cielo” 13, podemos leer informaciones detalladas acerca de la presencia de niños en el Plano Espiritual. La instructora Blandina explica que no siempre el Espíritu de un niño asume el comando mental de sí mismo. Cuando eso ocurre, puede “desprenderse fácilmente de las exigencias de la forma, y supera las dificultades de la desencarnación prematura. Dice:
“Tenemos el conocimiento de grandes almas, que han renacido en la Tierra durante un muy breve plazo, simplemente con el objetivo de despertar a los corazones queridos para la conquista de valores morales, e inmediatamente después de haber prestado ese servicio, recuperan el aspecto que les era habitual. No obstante, para la gran mayoría de los niños que desencarnan, el camino no es el mismo. (...) A eso se debe, que no podamos prescindir de los períodos de recuperación, para quien se aparta del vehículo físico en la fase infantil (...). La variación de ese tiempo va a depender de la aplicación personal del aprendiz (...).”
En ese libro, detalla, además, las instituciones espirituales que reciben a esos Espíritus, cuidándolos y orientándolos con amor.
Ahora que ya entendemos mejor en qué situación se encuentran y su estado de lucidez, hablaremos sobre la comunicación, la cual depende del grado de lucidez del desencarnado.
 El conocido y reconocido médium Francisco Cândido Xavier (Chico Xavier), antes de su desencarnación, fue un importante vehículo de comunicación entre encarnados y desencarnados. A través de su facultad mediúmnica, los seres queridos desencarnados enviaban noticias y consuelo a los que habían quedado en la Tierra.
Sus mensajes son fuente de fe, esperanza y conocimiento. En ellos, comprenderemos mejor ciertos conceptos expuestos en este artículo, además de ampliarlos.
Empecemos con la carta de Hélio Ossamu Daikuara, cariñosamente llamado de Tiaminho. Nació el 23 de enero de 1975 y desencarnó, atropellado por un auto, el 25 de enero de 1980, a los 5 años recién cumplidos. Un año después de su desencarnación, escribe una carta direccionada a su familia contándole la razón por la cual desencarnó tan pronto y en circunstancias tan dolorosas. Presentaremos una versión de algunos fragmentos, ya que el mensaje original está en portugués. 14
Querido papá Hélio y querida mamá Sayoko, estamos aquí, más juntos y comprensiblemente más ajustados los unos con los otros por el redescubrimiento de mí mismo.
En los últimos meses vengo adquiriendo un crecimiento más amplio (...) con respecto a mis recuerdos de vidas anteriores en las cuales estuvimos unidos.
El abuelo Torao me asiste siempre, desde que regresé a la Vida Espiritual.
Me duele recordar que un día fui obligado a determinar que tú, [papá], practicara el Hara-kiri [suicidio ritual de origen japonés que consiste en abrirse el vientre con un arma blanca], como forma de condena en un proceso brutal en que la verdad no apareció en el tiempo debido. Creí que habías cometido un peculado en nuestros negocios, pero supe demasiado tarde que el robo había sido obra de un hermano consanguíneo.
El remordimiento me persiguió por el resto de mis días.
Desencarnado, en el Plano Espiritual, aguardé la oportunidad de reencarnar como tu hijo para sufrir igual condena.
Con la asistencia de quienes nos aman, renací para amarlos cada día más en la condición de hijo. Una vez sufrida la misma condena que te había impuesto, volví con una alegría inmensa al Plano Espiritual.
Agradezco a la Providencia del Señor que nos perdona y nos permite rescatar los errores pasados con amor y fe.
El amor cubre los errores humanos y la prueba de eso es que aquí estoy, agradecido por la oportunidad de confesarlo.
Mis padres queridos, reciban toda mi alma, con todo el jubiloso reconocimiento del hijo, siempre muy feliz y agradecido,
Tiaminho
Esta carta es un ejemplo claro de la desencarnación “prematura” como forma de reparación elegida por el propio Espíritu para tranquilizar su consciencia, además nos presenta un Espíritu cuya lucidez fue recobrada muy rápidamente. Tiaminho demuestra un discernimiento de la vida actual y de, por lo menos, una vida pasada. Vale decir que esta es la quinta carta enviada por él. Su Espíritu está bien, feliz y amparado en un buen lugar.
Todavía citaremos otras cartas de otros Espíritus, pero antes es importante saber que las comunicaciones casi nunca son tan palpables, lo que no quiere decir que no ocurran. Veamos lo que dice el citado libro “Entre la Tierra y el Cielo” acerca de otra forma de comunicación, mucho más común: la que ocurre durante el sueño.
Hay un relato de una madre que se duerme, su Espíritu se desprende parcialmente de su cuerpo físico y va al encuentro de su hijito desencarnado. El encuentro es conmovedor, pero, al regresar al cuerpo físico y a la vida material, mucho de lo que vio y oyó queda olvidado: 15
Se observa que el Espíritu de la madre al volver a la Tierra y “al yuxtaponerse con el cerebro físico”, pierde “la claridad mental”. Algo recuerda del paseo por el Mundo Espiritual, pero a través de impresiones que se desvanecen rápidamente. Solamente la imagen de su hijo permaneció nítida en su memoria.
Nos enseñan en la obra citada que muy pocas personas son capaces de guardar un recuerdo definido, la mayoría no soportaría la nostalgia que dicho recuerdo ocasionaría y que podría inducirlos a la muerte. “Mientras nos encontramos dentro del envoltorio terrenal, el contacto con el mundo de los Espíritus no puede superar cierto límite, a fin de que nuestra alma no pierda el interés de luchar dignamente mientras el cuerpo se lo permita.” Solo nos queda lo suficiente para reconfortarnos y convencernos de que nuestro ser querido nos aguarda en la vida mayor.
En el mismo libro, leemos un caso de Julio, un niño que desencarna y que, al contrario de Tiaminho, no presenta indicios de lucidez. Se había suicidado en otra existencia y en esta, es inducido a la muerte por su madrastra, aunque tampoco en esa existencia ofrece resistencia al hecho. Julio reencarna como hijo de su madrastra para que ambos puedan reparar sus errores, ya que, una vez más, desencarnará en la infancia y su madrastra sabrá qué se siente cuando un hijo desencarna y sanará los males que sufre como resultado de su remordimiento.
Los instructores explican que el caso de Julio es sencillo, pero doloroso. Sería una prueba breve, pero imprescindible. “Deberá padecer el angustioso deseo de quedarse en la Tierra”, pero, por haber cometido suicidio dos veces, “le corresponde experimentar por dos veces la frustración de sus actuales expectativas, a fin de que conceda mayor valor a la bendición que significa la vida terrenal.” 16
Podemos ver que las desencarnaciones en la infancia ocurren por causas justas y con un objetivo específico de impulsar el crecimiento espiritual de todos los involucrados. Pero, para que tal crecimiento se dé, es necesario que sepamos extraer de ellos el aprendizaje esencial, aunque nos sea muy difícil y doloroso.
Rebelarnos o desesperarnos no nos devolverá a nuestros hijos, tampoco nos aliviará el dolor, sino todo lo contrario. Como dijimos, hay muchísimas comunicaciones espirituales que llegaron de la mano del médium Chico Xavier. En ellas, hay una temática que se repite en reiteradas cartas: Que sus padres no sufran, ya que su dolor alcanza a sus hijos de forma muy penosa, principalmente cuando todavía no recuperaron la debida lucidez y el dominio de sí mismos.
Marcos Hideo Hayashi, quien desencarnó a los 12 años en un accidente de auto, con sus dos hermanos menores, João Batista Hayashi, de 11 años y Sheila Tieko Hayashi, de 7 años, se comunicó con sus padres después de diez meses de la desencarnación. Tal como lo hicimos con la carta de Tiaminho, presentaremos una versión en español de algunos fragmentos.
 Mi querida mamá, mi querido papá. Les pido la bendición.
Estoy con el abuelo Joaquim, quien me trajo para escribirles. Él me está ayudando, pero mi pensamiento tropieza en las ganas de llorar.
Papá nos enseñó a ser fuertes, pero es tanto el dolor a ser superado que no tengo fuerzas.
Quiero decirte, mamá, que confíes en Dios y en la vida.
Les ruego que no se dejen dominar por el sufrimiento.
Desde que desperté aquí, escucho los gritos de su corazón, las palabras que no dices, las oraciones afligidas y lágrimas que nadie en la Tierra puede ver.
Mamá, de no ser por la nostalgia y tu voz y la de papá dentro de mí, yo diría que todo está bien.
Estamos en un parque para niños. Somos sometidos a tratamientos, ejercicios, lecciones y mucho cariño. Amorosas enfermeras nos cuidan como madres.
Reposamos, pero sus voces nos alcanzan por todos los medios.
Mamá, no llorarías con tanta angustia si vieras como nuestra querida Sheila se cae de la aflicción por querer irse hacia donde estás.
Tengo la cabeza afligida, una emoción invade mi cerebro y me marea, pero el abuelo Joaquim me dice que todo estará bien cuando ustedes estén más fuertes.
Mamá, no guardes nuestras pertenencias. Dáselas a otros niños. Las lágrimas son fuerzas de Dios, pero deben ser oraciones de gratitud y amor, paz y fe.
Un día estaremos juntos, pero no pretendas venirte como quien fuerza la entrada en una casa desconocida. Poco a poco entenderemos las razones de lo que ocurrió.
No se quejen. Cultivemos la nostalgia en la iglesia del amor al prójimo. Aquí hay muchos padres de niños desamparados que sufren en el mundo, pero sé que tú, mamá, los asistirá tal como sus padres nos asisten aquí.
Bendigan a sus hijos que estamos aquí, pero que contamos con ustedes para fortalecernos.
En nombre de mis hermanos y mío, les dejo nuestro beso de respeto y amor,
Marcos
Esta carta es muy conmovedora y el tema central es el dolor provocado por los padres a sus hijos. En ella no se nota el mismo nivel de lucidez demostrada por Tiaminho, por ejemplo. Todo lo contrario, los niños demuestran no lograr desatarse del lazo que los prenden a su hogar terreno y no por su voluntad, sino por las voces de sus padres que no dejan de llamarlos con desesperación.
En otra carta, de Jair Presente, un joven que desencarnó a los 25 años, dirigida a su familia, él expresa que está en una buena situación, pero sufre mucho por las actitudes de sus familiares. Les dice que sus lágrimas lo prenden y que estará con ellos en las mismas condiciones en la que ellos estén con él. Fuertes, lo fortalecerán. Desanimados, lo desalentarán. Su memoria no funciona bien porque está atada a los recuerdos de ellos, tal como un globo esclavizado. Les pide auxilio. Que lo ayuden a ver y oír en donde está y no donde están ellos, para que pueda recobrar su lucidez. Las voces de la casa le llegan y su pensamiento no sale de donde lo mantienen cautivo. Les ruega que vivan y sean felices para que él también lo pueda ser. Dice esperar ponerse bien, pero que sus padres son las palancas que necesita para recomponerse. 18
A través de las palabras de Jair, queda claro la importancia de los buenos pensamientos, de las oraciones para que nuestros hijos puedan estar tranquilos. Los llamamientos los confunden y les provocan sufrimientos.
Ante tal situación, es interesante reflexionar sobre algunas palabras de los Espíritus que nos pueden ayudar a ver que la desencarnación de un hijo puede no ser tan horrible comparada a otras situaciones que los pueden alcanzar:
“La muerte del cuerpo no siempre es lo peor que nos puede suceder. ¡Cuántas veces los padres tienen la obligación de acompañar la muerte moral de los hijos, caídos en el crimen o en los vicios, que no consiguen frenar!”19
Al tener un hijo desencarnado necesitamos trabajar nuestro dolor para que estén bien y lo estarán. Tuvimos muchas pruebas en este artículo. Sabemos que cerraron un ciclo y están listos para empezar otro, mucho mejor. No obstante, al ver un hijo cometer crímenes o involucrarse en vicios, sabemos que está sembrando dolores futuros y que pasará mucho tiempo antes de que pueda comenzar un ciclo mejor. ¿Qué nos parece más importante, tener un hijo vivo pero infeliz y causante de la infelicidad ajena? ¿O tenerlo físicamente lejos, pero bien, feliz? Nuestro grado de egoísmo o de amor tendrá la respuesta a dicha pregunta. El egoísmo elegirá mantenerlos con nosotros, aunque en lamentables circunstancias. El amor sabrá comprender que lo mejor es que estén bien pese a nuestra nostalgia y dolor.
En una carta, Bianca Jassé Cunha, una niña que desencarnó a los seis años, hace que su madre reflexione al decirle que fue mejor desencarnar que quedar en la Tierra como un ser inútil. 20
Bianca dice, además, que su madre la sienta ya que las fronteras entre los dos mundos no permiten que la vea, lo que revela una gran lucidez de un Espíritu que desencarnó a temprana edad.
Bianca está en lo cierto. Puedo afirmar con seguridad que podemos sentir la presencia de nuestros hijos. En realidad, muy pronto pude sentir a mi hija junto a mí. La sentí y la siento muchas veces y siempre que eso da, estoy en un momento de equilibrio y oración. De lo contrario, nunca sucede.
Los Espíritus que participaron en la edificación de la Doctrina Espírita afirman lo mismo y con sus palabras queremos concluir este artículo, con el objetivo de llevar consuelo a las madres cuyos corazones se hallan heridos por la separación física transitoria de sus amados hijos y les recomendamos la lectura del capítulo completo. 21
 “Madres, sabed que vuestros amados hijos están cerca de vosotras. Así es, están muy cerca. Sus cuerpos fluídicos os envuelven, sus pensamientos os protegen, y el recuerdo que de ellos conserváis los embriaga de alegría. No obstante, vuestros dolores infundados también los afligen, porque denotan falta de fe y constituyen una rebelión contra la voluntad de Dios.”
“Vosotros, que comprendéis la vida espiritual, escuchad los latidos de vuestro corazón, que llama a esos seres queridos, y si rogáis a Dios que lo bendiga, sentiréis tan intenso consuelo que se secarán vuestras lágrimas; sentiréis aspiraciones tan grandiosas que os mostrarán el porvenir prometido por el soberano Señor.”

Marina Silva

domingo, 7 de septiembre de 2014

ELIJAH HOWELL EL NIÑO QUE SE COMUNICA CON EL MÁS ALLÁ





ELIJAH, EL NIÑO DE CUATRO AÑOS QUE HABLA CON EL MAS ALLA

Elijah Howell es un niño de 4 años que recuerda al protagonista de la célebre película ‘El sexto sentido’ debido a los supuestos poderes paranormales que, por ejemplo, le permitieron predecir el aborto espontáneo de su madre.
¿Los niños tienen una conexión especial con lo sobrenatural? Muchos investigadores creen que los niños, desde las edades más jóvenes y en la adolescencia, son más propensos a experimentar fenómenos paranormales, ya que aún no han desarrollado los prejuicios que muchos adultos tienen en contra de las ideas “no científicas”.

Como hemos comentado en otras ocasiones, tal vez esta conexión es debido a que aún no han creado sus propios filtros de sentimientos y experiencias que la mayoría de la sociedad considera irracional o anormal. O podría ser que sus mentes jóvenes son, por cualquier razón, físicamente más receptivos a fenómenos tales como fantasmas, experiencias cercanas a la muerte, el recuerdo de vidas pasadas y premoniciones.

ELIJAH, EL NIÑO QUE SE COMUNICA CON EL MAS ALLÁ

Elijah Howell, de cuatro años de edad, vive con sus padres Heather y Greg Howell en Naples, Florida. Ellos afirman que su hijo tiene capacidades psíquicas que le permitieron predecir el aborto involuntario de su madre y los mellizos que ella tuvo. Los medios de comunicación llaman a Elijah el verdadero “Cole Sear de la película El Sexto Sentido”.
Heather y Greg Howell explicaron a los medios de comunicación que notaron un comportamiento inusual en Elijah desde una edad muy temprana, comenzó a hablar a los diez meses, tenía conversaciones con sus abuelos fallecidos y tenía la capacidad de ver el futuro. Muchas personas pueden pensar que es simplemente la apreciación de unos padres, pero una experta psíquica confirmó sus habilidades sobrenaturales.
Un ejemplo de sus capacidades más allá de lo racional es el caso ocurrido con su madre Heather, de 40 años:
“Cuando estaba embarazada Elijah me dijo: “Mami, tu bebé se va a ir con Dios”. Y yo le dije: “No digas eso Elijah, no digas cosas como esas”, porque realmente me daba miedo. Un par de días después aborté y él siguió acariciándome y diciéndome que iba a estar bien. Un tiempo después me dijo: “No te preocupes mamá, vas tener dos bebés y son dos niños”, y lo primero que pensé era que sólo quería hermanos. Meses más tarde los médicos nos confirmaron que íbamos a tener gemelos, y que eran niños.”
elijah howell Elijah, el niño de cuatro años con la capacidad de comunicarse con espíritus y ver el futuro
Elijah Howell
Sin pensarlo más Heather y Greg llamaron a la experta psíquica Denise Lescano para determinar si Elijah tenía la capacidad de ver espíritus y predecir el futuro. Durante su visita a la familia, Denise se comunicó con los difuntos abuelos de Heather para saber realmente si tenía esa capacidad.
Denise descubrió que la madre de Heather (ya fallecida), la abuela de Elijah, fue la que le entregó el mensaje sobre el aborto involuntario y el nacimiento de los gemelos. Denise explicó:
“Elijah muestra todos los signos de ser un niño muy dotado con la capacidad de conectarse con el mundo espiritual. Él tiene una sensación muy fuerte de haber vivido antes y habla de las vidas pasadas con normalidad.”
Denise enseñó a Heather y Greg cómo “manejar” las interacciones de su hijo con el mundo espiritual. Heather dijo a los medios de comunicación:
“Me siento mucho más tranquila ahora, después de la visita de Denise, ella nos ha enseñado todo lo necesario. A partir de ahora estaremos muy atentos al desarrollo de los dones de Elijah y además no tengo suficientes palabras de agradecimiento para Denise, quien también ha compartido su don con nosotros.”
comunicarse con espiritus Elijah, el niño de cuatro años con la capacidad de comunicarse con espíritus y ver el futuro
Denise Lescano ha reconocido la capacidad psíquica de Elijah, quien además dice que es muy importante que los padres sean creyentes y comprensivos con los niños que tienen estos dones. Denise es una psíquica reconocida que lleva años ayudando a la policía a resolver crímenes y casos de personas desaparecidas. Pero lo que realmente ha hecho Denise es ser comprensiva con el pequeño Elijah, ya que es sabido que son muchos los niños que nacen con esta inusual capacidad, pero por la falta deinmadurez espiritual por parte de los padres sumado a una sociedad que cada vez nos obliga más a dejar de tener estas creencias con los años acaban despareciendo de nuestro propio ser.
Los Howells llamaron a una experta psíquica, Denise Lescano, que lleva años ayudando a la policía a resolver crímenes con su capacidad psíquica, y que confirmó las habilidades sobrenaturales de Elijah.
La médium asegura que entró en contacto con los abuelos muertos del niño y descubrió que, precisamente, la abuela fue la que dio a Elijah el mensaje sobre el aborto espontáneo de su madre y del nacimiento de los gemelos.
“Elijah muestra todas los señales de ser un niño muy dotado con la capacidad de conectarse con el mundo de los espíritus”, sentenció Lescano al final de su visita.

viernes, 5 de septiembre de 2014

SINTOMAS DE LA MEDIUMNIDAD



Toda persona que siente, con mayor o menor intensidad, la influencia de los Espíritus es médium. (…) Por consiguiente, se puede decir que todas las personas, poco más o menos, son médiums.


Son muchas las personas que desean saber si poseen alguna facultad mediúmnica y cuáles son los indicios que pueden confirmar o negar tal existencia.

Según las palabras de Kardec, el noble codificador de la Doctrina Espírita, todos somos médiums, pues hay continua interacción entre los dos planos (material y espiritual). Pero el grado de intensidad de la comunicación entre encarnados (vivos) y desencarnados (llamados muertos) es diferente para cada persona.

En determinados contactos el encarnado siquiera registra la influencia de un Ser desencarnado, mientras que en otros la influencia es patente.

En este estudio queremos enfocarnos en la facultad mediúmnica ostensible, es decir, la que permite identificar la existencia del contacto.

Es muy común que escuchemos relatos de personas que buscaron la asistencia de un Centro Espírita por sufrir algún desequilibrio y fueron orientadas a “desarrollar” la mediumnidad; algunas incluso, fueron direccionadas a los trabajos mediúmnicos de la institución sin ninguna preparación, asistencia o estudio.

Sin detenernos demasiado en analizar la irresponsabilidad de tal actitud que lamentablemente aún es común en muchas instituciones dichas espíritas, recordamos las palabras de Kardec:

Hasta el presente ningún diagnóstico se conoce para la mediumnidad. Todos los que se habían considerado como tales carecen de valor. (…)

Si la mediumnidad se tradujese por una señal exterior cualquiera, implicaría esto la permanencia de la facultad, mientras que ésta es esencialmente móvil y fugitiva. Capítulo I. Breve conferencia espiritista - Medios de Comunicación)

No hay ningún indicio de la facultad mediúmnica; sólo la experiencia puede darla a conocer.

Por lo que podemos notar, la facultad mediúmnica no puede ser identificada en el Centro Espírita o donde sea como si se tratara de un diagnóstico elemental y aunque así fuera, nos informa el codificador que la mediumnidad puede ser transitoria y alguien “diagnosticado” como médium hoy, puede no serlo mañana.


Pero ¿cómo saber si somos médiums?

Cuando estamos ante desequilibrios que nos afectan, lo principal es buscar un médico y considerar la hipótesis de un disturbio orgánico y que la asistencia espiritual, en una institución idónea, ocurra de manera simultánea.

Sabemos que determinadas influencias espirituales (obsesiones) de larga duración pueden alcanzar el organismo físico, pero la obsesión no es sinónimo de mediumnidad ostensible. Por lo tanto, es recomendable cuidar del cuerpo y del espíritu antes de pensar en una supuesta facultad mediúmnica, hasta porque la existencia de la mediumnidad exige ciertas responsabilidades.

Nos pareció importante hacer esas aclaraciones antes de profundizar un poco más en el tema para que no sea creada una falsa idea sobre la mediumnidad.

Kardec la explicó con mucho criterio y propiedad y no es nuestra intención contradecirlo, pues concordamos con sus enseñanzas.

El objetivo de este estudio es mostrar el resultado de experiencias serias y las lecciones expuestas en la literatura espírita confiable y fiel a la base kardeciana sobre los síntomas más comunes descritos por las personas que manifestaron la facultad mediúmnica ostensible.

Según Herculano Pires, en “Mediumnidad (Vida y Comunicación)” “la Mediumnidad se desarrolla como la inteligencia y las demás facultades humanas”, en un proceso cíclico que obedece a “etapas sucesivas”. En los niños es muy evidente y es común que registren presencias espirituales hasta más o menos los siete años. A partir de esa edad, “se desvinculan progresivamente de las relaciones espirituales” y se proyectan más en las relaciones terrenas. En la adolescencia se inicia el segundo ciclo y la mediumnidad se manifiesta de modo más intenso.

Recomienda el respetable estudioso que no se estimule la facultad en el primer ciclo, sino que el niño sea asistido con pases y oraciones. El adolescente puede comenzar a estudiar para entender mejor lo que le ocurre, pero sin intentar desarrollar la práctica mediúmnica. Y cuando las manifestaciones sean espontáneas “es conveniente limitarlas al círculo privado de la familia o amigos íntimos en instituciones para jóvenes, hasta que la mediumnidad se defina”.

El tercer ciclo ocurre entre los dieciocho y los veinticinco años y se orienta a que el joven estudie la Doctrina Espírita y la Mediumnidad más profundamente. A partir de esa edad, el médium ya puede dedicarse a la educación y a la práctica mediúmnica según su madurez y preparación.

Recuerda Herculano que en algunos casos el proceso de eclosión de la mediumnidad tarda hasta unos treinta años de madurez biológica.

El autor aún describe un cuarto ciclo, cuando la mediumnidad aparece en la edad madura o en la vejez por el proceso natural de desprendimiento entre el espíritu y el cuerpo físico. A eso Herculano lo llama “preparación mediúmnica para la muerte”, que puede durar muchos años.

La UEM (Unión Espírita Mineira), en su “Curso Básico sobre Mediumnidad”, explica que la Mediumnidad presenta diferentes naturalezas: propia o natural, de prueba o trabajo, de expiación, y misionera; y cada una de ellas posee características peculiares y se manifiesta de diferentes maneras:

La Mediumnidad propia o natural es adquirida a través de la evolución moral del individuo, cuando su facultad psíquica y su percepción se intensifican. LaMediumnidad de prueba o trabajo es precaria “como una tarea a ser desarrollada” por el encarnado para su mejora espiritual y la de sus semejantes, con una preparación antes de su reencarnación que le permitirá obtener excelente oportunidad de trabajo. La Mediumnidad de expiación es concedida a personas muy comprometidas ante las Leyes Divinas y se caracteriza por la imposición de una sensibilidad psíquica muy intensa, la cual debe ser utilizada para que el médium se libere de sus actos infelices del pasado y crezca espiritualmente. Generalmente surge causando sufrimiento y es común que se manifieste a través de fuerte obsesión. La Mediumnidad de Misión es concedida a Espíritus que ya alcanzaron cierta elevación espiritual y que quieren aportar voluntariamente en la evolución de sus semejantes, como intermediarios entre el Plano Material y el Espiritual.

Por las aclaraciones de la Unión Espírita Mineira nos resulta obvio deducir que la gran mayoría de los médiums encarnados se encuadran en la mediumnidad de prueba o en la de expiación, dado que nuestro planeta todavía es muy inferior y, para casi todos, las facultades mediúmnicas surgen causando muchos disturbios.

El Espíritu Manuel Philomeno de Miranda, en el libro “Temas de la Vida y de la Muerte”, comenta que muchas veces los efectos de la eclosión de la mediumnidadpueden ser confundidos con síntomas de algunas psicopatologías. Pueden surgir de manera sutil o vigorosa, “causan malestar, inquietud y trastorno depresivo”; en otros momentos exaltan la personalidad, producen sensaciones desagradables en el organismo, antipatías sin explicaciones y animosidades.

Añade que “muchas enfermedades de difícil diagnóstico, por la variedad de sintomatología, tienen raíces en los disturbios de la mediumnidad de prueba” o de expiación y acostumbran revelarse con desórdenes físicos y psicológicos.

Pasaremos a enumerar los síntomas de fondo mediúmnico más frecuentes que han sido observados por los estudiosos del tema y descritos por médiums que cuentan sus primeras experiencias.

El citado curso de la UEM explica que la mediumnidad propia o natural es el resultado del esfuerzo individual, de la perseverancia y perfeccionamiento en las sucesivas reencarnaciones y por ello dispensa las dificultades enfrentadas en la mediumnidad de prueba y expiación. Es una conquista del Espíritu que ya superó la fenomenología y penetró en el “plano extrafísico” por la intuición, la más elevada de las facultades mediúmnicas.

La manifestación de la mediumnidad de prueba o trabajo puede ser más o menos complicada según la elección del médium. Cuando es comprendida como una herramienta divina para la elevación espiritual, se presenta con signos de alerta. Si el médium rechaza la concesión, surge de manera dolorosa.

La mediumnidad de expiación, es impuesta al médium para su reajuste ante las Leyes Divinas y, por su naturaleza expiatoria, puede surgir con muchos sufrimientos si no encuentra la buena voluntad del deudor para la rehabilitación necesaria. Incluso puede revelarse como una obsesión de alto grado, la subyugación cuyo aparecimiento exige asistencia espiritual y no el desarrollo mediúmnico, como equivocadamente se supone.

El Espíritu Manuel Philomeno de Miranda en el libro citado describe los posibles síntomas de la eclosión de la mediumnidad de expiación:

En lo físico:
“dolores en el cuerpo sin causa orgánica; cefalalgia periódica sin causa biológica; disturbios del sueño – insomnio, pesadillas, pánico nocturno con transpiración excesiva -; taquicardias sin explicación; colapso periférico sin cualquier disfunción circulatoria; son todas perturbaciones generadas por la eclosión de la mediumnidad con sintonía desequilibrada.”

En lo psicológico:
“ansiedad; variadas fobias; perturbaciones emocionales; inquietud íntima; pesimismo; desconfianzas generalizadas; sensación de presencias inmateriales – sombras, figuras, voces y toques -, los cuales surgen de forma inesperada, desaparecen sin uso de medicinas y representan disturbios mediúmnicos inconscientes en consecuencia de la captación de ondas mentales y vibraciones sincronizadas con el periespíritu del enfermo” (Entidad sufriente o vengadora).

Pero Manuel Philomeno alerta que tales síntomas pertenecen a los cuadros de obsesiones simples y exigen cuidados en la educación y en la práctica mediúmnica.

Martins Peralva, en “Mediumnidad y Evolución”, también describe algunos síntomas que anuncian la mediumnidad: “reacciones emocionales insólitas, escalofríos, malestar, sensación de enfermedad, irritaciones raras”.

Eliseu Rigonatti, en “Mediumnidad sin Lágrimas”, además de algunos de los indicios de la eclosión de la mediumnidad ya enumerados, describe: “perturbación cerebral, sensación de peso en la cabeza y en los hombros, nerviosismo, sensación de cansancio, lasitud, cambios bruscos de sensación térmica corporal, falta de ánimo para trabajar, tristeza profunda o alegría excesiva sin razones”.

En el libro “Psicología y Mediumnidad”, Adenáuer Novaes amplía la lista de síntomas que caracterizan el aparecimiento de la mediumnidad:

Ideas y sentimientos inusitados que se presentan como presentimientos que se concretizan posteriormente; intuición aguzada; “arrepentimientos tardíos tras acciones inadecuadas” en las que faltó voluntad propia; alteraciones en el pensamiento y “desvíos en la elaboración de las ideas”; repetición de sueños premonitorios o con personas fallecidas; producción de ruidos y golpes extraños en el entorno; audición de voces y sonidos que parecen venir del interior de la cabeza; intenso deseo de escribir, a veces acompañado por temblores en uno de los brazos, con movimientos repetidos e involuntarios; sensación descontrolada de que puede ser tomado por algo y fuerte deseo de hablar; molestia toráxica y necesidad de gritar o llorar; manifestación de conocimientos inusitados; “frecuentes experiencias emocionales de “déjà vü”.

No obstante queremos aclarar que aunque nos hemos referidos a los síntomas de la eclosión de la Mediumnidad, no es demasiado decir que esa facultad no es la responsable por los sinsabores de los médiums.

El Espíritu Vianna de Carvalho, en el capítulo 7 del libro “Médiums y Mediumnidad”, afirma que no es la mediumnidad que genera el disturbio en el organismo, sino la acción fluídica de los Espíritus que favorece la posible sintonía, según la calidad de que ésta se reviste”. Y Manuel Philomeno añade que la ignorancia y la falta de asistencia son quienes generan los disturbios de fondo mediúmnico. Adenáuer Novaes explica que las invasiones psíquicas no tienen sus raíces en la mediumnidad sino que son facilitadas por ellas.

En definitiva, la elevación o inferioridad moral del médium y la aceptación o rechazo de su facultad son quienes influyen en el aparecimiento, en la intensidad y en la duración de los disturbios.

Después de tan amplia lista de síntomas relacionados a la Mediumnidad, el lector debe de creer que es muy fácil “diagnosticar” la facultad mediúmnica ostensible y que Kardec se equivocó, pero no es cierto. Todo lo que hemos descrito puede caracterizarse también por cuadros vinculados a la Medicina Tradicional o como casos de influencias espirituales que no “exigen” la práctica mediúmnica en una institución espírita.

Una vez más Manuel Philomeno explica que la manifestación de tales síntomas no significa que el individuo deba practicar la facultad mediúmnica, ya que luego de someterse a la asistencia espiritual adecuada y al estudio del Espiritismo, el equilibrio físico y el psíquico pueden ser recuperados por su transformación moral.

Chico Xavier decía que la mejor manera de distinguir los efectos mediúmnicos de la enfermedad física sólo se logra por la educación de la mediumnidad y que lo ideal es que la persona consulte un médico para confirmar o no la enfermedad.

Otro inconveniente en el diagnóstico de la mediumnidad es el caso de las facultades mediúmnicas temporales, como lo comenta Paulo R. Santos, en su libro “Casos y Experiencias con la Mediumnidad”. La facultad “puede manifestarse en cualquier época de la vida (…) y sufrir interrupciones, oscilaciones, cambios y excepcionalmente el desaparecimiento”, cuya “mayoría de las causas son conocidas solamente por la Espiritualidad Mayor”.

Continúa el autor diciendo que:

“la mediumnidad puede ser inducida o despierta por los Espíritus, por el uso de ciertas drogas o por el impacto de fuertes emociones. Será siempre temporal y artificial. (…) cuando son causadas por Espíritus Superiores el objetivo siempre será noble; (…) cuando son producidas por Espíritus imperfectos (…) son desagradables.”

El último caso pertenece al ámbito de las obsesiones a las que todos podemos exponernos si no mantenemos la vigilancia y la elevación moral, seamos o no médiums ostensibles.

Kardec, en la pregunta 459 de “El Libro de los Espíritus” expone:

¿Influyen los Espíritus en nuestros pensamientos y acciones?
– En este aspecto su influencia es mayor de la que creéis, porque, con frecuencia son ellos quienes os dirigen.

Si estamos atentos, podemos notar que la pregunta se refiere a todas las personas y no únicamente a los médiums, aunque es muy común que la mediumnidad surja bajo acciones obsesivas.

En el capítulo 23 del libro “En las Fronteras de la Locura”, Manuel Philomeno explica la frecuente incidencia de procesos obsesivos en el proceso de eclosión de la Mediumnidad diciendo que “el médium es un Espíritu endeudado” y por su inferioridad posibilita “el acoplamiento de mentes perniciosas del Más Allá” y de antiguos enemigos que intentan “impedirle el crecimiento espiritual”. Eso en los casos de la mediumnidad de prueba o de expiación.

Lo que queremos decir es que la Mediumnidad no es una misión o un privilegio, inclusive el Espíritu Emmanuel, en el capítulo XI del libro “Emmanuel” aclara que “los médiums generalmente son almas que fracasaron desastradamente (…) en el pasado” y que han reencarnado con el objetivo de “sacrificarse en beneficio de muchas almas que desviaron del sendero de la fe, de la caridad y de la virtud;” son “almas arrepentidas” que buscan reequilibrarse.

En ese momento el lector ya se imagina que este estudio es un tratado que desprecia a los médiums, pero tranquilízate porque no es este nuestro objetivo.
Queremos demostrar que la mayoría de los médiums son Espíritus que traen con ellos las características de nuestro planeta aún inferior, como la mayoría de los encarnados que no posee la facultad mediúmnica ostensible. No somos ni mejores ni peores. Todos estamos expuestos a la incidencia de las acciones obsesivas.

Queremos demostrar que es un error intentar desarrollar la mediumnidad a todo costo, sin reflexionar sobre las responsabilidades involucradas en la tarea, por creer que se trata de “un poder oculto que se puede desenvolver a través de la práctica de rituales o por el poder misterioso de un iniciado”. [Herculano Pires]

La mediumnidad no es un recurso para la autopromoción o para el enriquecimiento ilícito, sino una herramienta que Dios concede a las almas para su crecimiento moral, para que la usen en beneficio de su prójimo, para que se acerquen a Jesús, donando de sí mismo sin esperar recompensas.

El Espíritu deudor que utiliza su facultad mediúmnica como profesión, para obtener ventajas personales o para destacarse en la casa espírita es alguien que agrava su situación ante los Códigos Celestiales. Y los miembros de la institución que alimentan la vanidad de los médiums con la concesión de privilegios y con la aceptación de sus teorías y prácticas extrañas no aportan en su evolución, tampoco en la Causa Espírita.

No obstante, si alguien se identifica en los síntomas aquí expuestos, recomendamos que su primera preocupación deba ser su equilibrio espiritual y físico. Es importante buscar los recursos de la Medicina y la asistencia espiritual a través de la oración, la meditación y de los pases en una institución espírita seria, pero no la práctica mediúmnica.

La práctica mediúmnica es tarea para quien se siente bien, equilibrado y preparado. No es necesario apresurarse para empezarla, pues somos Espíritus inmortales y tenemos mucho tiempo. Además, sólo podemos donar lo que tenemos y no podemos brindar paz y equilibrio si todavía no lo conquistamos.

Cuando se concurre a una institución espírita seria, sus miembros sabrán orientar al asistido de modo adecuado y si la facultad mediúmnica se confirma, tras la asistencia, el estudio y el equilibrio, el obrero sincero podrá dedicarse a esa tarea de amor. Si no se trata de Mediumnidad no hay problema, pues hay muchas otras tareas hermosas que esperaban la colaboración de personas dedicadas.

Articulo de : Marina Silva