viernes, 12 de octubre de 2012

Desde el átomo hasta el Arcángel. Un viaje hacia el infinito.


                                    
La opinión más generalizada entre muchos científicos es que el origen del Universo se sitúa hace 15 mil millones de años. Pero lo único seguro es que no se han encontrado indicios de nada anterior, todos los datos de la astrofísica se detienen en la misma frontera. Como siglos atrás detenían el fin del mundo en Finisterre, ahora situamos el principio del Universo hace 15 mil millones de años, tras el cual todo surgió prodigiosamente, como no dejaba de ser menos lógico pensar que tras el horizonte marino encontraríamos la nada.
            ¿Cómo podemos hablar de un Big Bang, de un comienzo, de un verdadero comienzo sino estamos seguros que antes no había nada?. Como no podemos hablar de un fin de la tierra sino hemos explorado que después hay algo más. El Big Bang no es el comienzo del tiempo y del espacio, es sencillamente y ni más ni menos hasta dónde llega nuestro horizonte, el momento en el que nuestros datos comienzan a ser utilizables, el instante 0 que la ciencia toma como tal por comodidad, porque no ha podido llegar más lejos.
Nuestros telescopios nos permiten observar astros a una distancia de 12 mil millones de años de distancia. Los vemos, entonces, en el estado en que se encontraban hace doce mil millones de años.
- Cuando enfocas el telescopio hacia una región del universo observas, entonces, un momento de su historia. Vemos el pasado, en este caso vemos como estaba ese astro hace 12 mil millones de años. Vemos la nebulosa de Orion tal como era a finales del Imperio romano. Y la galaxia de Andrómeda, visible a simple vista, es una imagen que tiene dos millones de años. Si los habitantes de Andrómeda contemplaran en este momento nuestro planeta, lo verían con el mismo desfase: descubrirían la Tierra de los primeros hombres.
            En esta creación explosiva que dicen los científicos los quarks se organizan desde ese supuesto segundo 0, pero se organizan bajo cuatro leyes físicas: la fuerza nuclear suelda los núcleos atómicos; la fuerza electromagnética asegura la cohesión de los átomos; la fuerza de gravedad organiza los movimientos de gran escala -los de las estrellas y galaxias-, y la fuerza débil interviene en el nivel de las partículas que llamamos neutrinos.
            La existencia de estas cuatro leyes físicas da el golpe de gracia filosófico, lógico y racional para demostrar la incapacidad científica de pretender demostrar una explicación del universo sin Dios, sin Creador.
            Leyes que si hubiesen sido diferente en lo más mínimo no habría sido posible tal organización, la vida, etc. Con lo cual se puede decir que la complejidad, la organización y la vida ya estaban desde los primeros instantes del universo, que estaban "inscritas" y previstas en la forma misma de las leyes.

            ¿Para qué fin, porqué existe el universo, porqué existimos.?
            Existimos porque todas las células, conscientes o no, de nuestro organismo, nos ordenan existir. Pero ¿por qué es preciso existir?
¿Por qué, en fin, esa miríada de animales que ya han vivido, nada más hacen que pasar y pasar rápidamente? Han sido sustituidos por otros individuos de la misma especie o de especies diferentes. ¿Por qué?
Desde hace cien millones de siglos hay erizos de mar que aún hoy son encontrados en gran número. No podemos comprender inmediatamente para qué fin, en el inmenso Cosmos, durante millones de siglos, miles de millones de erizos de mar se han venido sucediendo.
Esas oscuras e ínfimas criaturas preparan el futuro del hombre, el de la inteligencia, el del espíritu.
Los seres vivos se han sucedido y han tomado formas cada vez más perfectas para que la inteligencia emergiese.
Tras esos seres hay principios inteligentes viajando durante milenios, emergiendo en el mineral lo observaremos en el vegetal, lo admiraremos en el animal y nos sorprenderemos en el hombre. Y estamos hablando del mismo ser recorriendo todas estas fases.
            ¿Los animales tienen alma? ¿Espíritus de animales? ¿Los animales tienen principio inteligente? 

Cada charla que hemos dado sobre este tema al preguntar al público espírita qué opina siempre suele quedar dividido aproximadamente al 50 por ciento entre los que piensan que si y los que piensan que no.
            Cómo se puede en un tema tan importante mantener este desconocimiento. Las religiones espiritualistas se han caracterizado por presentarnos imágenes vagas y confusas de lo que hay después de la muerte contribuyendo al materialismo por esas imágenes o informaciones imprecisas y abocándonos a la falta de fe. Igualmente estamos condenados a la falta de fe sino comprendemos la realidad del espíritu en toda su magnitud, en todas sus fases. Nuestra fe no moverá montañas sin el alimento del conocimiento, con una mente lúcida habiendo armado todas las piezas del puzle. Nuestros sentidos no nos permiten ver al espíritu con nuestros ojos físicos, pero si podemos contemplar esa imagen cuando tenemos todas las piezas.
            ¿Tienen alma los animales?
Este es el título de uno de los libros de Ernesto Bozzano con 130 casos que lo demuestran.


En el capítulo 4 - Estudiando el Cerebro, del libro en el Mundo Mayor, de André Luiz, se puede leer: "Todo el campo nervioso de la criatura constituye la representación de las potencias periespirituales, gradualmente conquistadas por el ser, a través de milenios y milenios (...)
El cerebro real es un aparato de los más complejos, en el que nuestro yo refleja la vida. A través de él, sentimos los fenómenos exteriores, según nuestra capacidad receptiva, que es determinada por la experiencia; por eso, él varía de criatura a criatura, en virtud de la multiplicidad de las posiciones en la escala evolutiva".
¡Con eso podemos entender más claramente porque las conquistas son individuales e intransferibles!
Conforme se refiere André Luiz, la individualidad ya se define en las células, como "principios inteligentes de aspecto rudimentario (...)" (Evolución en Dos Mundos), y se va afirmando en el progreso evolutivo.
            "Ni siquiera los simios o los antropoides, a camino de su vínculo con el género humano, presentan cerebros absolutamente iguales entre sí. Cada individualidad lo revela según el progreso realizado" (En el Mundo Mayor, cap.4).
            Además, dígase de paso que, no hay como aceptar frente a lo que ha sido expuesto, la idea de que los animales sólo tendrían un alma-grupo.
            Es sin duda uno de los grandes enigmas de la creación, el nacer de la individualidad, y eso ocurrió, en el plano material, con el surgir de ese "algo" que delimitó y contuvo, dentro de sus límites, un tanto de protoplasma. En la célula ese "algo" es la membrana externa que reviste el citoplasma. La célula ya es un individuo y que corresponde a un principio inteligente rudimentario, como comenta André Luiz.

La noción de alma-grupo sólo puede ser entendida como el estado de sintonía y consecuentemente de interacción energética y vibratoria, en que viven seres afines.
Son incluso fragmentos de ese libro, capítulo 3: "El cerebro es el órgano sagrado de manifestación de la mente, en tránsito de la animalidad primitiva para la espiritualidad humana (...)
En síntesis, el hombre de las últimas decenas de siglos representa la humanidad victoriosa, emergiendo de la bestialidad primaria (...)".
            Hablando de individualidad, se han hecho famosos algunos chimpancés, tal como Washoe, Lucy, Lana y otros, estudiados por la pareja de psicólogos Beatrice y Robert Gardner, de la Universidad de Nevada, en los Estados Unidos, por la manera singular de su comportamiento, demostrando inteligencia y sentimientos. Animales que fueron educados para comunicarse con humanos y, entre sí, por lenguaje de signos y gestos.
Además, Carl Sagan les hace, en el libro Los Dragones del Edén, galardonado con el premio Pulitzer un interesante comentario: "Si los chimpancés tienen conciencia, si tienen capacidad de abstración, ¿no deberían ellos tener acceso a aquello que se acordó llamar hasta ahora de derechos humanos? ¿Qué inteligencia habrá de alcanzarse hasta que un asesinato sea considerado un crimen?
¡Qué lejos estamos como humanidad de una ética adecuada con relación a toda la creación!
¿Cuándo abdicaremos de ese absurdo paradigma antropocéntrico, que da prioridad en todo solamente al bienestar del hombre, para adoptar el paradigma biocéntrico, que inspira respeto por la vida y por el sufrimiento de los demás seres?
            Encontramos también En El Mundo Mayor, de André Luiz): "No somos criaturas milagrosas, destinadas al adorno de un paraíso de cartón. Somos hijos de Dios y herederos de los siglos, conquistando valores, de experiencia en experiencia, de milenio en milenio. La crisálida de la conciencia, que reside en el cristal que fluye en la corriente del río, ahí se halla en proceso de liberación; los árboles que se yerguen por centenas de años, soportando los golpes del invierno y calentados por las caricias de la Primavera, están conquistando la memoria; la hembra del tigre lamiendo las crías recién paridas, aprende los rudimentos del amor; el simio, chillando, organiza las facultades de la palabra".
            Así se estructura la casa mental, de experiencia en experiencia, interaccionando con la materia y orientando la organización morfo-funcional del cerebro.
            “El alma duerme en el mineral, sueña en el vegetal, se mueve en el animal y despierta en el hombre"
León Denis
Principio Inteligente
mineral  -  atracción
vegetal  -  sensación
animal  -  instinto
hominal  -   razón
Espíritu
            Así, en el reino mineral, el principio inteligente reflejaría su presencia en las manifestaciones de las fuerzas de atracción y cohesión con que las moléculas se agrupan.
En el reino vegetal, mostraría mayores adquisiciones por el fenómeno de sensibilidad celular.
En el reino animal, el principio inteligente sumaría nuevas adquisiciones reflejadas en los instintos.
En el reino hominal, todo ese caudal de experiencias estaría ensanchado por los nuevos lastres de la concienciación, que traen consigo el razonamiento, la afectividad, la responsabilidad y otras tantas condiciones que caracterizan esta fase.
Pero retomamos la pregunta: ¿Espíritus de animales? ¿Los animales tienen espíritu?
            L.E. 597: "Puesto que, los animales poseen una inteligencia que les confiere cierta libertad de acción, ¿Existe en ellos un principio independente de la materia?
R - Sí, y que sobrevive al cuerpo".

Un principio independiente de la materia y que sobrevive al cuerpo.
            LE 606, nos presenta la indagación crucial: "¿La inteligencia humana y la de los animales emanan de un principio único?"
Respuesta: "Sin lugar a dudas pero, en el hombre, ha recibido una elaboración que la eleva por encima de la del animal".
            Materia y espíritu constituyen los dos elementos generales del universo, estando arriba Dios, el Creador. Esas tres cosas constituyen el principio de cuanto existe, la Trinidad Universal" ( LE 1-27).

En la Creación todo proviene del principio material: la materia, los fluidos, etc, y del principio espiritual: los espíritus y los principios inteligentes que le anteceden.
            En varias oportunidades, Kardec cuestiona a los espíritus, con respecto a eso. Así, les pregunta (LE164) si el principio vital formaría un tercer elemento, además del espíritu y de la materia, al que los espíritus responden negativamente, informando que ese principio tiene su fuente en las modificaciones de la materia universal. También es de Kardec (LE179) la indagación: "Puesto que dos elementos generales hay en Universo: el elemento inteligente y el material, ¿Se podría afirmar que los Espíritus están formados del elemento inteligente, así como los cuerpos inertes se hallan integrados por el elemento material? Y la respuesta es afirmativa.

            Al principio de los años 80, los científicos Jon Ahlquist y Charles Siby descubrieron que el código genético de los seres humanos y de los chimpancés tiene el 98,4% de identidad. En otras palabras, diferimos genéticamente de los chimpancés en tan sólo el 1,6% de nuestras características.
            LE 607A: "Parece, entonces, que ¿el alma habría sido el principio inteligente de los seres inferiores de la creación?
Respuesta: ¿No hemos dicho ya que en la Naturaleza todo se encadena y tiende a la unidad? Es en esos seres, a los que estáis lejos de conocer en su totalidad, donde el principio inteligente se elabora, individualizándose poco a poco, y se ensaya para la vida, conforme hemos afirmado antes... Se trata en cierto modo de una tarea preparatoria, como la de la germinación, a consecuencia de la cual el principio inteligente experimenta una transformación y se convierte en Espíritu. Entonces comienza para él el periodo de humanidad (...)"
Esta respuesta no puede ser más concluyente.
            LE609:" El Espíritu, una vez que ha entrado en el período de humanidad, ¿conserva el Espíritu de lo que antes era? Vale decir, vestigios del estado en que se encontraba durante el período que pudiéramos denominar prehumano?".
Respuesta: "Eso depende de la distancia que separa los dos períodos y del progreso realizado. Durante algunas generaciones él puede tener un reflejo más o menos pronunciado de su primitivo estado primitivo, porque nada en la Naturaleza se hace por transición brusca (...)"
            Encontramos casos interesantes a este respecto, por ejemplo el de Raymond Moody, el famoso autor de Vida después de la Vida, que durante años no aceptó la reencarnación, ni creía en eso de las regresiones hasta que rindiéndose ante la insistencia de una psiquiatra amiga suya aceptó ser sometido a una regresión y finalmente no fueron una sino muchas sesiones en las que llegó a verse en varias encarnaciones anteriores, resultando la curiosidad que en la más lejana que llegaron en esas regresiones se veía subido a un árbol, se veía a sí mismo como un simio. Todas estas regresiones darían lugar después a un libro de su autoría, relatando todo con detalle.

En el cerebro no existe órgano que sea privativo del hombre. Las diferencias del antropoide y del hombre son, en el substrato morfológico, sólo de naturaleza cuantitativa y no cualitativa.
El Homo sapiens sapiens es solamente una especie animal única. Nada hay en ella de tan singular - como afirma la Antropología -que no pueda ser analizado biológicamente como otra especie cualquiera, o el hombre no ha sido hecho especialmente a la imagen y semejanza de Dios o los demás animales (y toda la materia viva) también lo han sido. Al contrario de una especie singular y superior, el hombre es en realidad sólo una especie más (...) Es decir, Charles Darwin sigue imbatido".
            El principio espiritual se acogió en el seno templado de las aguas, a través de los organismos celulares. Durante miles de años, hizo largo viaje en la esponja, pasando a dominar células autónomas, imponiéndoles el espíritu de obediencia y de colectividad, en la organización primordial de los músculos. Experimentó largo tiempo, antes de ensayar los cimientos del aparato nervioso, en la medusa, en el gusano, en el batracio, arrastrándose para emerger del fondo oscuro y fangoso de las aguas, e iniciar sus primeras experiencias ante el sol meridiano.
En el Mundo Mayor-André Luiz
Opinión de André Luiz que como tantas otras vertidas hace más de 50 años van encontrando respaldo en la Ciencia.
            No se habla, en el medio científico, de principio espiritual pero, se habla de vida, y la idea en efecto es esa, de que las primeras manifestaciones de vida en el planeta, surgieron en los "mares templados", expresándose en el protoplasma, un gel formado de materia orgánica. "De esa pasta cósmica, vierte el principio inteligente, en sus primeras manifestaciones (...)", refiere André Luiz, en Evolución en Dos Mundos
"El protoplasma es la base física de la vida", decía Huxley.
            Periespíritu
FLUIDO CÓSMICO UNIVERSAL
   En el periespíritu poseemos todo el arsenal de recursos automáticos que gobiernan a los billones de entidades microscópicas.
            Adquirido muy lentamente por el ser a través de milenios y milenios de esfuerzo y recapitulación en los múltiples campos de la evolución anímica.
            Es en el periespíritu donde encontramos los centros vitales, los chakras según denominaron otras filosofías.
            En esta operación lenta surgen las algas acuáticas dando cobijo al principio inteligente.
Son formas monocelulares casi invisibles que hasta hoy persisten en la Tierra como filtros de evolución primaria. Pasando en este orden a las algas verdes pluricelulares.
De los organismos monocelulares a los organismos complejos comandando células.
Entretanto desarrolla los sentidos.
El tacto con el paso del principio inteligente por las células nucleares con sus impulsos amebianos.
La vista en la sensibilidad del plasma en los flagelos monocelulares expuestos a la claridad solar
El olfato en los animales acuáticos más simples en los cambios de ambiente en que se mueven.
El gusto en las plantas provistas de pelos viscosos destilando jugos.
Y el sexo en las algas que no sólo poseían células masculinas y femeninas atraídas unas a otras sino también un esbozo de epidermis sensible
Inmortalidad de los cromosomas
            Durante miles de siglos el elemento espiritual aprende a nutrirse y preservarse, concentrando en ello todas sus energías.
Repite las operaciones de fotosíntesis. Asimila los primeros mecanismos de la respiración.          Y se va así facultando la entrada en otros reinos superiores donde todos estos procesos serán automáticos.
            "Desde milenios remotos, vivimos todos nosotros, en pesados avatares (...) De la noche de los grandes principios, todavía insondable para nosotros, emergimos para el concierto de la vida (...) ¿En qué esfera estuvimos un día, esperando el florecer de nuestra racionalidad?"
Esos pensamientos de Emanuel, en Emmanuel, capitulo XVII, Sobre los Animales, rescatan la idea de que el Principio Inteligente va "practicando" en la materia, en diferentes formas de vida, y evolucionando.
Y esas diferentes formas de vida, coexistiendo en determinado espacio de tiempo, acaban por interaccionar, de lo que resultan experiencias comunes.
¿Cómo ha sido hasta ahora la historia del surgimiento de esas diferentes formas de vida en nuestro planeta?
            Existe una interesante estrategia, que han inventado para que mejor lo entendamos: es compactar los 15 mil millones de años de existencia del universo, dentro del período de tan sólo un año.
¿Cómo sería reduciéndolo a un año la historia de la aparición de esas diferentes formas de vida en nuestro planeta?
            1 de enero - formación del universo, a partir de la "gran explosión".
A principios de mayo - formación de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
10 de septiembre - surgen el sistema solar y la Tierra.
A finales de septiembre - surge la vida en la Tierra.
Primero de octubre - surgen bacterias y algas unicelulares.
19 de octubre - bacterias inician el proceso de fotosíntesis.
24 de noviembre - surgen los primeros seres vivos unicelulares
poseedores de núcleo celular (eucariontes).
A finales de noviembre - surgen los procesos sexuales en seres unicelulares.
1 de diciembre - hace 1.700 millones de años.
12 de diciembre - surgen las primeras plantas y animales pluricelulares.
16 de diciembre - seres pluricelulares se expanden rápidamente en la Tierra.
17 de diciembre - surgen los primeros seres animales invertebrados portadores de caparazón.
20 de diciembre - surgen los primeros animales con columna vertebral.
21 de diciembre - surgen las primeras plantas terrestres; pequeños anfibios abandonan los mares.
23 de diciembre - surgen las selvas de carbón mineral y surgen los primeros reptiles.
25 de diciembre - surgen los predecesores de los dinosaurios.
27 de diciembre - se desarrollan los primeros mamíferos, a partir de los reptiles.
28 de diciembre - surgen las primeras aves.
29 de diciembre - apogeo de los dinosaurios.
30 de diciembre - extinción de los saurios; inicio de la ascensión de los mamíferos; surgen los primeros primates.
31 de diciembre - surgen los simios y antropoides; aparición de los primeros hombres:
21:40 - surge en África el Australopitecus, el precursor del hombre, hace 3,5 millones de años.
22:50 - uso de las primeras herramientas (por el Homo habilis, la primera especie del género humano, que vivió hace 2 millones de años.
22:57 - surge el Homo eretus - hace 1,8 millones de años.
23:56 - surge el hombre de Neandertal (de la especie Homo sapiens).
23:58:40 - surge el hombre, el Homo sapiens sapiens.
Faltan 4 segundos - nace Jesús.
            Pero entretanto hay una evolución guiada física y moral, unos eslabones perdidos que no hemos encontrado pues no es una evolución que se da solamente en este planeta. El principio inteligente para llegar a ser espíritu pasará por otras especies, por otras formas y vidas que aún estamos lejos de conocer, pero aún así de lo que conocemos contemplamos no sólo la evolución de las especies, que con Darwin y el espírita Rusell Wallace fue contemporánea a la publicación de El libro de los espíritus. Vemos que tras todo ese proceso hay un fin y un destino, un porqué y un para qué, un principio inteligente detrás, evolucionando, creciendo, repitiendo, aprendiendo, y escala a escala, poco a poco, milenio a milenio es merecedor y conquistador de sus logros. 15 mil millones de años que el hombre pretende mirar pero aún no ve, pretende explicar pero aún no comprende, pero que representan la huella indeleble de Dios, de la Evolución, del fin contundente de marchar hacia la inteligencia, hacia el mundo moral.
            En cuanto a la reencarnación de los animales se ha preguntado al espíritu Álvaro si los animales establecen lazos duraderos entre sí. "Sí, dijo él, existe una atracción entre los animales, tanto en aquellos que forman grupos como en aquellos que se reencarnan ya domesticados.
Procuramos colocar juntos espíritus que ya convivieron, lo que facilita la aparición y la elaboración de sentimientos".
Los animales crean lazos afectivos no sólo entre sí, sino también con los seres humanos, de eso tenemos pruebas todos los días.
            Chico Xavier poseía un perro de nombre Don Pedrito, que quería mucho. Don Pedrito fue atropellado y murió, para desconsuelo de Chico, que mucho lamentó lo ocurrido. Un tiempo después, Chico andaba por la calle cuando se dio cuenta que era perseguido por un perrito. Surge entonces Emmanuel, el mentor del médium, que le dice: - Chico, espera y fíjate en este perrito. ¡Es Don Pedrito que vuelve a tí! Chico recogió afectuosamente al perrito y le dio el nombre de Brinquinho.
Los miércoles, conforme cuenta Chico, mientras él iba a recibir mensajes, Brinquinho aparecía por allí. Golpeaba la puerta, esperaba, a que Chico la abriera y se tumbaba quietecito, mientras el trabajo de psicografía se desarrollaba. Cuando todo finalizaba, Brinquinho se levantaba y aguardaba a  que Chico abriera la puerta.
Chico le comentó a la Dra. Marlene, que el espíritu André Luiz lo llevó a un mundo más avanzado que el de la Tierra, donde los habitantes reúnen a los monos más inteligentes y los entrenan para los trabajos más físicos.

Sobre la reencarnación de animales muy queridos por sus dueños, tenemos el testimonio del sr. Gregorio Benevenuto da Silva, conocido por "Tito". El sr. Tito, espírita desde los once años, ahora tiene más de 40 trabaja en un grupo espírita muy conocido, poseía un perro pastor de nombre Leáo, de singular inteligencia y también muy bravo, que a los cinco años murió envenenado. Tenían un fuerte vínculo, motivo por el cual todos en la familia sufrieron demasiado con la pérdida de Leáo. El Sr. Tito estaba decidido a no tener ningún animal más, y así transcurrieron tres años. Un día, tuvo que ir a una tienda de productos agropecuarios, y allí halló algunos cachorros de la raza pastor alemán, que estaban a la venta, en una jaula. Uno de los cachorros le llamó la atención, pues enseguida que lo vio empezó a ladrar desesperadamente. Se quedó intrigado, porque había unas seis personas alrededor de la jaula, todas jugaban con los perritos, excepto él que no quería dejarse involucrar. Así que, disimuló cuanto pudo pero, vencido por la insistencia del cachorro, terminó por no resistir y lo llevó a su casa. Era un miércoles, alrededor de las tres de la tarde, y la llegada del perrito a la casa fue una gran fiesta. Por la noche del mismo día, Don Tito fue a la Casa do Caminho, a dirigir el trabajo de desobsesión como siempre lo hacía. Uno de los médiums, el Señor Manuel de Aquino, que viene a ser sobrino de Eurípides Barsanulfo, recibió el espíritu que se identifica como Max. Sin que nadie supiera nada de lo ocurrido, max hizo referencia al animalito que Don Tito había llevado a casa aquel día, revelando tratarse de Leáo, que había vuelto. Explicó incluso que el amor dedicado por la familia a ese animal había posibilitado su regreso.
Él ahora se llama Gibran y hasta donde sabemos, vive feliz y satisfecho al lado del Señor Tito, igualmente feliz y satisfecho.
¿Por qué existen los animales?
            Pienso que basta entender que ellos existieron y existen por razones intrínsecas a sí mismos, la materia compartiendo con el Principio Inteligente, su evolución.
La verdad es inexorable: ¡somos nosotros que ya existimos en ellos!
No hay animales de un lado y nosotros, seres humanos, de otro.
Somos todos espíritus en la vivencia de los infinitos escalones del proceso evolutivo, del cual los seres humanos de este ínfimo planeta, por mucho que su pretensión así lo desee, no representan el punto final.
            En el libro Memorias del Padre Germán, de Amalia Domingo Soler, se halla registrada la lealtad de otro perro, Sultán, que durante años acompañó al padre Germán en todas las actividades, haciéndose, incluso, gran amigo de los niños de su aldea. Es admirable el modo como el padre Germán se refiere al perro:

- ¡Ah Sultán, Sultán! ¡qué hermosa inteligencia poseías! ¡Cuánta dedicación te merecía mi persona! ¡Te perdí, y perdí en ti mi mejor amigo! Otrora, cuando me recogía en mi choza; cuando, prosternado ante el oratorio, rezaba con lágrimas; cuando lamentaba las persecuciones que sufría, era él quien me escuchaba estático, sin nunca aburrirse con mi compañía. Su mirada buscaba siempre la mía y, cuando en las puertas de la muerte, lo vi reclinar la cabeza en mis rodillas, buscar el calor de mi cuerpo, fue cuando en su mirada se extinguió la llama misteriosa que arde en todos los seres de la Creación.
            Pero esa llama misteriosa que arde en todos los seres de la Creación no se extingue sólo se traslada, sobrevive a la muerte, se ensaya en la vida y adquiere en el hombre el principio de la vida moral. Esa marcha continua sometida a las leyes del progreso le conducirán a la sabiduría, al Amor, al Espíritu Puro.
            El alma, dijimos, viene de Dios; es, en nosotros, el principio de la inteligencia y de la vida. Esencia misteriosa, escapa al análisis, como todo cuanto dimana del Absoluto. Creada por amor, creada para amar, tan insignificante que puede ser encerrada en una forma cobarde y frágil, tan grande que, con un impulso de su pensamiento, abarca el Infinito, el alma es una partícula de la esencia divina proyectada al mundo material.
Desde la hora en que cayó en la materia, hemos contemplado el camino que siguió para remontar hasta el punto actual de su carrera. Precisó pasar por vías oscuras, revestir formas, animar organismos que dejaba al salir de cada existencia, como se hace con un vestuario inútil. Todos estos cuerpos de carne perecieron, el soplo de los destinos les dispersó las cenizas, mas el alma persiste y permanece en su perpetuidad, prosigue su marcha ascendente, recorre las innumerables estaciones de su viaje y se dirige hacia un fin grande y apetecible, un fin que es la perfección.
El alma contiene en estado virtual, todos los gérmenes de su desarrollo futuro. Está destinada a conocer, adquirir y poseer todo. Para realizar sus fines, tiene que recorrer, en el tiempo y el espacio, un campo sin límites.        
El objetivo de la evolución, la razón de ser de la vida no es la felicidad terrestre, como muchos erróneamente creen, y sí el  perfeccionamiento de cada uno de nosotros, y ese perfeccionamiento debemos realizarlo por medio del trabajo, del esfuerzo, de todas las alternativas de la alegría y del dolor, hasta que nos hayamos desarrollado completamente y elevado al estado celeste. El dolor, físico y moral, forma nuestra experiencia. La sabiduría es el premio.
Poco a poco el alma se eleva y, conforme va subiendo, en ella se va acumulando una suma siempre creciente de saber y virtud; se siente más estrechamente unida a sus semejantes;  se comunica más íntimamente con su medio social y planetario. Elevándose cada vez más, no tarda en unirse por lazos pujantes a las sociedades del Espacio y después al Ser Universal.
Así, la vida del  ser consciente es una vida de solidaridad y libertad. Libre dentro de los límites que le señalan las leyes eternas, se constituye en arquitecto de su destino. Su  adelantamiento es obra suya. Ninguna fatalidad lo oprime, salvo la de sus propios actos, cuyas consecuencias recaen en él; mas, no puede desarrollarse y medrar sino en la vida colectiva con el recurso de cada uno y en provecho de todos. Cuanto más sube, tanto mas se siente vivir y sufrir en todos y por todos. En la necesidad de elevarse a sí mismo, atrae a sí, para hacerlos llegar al estado espiritual, a todos los seres humanos que pueblan los mundos donde viviera. Quiere hacer por ellos lo que por él hicieran sus hermanos más viejos, los grandes Espíritus que lo guiaran en su marcha.
La materia es el obstáculo útil; provoca el esfuerzo y desarrolla la voluntad; contribuye para la ascensión de los seres, imponiéndoles necesidades que los obligan a trabajar. ¿Cómo, sin el dolor, habríamos de conocer la alegría; sin la sombra, apreciar la luz; sin la privación, saborear el bien adquirido, la satisfacción alcanzada? Aquí esta la razón del por qué encontramos dificultades de toda suerte en nosotros y a nuestro alrededor.
            Es la ley del esfuerzo, ley suprema, por la cual el ser se afirma, triunfa y se desarrolla; es la magnífica epopeya de la Historia, la lucha exterior que llena el mundo. La lucha inferior no es menos conmovedora. Cada vez que renace, tendrá el Espíritu que acomodar, de adecuar el nuevo envoltorio material que le va a servir de morada y hacer de él un instrumento capaz de traducir, de expresar las concepciones de su genio. A pesar de las decepciones, de las derrotas, a través de las existencias renovadas, el alma consigue desarrollar  sus elevadas facultades.
Hay en nosotros una sorda aspiración, una íntima energía misteriosa que nos encamina hacia las alturas, que nos hace tender hacia destinos cada vez más elevados, que nos impele hacia  lo Bello y para el Bien. Es la ley del progreso, la evolución eterna, que guía a la Humanidad a través de las edades y aguijonea a cada uno de nosotros, porque en la Humanidad son las mismas almas, que, de siglo en siglo, vuelven para proseguir, con la ayuda de nuevos cuerpos, preparándose para mundos mejores, en su obra de perfeccionamiento.
            La ley del progreso no se aplica solamente al hombre; es universal. Hay en todos los reinos de la Naturaleza, una evolución que fue reconocida por los pensadores de todos los tiempos. Desde la célula verde, desde el embrión errante, boyando a flor de las aguas, la cadena de las especies se ha desarrollado a través de series variadas, hasta nosotros.
Cada eslabón de esa cadena representa una forma de la existencia que conduce a una forma superior, a un organismo más rico, más bien adaptado a las necesidades, a las manifestaciones crecientes de la vida; mas, en la escala de la evolución, el pensamiento, la conciencia y la libertad sólo aparecen pasados muchos grados. En la planta, la inteligencia dormita; en el animal, sueña; sólo en el  hombre despierta, se conoce, se posee y se vuelve consciente; a partir de ahí, el progreso, de alguna suerte fatal en las formas inferiores de la Naturaleza, sólo se puede realizar por el acuerdo de la voluntad humana con las leyes Eternas.
La teoría de la evolución debe ser completada por la de la Percusión, o sea, por la acción de las potencias invisibles, que activa y dirige esta lenta y prodigiosa marcha ascensional de la Vida del Globo. El hombre, nos demuestra la embriogenia, es la síntesis de todas las formas vivas que lo precedieran, el último eslabón de la larga cadena de vidas inferiores que se extiende a través de los tiempos. Más, eso es apenas el aspecto exterior del problema del origen, mientras que amplio e imponente es el aspecto interior. Así como cada nacimiento se explica por la bajada a la carne de un alma que viene del Espacio, así también la primera aparición del hombre en el Planeta debe ser atribuida a una intervención de las Potencias invisibles que generan la vida.
La evolución de los mundos y de las almas es regida por la Voluntad Divina, que penetra y dirige toda la Naturaleza, mas la evolución física es una simple preparación para la evolución psíquica y la ascensión de las almas prosigue mucho más allá de la cadena de los mundos materiales.
Nuestro Globo es como una arena donde se traban batallas incesantes.
En su prodigiosa fecundidad, genera nuevos seres; mas luego la muerte siega en sus filas cerradas. Esa lucha, horrenda a primera vista, es necesaria para el desarrollo del principio de vida, dura hasta el día en que un rayo de inteligencia viene a iluminar las conciencias adormecidas. Es en la lucha que la voluntad se perfecciona y afirma; es del dolor que nace la sensibilidad.
Emerger grado a grado del abismo de la vida para tornarse Espíritu, genio superior, y esto por sus propios méritos y esfuerzos, conquistar el futuro hora a hora, ir liberándose día a día un poco más de la ganga de las pasiones, liberarse de las sugestiones del egoísmo, de la pereza, del desánimo, rescatarse poco a poco de sus flaquezas, de su ignorancia, ayudando a sus semejantes a rescatarse a su vez, arrastrando  todo  el  medio  humano  hacia  un  estado superior, tal es el papel distribuido a cada alma.
El canto de gloria, el himno de la vida infinita llena los espacios, sube desde el fondo del alma de las ruinas y de las tumbas. Sobre los destrozos de las civilizaciones extintas brotan flores nuevas. Se efectúa la unión entre las dos humanidades, visible e invisible, entre aquellos que pueblan la Tierra y los que recorren el Espacio. Sus voces llaman, se responden unas a otras, y esos rumores, esos murmullos, vagos y confusos todavía para muchos, se vuelven para nosotros el mensaje, la palabra vibrante que afirma la comunión de amor universal.
            Tal es el carácter complejo del ser humano - espíritu, fuerza y materia, en quien se resumen todos los elementos constitutivos, todas las potencias del Universo. Todo lo que está en nosotros está en el Universo y todo lo que está en el Universo se encuentra en nosotros. Por el cuerpo fluídico y por el cuerpo material el hombre está unido a la inmensa estructura de la vida universal; por el alma, a todos los mundos invisibles y divinos. Tenemos en nosotros el instinto de la animalidad más o menos comprimido por el largo trabajo por las pruebas de las existencias pasadas y tenemos también la crisálida del ángel, del ser radiante y puro, que podemos venir a ser por la impulsión moral, por las aspiraciones del corazón y por el sacrificio constante del "yo". Tocamos con los pies las profundidades sombrías del abismo y con la frente las alturas fulgurantes del cielo, el imperio glorioso de los Espíritus.

Y así hasta el infinito.

Salvador Martín

jueves, 11 de octubre de 2012

UNIVERSOS PARALELOS

UNIVERSOS PARALELOS


¿Drogas? ¿Quién necesita drogas cuando se tiene la física teórica? Y lo mejor: no tienes que destruir tus neuronas ni aprender fórmulas complicadas para tener tu cabeza sacudida con más información de la que puedes soportar y quedar totalmente grogui, balbuceando cosas como “¡Caray!” y “¡Ostras!” de cuando en cuando.

A quien le haya gustado la primera mitad de la película Quem somos nós (What the bleep do we know) le hará disfrutar el documental de la BBC Universos Paralelos. Versa sobre la más reciente teoría de la física, que unió la teoría de las súper cuerdas con la teoría de la súper gravedad, la “Teoría M”, que intenta explicar lo que hubo ANTES del Big-Bang. Un amigo que me presentó el documental dijo “Lo que me impresionó fue que los físicos han llegado a la conclusión de que, para que el universo sea sostenible matemáticamente, es preciso que necesariamente tenga 11 dimensiones. Y que en realidad el big-bang no fue la explosión de una singularidad, sino el choque entre dos dimensiones. Llegué a la conclusión de que nuestro universo es verdaderamente un Multiverso, con infinitos ‘universos’. Lo más lindo es que los físicos ya trabajan con la certeza (probabilística) de que existen otras varias civilizaciones en el Multiverso”. Todo esto presentado de forma dinámica y fácil de asimilar, aunque el tema sea complicado por naturaleza. 


He de recordar nuevamente que estas ideas chifladas no salen de la mente de jóvenes aburridos que creen saber algo de Física, sino de las jóvenes mentes de los mayores exponentes mundiales en Física. Solamente. 

Aprovechando el tema, destaco cierto fragmento del documental:
“Los otros universos son paralelos al nuestro, y quizá bastante próximos también, pero de los cuales nunca hemos tenido conciencia. Quizá sean completamente diferentes, y tengan leyes naturales completamente distintas actuando. (…) Lo último que se ha entendido acerca del multi-universo es que posiblemente exista un infinito número de universos, cada uno condiferentes leyes físicas. Nuestro Universo podría ser tan solo una burbuja flotando en un océano de otras burbujas”.

Esto me recordó bastante un fragmento de la psicografía del espíritu Luiz Sérgio a su familia, "O mundo que encontrei", donde cuenta sobre la adaptación en el “lado de allá”:
“Hoy, ya no temo embarullarme, porque he comprendido que todo no ha sido más que una transformación y que el choque sufrido no podía ser de consecuencia grave para mí, porque fue físico. Yo ahora ya no tengo cuerpo físico, pero aún tengo cuerpo. Interesante es observar las propiedades de este cuerpo. Son enteramente diversas, en el campo físico, de las que tenía antes. Si dos cuerpos no podían ocupar el mismo lugar en el espacio, ahora pueden, ya que puedo incorporarme en ‘masa física’ si ésta me repele. Entonces, yo la contorneo, buscando una superficie no repelente: ahí atravieso.

Interesante cómo la pseudogravedad no me afecta de manera directa. Hay una fuerza dentro de mí que anula cualquier atracción y yo puedo alejarme del suelo de la Tierra. Por cierto, hay otros suelos de los que no sabíamos. Nunca había imaginado cómo serían y me gustaría contarlo, pero me está pareciendo difícil. Si conocieses bien la Física, tal vez yo pudiese explicarlo mejor. Hay una densidad relativa en la materia que circunda la Tierra y en ella nos apoyamos para afirmar los pasos. Según caminamos, puede suceder que ya no se obtenga apoyo y se corre el riesgo de ‘hundirse’’, como en las aguas. Nuestro cuerpo no soporta la rarefacción. Entonces, volvemos para un lugar más firme con relación a nuestra densidad. No sé si va a ser siempre así. Quizá aprenda medidas que me hagan capaz de poder transitar por esos lugares que aún están interdictos para mí, debido a la inexperiencia”. 

Me recordó también cierto fragmento del libro Na próxima dimensão, de Carlos A. Baccelli:
“-¿Hemos entrado en algún ‘agujero negro’? 
-Sí, lo que los hombres han venido llamando Antiuniverso, o Universo Paralelo…
-¡Qué belleza extraordinaria! – exclamé. – Tengo la impresión de que estamos navegando en el mar; nuestra nave espacial parece singlar determinadas ondas cósmicas!

Nelson sonrió y estuvo de acuerdo. Burbujas flotantes, de colores inimaginables y formatos variados, pairaban en el Espacio – de todos los tamaños y consistencias…

-Algunas de esas ‘burbujas’, Doctor, son habitadas…” 

En fin, no quiero aquí arrimar el ascua a la sardina del Espiritismo, porque cabe a la ciencia explicar el Espiritismo (un día), y no al Espiritismo explicar la ciencia. Pero que es interesante observar los paralelismos, SÍ lo es.

Traducción de Teresa - teresa_0001@hotmail.com

Aqui os dejo el documental de la BBC SOBRE LOS UNIVERSOS PARALELOS EN 5 PARTES AUDIO ESPAÑOL



















martes, 9 de octubre de 2012

SAN MARTIN DE PORRES(FRAY ESCOBA)



San Martín de Porres
SAN MARTIN DE PORRES fue un mulato, nacido en Lima, capital del Perú, en el 9 de diciembre de 1579. En el libro de bautismo fue inscrito como "hijo de padre desconocido". Era hijo natural del caballero español Juan de Porres (o Porras según algunos) y de una india panameña libre, llamada Ana Velásquez. Martín heredó los rasgos y el color de la piel de su madre, lo cual vio don Juan de Porres como una humillación
Vivió pobremente hasta los ocho años en compañía de la madre y de una hermanita que nació dos años después.  Estuvo un breve tiempo con su padre en el Ecuador ya que este llegó a reconocerlo y también a la hermanita.  Nuevamente quedó separado del padre le mandaba lo necesario para hacerle terminar los estudios.
Martín era inteligente y tenía inclinación por la medicina. Había aprendido las primeras nociones en la droguería-ambulatorio de dos vecinos de casa. La profesión de barbero en aquella época estaba ligada con la medicina.  Así adquirió conocimientos de medicina y durante algún tiempo, ejerció esta doble carrera.
Sintiendo grandes deseos de perfección, pidió ser admitido como donado en el convento de los dominicos del Rosario en Lima. Su misma madre apoyó la petición del santo y éste consiguió lo que deseaba cuando tenía unos quince años de edad.
En el convento su vida de heroica virtud fue pronto conocida de muchos. Fue admitido sólo como "donado", es decir, como terciario y le confiaron los trabajos más humildes de la comunidad. Martín es recordado con la escoba, símbolo de su humilde servicio.  Su humildad era tan ejemplar, que se alegraba de las injurias que recibía, incluso alguna vez de parte de otros religiosos dominicos, como uno que, enfermo e irritado, lo trató de perro mulato. En una ocasión, cuando el convento estaba en situación económica muy apurada, Fray Martín, espontáneamente se ofreció al Padre Prior para ser vendido como esclavo, ya que era mulato, a fin de remediar la situación.
Advirtiendo los superiores de Fray Martín su índole mansa y su mucha caridad, le confiaron, junto con otros oficios, el de enfermero, en una comunidad que solía contar con doscientos religiosos, sin tomar en consideración a los criados del convento ni a los religiosos de otras casas que, informados de la habilidad del hermano, acudían a curarse a Lima.
Bastante trabajo tenía el joven hermano, pero no por eso limitaba su compasión a los de su orden, sino que atendía a muchos enfermos pobres de la ciudad. El día 2 de junio de 1603, después de nueve años de servir a la orden como donado, le fue concedida la profesión religiosa y pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad.
Juntaba a su abnegada vida una penitencia austerísima, se maltrataba con dormir debajo de una escalera unas cuantas horas y con apenas comer lo indispensable. Pasaba la mitad de la noche rezando a un crucifijo grande que había en su convento iba y le contaba sus penas y sus problemas, y ante el Santísimo Sacramento y arrodillado ante la imagen de la Virgen María pasaba largos tiempos rezando con fervor. Añadía a esto un espíritu de oración y unión con Dios que lo asemejaba a otros grandes contemplativos.
Dios quiso que su santidad se conociera fuera de las paredes del monasterio, por los extraordinarios carismas con que lo había enriquecido, entre ellos, la profecía, éxtasis y la bilocación. Sin salir de Lima, fue visto en África, en China y en Japón, animando a los misioneros que se encontraban en dificultad.  Mientras permanecía encerrado en su celda lo veían llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos.  En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
Se le vio repetidas veces en éxtasis y, algunas levantado en el aire muy cerca de un gran crucifijo que había en el convento. A el acudían teólogos, obispos y autoridades civiles en busca de consejo. Más de una vez el mismo virrey tuvo que esperar ante su celda porque Martín estaba en éxtasis.
Llegaron los enemigos a su habitación a hacerle daño y él pidió a Dios que lo volviera invisible y los otros no lo vieron.
Durante la epidemia de peste, curó a cuantos acudían a él, y curó milagrosamente a los sesenta cohermanos. Los frailes se quejaban de que Fray Martín quería hacer del convento un hospital, porque a todo enfermo que encontraba lo socorría y hasta llevaba a algunos más graves y pestilentes a recostarlos en su propia cama cuando no tenía más donde se los recibieran.
Con la ayuda de varios ricos de la ciudad fundó el Asilo de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación.
Sorprendió a muchos con sus curaciones instantáneas, como la del novicio Fray Luis Gutiérrez que se había cortado un dedo casi hasta desprendérselo; a los tres días tenía hinchados la mano y el brazo, por lo que acudió al hermano Martín, quien le puso unas hierbas machacadas en la herida. Al día siguiente, el dedo estaba unido de nuevo y el brazo enteramente sano. En cierta ocasión, el arzobispo Feliciano Vega, que iba a tomar posesión de la sede de México, enfermó de algo que parece haber sido pulmonía y mandó llamar a Fray Martín. Al llegar éste a la presencia del prelado enfermo, se arrodilló, mas él le dijo: "levántese y ponga su mano aquí, donde me duele". ¿Para qué quiere un príncipe la mano de un pobre mulato?, preguntó el santo. Sin embargo, durante un buen rato puso la mano donde lo indicó el enfermo y, poco después, el arzobispo estaba curado.
Otras veces, a la curación añadía la prontitud con que acudía al enfermo, pues bastaba que éste tuviera deseo de que el santo llegara, para que éste se presentase a cualquier hora. Muchas veces, entraba por las puertas cerradas con llave, como pudo comprobarlo el maestro de novicios, quien personalmente guardaba la llave del noviciado, pues, habiendo estado Fray Martín atendiendo a un enfermo, salió del noviciado y volvió a entrar sin abrir las puertas. El asombrado maestro comprobó que estaban perfectamente cerradas. Alguien le preguntó: "¿Cómo ha podido entrar?" El santo respondió: "Yo tengo modo de entrar y salir".
El enfermero al mismo tiempo que hortelano herbolario, cultivaba las plantas medicinales de que se valía para sus obras de caridad y también desempeñaba el oficio de distribuidor de las limosnas que algunas veces recogía, en cantidades asombrosas, parte para socorrer a sus propios hermanos en religión y parte para los menesterosos de toda clase que había en la ciudad.
Su amabilidad se extendía hasta los animales; hay en su biografía escenas semejantes a las que se narran de San Francisco y de San Antonio de Padua. Por ejemplo, cuando después de disciplinarse, los mosquitos lo atormentaban con sus picaduras e iba a que Juan Vázquez lo curase, éste le decía: "Vámonos a nuestro convento, que allí no hay mosquitos". Y Fray Martín respondía: "¿Cómo hemos de merecer, si no damos de comer al hambriento?" __"¡Pero hermano, estos son mosquitos y no gente!__ "Sin embargo, se les debe dar de comer, que son criaturas de Dios", respondió el humilde fraile.
Es típico el caso de los ratones que infestaban la ropería y dañaban el vestuario. El remedio no fue ponerles trampas, sino decirles: "Hermanos, idos a la huerta, que allí hallaréis comida". Los ratones obedecieron puntualmente, y Fray Martín cuidaba de echarles los desperdicios de la comida. Y si alguno volvía a la ropería, el santo lo tomaba por la cola y lo echaba a la huerta, diciendo: "Vete adonde no hagas mal".  Loa animales le seguían en fila muy obedientes. En una misma cacerola hacía comer al mismo tiempo a un gato, un perro y varios ratones.
Sus conocimientos no eran pocos para su época y, cuando asistía a los enfermos, solía decirles: "Yo te curo y Dios te sana".  Todas las maravillas en la vida del santo hay que entenderlas asociadas con el profundo amor a Dios y al prójimo que lo caracterizaban.
Se sabe que Fray Martín y Santa Rosa de Lima, terciaria dominica, se conocieron y trataron algunas veces, aunque no se tienen detalles históricamente comprobados de sus entrevistas.
A los sesenta años, después de haber pasado 45 en religión, Fray Martín se sintió enfermo y claramente dijo que de esa enfermedad moriría. La conmoción en Lima fue general y el mismo virrey, conde de Chichón, se acercó al pobre lecho para besar la mano de aquél que se llamaba a sí mismo perro mulato. Mientras se le rezaba el Credo, Fray Martín, al oír las palabras "Et homo factus est", besando el crucifijo expiró plácidamente.
Murió el 3 de noviembre de 1639. Toda la ciudad acudió a su entierro y los milagros por su intercesión se multiplicaron.


AQUI TENEIS LA PELICULA COMPLETA SOBRE SU VIDA,UNA VIDA LLENA DE AMOR POR LOS DEMAS

COMUNICACION ESPIRITA 1


TREINTA Y DOS AÑOS

Hace algunos días que muchos periódicos publicaron sueltos referentes a un ataque de
catalepsia, ataque prolongado que ha durado treinta y dos años, el sueño de la infeliz mujer que ha
sufrido durante tanto tiempo un tormento, pues,  según confesión de algunos desgraciados que han
sido víctimas de tan horrible enfermedad, oyen perfectamente cuando se habla en su derredor y se
enteran de todo cuanto dicen sus deudos y amigos, y algunos han sentido cuando los colocaban en el
ataúd y se disponían a realizar el entierro del supuesto cadáver, hasta que con un esfuerzo
sobrehumano han roto sus cadenas de inmovilidad. El suelto en cuestión decía así:
ATAQUE DE CATALEPSIA: CASO EXTRAORDINARIO
Los periódicos de Burgos dan cuenta del siguiente hecho:
Hace más de treinta y dos años, la vecina de Villavicencio, Benita de la Fuente, sufría un
ataque de catalepsia.
La enferma se hallaba postrada en cama, inmóvil y sin conocimiento, desde 1874, sin que
durante mucho tiempo haya hablado una palabra, limitándose a exhalar de vez en cuando algún
quejido inarticulado; su única alimentación ha sido agua, y alguna vez ha tomado pequeñísimas
cantidades de caldo y leche. Multitud de médicos, algunos de gran reputación, la han visitado en
diversas ocasiones, no pudiendo explicar científicamente tan extraordinario caso.
Pues bien: el viernes último la enferma abrió los ojos, y recobrando súbitamente el habla
expresó sus deseos de abandonar el lecho.
El domingo siguiente, la familia la levantó y desde entonces va recobrando rápidamente la
salud perdida, siendo de esperar que muy en breve recupere la normalidad de sus funciones
fisiológicas, aunque todavía no se le ha dado alimentación por el temor de que su estómago no pueda
soportarlo.
Benita de la Fuente conoce ya a todas las personas de su familia, pero lo extraordinario del
caso es que no recuerda nada de lo que le ha ocurrido y se niega tenazmente a creer que haya estado
dormida y sin comer más de treinta y un años.
Tiene actualmente sesenta y dos años.
Una hermana de la enferma, a quien todos tienen por persona seria y fidedigna, ha
comunicado esas noticias, las cuales constituyen un caso extraordinario, digno de ser estudiado por las
eminencias médicas.
* * * Yo creo que este caso, verdaderamente extraordinario, no sólo deben estudiarlo los médicos, y
han opinado lo mismo que yo muchos espiritistas que me han escrito suplicándome que pregunte al
guía de mis trabajos el porqué de tan horrible condena, porque vivir treinta y dos años sin movimiento,
sin hablar, sin tomar parte en la lucha de la vida, debe tener una causa poderosísima; debe haber
cometido el Espíritu así castigado uno de esos crímenes sin precedentes, unos de esos delitos que si
no fuera porque dicen que nunca pagamos todo lo que debemos, la condena duraría millones de
siglos, todas las agonías que hemos hecho sufrir a una o varias de nuestras víctimas, y si sólo nos
aplican el mínimo de la pena merecida, treinta y dos años de martirio, ¿cuántos crímenes representan?
* * *
“No tanto como tú crees (me dice un Espíritu); que por regla general, los que os creéis mejor
inspirados estáis tan lejos de la verdadera causa que produce tan malos efectos, como lo está la luz de
la sombra, el fuego de la nieve, el amor del odio, la virtud del vicio, el egoísmo de la abnegación. No
juzguéis nunca por las apariencias, que de cien veces que pronunciéis juicio  condenatorio, noventa y
nueve estaréis dominados por el error y seréis injustos convirtiéndose en jueces, cuando por vuestros
defectos no debéis juzgar, sino ser juzgados.
“En el caso de catalepsia que tanto os ha llamado la atención, y al que la ciencia médica no
encuentra explicación satisfactoria, hay efectivamente mucho que estudiar y mucho que aprender para
reconocer a la enérgica voluntad de un Espíritu, la que ha sometido a su cuerpo a una prueba tan
dolorosa. Los que niegan la existencia del alma, porque no la encuentran cuando amputan un brazo o
una pierna o extraen un feto, o abren la cabeza para extirpar un tumor (como la ciencia no les puede
decir la historia del Espíritu que anima a aquel organismo) se tienen que cruzar los brazos y
enmudecer ante hechos cuya causa no comprenden, y vosotros, los espiritistas, los que sabéis que el
presente está íntimamente enlazado con el ayer, y que el Espíritu es un agricultor eterno que siembra
hoy para recoger mañana, al ver que algunos agricultores recogen tan mala cosecha, decís con
espanto: ¿qué habrá hecho este desgraciado para merecer tan cruel castigo? ¿Qué papel habrá
representado en la historia universal? ¿Habrá empleado su ciencia para ser un verdugo de la
humanidad? ¿Habrá sido un conquistador insaciable?...Y vais acumulando pregunta sobre pregunta, y
mientras más preguntáis más lejos estáis de la verdad, como os sucede ahora con esa pobre mujer
cataléptica, que amontonáis sobre ella crímenes espantosos, y en realidad no es así; es un Espíritu
desequilibrado, que ha amado mucho, pero con ese amor terrenal, egoísta, absorbente, dominante,
avasallador, que prefiere la muerte del ser amado antes que verle dichoso en brazos de otro ser.
“Esa mujer, que hoy pertenece a una clase humilde, y que a no ser por su enfermedad hubiera
pasado completamente desapercibida en la Tierra, en otro tiempo su sitial era un trono, y aunque su
reino era pequeño, ello lo hizo grande por la severidad de sus leyes, y por ser ella el juez que
dictaminaba las sentencias. Parecía insensible a los encantos del amor; casado por razón de estado,
sin sucesión, era una mujer de hielo, intolerante para las faltas cometidas por amor; su corte parecía
más bien una comunidad de monjas y de frailes sin votos; tal era la rigidez de las costumbres y la fiel
observancia de los deberes en todos los sentidos. Así vivía Ermesinda, sin gozar, y sin dejar que los
demás gozaran, hasta un día que le presentaron a un joven militar  muy recomendado
por uno de sus parientes más cercanos, que lo ponía bajo su real protección, de la que se esperaba
que se haría digno, siquiera por honrar su ilustre apellido. Ermesinda al verle sintió lo que nunca había
sentido, hasta el punto que se dejó caer en un sillón porque perdió el conocimiento y el joven Ezequiel
se turbó extraordinariamente al ver el mal efecto que su presencia había causado a su soberana, y se
retiró temeroso de un algo desconocido.
“Ermesinda desde aquel día sintió una inquietud y una ansiedad inexplicable, si bien ella pronto
se hizo cargo que su corazón se había despertado demasiado tarde, comprendió que amaba a
Ezequiel con toda su alma, y trató de hacérselo comprender a él; pero Ezequiel era tan niño, y le
habían educado de tal modo, que para él Ermesinda no era una mujer de carne y hueso, era una santa
a la que había de venerar de rodillas, pero a gran distancia, para que el hálito humano no manchara su
pureza. Así es que mientras ella acortaba el camino para encontrarse más pronto con él, él se alejaba
de ella dominado por el temor de ofenderla, y como cuando uno no quiere, dos no se encuentran,
Ezequiel se fue alejando de Ermesinda, y ésta se convenció que el joven huía de ella; sintió entonces
celos, ¿de quién?, de todas las mujeres de la corte; no tuvo valor bastante para decirle: ven que yo te
amo; la austeridad de sus principios se lo impidió; orgullosa por su linaje y por sus virtudes, no quiso
descender de su alto pedestal para caer en los brazos de un niño, que no sentía por ella la menor atracción, que antes al contrario le inspiraba  un temor inexplicable. Ermesinda logró dominar sus
sentimientos, se cubrió con su máscara de hielo, venció en la lucha de sus pasiones, pero no consiguió
otra cosa que mostrarse fría y severa con Ezequiel, que era el niño mimado de la corte por su
gentileza, por su hermosura, por su distinción, por su nobleza, por su valor, y viéndole tan amado y tan
colmado de atenciones, sus celos aumentaron de tal modo, que una noche lo hizo prender acusándole
de traidor a su patria, de ser un espía pagado por huestes enemigas, y Ezequiel fue encerrado en una
torre que parecía un nido de águilas, tan alta era, teniendo por base un promontorio de rocas, donde se
estrellaban embravecidas olas, pues parecía que en aquel punto era continua la tempestad, tan fuerte
era el oleaje que rugía enfurecido al chocar contra aquella atalaya fabricada cerca de las nubes.
“Cuando lo tuvo allí encerrado, Ermesinda se tranquilizó, diciéndose a sí misma: no viéndole,
no descenderé de mi alto pedestal, no le diré que no puedo vivir sin él, y no sufriré el atroz martirio de
verle en brazos de otra mujer; a grandes males, grandes remedios; cometo un crimen acusando a un
inocente, pero evito mi deshonra ante el mundo y ante él y dejo de sufrir un dolor que me conduciría a
la locura, porque el dolor de los celos es la locura en acción.
“Durante algunos días se habló de Ezequiel, pero después todos enmudecieron temiendo ser
castigados como el joven espía, sobre el cual se acumularon tan horribles acusaciones, que hubo
quien aseguró que había vendido muchas plazas fuertes a legiones enemigas. Ermesinda urdió en
secreto la tela de tantas patrañas y pronto Ezequiel fue dado al olvido, aunque muchas mujeres
lloraron su ausencia lamentando su infausta suerte, pero todo en silencio; nadie tuvo valor para
defender al inocente, y Ezequiel estuvo encerrado treinta y dos años sin poder hablar ni con su
carcelero, porque no lo veía; el alimento llegaba hasta él por un mecanismo que no dejaba ver a la
persona que lo suministraba, y Ezequiel no tenía más consuelo que contemplar el cielo a través de los
gruesos barrotes de hierro de una alta claraboya que daba luz a su reducida prisión. Así vivió treinta y
dos años, y en ese tiempo el joven hermoso y fuerte se transformó en un viejo achacoso, sus rubios
cabellos perdieron su color de oro, se volvieron amarillentos y por último blancos como la nieve, y
cuando menos lo esperaba, se abrieron las puertas de su prisión y recobró la libertad, ignorando por
qué la había perdido; regresó a su casa y toda su familia había muerto; entonces se enteró de la
calumnia que le había deshonrado y pidió ver a la soberana; pidió una audiencia que no le fue
concedida, porque Ermesinda ya estaba en la agonía; al comprender que iba a morir, quiso dejar en
libertad al hombre que tanto había amado, y murió tranquila porque una dama de toda su confianza le
dijo que había visto a Ezequiel que estaba desconocido con su cuerpo doblegado bajo el peso de los
años y el dolor.
“Ezequiel no tardó en seguirla, y al verse los dos en el Mundo espiritual se compadecieron
mutuamente, y él la perdonó porque ella había pecado por amor. El perdón de Ezequiel le hizo tanto
bien a Ermesinda, que pidió ser para él la madre más amorosa, ya que el amor de las madres en la
Tierra es el más dispuesto a la abnegación y al sacrificio, pero antes de ser su madre mil y mil veces
pidió sufrir el tormento que él sufrió víctima de su amor y de sus celos, y lo quiso sufrir padeciendo la
peor de todas las dolencias: el sueño cataléptico. Quiso que su prisión fuera la más horrorosa, la que
sin grillos ni cadena la sujetara al potro del tormento, porque los catalépticos oyen cuanto se habla en
torno suyo, y ellos asisten a los consejos de familia, miden por lo que oyen el cariño de sus deudos, las
miras interesadas de unos y los egoísmos de los otros; para ellos la verdad (que siempre es amarga)
se presenta sin velos, y ¡ay de aquellos que viven sin una ilusión! En su prolongada agonía Ermesinda
ha tenido el consuelo de tener a Ezequiel a su lado, el que muy a menudo ha murmurado en su oído
juramentos de amor, pero no de amor terreno, de amor sobrehumano, y los dos Espíritus enlazados
por una de esas afecciones que no se conocen en la Tierra, se unirán más tarde para no separarse
jamás; ella dispuesta a ser su madre, su ángel tutelar; él, agradecido, apreciando en lo que vale la
vehemencia de la pasión de Ermesinda, está dispuesto a corresponder a ella y a serle fiel
eternamente.
“Ya ves qué porvenir tan hermoso les espera a esos dos Espíritus que han sufrido tanto
víctimas del amor, del amor terreno y del amor divino. Ezequiel vivió encarcelado treinta y dos años,
siendo la causa de su inmerecido cautiverio el amor y los celos de una mujer, que gozaba pensando
que nadie le vería, que nadie recibiría sus caricias ni escucharía sus juramentos amorosos. Lo había
arrebatado de la sociedad, era suyo, le pertenecía porque le adoraba, y ahora Ermesinda ha sufrido
otra prisión más horrible para hacerse digna por su martirio de adorar a su amado Ezequiel, santificada
por el sacrificio. Ayer no podía decir que le amaba; mañana presentará su hijo al mundo entero y dirá:
¡Es mío! ¡Yo le llevé en mi seno! ¡Yo escuché sus primeros vagidos antes de verle! ¡Mis brazos han
sido su cuna! ¡Su primera sonrisa ha sido para mí! ¡Sus primeras palabras han sido: ¡Madre mía! ¡Es
mi hijo! ¿No es verdad que es muy hermoso?...Y Ermesinda será de esas madres apasionadas que seguirá a su hijo a todas partes, hasta el patíbulo si fuera necesario, todo su amor le parecerá poco
para hacerle olvidar a Ezequiel el tormento que su loca pasión le causó durante treinta y dos años.
“Adiós”.
* * *
¡A cuántas consideraciones se presta la anterior comunicación!
¡Cuán cierto es que engañan las apariencias! De cien veces, noventa y nueve juzgamos
erróneamente.
¡Cuán equivocados son generalmente nuestros juicios, dado que siempre estamos dispuestos
a aumentar la culpa de los otros y a disminuir se es posible la nuestra!
¡Cuánto peca nuestro pensamiento! Si con la intención basta, como dicen algunos creyentes,
por nuestras malas intenciones somos la mayoría de los terrenales merecedores de cadena perpetua;
y en verdad que, como la merecemos, la llevamos pendiente de nuestro cuello, al que rodea la argolla
de nuestros múltiples defectos y sólo las comunicaciones de los Espíritus conseguirán a su debido
tiempo hacernos reflexionar sobre nuestra pequeñez.
¡Bendito sea el Espiritismo! ¡Benditas sean las comunicaciones de los Espíritus, porque por
ellas se redimirán los pueblos!