jueves, 24 de mayo de 2012

LA HERENCIA DE JESUS





LA HERENCIA DE JESUS 

Pedro desencarnó en el 67 d.c., en Roma, adonde fue en el año 44. Lo crucificaron bocabajo, por propia voluntad, al no creerse digno de morir como el Maestro.

Jesús, en sucesivas apariciones, le llama Cepha, que significaba “piedra”. Es hermano de Andrés. Su nombre original fue el de Simón.

Juan, discípulo amado de Jesús y hermano de Santiago, hijos de Zebedeo.

Santiago, hermano de Juan, desencarnó a manos de Herodes, en el año 44 d.c., por la espada.

Mateo o Levi, era cobrador de impuestos y el primer Apóstol que escribió los Evangelios.

Felipe, Judas, Tomás, Bartolomé, Santiago Alfeo, Simón, el celador y Tadeo.

En el siglo II, comenzaron los grupos evangélicos a organizarse en monasterios y sacerdocios; comenzando de esta manera, los cimientos del catolicismo. Fueron muchos los integrantes romanos, y es por eso, que la simbología y las imágenes eran de su preferencia, acostumbrados a los ídolos. Los formalismos y formulas convencionales; el comodismo y el hábito de las costumbres del pasado, comenzaban a asfixiar el Evangelio de Jesús; sencillo por demás.

1ª Aparición de Jesús a Pedro, Lucas 24:15

2ª Aparición, 8 días después de la primera, donde Jesús pide a Tomás que pruebe que Él, es Jesús, metiendo su mano en la herida del costado.

3ª Aparición de Jesús en la playa, donde Él orienta a los discípulos a pescar donde había muchos peces.

Juan, fue el primer discípulo de Juan el Bautista. Hijo de Zebedeo y Salomé, nació en Betsaida, como Pedro y Andrés. Jesús les llama a él y a su hermano, Santiago, “Hijos del trueno”, por su ímpetu y su celo ardiente. Estuvo en el Gólgota, junto a la madre de Jesús, María. Fue llevado a Roma para ser echado a una caldera de aceite hirviendo, de la cual salió ileso, volviendo a Éfeso, donde desencarna  en el 104, bajo el reinado de Trajano.
Más tarde, serían Timoteo, Lucas y Pablo – Saulo de Tarso – eminentes discípulos de Jesús, sin haberle conocido. Esta es la herencia que Jesús nos deja, sus apóstoles, que tendrían la gran misión de predicar la Buena Nueva, además de ejemplificar todo lo que el Maestro les enseñó. Ellos se encargarían de escribir los Hechos de los Apóstoles, y se dirigirían a lugares distantes de los que no conocían nada, pero sabían que tenían que plantar allí la semilla de las enseñanzas de Jesús. Después que cada uno fue desencarnando, sus discípulos y seguidores se comprometieron en el boca a boca y con lo que había escrito a difundir las verdades más valiosas que nacieron en la Tierra. Gracias Jesús por tú inmensa herencia



                                                                                                Isabel Porras