Habla la Biblia de Reencarnación
¿Habla la Biblia de reencarnación? ¡Sí!
Vamos a indagar dónde y de qué manera podemos encontrar la reencarnación en la Escrituras.
Primer ejemplo: Nicodemo era un fariseo, por cierto que un fariseo especial, ya que buscaba a Jesús para seguirle las ideas y por las simpatías que Jesús le inspiraba. Él una noche preguntó a Jesús: ¿Cómo puede nacer el hombre cuándo es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer, ¿verdad? Esta duda surge a raíz de que Jesús le dice a Nicodemo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3: 1.10
Pacientemente Jesús le explica, ante la incomprensión de él que, lo que es nacido de carne, carne es, y lo que es nacido de espíritu, espíritu es. Nicodemo, como buen estudioso de las Escrituras, debía conocer bien los textos de ella y, sin embargo, no tenía conocimiento de la reencarnación, por esa cuestión de que todos los doctores de la ley le daban a los textos un sentido literal: la letra mata y no el Espíritu que vivifica.
Ante las transfiguración de Jesús en el Monte Tabor, los Apóstoles se acordaron de la profecía de Malaquias (Malaquias 4:5 y 6), y preguntaron al Maestro, ¿Por qué dicen los escribas que Elias debe venir primero? (Mateos 17: 10-13)
El profeta Malaquias anunció hace siglos que antes de venir el Señor, vendría Elias de vuelta a la Tierra, a fin de prepararle el camino. Los Apóstoles sabían, sin duda que el Mesías, era Jesús, sin embargo, estaba presente en sus mentes la ausencia de Elias, de ahí la pregunta anterior, a la que Jesús responde: “Sin embargo les digo que Elias ya ha venido, y ellos no lo reconocieron…” se estaba refiriendo a Juan el Bautista, que no era ni más ni menos, que el mismo Elias.
Otra prueba indiscutible de la reencarnación en las Escrituras.
Los Apóstoles no discutían la palabra de Jesús, en la cual tenían una gran fe, por lo que suponemos que no dudaban de la autenticidad de las enseñanzas de Jesús, en cuanto a las vidas sucesivas.
Más datos, Ezequiel, cap. 18, Job cap. 1:21, Juan 9: 1-14, donde los discípulos le preguntan a Jesús, cuando al pasar por su lado, ven a un ciego de nacimiento: Maestro, ¿quién pecó para que este hombre naciese ciego, él o sus padres? Respondiendo Jesús: Ni él peco ni sus padres, pero esto se dio para que las obras de Dios en él sean manifiestas. Si los Apóstoles no hubiesen tenido conocimiento de las vidas pasadas, no habrían preguntado acerca de pecar un ciego de nacimiento.
Un ejemplo de la preexistencia, nos da la cita de Jeremías, cap. 1:5 “Antes que yo te formase en el vientre, te conocí, y antes que saliese de la madre, te santifiqué: un profeta para las naciones te constituí”. Fue santificado, al serle concedidas facultades para ejercer como profeta.
Apocalipsis 13: 9-10, dice: Aquel que encarceló, para la cárcel ha de ir: el que mató a espada, por la espada ha de perecer. Aquí se exige la paciencia en el sufrimiento y la fe de los santos.
Clara alusión a la Ley de Causa y Efecto.
En tiempos remotos grandes pensadores, como Orígenes, Agustín, Francisco de Asís, Jerónimo, habían aceptado y asumido la idea de la preexistencia y las vidas sucesivas.
Los primeros cristianos creían en la reencarnación, hasta que fue celebrado el Concilio de Constantinopla I y II, donde en el último, el Emperador Justiniano I, en el año 553, fue promulgada una ley, la cual decía: “Todo aquel que sostenga la mística idea de la preexistencia y la maravillosa opinión de su regreso, será anatematizado (perseguido)”
Fueron filósofos como Aristóteles, Sócrates, Platón etc., que de defendieron, incluso con su vida, la idea de las vidas sucesivas.
En tiempos más modernos, son muchos los que han investigado y analizado esta idea: Albert de Rochas, en 1911, publicó “Las Vidas Sucesivas”, poco después, Inocencio Calderone, publicó un libro hablando del mismo tema. En 1946, George Browell, utilizó la prensa, para publicar temas de la reencarnación, en E.E.U.U. En la India, Hemendra Banerjee, investigó cientos de casos de personas que daban nombres, lugares y detalles de vidas anteriores.
Isabel Porras