BIOGRAFIA DE MIGUEL VIVES Y VIVES
Nació en Barcelona en 1842 aunque durante muchos años vivió en Sabadell. Tuvo una infancia difícil ya que no llegó a conocer a su madre y perdió a su padre con tan sólo once años, pasando a hacerse cargo de él su hermano Augusto, unos años mayor.
Debido a esta orfandad, Miguel pasó sus años de infancia sumido en una enorme tristeza y atravesando grandes dificultades.
Se casó en 1866 a la edad de 24 años con la que había sido su novia durante algunos años y que había conseguido devolver la alegría a la vida de Miguel. Pero la causalidad volvió a hacer mella en su felicidad cuando en su luna de miel su mujer muere repentinamente. Este suceso fue uno de los golpes más duros en su camino. Debido a esto se sumió en una profunda depresión que le llevó a no salir de su casa en cinco años. Esta inmensa tristeza le hizo enfermar tanto física como psíquicamente y su encierro provocó la desaparición de la mayoría de sus amigos.
En 1871 se mudó, con sus cuñados, a la ciudad de Tarrasa y un día su hermano Augusto, con la intención de sacarle de su depresión, le habló de algo que en principio le causó desconfianza, pero que viniendo de su hermano, persona seria y responsable, le generó cierta curiosidad: El Espiritismo. Augusto le regaló las obras de Allan Kardec y al comenzar a leer “El Libro de los Espíritus” fue que Miguel comprendió el sentido de todo lo que había sucedido en su vida y tuvo ánimo para seguir a delante. Poco tiempo después Miguel empieza a divulgar todas las enseñanzas de la doctrina espírita, agradeciendo de esta manera todo el consuelo recibido por esta filosofía.
A finales de este mismo año, Miguel ya conoce a más espíritas de la zona y mantiene con ellos reuniones privadas de estudio y mediumnidad. A principios del año siguiente, 1872, abre junto con sus compañeros, un centro espírita llamado “Fraternidad Humana” dedicado a estudiar y divulgar todas las enseñanzas de la doctrina espírita, dando prioridad y mayor importancia a la parte moral y considerando la parte mediúmnica como algo más accesoria, concordando con Allan Kardec.
Durante esta época desarrolló facultades mediúmnicas y de sanación, compaginó el estudio del espiritismo con sus estudios de medicina y homeopatía. Gracias a todo esto pudo ayudar a sanar a muchos necesitados, aunque jamás se atribuyó el mérito, cediéndoselo a la espiritualidad superior que era quien le guiaba.
Pocos años después, dentro de su círculo de amistades espíritas, conoció a quien sería su segunda mujer y con la que más adelante tuvo dos hijos.
En 1873 participó en la propuesta que se hizo al parlamento español solicitando que la doctrina espírita se impartiera en las escuelas de enseñanza pública.
Siguiendo el precepto espírita “Fuera de la Caridad no hay Salvación” Miguel vives se hizo conocido en Tarrasa por su gran calidad humana ayudado a los más necesitados no sólo a través de sus conocimientos sino también de una manera más tangible, dándoles comida. Como anécdota podemos contar que llegó, incluso, a invitar a un gran número de indigentes amigos suyos a la boda de su hija mayor, Micaela, a los cuales quería como hermanos.
Pero en 1882 vuelve la desgracia a la vida de Miguel cuando muere su hijo pequeño a la edad de 9 años. En este caso se toma este terrible acontecimiento de una manera más positiva, aceptándolo al comprender que todo tiene una razón de ser, que la muerte no existe y sabiendo que algún día volvería a reencontrarse con sus seres queridos en el mundo espiritual.
En este mismo año crea la “Federación Espírita del Vallés” a la cual pertenecían las asociaciones y centros espíritas pertenecientes a la provincia de Barcelona. Tiempo después esta unión se convirtió en la “Federación Catalana de Espiritismo”.
En 1888 organizó y participó en el primer Congreso Espírita Internacional que tuvo lugar del 8 al 13 de septiembre en Barcelona y al año siguiente participó también en el congreso que tuvo lugar en París. Dirigió durante cuatro años “El faro Espiritista” órgano de la federación, fue el fundador de la revista espírita “Unión” y socio honorario de la revista “La Doctrina”.
Escribió el libro “Guía práctica del Espiritista”, obra básica y fundamental dentro del espiritismo en España y “El tesoro de los espíritas” entre otras.
Miguel Vives desencarna en la ciudad de Barcelona, donde se trasladó, el 23 de Enero de 1906 a las ocho de la tarde. Tuvo una gran despedida, más de 5000 personas salieron a la calle para decirle un “hasta luego”. Las fábricas y comercios cerraron sus puertas para que los trabajadores pudiesen asistir a su entierro.
Le apodaron el "Apóstol del bien" y pusieron en su honor una calle con su nombre en Tarrasa "calle Miguel Vives" está situada en una travesía de la Av. Barcelona, cruzando las barriadas de Can Anglada y Escuelas.
Todo el mundo le quería por ser una persona humilde, sencilla y que siempre ayudaba sin esperar nada. ¡Cuánto nos queda por aprender!