El peligroso ''JUEGO DE LA OUIJA''
La cuestión de si es o no un juego la ouija, es algo que tenemos claro desde hace tiempo: Nada relacionado con el mundo de los espíritus - y la ouija lo está - puede ser considerado como juego. La ouija es hoy por hoy y a pesar de las opiniones de personas que quizás por intereses económicos de venta de revistas esotéricas y comercialización de tableros de ouija en grandes almacenes, vendidos por una conocida marca de juguetes, y otros juegos infantiles, opinen lo contrario; una práctica muy peligrosa, que se convierte en peligrosísima cuando es practicada por niños o jóvenes.
La ouija es para quien no lo sepa, un tablero de forma cuadrada o rectangular, donde se hallan todas las letras del alfabeto, los números del uno al cero, los vocablos "si", "no", "Hola", y "Adiós", etc. Su forma de hacerla funcionar es colocando un vaso de cristal - de ahí que también sea conocida como vasografía - sobre la superficie del tablero, algunos tableros son vendidos con una "Planchette", pequeña plataforma con forma de corazón con un círculo de cristal o pasta transparente en el centro. Una vez colocado el objeto, vaso o Planchette sobre el tablero, se hace una invocación y se espera, si se recibe respuesta, se puede iniciar un diálogo a través de los mensajes que vaya formando el vaso. El número ideal de participantes son un mínino de dos o un máximo de cuatro. Jamás una persona sola debe ponerse al tablero. Una vez colocados a la mesa los participantes, colocarán sus dedos indice sobre el vaso o Planchette, harán la evocación y esperarán, lo mejor que pueden esperar dado la naturaleza de esta práctica es que no ocurra nada, ya que de surgir "algo", estamos convencidos de que será poco edificante.
Aún a riesgo de caer pesados no nos cansaremos de repetir que la ouija, es negativa, máxime si los incautos que la practican son adolescentes en desarrollo físico y mental, veamos porque: Aún en el mejor de los casos, de que no consigan contactar con espíritus, pueden verse sugestionados por sus propias mentes y creer o ver cosas que sólo existen en su imaginación, con el consiguiente desequilibrio psíquico, así como engancharse a la ouija y convertir ésta en una droga. Hemos conocido casos de personas que llegaron a un punto en que no eran capaces de hacer nada en su vida diaria y normal sin haber consultado antes con el tablero. La juventud actual envuelta en un mundo tan caótico como el nuestro, desengañada a veces y desanimada otras, ante las pocas perspectivas de futuro que tiene por delante, no duda en recurrir al tablero como medio de evasión unas veces y como medio de conocer el futuro otras. No es de extrañar por tanto la gran proliferación de visitas a "cartomantes" "adivinos" y "videntes" que no son capaces ni de verse ellos mismos en el espejo. Y en el peor de los casos pueden quedar cogidos por entidades inferiores que los manipularán y parasitarán en ellos, ocasionandoles trastornos y conductas extrañas, violentas, antisociales, etc. Los padres alarmados acudirán con sus hijos a médicos y psicólogos, y éstos, unos completos ignorantes sobre la raíz del problema lo achacarán todo a problemas hormonales y psicológicos muy comunes en la etapa del crecimiento y la pubertad.
Lo que hace distinto a la ouija de otros sistemas de mediumnidad, es la facilidad con la que se puede establecer un contacto, "todo el mundo o casi todo" que practica con ella tarde o temprano establece contacto, demostrando fehacientemente que todos somos en mayor o en menor medida médiums.
Resumiendo sobre todo lo dicho hasta aquí sobre el susodicho tablero diremos que es un sistema de comunicación nocivo para quien lo practica, por su facilidad para comunicar con el mundo invisible, pero también hemos de decir que la mayor peligrosidad de todo esto reside en la total ignorancia existente sobre el mundo de los espíritus y sus leyes, de los peligros de obsesión y subyugación por parte de esos habitantes del bajo astral, que están ansiosos por que les abramos la puerta para colarse en nuestras casas y en nuestras vidas, y eso es lo que hacemos cuando invocamos a alguien que no conocemos, abrir puertas por las que no sabemos quien puede colarse. Es lo mismo que si dejaramos abierta la puerta de nuestra casa, puede entar un amigo, un vecino.... y un ladrón o alguien con intenciones desconocidas.
A estas alturas seguro que el amigo lector se estará preguntando si solamente se comunican con el hombre los espíritus malos. - No, no son todos los seres espirituales que se ponen en contacto con nosotros inferiores o negativos, lo que ocurre es que las entidades superiores y evolucionadas, no se prestan a las banalidades y juegos de los humanos superficiales y frívolos.
EDUCACIÓN MORAL Y CULTURAL DEL MÉDIUM
El médium por la misión a la que está destinado, es muy conveniente que posea una buena cultura doctrinaria espírita así como una aceptable cultura general. Todo eso hará de él un médium más completo, un instrumento de mayores recursos, pues conociendo la Doctrina se inmunizará ante las mixtificaciones y obsesiones; y no será presa del fanatismo y la credulidad, sintonizando con espíritus de mayor evolución, transmitiendo mensajes superiores y edificantes.
La Doctrina Espírita no admite, bajo ninguna circunstancia, la remuneración directa o indirecta, en el ejercicio de la mediumnidad, pues entiende según la máxima de Jesús que "Ha de darse gratis lo que gratis se ha recibido", siendo así que se ofrece una garantía de sinceridad y desinterés, como es también el medio más seguro de obtener la protección de los buenos espíritus; ya que de otro modo, podrían servirse de él las fuerzas inferiores. Resumiendo podemos decir que las caracteristicas del Médium espírita son:
Una conducta altruista, recta, positiva, en la vida personal, familiar y social.
Vive de su trabajo, en la profesión u oficio que libremente ha elegido, si valerse de su facultad mediúmnica para cualquier forma de ganancia o especulación mercantilista.
Se aleja de todo sentimiento de celos o envidias hacia otros compañeros portadores de mediumnidad, y cooperación en las tareas del centro espírita.
Nunca finge presutnas manifestaciones de los espíritus, ni se presta a fraudes de ninguna clase.
Solicita a lo Alto asistencia y protección, para alejar de sí las causas de mixtificaciones y obsesiones.
Se separa de cualquier actitud de ostentación, orgullo, o vanidad, rodeandose de una atmósfera de armonía, paz y buena voluntad.
Allan Kardec y otros maestros espiritistas, siempre nos han enseñado la gran influencia que ejerce sobre nosotros, conscientes o no, los seres espirituales. Uno nos impelen al mal con sus pensamientos, impulsándonos a pensar y realizar una serie de acciones de las que luego solemos arrepentirnos y que ya no tienen remedio. Otros, los buenos, nuestros guías, nuestros espíritus protectores, nos sustentan y alientan en los momentos malos de nuestra vida, inspirándonos la esperanza y la resignación. Nuestro mundo, por encontrarse en un estado evolutivo muy atrasado moralmente, encontramos en él, más malo que bueno y siendo la Humanidad la manifestación de esta inferioridad, la hallamos muy superior en el mundo espiritual que circunda nuestra esfera. Allí encontramos a los que encarnaron un cuerpo material y debido a sus vicios y errores se encuentran sumidos en la oscuridad y las tinieblas, padeciendo en la vida de ultratumba, no solamente por el mal que han hecho, sino también su innacción o debilidad. Más terrible es todavía la situación de los espíritus crueles, de los criminales de todas clases, de aquellos que derramaron la sangre de sus hermanos y no tuvieron ningún respeto por la vida humana. Los viciosos del alcohól, de los narcóticos y de tantos y tantos vicios vagan por los planos adyacentes a la Tierra. Los egoístas, los que fueron hombres exclusivamente preocupados por ellos mismos, los suicidas, los vampiros de las energías humanas. Todos ellos componen las siniestras muchedumbres del bajo astral, relacionándose y mezclandose con los seres encarnados. Dos humanidades, la encarnada y la desencarnada que se entremezclan e influencian la una a la otra. Nunca lo repetiré lo basante, la necesidad, la urgencia del pensamiento recto y la conducta al bien y al pensamiento elevado. Es lo único que nos puede apartar de la influencia de las mentes inferiores y de los espíritus de la oscuridad, conectándonos con las altas esferas y manteniendonos alejados de las malas influencias, tan frecuentes por desgracia, en estos tiempos de materialismo e indiferencia sobre las cuestiones espirituales. Tendemos a pensar, que médiums son nuestros hermanos qeu mantienen contactos y relaciones con los espíritus en las sesiones mediúmnicas, cuando la realidad es que todos nosotros lo somos, de una manera u otra. De forma ostensible u oculta, todos los seres humanos experimentan las influencias malas o buenas de los espíritus desencarnados.
Muchas veces, nuestro estado de ánimo, bueno o malo, alegre o triste es el resultado de otros seres y otras mentes. Las intuiciones, las inspiraciones, las decisiones que tomamos y que creemos nuestras no sonmás que la intervención de ellos. De ahí, la necesidad del sentido común y de la ponderación y análisis a la hora de pensar y actuar, para recharzar todo aquello que no esté de acuerdo con el bien y la justicia o sea con las leyes espirituales. El bien o el mal, la mala o buena conducta es casi siempre un problema de sintonía con otras mentes, encarnadas o desencarnadas. De ahí, la sublime advertencia de Jesús: "Orad y Vigilad".
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